La esotérica provincia de Makai- La ciudadela mágica de Hokkai

Me acerqué al chico.

-Digamos que simplemente somos una mezcla de criaturas a las que se les a pedido que ayuden a salvar al Hokkai de ciertos "problemillas"

No queria decirle nada sobre nosotros, pues no me fiaba de nadi en esa dichosa cueva.

-Aral,debemos continuar..?-dije tras inspeccionar con la vista al muchacho.

Me quedé pensativo mirando al suelo.

-Algo no cuadra...

-No. Algo no cuadra nada desde la última visita.

Aunque no era necesariamente malo, sin duda era extraño. Al final levanté la cabeza.

-Sí. Está bien. Pero...

Hice una muestra a los demás para que no se fiaran.

-Me llamo Aral. Ésta chica de aquí es Kaede, y éstos son Wataru, Zoroastros y Darksik.

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-Está bien. Gracias. Allí me encargaré de que se os devuelva este gran favor.

Se levantó y echó a andar al otro lado de la cueva.

Tras unas pocas horas llegamos a un recodo tras el que se veía una enorme luz.

-Hemos llegado...Hokkai, la ciudadela de los yasgeniods.

La cueva alcanzó un tamaño descomunal en su boca de salida, y un resplandor la iluminó. Tras llegar al final se podía ver que en realidad la cueva por la que salimos era sólo una de la multitud de ellas que partían desde un mismo punto, y al pasar bajo un arco dorado llegamos a un lugar tan enorme que parecía que estuviera al aire libre. Muy a lo lejos se podía observar el techo de la montaña, que parecía estar completamente hueca como si fuera la capa de un circo y nosotros estuvieramos dentro de ella. Se podía ver una enorme ciudad justo delante de nosotros, y bajo nuestros pies una avenida pavimentada con roca maciza. Edificios más o menos altos, de unos tres pisos, acompañaban a la calle, llena de callejones perfectamente perpendiculares que daban lugar a otras calles. Esta parte de la ciudad parecía un tanto acomodada, pero cientos de callejas laberínticas y cabañas florecían en las afueras y barrios pobres de la ciudad. No se veía bien que había al final de la calle en la que nos encontrábamos pero si se podían unos cuantos edificios salteados en medio de la ciudad. Entre los que destacaban dos edificios muy similares con muchas cúpulas y pequeñas torres puntiagudas, con una grande en el centro con una luna (en uno de los dos) y un sol (en el otro). Y, por supuesto, con un tamaño descomunal, se podía observar lo que parecía ser un palacio blanco, negro y dorado, en lo alto de una especie de colina. La ciudad siempre parecía tener un aspecto de noche iluminada, pues había faroles por todas las paredes de la cueva y una gran cantidad de ellos repartidos por toda la ciudad, al igual que árboles extraños de colores dispares que al parecer no necesitaban luz solar para sobrevivir. Pero quizás lo más llamativo de la ciudad era...que estaba poblada por miles de personas, aproximadamente unos ocho millones. Todo el mundo parecía estar atareado. Era, realmente, una ciudad hermosa. Bel se detuvo un instante y dijo:

-Gracias por acompañarme. Voy a dar parte de lo que ha sucedido. Tomad.

Sacó una bolsa de dinero. No era el dinero común de Yggdrasil, sino otro totalmente diferente.

-Mil monedas para cada uno. Sólo valen aquí, pero podéis usarlo para lo que queráis. Me gustaría que por la noche os pasarais por la plaza enfrente de palacio, quiero hablar con vosotros.

Se volvió y despidió. Después desapareció tragado por la muchedumbre.

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Me quedé atónito.

-Antes...

-Antes no había gente....

Me volví hacia mis acompañantes.

-Escuchadme. Como no tengo ni idea de lo que hacer, quedemos donde dijo Bel esta noche, y que cada uno vaya por donde quiera.

Les entregué unas hierbas a cada uno.

