Conociéndonos en el bosque

Venimos de -> https://creatureswars.forosactivos.net/renegados-f139/paseando-por-un-mundo-de-tinieblas-t1193-15.htm

Salimos a una gran velocidad del infierno por la entrada. La noche invadía el cielo tal y como pensaba cuando estaba en el inframundo, o eso o que había tenido suerte al imaginarme a que hora estábamos, el cielo estaba medianamente nublado, lo que ni permitía ver todas las estrellas del cielo, aunque la luna conseguía iluminar a través e estas con relativa facilidad, permitiendo que el paisaje se viera perfectamente.

En cuanto fuí capaz de hacerlo, me elevé con rapidez hasta ocultarme por encima de las nubes, o al menos que si estas no me cubrieran parecer un ave para cualquiera que me viera desde el suelo, después de todo no era conveniente mostrar nuestra existencia ante el mundo. Tras esto esperé a que Caeli también ascendiera hasta mi altura, continuando con el vuelo a su lado.

- Bueno, en unos minutos deberíamos ver algún bosque por la cercanía... Es agradable salir el infierno de vez en cuando, ya presentaré mis respetos al rey renegado cuando vuelva... Si es que se digna a aparecer claro... Por cierto permíteme preguntare algo que no he tenido tiempo de consultar... Cual es tu puesto entre los renegados? Por su puesto yo me presentare primero, soy el príncipe, pero no me parece algo demasiado interesante, no es que haya demasiada gente de nuestro lado... Y tu? Me atrevería a decir que cualquier puesto se queda corto para la habilidad y... Presencia que posees. No he visto a demasiados demonios desde que baje y es difícil comparar, pero me pareces bastante especial... Así que.. Maestra? O quizás mi igual en el reino? Pensaría incluso en reina pero por lo que se hasta el momento sería raro, después de todo dices que no conoces a casi nadie y aunque en mi caso ya es grabe, en el caso de un rey sería peor...Y bien?

Continué con mi vuelo, rastreando los alrededores en busca de aquello a lo que habíamos salido, viendo un bosque a lo lejos y continuando hacia este mientras esperaba las respuesta de mi bella acompañante.

Salimos del inframundo por el camino que lo comunicaba con el mundo mortal. El cielo que habíamos dejado atrás en el Infierno no era muy diferente del que ahora nos observaba... Sobrevolábamos la tierra de los mortales atravesando las nubes, yo le seguía procurando que fuese paralelamente aunque también variáramos ligeramente la altitud en ciertas ocasiones, para esquivar alguna nube o simplemente por las propias corrientes de aire naturales que fluían a aquella altura. Dirigí instintivamente mi mirada hacia Noctis en cuanto me indicó que nos acercábamos a nuestro destino, procurando colocarme a su altura, pero inmediatamente después volví a mirar al frente.

- ¿En serio? ¿Tan poderosa te parezco como para que me compares con una reina? -Me sentí realmente halagada, no lo pude evitar aunque me sorprendiera-. Realmente no lo sé, no tengo con quién compararlo y tampoco conozco al rey de los renegados, pero yo diría que tu igual...

Mi mirada analítica también rastreaba la zona en busca de una masa verdosa que desde aquella altura pudiese calificarse de "bosque". Habíamos dejado atrás y hacia el Oeste una aglomeración de luces de lo que podría ser una ciudad. Una inmensa llanura la rodeaba y se extendía en todas direcciones. Comencé a divisar entonces en la lejanía una gran mancha oscura sobre la llanura que la acababa ocupando, únicamente dividida en algunos tramos por lo que parecían cauces de ríos que continuaban su travesía por la llanura que ahora sobrevolábamos y que llegaba a su fin.

- ¡Allí! -Señalé con la mano, indicándoselo, para virar ligeramente hacia el Este antes de comenzar a descender sobre las nubes hacia nuestro destino.

