Reposando las alas

Volaba de un lado a otro, recogiendo información y reuniendo a los renegados que habían huido del reino durante el caótico reinado de Kain que había hecho marcharse a los pocos que se habían decidido a hacer algo por su cuenta y no seguir escupiendo al papel de los demonios renegados... Pero ahora era momento de descansar y tomar un trago, así que al sobrevolar la ciudad de Eliria me decidí a caer en picado hasta un callejón apartado, ocultando tras esto mis alas, mi aura y caminando con tranquilidad hacia la taberna... Así al poco pasé por la puerta, tal y como había hecho tiempo atrás, dirigiéndome a la barra para, tras pedir algo de beber dirigirme a una de las mesas mas escondidas del lugar, comenzando a saciar mi sed con tranquilidad...

Llevaba algún tiempo sin pasarme por la taberna. Tenía ganas de beber algo en buena compañía, o quizá no tan buena, pero en definitiva tenía ganas de pasármelo bien. Cuando entré vi a un demonio que no había visto nunca, aunque por su aura pude descubrir que era ciertamente poderoso.

Sebastian iba a mi lado, y cuando me senté en el taburete se acurrucó justo debajo de mis piernas.

-¡Camarero! ¡Una birra!

Cuando el dependiente me ofreció la bebida observé tranquilamente a aquel demonio.

-¿Nuevo por aquí? - pregunté cordialmente

Si bien estaba ignorando en gran parte a los que entraban y salían, no pude evitar que uno de ellos me llamara la atención... Y es que no todos los días se ve a alguien acompañado de un león de tres por uno entrar con total tranquilidad por la puerta de una taberna. No tardé en detectar su aura de un inmenso poder, quitándole importancia al ver que se trataba de un aura bastante oscura, si bien seguía siendo un humano "corriente" así que no era difícil deducir que se trataba de un cazador... Y uno de gran poder.

Estiré las piernas hacia una banqueta cercana, aprovechando que el que se hallaba en esta se había largado como alma que lleva el diablo nada mas ver entrar al gatito en la taberna. Y miré como el cazador se acercaba a mi mesa, sentándose con completa naturalidad y dirigiéndose a mi.

- Nuevo nuevo... Depende de a lo que te refieras. Pero interpretando tus palabras... podría decirse que si.

Tomé un trago de mi bebida y acaricié un poco a Sebastian, que empezó a ronronear. Aquel tipo resultaba un tanto interesante, así que decidí saber algo de él.

-Ummm, ¿por casualidad no estarás a las órdenes del rey de los demonios Aspicious? O quizá... ¿eres un renegado? - pregunté con una amplia sonrisa maléfica en mi rostro

Miré con cierta curiosidad al león mientras el humano le acariciaba, parecía una mascota normal y corriente, si se quitaba el peso extra con respecto a otros animales de compañía claro, pero a fin de cuentas parecía muy unido a su compañero.

- No, no estoy bajo las órdenes de Aspicious... Estuve durante unos minutos bajo las órdenes de el ex rey Kain, pero ya ha pasado la crisis ahora yo ocupo su lugar así que espero que no tuvieras ningún tipo de amistad con ese demonio.

Dicho esto di un trago a la jarra que se me había servido. Mirando aún con tranquilidad al cazador, parando a fijarme en la gema de su frente que parecía estar incrustada hasta el cráneo.

Al escuchar aquellas palabras comencé a reir alegremente.

-Jajaja. Entonces está bien, ese Aspicious es un estirado, no sabe pasárselo bien, jajaja. Pero veo que a tí te gusta la juerga. ¡Camarero! Una birra para mi amigo aquí sentado - vociferé sin quitar la sonrisa maníaca de mi cara.

Volví a echar un trago largo y me terminé la cerveza. Después con un gran alboroto grité pidiendo otra más.

-¡Waaah! Si que estaba fresquita. ¡Camarero otra más!

No pude evitar arquear una ceja cuando me invitó a aquella jarra de cerveza... Principalmente porque lo que yo estaba bebiendo no era alcohol, antes de volver un largo rato procuraba abstenerme a este, y por el momento no había encontrado otro método, secundariamente porque aún no había terminado mi propia jarra... Pero era demasiado descortés negarme a una invitación formal por lo que apuré mi jarra hasta terminar lo poco que la quedaba recogiendo la de cerveza y darla un ligero trago.

- Gracias por la invitación siempre es un placer. Por desgracia no puedo beber tanto como me gustaría... Puede ser peligroso para mi salud volar si por cualquier cosa me emborracho. Lo que al parecer no es tu situación viajas encima de tu león?

Mientras preguntaba esto di un pequeño trago mas a la jarra... Mirando con tranquilidad y con una sonrisa marcada e el rostro al cazador.

- Aunque ahora que me doy cuenta hay algo que podría ser interesante saber... Cual es tu nombre? El mío es Noctis.

Le miré con una cierta desconfianza. Pensé algo así como:

*Realmente tiene que ser débil este tipo para que le afecte tanto el alcohol.*
Sin embargo no le di importancia y respondí a su pregunta.

-Mi nombre es William Schcliff, líder de los cazadores del bien, y mi amigo aquí acurrucado es Sebastian. Normamente voy andando junto a él, aunque en distancias largas el me lleva, jajaja.

