Un lugar alejado

Había llegado volando hasta una de las montañas mas altas que logré encontrar, y me senté a meditar en todo mientras contemplaba el precioso paisaje que desde ahí arriba podía ver.

El cielo era grisáceo, al igual que mi aura ese día. Mi cara era de inexpresividad, y mis ojos se perdían entre las inmensas nubes grises.

Volé por las montañas pensativo. De pronto sentí la presencia de Kaede. Su aura me produjo una desagradable sensación. Pude notar que no se encontraba bien.

Me acerqué hacia el aura, aún sin verla me detuve en la ladera de la montaña y me senté a mirar al cielo. Si tenía ganas de hablar o de tener compañía supuse que se acercaría. Si quería estar sola me quedaría quieto hasta que ordenara mis pensamientos, como hacía siempre que volaba solo.

-Veo que hoy no estas hablador-dije con una pequeña sonrisa bromeando mientras miraba aninguna parte.

Desvié mi vista del cielo hacia ella. Simplemente le respondí con una sonrisa amable y después volví a mirar al cielo.

-En ocasiones los silencios dicen mucho más que las palabras. En ocasiones es necesario estar callado para contemplar tranquilamente tu alrededor. Es bueno estar pensitivo, organizas tu mente. Así es como yo me mantengo cuerdo, pese a todo lo que por mi cabeza ronda.

La volví a mirar y la pregunté.

-Bueno, ¿y tu que tal estás?

Bajé hasta la explanada donde el se encontraba, y con paso tranquilo, me senté de espaldas a el, apoyándome un poco cansada.

-Estoy bien,pero..creo que simplemente, hoy es uno de "esos días"-dije riendome un poco intentando que lo entendiera.

Solté una pequeña risa.

-Si, creo entenderlo.

Después de estar un rato callados la dije.

-¿Qué hacías aquí? Hace bastante frío.

-Seguramente sea porque el frío me a encantado desde niña.-dije mirando al cielo pensativa.-Y tu hacia donde ibas?

Empecé a reírme tímidamente, no me lo esperaba.

-Quien me lo iba a mí a decir. Pues hablando de curiosidades, ¿sabes que un día estuve en un pueblo en el que estaban aterrorizados por nombrar el número ocho?, y..si..,me fui de allí a los pocos días TwT-dije riéndome recordándolo.

-Curioso...Oye Kaede, una pregunta. ¿Por casualidad no sabrás de algunas cuevas misteriosas en el limbo? A lo mejor no son unas cuevas, pueden ser bosques, llanuras o cualquier cosa, pero que sean peligrosas y misteriosas.

Al decir eso me puse muy serio mirándola fijamente.

Me puse ahora a su lado, y le miré tambien seria.


-Ocurre algo para que busques eso?-dije extrañada, pero seria

-Sobre lo que te dije hace tiempo... De conseguir mi sueño... Para ello necesito encontrar algo en esos sitios misteriosos. Es bastante importante para mí, si no no te lo pediría.

La respondí entre melancólico y serio.

Miré ahora al frente, pensativa.

-En realidad...si,si que hay cuevas, de echo, en las ultimas semanas hemos notado un incremento de energía de la cual nunca habíamos sabido nada, por eso yo y unos cuantos mas vamos a investigar allí.

-Entonces déjame ir contigo-dije mirándole seria.

La miré algo receloso, y después solté un suspiro.

-No es un lugar al que vaya a ir de excursión, aunque si quieres venir no te voy a detener.

No esperaba que me entendiera así, así que me quedé en silencio y miré en dirección contraria, pensativa.

-Es un sitio peligroso, no puedo asegurarte que pueda protegerte - dije mirándola, aunque ella no lo hiciera -. Además, tampoco es interesante... seguramente te aburrirás.

Eso último lo dije para intentar que no se enfadara. Al fin y al cabo Kaede era un rango común y si ya era peligroso para mí entrar en las cuevas para ella mucho más.

-Crees que es algo totalmente corriente que un demonio ande fisgoneando por las cuevas de nuestro reino?, tal vez Aurora se enfade, o cualquiera de los ángeles caídos que allí estén.No quiero ser una molestia Aspicious,pero no voy a dejarte ir solo-dije mirándole seria.

Suspiré pausadamente, sería imposible convencerla de lo contrario.
-Está bien, ven conmigo, de todas formas no iba a ir solo. Vendrán con nosotros el príncipe de los vampiros, Walter Wingates, y posiblemente Salem, el rey renegado de los brujos.

Miré al cielo una vez más y dejé un largo silencio hasta que concluí.
-Quiero que sepas que lo que vas a ver allí está fuera del entendimiento de cualquier criatura. Vete preparando para ello. Además de eso... Prepárate también, porque es posible que seas incapaz de reconocerme una vez estemos allí.

Tras decir esto último alcé el vuelo y antes de alejarme de Kaede la dije.
-Gracias por tu ayuda. Cuando llegue el momento te avisaré mediante paloma. Nos vemos.

Y me perdí en el horizonte.

Vi como se marchaba en silencio, en cuanto pudiera,hablaría con el.