-En caso de peligro, quemadlas y así sabremos donde está cada uno con una columna de humo. Cada hierba es de un color diferente. La de Wataru es azul, la de Darksik verde, la de Zoroastros no tiene color, la de Kaede es roja y la mía multicolor. Marchémonos.

Cogi las hierbas y comence a caminar sin rumbo fijo, despues de un rato llegue al cementerio. No tenia nada mejor que hacer, asique entre a ver que encontraba. Era una zona lugubre, bastante apartada, iluminada por algunos farolillos. Me subi a la copa de un arbol que habia, desde el cual se veia todo el cementerio, me quedaria alli hasta que por la noche fueramos al punto acordado.

Asentí a Aral y rápidamente desaparecí entre la multitud, no savia donde podria ir, asique dejé que mi aura me guiara al lugar mas adecuado, cerré los ojos y comencé a sobrevolar la zona hacia el lugar que mas me atrallera auralmente, despues de un rato aterricé y abri los ojos, frente ami se encontraba una cabaña hecha completamente de madera, parecia una simple casa rural, pero pude fijarme que tras de ella emanaban unos vapores que creaban una pequeña y acojedora niebla a su alrrededor, al acercarme pude ver un cartel sobre la puerta principal.

-Balnearios Réiris, el corazón del Hokkai

Porfín habia encontrado algo decente. Decidí entrar sin pensarmelo dos veces y me hacerqué a lo que parecia un taquillero. *puff, menuda rabia, me van a cobrar... Bueno, seguro que vale la pena, Me acerqué a el y comenzó a hablarme.

-Hola buen señor, bienvenido sea a los balnearios Réiris, no encontrará otro servicio como el nuestro, todo el tiempo que usted pueda aguantar por nada mas y nada menos que 100 monedas.

Teniendo en cuenta que llebaba encima 1000 de esas monedas, no me pareció muy caro, asi que saqué mi bolsa y le entregué el dinero al yasgeniod.

-Está bien señor, cuando usted quiera puede dejar suspertenencias en esta taquilla, no querra que se moje su ropa ¿no?

-Gracias, pero no te preocupes, todas mis cosas son Resistentes al agua.

-Esta bien... Como gusteis...

El yasgeniod retocedió de una manera un tanto inquietante, la gente de por aqui era muy rara, se comportaban de un modo muy... Monotono, pero entré en el balneario sin comerme la cabeza, al pasar, puede obserbar lo que parecia un pequeño lago humeante, las aguas estaban en calma y se podia respurar aun vapor que mezclado al poco oxígeno del Hokkai adormecia bastante, no encontré mucha tranquilidad, pues habia bastante gente, pero decidí ir a un rincon en el que solo se estaba bañando un señor con un semblante que le hacia parecer sabio, me quite la ropa, excepto la interior, y deje mis pertenencias justo detras de mí, para poder alcanzarlas con el brazo si fuera necesario. Me introduje poco a poco en el agua y me sentia de maravilla, la temperatura era y el lugar era una pasada, cerré los ojos y respiré profundamente durante unos minutos...
Al incorporarme, sentí que la herida en el brazo que me hizo una de las sacerdotisas me ardia, no pude evitar soltar un pequeño berrido y miré aver que ocurria, la herida en mi brazo brillaba y comenzó a cerrarse y cicatrizarse sin dejar ningun rastro, apenas una magulladura es lo que quedó, me quedé perplejo y el señor de mi lado comenzó a reir.

-Pequeño, estas son aguas sagradas del Hokkai, pueden curar cualquier herida en cuestión de segundos, disfrutalas^^

Me dijo con un tono envejecido por la edad, pero muy amable, durante unos minutos me bloqueé y solo pude asentir al señor y sonrreir gratificado...

Cogí las monedas y vi como cada uno se marchaba por un camino.

