Amy Sunie Renegada Líder Ángel
Cantidad de envíos : 876 Localización : En un país multicolor, en el cual nació una abeja bajo el sol. Fecha de inscripción : 21/12/2010 Reputación : 5 Monedas : 5613
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| Tema: En otro lugar... Vie Sep 20, 2013 9:23 pm | |
| Y ahí estaba yo. En una isla perdida en el océano, despojada de mi ser y mi conciencia. Era como estar muerta pero sin estarlo. Estaba conscientemente inconsciente. Como si soñara despierta, como si no supiera lo que pasaba a mi alrededor.
Para mi, mi vida había terminado. Ya ningún ser querido seguía viviendo. Todo había llegado a su fin. Mi vida parecía no tener sentido. Podía ser Reina de todo, y en realidad, ser una don nadie.
Me quedé frente a un gran acantilado, mientras un viento fresco acariciaba mi cabello, que ondulaba suavemente detrás de mi cabeza, igual que mi vestido blanco rasgado y algo manchado.
Mis párpados ocultaban mis ojos verdes, llorosos, y unos finos hilos de lágrimas caían por mis mejillas hasta perderse en los filos de mi barbilla. Mis manos estaban sobre mi pecho, cruzadas, tratando de percibir mis propios latidos del corazón, nerviosos y estresados.
HAbía pensado en la inmolación. Había pensado en el suicidio. Pero no sería nada de eso lo que haría. Me quedaría allí, en aquella Isla, sin alimentarme, sin hacer nada, pasando los días recordando los buenos y malos momentos que acontecieron mi vida. ¿Lo último bueno? Reunirme con mi madre. Pero poco duró ese reencuentro.
¿Quién sabe cuánto tiempo estaré aquí, sola, antes de que me encuentre alguien, o muera, o...? Bueno, quién sabe. Pero nada de eso importaba. Estaba solamente yo, y mis recuerdos. Como si mi alma se reuniera con las de los demás, y compartieran las sensaciones y momentos vividos que guardaba con recelo en mi corazón.
Me tumbé en el suelo boca arriba, con los ojos abiertos, sobre la fría y húmeda roca que yacía junto al acantilado, y mirando hacia el infinito cielo, comencé a rememorar mi pasado, mientras el tiempo, inexorable, transcurría hasta el fin, hasta que el tiempo se detuviera, y el espacio se desintegrara. Hasta que la nada y el todo fueran uno, y nos unamos todos en el mar de las almas perdidas que, sin forma, fluye en el corazón del universo. | |
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