- No es cuestión de poder... Te veo a mi nivel y se cual es o al menos eso me han dicho algunas vocecillas misteriosas. Vamos, demonios sin importancia, aunque el rey aún no se ha dignado a decirme nada en persona ni me ha hecho llamar, quizás debería buscarle por mi cuenta cuando volvamos. Además se te nota segura de ti misma y si... Tienes un poder perceptible. me alegro de que hayas sido la primera a la que he conocido en el infierno, estoy seguro de que eres la mas interesante.


Dicho esto reí por lo bajo antes de parar de golpe al usar mis alas para frenarme en medio del aire, momento en el cual me dejé caer de cabeza contra el suelo, plegando estas y comenzando a caer en picado con rapidez, no sin antes dirigirla unas palabras en un tono cómico.

- Te apetece una carrera? Igual hay alguien mirando así que cuanto mas rápido nos ocultemos en los árboles menos peligro habrá de que se nos vea con claridad... Vamos.

Ahora si me deje caer completamente, usando mi propio control del aire para crearme una aerodinámica mayor y recorriendo en escasos segundos una velocidad imposible, frenándome justo antes de llegar a los árboles y provocando en consecuencia una agitación en esa pequeña zona en concreto, antes de hacer desaparecer mis alas y caer tranquilamente en pie cuando ya solo dos metros me separaban del suelo, sacudiéndome tras esto la ropa con tranquilidad y mirándola en cuanto llegó ella también al suelo (En principio tengo ventaja en cuanto a velocidad), ocultando tras esto mi presencia aural por si alguien capaz de sentirla estuviera cerca, esperaba que en caso de que ella no lo decidiera por su cuenta hiciera lo mismo al sentir la mi caer.

- Esto esta bastante mejor que el infierno... Y bien? Por donde quieres pasear?

Continuaba mi descenso progresivo. Lo que me dijo me dio qué pensar, una nueva visión, aspiraciones... y tenía que comunicárselo. Pero entonces me retó a una carrera y antes de que me diera tiempo a reaccionar, se había dejado caer en picado hacia los árboles.

- ¡Ehhh! -Exclamé, entre incrédula y ligeramente molesta porque no me había dado tiempo a prepararme.

Me lancé en picado al vacío, plegando mis alas de forma aerodinámica para que no me frenaran en el descenso, ahora caída en picado controlada, cortando el propio aire. Aproveché el aire de mi trayectoria generando una vía sobre la que deslizarme con mayor facilidad para propiciar mi aceleración en el descenso, que de por sí con la caída se aumentaba vertiginosamente. Frenándome a poca altura del suelo generando una burbuja de aire para que me amortiguara el aterrizaje, así como para absorber la onda expansiva que generaría con el frenazo, y así posar mis pies sobre el suelo de manera completamente sutil, suave y conservando la elegancia que me caracterizaba.

Percibí, entonces, cómo su aura disminuía su presencia y decidí imitarle haciendo lo propio.

- Una buena iniciativa -Califiqué, volviéndome hacia él con una sonrisa y mirada pícaras. Tras lo que, con tranquilidad, tomé aire para reponerme del subidón de adrenalina, al tiempo escuchaba cómo me invitaba a decidir hacia dónde ir. Se respiraba aire puro en aquel lugar.

Miré hacia mi alrededor en busca de un lugar que me pareciera más atractivo para pasar el rato. Los árboles eran en su mayoría bastante altos, con troncos de diferentes grosores, y sus ramas también comenzaban a mostrarse a bastante altura. Los recorrí con la mirada hasta que ésta se fue a posar a una zona en cuestión que se podía ver a lo lejos, entre los troncos. Parecían pequeños puntitos de luz que vibraban y cambiaban de posición. Por un momento, ensimismada en aquella imagen, me llegué a imaginar que eran las estrellas.

- ¿Qué te parece si vamos hacia allá? -Le señalé aquel lugar, entre los árboles, y me giré para comprobar y observar si había captado el mensaje, para luego sonreírle con calidez esperando que me devolviese la mirada.