Empecé a caminar por la ciudad,entre las calles,algo distraída.Me sorprendía el curioso cielo que se alzaba sobre la ciudad de Hokkai. Busqué lo mas parecido a una librería,y entre. Había bastantes adultos,ancianos entre ellos,que me miraron con especial curiosidad,aun que trate de ignorar sus miradas. Encontré un libro que parecía tratar de la medicina mezclada con magia.Era lo que llevaba tiempo buscando,me acerqué al dependiente después de haber estado varios minutos hojeándolo,y lo compré por 190 monedas.


En seguida lo guardé en la bolsa que llevaba encima.Recordé las hierbas que Aral nos había dado,y fui a uno de los puestos en los que solo vendían de estas. Me gaste 300 monedas mas en muy numerosas hierbas,cada una para un fin distinto,entre ellas polvos especiales,y continué caminando.


Tras unos minutos así,me detuve en seco.


¿que había sido de las otras pruebas..?

Me giré instintivamente con rapidez,con la sensación de que,en medio de la laguna en la que ahora me encontraba,algo me observaba.

La enorme puerta de acero dorado seguía en su sitio, cerrada y totalmente inmóvil. La toqué con mis manos para comprobar que era la misma. Lo era.

-¿Te has dado cuenta? No hay ningún guardia vigilándola....

Me giré y me transporté a una taberna cercana.

-Por fin...¡Chocolate con nata!

Costaba 50 monedas, pero lo disfruté con poco disimulo. Después me tumbé inquieto...Sentía que me vigilaban....

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Zoroastros caminaba por un callejón.

-Creo que me he perdido...

De repente, una figura encapuchada le cortó el paso. Alzó la mano y unas cuerdas de oscuridad se dirigieron hacia él. Ágilmente, Zoroastros alzó su báculo y las repelió, pero sus bolsas cayeron. Sin pensárselo dos veces, lanzó una llamarada a una de ellas, pero en vez de humo salieron monedas derretidas.

-¡Oh! ¡Todo me sale mal!

Lanzó una llamarada a la otra y el humo invadió el callejón.

-No se quién eres pero no voy a detenerme.

De repente algo sintió a su espalda. Desenvainó su espada y le cortó la cabeza. Se quedó quieto y jadeante al ver como se desvanecía lo que había asesinado, pero de repente otra figura le lanzó un rayo de luz por la espalda que le golpeó de lleno. Con la respiración entrecortada y los ojos como platos, se desplomó al suelo. La figura se movió lentamente y le agarró, momento que Zoroastros aprovechó para cortarla el brazo y, una vez se debatía de dolor, atravesarla la garganta. Corrió lejos del lugar pero de repente todo su cuerpo empeó a entrar en shock y a convulsionar. Otra figura exactamente igual que la anterior le tocó y se transportó fuera del lugar.

Seguia mirando el amplio cementerio, como todos los cementerios, era bastantate tetrico mas, este era especialmente extenso. Una sensacion extraña me recorrio el cuerpo, la tierra parecia agitarse, a lo mejor era un terremoto, aunque seguia escamandome esa situacion.

...gg...g..g..g..g.ggg..... Mis ojos se abrieron mirando a todos lados, esa voz... ¿sono en mi cabeza?, el ojo volvia a oscurecerse llegando casi ser completamente negro, volvia aquella sonrisa, hasta que un ruido me alertó mas no desparecio el color del ojo que cada vez se oscurecia mas, aunque si desaparecio aquella sonrisa, Algo me dice, que la agitacion del suelo no a sido un terremoto.

Me acerqué a ese señor para decirle que me contara mas sobre el agua del Hokkai, me dijo que era un agua mágica y con solo unas gotas se podria curara cualquier herida en cuestión de segundos, me quedé hablando con el un rato y pensando que de haber sabido antes la existencia de este agua, talvez Kaede no tenia porque haber recurrido a la oscuridad, pero de pronto pude observar desde mi posición una colupna de humo salir de una de las calles(OFF: lo siento, se me olvidó comentar que las aguas termales eran naturales y por lo tanto no cubiertas :S), no era un humo normal y devido al color devia de ser Zoroastros, no me fiaba aun de ese mago, pero al fin y al cabo podia ser un buen aliado y los demas seguro que ya estaban por alli. Me levanté y me vestí lo más rápido posible, cojí todas mis cosas y me dispuse a irme de alli, no sin antes guardar algo de agua en 4 pequeños frascos que colgaban de mi cinturón (OFF: Esta idea la saqué mientras en mi habitación miraba un frasco de lacasitos xD)Me giré al anciano.