Me acerqué entonces hacia él, recordando que antes de descender, había dejado pendiente algo que quería comentarle.

- La verdad es que conociéndote a ti, ahora tengo más interés y esperanza en conocer a otros demonios para establecer... lazos de amistad conocidos como... "Alianzas" -Hice una pequeña pausa, para visualizar aquello que había dicho-. Sí, definitivamente, con ello en un futuro podré sembrar mi bandera en el Cielo y cargarme a los cabrones que ordenaron la muerte de mi madre... -Esto último lo pronuncié dándole cierto énfasis con el rin-tintín que de por sí me producía el mero hecho de pensar en los ángeles.

Miré hacia donde ella había señalado fijándome en unas lucecitas que flotaban arios metros mas allá... "Eso son luciérnagas?" Cogí aire profundamente para ver si lo que creía era cierto, no era ni un hombre lobo ni tenía nada que me diera ventaja al rastrear, pero encontré lo que buscaba, y es que un leve rastro completamente perceptible de humedad que hasta un humano normal hubiera logrado localizar flotaba en el aire y donde había humedad solían haber luciérnagas. La escuche hablar sobre alianzas... LA verdad es que no eran mi fuerte, por mi propia experiencia los ángeles no eran demasiado difíciles de matar, no mas que los demonios, pero no era una mala idea, si no fuera porque no me gustaría tener a mas reyes que mandaras sobre mi... no, no sería nada agradable.

- Deseas ir a donde están las luces? - Dije con un leve tono burlón - Es una petición peculiar... Pero no tengo objeción, vamos...

Hice un gesto de mano que la invitaba a ir ella delante, después de todo era ella la que quería ir a aquel lugar, y aunque fuera un rasgo poco conocido de mi, o por así decirlo, poco perceptible, anteponía mi caballerosidad a muchas cosas, exceptuando un ambiente hostil.

- Tu delante, sigue las luces, que yo te seguiré a ti....

Sonreí, asintiendo entusiasmada como una niña pequeña, y ante su invitación y gesto, pasé delante de él con gracilidad, echando correr entre risas hacia aquél lugar, girando la cara un instante para mirarle, instándole a que me imitara. La carrera era simplemente por diversión, nada de competición, simplemente deseaba sentir el aire fresco en la cara de forma natural, mientras reía alegremente. Desde luego hacía esto porque estaba claro que Noctis me inspiraba confianza. Me sentía a gusto.

Al llegar a la orilla me detuve, respirando profundamente aquel aire puro mientras observaba a las luciérnagas bailar en el aire, jugando unas con otras. Me parecía un ambiente mágico.

Me quedé sorprendido ante su reacción tan entusiasta... Parecía ser un poco bipolar, aunque quizás la gran mayoría de los que habitábamos en el infierno lo éramos, yo por mi parte sabía que si era algo bipolar, mas encaminado a mostrarme agradable en ciertas ocasiones, pero en definitiva era agradable que se comportara así y aunque no me apetecía demasiado correr si que aumenté ligeramente el ritmo para no quedarme atrás.

- Te veo muy entusiasmada... Parece que ha sido buena idea salir a tomar el aire.

Tras decir esto me situé a su lado, mirando al agua de una translucidez envidiable sobre la que volaban algunas luciérnagas en forma de pequeñas luces mientras se reflejaban sobre esta en un paisaje que me resultaba de forma contradictoria a mi naturaleza encantador.

- Me alegro de haber acertado al decidir el lugar, si te soy sincero estoy sorprendentemente tranquilo y eso no va para nada con mi naturaleza.

- Yo también... -Dije volviéndome hacia él-. En serio. Me siento... desinhibida... libre... No sé cómo explicarlo pero es una sensación... -Gesticulaba con las manos para ayudarme a explicarme. Suspiré, tratando de buscar las palabras-. Que no sentía en el Infierno en el que he vivido todo este tiempo...

Suspiré de nuevo, esta vez más fuerte, y elevé la cara hacia el cielo extendiendo los brazos. Cerré los ojos un instante, dejando que la natural brisa fresca que corría sobre el río me acariciara la cara. Me sentía flotar, sin que esta vez lo premeditase con el control que podía ejercer sobre el aire.

- Hm... - Escuché todo lo que me dijo Caeli antes de pasar a estirarse para aparentemente sentir todo lo que la rodeaba... La verdad e que era cierto, pero no normal, después de todo y aunque no lo hubiera sido durante toda la vida, era un demonio, y en mi vida anterior nunca me había sentido bien en el cielo así que... no debería sentirme tranquilo en el infierno? "Quizás no sea tan raro... Aunque no puedo apoyarme en su comportamiento teniendo en cuenta que tampoco es el mas claro ejemplo de diablesa..." Cerré unos instantes los ojos, sintiendo lo que me rodeaba.

Después de unos instantes abrí los ojos, elevado las manos y creando con ellas una leve brisa con la que moví varias hojas secas, haciéndolas variar en el aire antes de colisionar entre ellas y convertirlas ahora en algo mas parecido a confeti que con un nuevo pulso envié volando por los aires, esperando que para entonces mi acompañante ya hubiera abierto los ojos.

- Creo que no hacía falta decirlo pero... Yo también controlo el aire. Pero ahora mismo quería hablar de otra cosa y es que... No te parece extraño? Me refiero a que todas las leyendas y relatos que hablan sobre los de nuestra especie nos dibujan como a unos seres destructivos y sin ningún tipo de sentimientos... Y si bien en mi caso es en gran parte cierto no puedo evitar no sentirme mal al encontrarme en la naturaleza, cuando se supone que es un acto de creación... Aunque quizás sea porque nunca lo he visto así, después de todo, no hay nada mas destructivo que la naturaleza abriéndose camino, ni siquiera los humanos con sus hilarantes intentos de doblegarla pueden descuidarse o en un año esta doblegara lo que han levantado en varios... Pero de todos modos me sigue pareciendo curioso.

Abrí los ojos al sentir el sonido de hojas bailar con el viento, pero para mi sorpresa descubrí que era Noctis el que jugaba con ellas controlando el aire a su antojo, llegando a hacerlas colisionar y hacerse añicos provocando una bella lluvia de sus restos que se asemejaba a fuegos artificiales. Me giré hacia él sonriendo, mi mirada reflejaba un sentimiento que no se había visto en ellos antes. Confianza.

Escuché lo que me decía, pronunciando la sonrisa, pues era evidente que me había dado cuenta de ello, pero no quise interrumpirle cuando cambió de tema, por lo que yo me centré saliendo de mi burbuja y le miré seria.

- Ciertamente... -Dije cuando él terminó de hablar-. Pero es que la tierra de los mortales tiene lugares tan bellos... Resulta curioso que el Dios creador les hiciera tal regalo... Yo me pregunto qué es lo que habrán hecho para merecerlo... La vida es tan compleja, tiene tantos enigmas que no es posible imaginarse ni llegar a conocer o incluso resolverlos todos.

Bajé la mirada un instante y luego, tras volver a posar la mirada en él, me acerqué a él con pasos tranquilos sin apartarla, y colocarme a su lado para mirar hacia el cielo en la posición que él tenía el frente.

- Gracias, Noctis... por esto.

Me giré una última vez y le sonreí agradecida, para luego apegarme a él y apoyar la cabeza sobre su hombro para contemplar el baile de las luciérnagas en su compañía.

Tal y como había creído que sucedería en un principio Caeli estaba de acuerdo con el pequeño discurso que había dado, pero no paro al darme la razón, si no que añadió algo que era bien cierto... El mundo de los humanos era con diferencia o al menos a mi parecer la mas bella y peculiar de las zonas existentes, algo que hacía notar que el poder de los dioses era completamente superior al nuestro, al igual que el echo de que de todo lo que nos rodeaba, en comparación a las que aún se mantenían en las sombras pocas cosas eran conocidas.