-Gracias por la información, ahora devo irme.

Emprendí el vuelo a toda prisa hacia la calle de la que provenia el humo, pero al llegar alli no pude ver a nadie, ninguno habia llegado aun a esa calle y Zoroastros habia desaparecido, al fijarme pude allar en el suelo un par de túnicas negras, una sensación desagradable recorrió todo mi cuerpo, tenia la sensación de que no era seguro seguir mucho mas tiempo en esa callejuela...

Seguía caminando cuando un escalofrío me recorrió el cuerpo,algo malo acababa de ocurrir,sin embargo,me habría adentrado en un recinto cubierto y no podía ver si alguien del grupo había encendido fuego con las hierbas de Aral.

Caminé hacia la salida con rapidez.Estaba en una especie de invernadero muy extraño.

Comencé a caminar y decidí dirigirme hacia el punto donde Bel nos había pedido que estuviésemos.

-Es curioso, es como si la ciudad se hubiese perdido en el tiempo...

-No te preocupes, es obvio que no nos saldremos con la nuestra por mucho tiempo.

Atisbé los alrededores pero no vi a nadie, así que me dirigí hacia una tienda cercana y compré unas hierbas que emitían luz azul fosforescentes al ser quemadas, lo cual me costó 150 monedas. Después me senté.

OFF: Bueno, chicos, retomemos esto. Todo se queda en el estado en el que comenzó, es decir, mismos rangos, mismo punto en la historia, todo igual. No obstante, preferiría que pusieramos un orden de postear, aunque yo me permitiré interrumpirlo si es para actuar con el master o Zoroastros, ¿ok? Venga, a darle caña.

OFF: Darksik te toca

Aquella presencia seguía siendo un misterio, no sabía de que se trataba, tampoco podía saber como sería su poder.

- Quizá reagruparse sea la mejor idea.

Bel antes nos había dicho un punto de encuentro para esta noche, si mis compañeros hubieran sentido eso probablemente se hallarían en aquella plaza, pues es un sitio en el que todos podríamos coincidir.

Inicié la marcha con un paso normal, aunque no tardaría mucho en llegar. En mi mente aun seguía dando vueltas a la situación.

- ¿Qué me pasó?¿Qué fue esa presencia?

Me encontraba en el callejón del que provenia el humo de Zoroastros, pero el ya no estaba allí, en su lugar se encontraban tiradas en el suelo varias túnicas negras y sentia como si alguien estubiera observando todos mis movimientos.

- No se que ha podido pasar aqui, pero tal vez Zoroastros no esté porque ya haya ido al punto de encuetro, al fín y al cabo ya ha pasado mucho tiempo desde que nos separamos.

Pensé intentando calmarme, asi que guiado por mi instinto, decidí ir corriendo hacia el punto de encuentro donde Bel nos citó para ver si con suerte allí se encontraba ya alguno de mis compañeros.

Tras varios minutos caminando sin notar nada a mi al rededor,decidí dar media vuelta.Al fin y al cabo por aquel bosque no parecía haber nada interesante o a tener en cuenta.Al poco rato salí y me dirigí a la plaza central,donde debía ser el punto de encuentro con los demás,y aun que me costó regresar por ser un lugar completamente nuevo,lo logré.

Me sorprendió no ver a una sola alma allí,fruncí el ceño y me pregunté si algo malo había ocurrido.¿Debía llamar a los demás o era una mera sensación engañosa?