- Creo que según que cosas es bueno no comprenderlas del todo... Te permite disfrutarlas mucho mas que si su significado o secretos te fueran revelados dotándolas de un peculiar misterio.

Mis palabras casi fueron cortadas cuando, sin haberme percatado de que se me había acercado apoyó la cabeza en mi hombro... Creándome un sentimiento profundamente contradictorio, principalmente porque confiar en cualquier ser o persona no era precisamente mi fuerte y si bien en aquel escaso tiempo había llegado a simpatizar con ella mas que con ninguna otra criatura a lo largo de mi existencia, me costó bastante no apartarme de golpe ante su comportamiento, manteniéndome donde estaba únicamente para que no se sintiera mal, lo cual ya era casi extraordinario y quizás en el fondo porque quería confiar en que no terminara decepcionándome como ya lo habían hecho tantas cosas.

- No tienes que darlas, me agrada que te sientas bien, eso ya es mas agradecimiento del que merezco...

Tras continuar en aquella situación no podía evitar preguntarme si ella sería siempre así o si es que de tal y como parecía había decidido confiar en mi. Pero ante todo esto solo una cosa rondaba mi cabeza, la cual se hallaba completamente perdida ante una situación que nunca me habría esperado... "Y ahora que?"

Tenía toda la razón, una vida sin misterios que resolver es aburrida. Asentí demostrando que estaba de acuerdo con él, aun apoyada en su hombro. Me despegué suavemente de su hombro, había sido muy modesto con sus palabras, pero aun así no le di importancia. "Quizá yo en algunas ocasiones dé más veces las gracias, pero, aunque suene repetitiva, si realmente lo siento así, no voy a dejar de darlas." Le sonreí, separándome unos pasos de él.

- Anda, vamos a dar un paseo, Noctis -Dije girando el rostro hacia él, sin mover el cuerpo-. Ya he tenido suficientes luciérnagas por hoy.

Comencé a caminar hacia los árboles, esperando que me siguiera, con tranquilidad, pues era un paseo, aun deleitándome con el oxígeno puro que se podía respirar en aquel lugar.

- Y dime, Noctis, tienes alguna aspiración en la vida, algún objetivo que desees cumplir. Porque créeme si te digo que a mí me gustaría contar contigo para los míos -Le dije al tiempo que caminaba entre los árboles, adentrándome en el bosque, separada una ligera distancia de él.

Después de un rato contemplando el agua Caeli se decidió a separarse, volviendo a dirigirse verbalmente a mi para ofrecerme seguir dando un paseo por los alrededores, algo a lo que simplemente respondí con un asentimiento mientras aún me miraba, comenzando a caminar con tranquilidad medio paso detrás de Caeli, a su izquierda.

- Aspiraciones? Es una pregunta interesante... Principalmente y aunque suene muy peculiar me gustaría alcanzar un poder suficiente como para poder después lograr mis propios objetivos... Entre ellos derrocar al reino de los cielos claro, pero eso ya es un plan a gran escala. Por otro lado...

Guardé silencio unos instantes, había otra cosa, no una aspiración en si si no mas bien un deseo... pero dudaba que debiera contárselo "Podría ser en parte una ofensa teniendo en cuenta que al parecer ella confía en mi, pero me he callado demasiado tarde" Emití un leve suspiro acompañado a mis pensamientos, al darme cuenta de que quedarme acallado ahora sería extraño.

- Por otro lado, me agradaría poder confiar en alguien... Esto si no se desencamina podría ser posible con alguien como tu, aunque me es difícil olvidar del todo mis por así decirlo... "temores" todo lo que he encontrado a lo largo de mi existencia ha terminado defraudándome. Y espero que te tomes esto como un cumplido, eres lo mas parecido a mi que he encontrado en mucho tiempo, es agradable ver que hay esperanza.

Le escuchaba mientras continuaba caminando en silencio, con tranquilidad. En cierto modo, podría decirse que compartíamos un objetivo común relacionado con los cielos. Se interrumpió unos instantes, me detuve entonces, volviéndome hacia él para esperarle, y le seguí con la mirada hasta que se puso a mi altura. No pude evitar sonreír con sus palabras cuando continuó, sin embargo, la borré al momento siguiente para observarle con empatía y volver a sonreír al final con el desenlace.

Bajé la mirada, tratando de despejar mi mente por los sentimientos que me había provocado. Tenía que admitirlo, lo había expresado de forma muy bella. Volví a alzar la mirada, esta vez con un suave rubor en mis mejillas, pues realmente había conseguido halagarme. Me quedé sin saber qué decir unos instantes, simplemente observándole. Hasta que encontré algo oportuno que decir...

- La verdad... agradezco tu sinceridad, Noctis. Realmente me has inspirado mucha más confianza de la que pudiera haberme esperado encontrar después de tanto tiempo vagando a la deriva. De no ser por eso no te habría pedido que me contaras algo que bien, dependiendo de la persona, podría resultar muy personal. Aunque siempre podrías haber rechazado la invitación si así lo hubieras preferido, pero confiaba en que tuvieras el valor de abrirme tus... esperanzas y aspiraciones. Pues como ya te he dicho, yo espero poder contar contigo para las mías -Hablaba con tranquilidad, aunque seria-. Y espero no defraudarte, pues eso sería lo último que haría.

Me volví de nuevo hacia el frente para seguir caminando.

- A mi me gustaría poder vencer ese temor que tengo al rechazo de los demonios, por mi pasado y situación, y espero poder explicarle a su rey mi situación y que la comprenda, para poder volver a reintegrarme en la sociedad, antes de trazar mi plan de venganza hacia los ángeles. Creo que en algunos aspectos, coincidimos en objetivos, así que nos vendría bien la mutua colaboración. A mí en sí, el poder no es que me importe demasiado. Sé que es importante y no lo puedo ignorar, pues con ciertos enemigos es necesario, pero si puedo contar con la ayuda de aliados, no debería preocuparme. Y de por sí creo disponer de las herramientas adecuadas como para defenderme sola, hasta ahora lo he hecho así.

Hice una pequeña pausa, mientras proseguía mi paseo tranquilo en paralelo a Noctis.

- ¿Te gustaría comenzar a poner en práctica alguno de dichos objetivos? Podríamos comenzar a trazar algún plan...

Aunque fuese una persona de pocas palabras, tenía que admitir, que si me daban confianza y rienda suelta, era capaz de mantener una conversación más larga y fluida.

Continué caminando mientras la escuchaba hablar... me agradó el echo de que se tomara bien mis palabras e incluso que le complacieran, al igual que a mi la idea de colaboración, estaba claro que dos príncipes lograrían mucho mas que uno, pero no era suficiente.

- Un plan... No es mala idea, pero creo que nosotros solos no podríamos hacer demasiado, mucho mas sin antes integrarnos mejor en nuestra sociedad, pero gusta la idea como plan de futuro, siempre que fuera contigo... Tenías algo en mente?

- Creo que lo principal, sería tratar de integrarnos entre los de nuestra raza, darnos a conocer, creo que principalmente entre los de más bajo rango para que puedan ir corriendo la voz. También deberíamos presentarle nuestros respetos al rey renegado y al resto de los renegados. Puede que en un principio resulte algo demasiado sencillo, lo tedioso está en que habría que hacerlo uno por uno. Pero al menos ya tendríamos algo por lo que comenzar.

Sonreí al terminar mi propuesta, continuando con el paseo entre los árboles en paralelo con pasos tranquilos y a la vez acompasados con los de Noctis.

Un destello iluminó el cielo y casi inmediatamente después se escuchó un trueno de fondo. Parecía que las nubes que habíamos sobrevolado antes traían consigo algo más que simplemente la intención de pintar el oscuro cielo nocturno.

- Según tengo entendido no es que haya demasiados demonios poderosos entre los renegados... Y también es normal, pocos son los que osan renegar de los infiernos, en nuestro caso es distinto, no nos queda otra que ser renegados ya que igual los de nuestra propia raza desearían matarnos al saber de nuestro pasado. Así que básicamente... Deberíamos presentarnos ante el rey y a las hordas de demonios que ponga bajo nuestro mando, a estas últimas de un solo golpe. Luego... Bueno, quizás seria conveniente adelantarnos a nuestros enemigos y forjar alguna alianza, claro que eso debería ser cosa de nuestro rey, así que antes habrá que encontrarle.

Mientras hablaba barios truenos habían resonado ya en el aire, anunciando una próxima tormenta que a cada momento estaba mas cerca y resultaba mas amenazadora.

- Creo que deberíamos irnos. Podamos esperar en el poblado de aquí cerca a que pase la tormenta, o bueno, buscar alguna cueva o zona cubierta en la que refugiarnos, los dos, solos, a la espera de que pase la lluvia, claro que igual pasaríamos frío si nos quedáramos quietos...

Maticé mis últimas palabras con un tono que mezclaba la picardía con la circunstancia, mirando en todo momento a Caeli en busca e algún tipo de reacción si es que malpensaba mis palabras (lo cual no sería raro) o simplemente a la espera de que diera su visto bueno a la idea de buscar refugio.

- Quizás sea mejor pensar en la aldea, no?

Continué caminando mientras le escuchaba, con los mismos pasos tranquilos. Asentí ante sus palabras, pues concordaba con aquello de lo que me hablaba.

- De acuerdo... al Rey primero -Dije con tranquilidad-. Supongo que le agradará saber que ahora puede contar con otros dos demonios que bien podrían equipararse a su nivel.

Me indicó, tras una sucesión de truenos, que nos pusiéramos a cubierto en... Intenté disimular la mueca, seguida de la suave risa nerviosa que me provocó aquello que dijo.

- Sí, mejor... -Dije con un suspiro, tras su última propuesta, que me parecía mucho más factible, riendo por lo bajo antes de volver a mostrar mis alas para expandirlas y agitarlas elevándome de una sola vez por encima de los árboles.

Pero esta vez no le esperé, había comprobado que era perfectamente capaz de ponerse a mi altura, por lo que dirigí mi vuelo hacia la aldea, ciudad o lo que fuese aquella aglomeración de luces que había visto al llegar.

- Empiezo a pensar que tras tu semblante de caballero se esconde algo mucho peor... -Le dije frunciendo la mirada cuando le sentí a mi altura, fingiendo seriedad.

Y aceleré el vuelo con una risita, adelantándome hacia nuestro nuevo destino.

Caeli acepto la propuesta de ir a la taberna, no sin antes volver a reaccionar de manera algo nerviosa a mis palabras ocultas, que no tenían mas intención aparte de esto, después de todo no estaba siendo grosero ni nada por el estilo, simplemente me comportaba como mi forma de ser me dictaba y si hubiera visto que la molestara en lugar de hacerla, si bien ponerse nerviosa, además reírse, no lo haría "Además por que negarlo... Es atractiva e inteligente, tampoco es raro algo de seduccion amistosa, no?"

Expandí mis alas en cuanto lo hizo ella, comenzando a ascender tras su estela hasta situarme a su altura, manteniendo el ritmo que la demonio marcaba mientras escuchaba un nuevo comentario de aspecto recriminador por su parte.

- Veamos... A fin de cuentas soy un demonio no? Aún así, por que lo dices? Espero no haberte molestado o alterado con algo de lo que he dicho...

Mantuve en todo momento un tono respetuoso, si bien con un escondido sentido irónico mientras continuaba volando, si quería responderme ya lo haría cuando bajáramos o en la aldea, ya que se encontraba mas cerca de lo que parecía en un principio, estando a pocos segundos al ritmo de vuelo que llevábamos.