Elevé una ceja ante la expresión que puso por mis palabras antes de responderme con una contestación completamente ajena a dicho gesto.

- No me mires así, solo estaba intentando dar un tema de conversación que no hiciera girarse a toda la taberna si se nos escapara de volumen alguna palabra del estilo masacre, sangre, demonio... - Pronuncié esto en un tono normal, no demasiado levado pero tampoco bajo a fin de cuentas nadie podía oírnos, ya que todos se habían apartado varios metros del león y las dos extrañas personas que no parecían inmutarse al estar al lado del felino - Claro que igual ya llamamos la atención con tan solo nuestra presencia y la de tu compañero... Total poco importa, después de todo el que siga viniendo a esta taberna es porque le gusta el riesgo. Y como dudo que nadie se acerque... Cuanto tiempo llevas tu en este mundo? He de asumir que precisamente nuevo no eres, además pareces poderoso por eso me sorprende no haberte visto en una reunión a la que ciertos seres me invitaron sin querer hacerlo.. La verdad, fue un tanto patético.

Dejé mi frase en el aire, acompañándola de una misteriosa sonrisa esperando a su respuesta con tranquilidad mientras daba un nuevo trago a mi cerveza "Igual los cachorros le tenían miedo..."

Solté una leve carcajada cuando habló de dicha reunión. En realidad no sabía nada de aquello, tampoco me importaba, al fin y al cabo, no hubiera asistido igualmente.

-Quizá algunos me conozcan como el humano más sanguinario que habita la faz de Yggdrasil. Usualmente las criaturas sobrenaturales subestimais a los humanos, por el simple hecho de que viven aislados del mundo sobrenatural. Los cazadores no somos simples humanos... jajaja. Aquellos que piensan eso acaban realmente mal. Sin embargo tu pareces un tipo sensato - comenté mientras echaba un nuevo trago a mi cerveza recién llegada -. Es muy usual que se diga: "Los humanos son las únicas criaturas capaces de acabar con los verdaderos monstruos"

Antes de concluir con mi frase mi cara se iluminó con verdadera maldad.

-La mayoría de esos patanes nos tienen miedo... Los cazadores del bien no tenemos ningún en acabar con ángeles, licántropos o hechiceros. Por supuesto tampoco en acabar con demonios... jajajaja. Pero este no es el caso.

Sonreí a sus palabras, dejando un instante la jarra encima de la mesa.

- La verdad es que yo siempre he tenido dos ideales fijos sobre la humanidad... El primero es el echo de que la mayoría de los de tu especie, en mayor medida que otras razas odian todo aquello que no logran comprender... En vuestro caso, los cazadores yo diría que rompéis esa regla logrando comprender en mayor medida el mundo, si bien me dais la razón en mi segunda regla, y es que al final poco importan las razas... El poder y los monstruos residen en el espíritu y la convicción del individuo, no sería la primera vez que un humano hiciera cosas mas monstruosas o increíbles que cualquier ser mitológico... Y eso es lo que hace a algunos de los tuyos tan interesantes.

Volví a recoger la jarra, dándola un nuevo trago y sonriendo al terminar con malicia y algo de picardía.

- De todos modos quizás alguien debería haberte avisado de aquella reunión... No solo fueron criaturas del mal, si no algún licántropo y otros seres del bien, entre ellos uno de los tuyos de completamente contrarias aspiraciones... La lastima era que ara mi había una momentánea bandera blanca que por desgracia no se podía romper, aunque ciertamente lo deseé por el tiempo perdido que sucedió a la información sobre lo que sucede en Ygdrasil, y es que al parecer a los seres de la luz no se les da demasiado bien pensar en estrategias de combate...

Reí entre dientes con una media sonrisa. Tomé otro trago de mi bebida y con voz realmente siniestra hablé claramente.

-¿No lo sientes? Este es el aroma de la muerte, el aroma de la guerra que se aproxima. Poco a poco los jinetes del caos se acercan a nuestro mundo, cabalgando sin pausa. La podredumbe de los caídos, el sabor de la sangre recién salpicada y la satisfacción de la noche que se cierne sobre los cadáveres.

Apreté el puño mirando fijamente a Noctis, Sebastian se relamía el hozico y mi mirada desorbitada auguraba un gran festín en el momento de la masacre.

-¡Es momento de rezar por las pequeñas almas descarriadas que oscurecen Yggdrasil! Los seres de luz... realmente son ilusos si creen que podrán detener esta oleada de violencia. Los cazadores del bien aplastaremos toda existencia que perturbe nuestra querida oscuridad - mi voz se teñía de emoción por momentos, deseando que llegara la ocasión de satisfacer mi deseo homicida -. Finalmente... el ocaso vencerá para dar paso a lo noche eterna... jajaja... JAJAJA.

- El caso es... Que quizás estamos hablando del apocalipsis, es decir que la oscuridad y la luz serían destruidas por igual para quizás en un futuro volver a empezar desde el principio si los dioses sobreviven, y estoy seguro de que lo harán. Es decir que ahora que por fin la oscuridad esta ganando terreno de manera tan eficaz a la luz todo podría terminar por un guerra personal de los dioses... Siempre están empeñados en decidir nuestro destino, en escribir nuestra historia... Y no he cambiado mi historia solo para que sus redencilas decidan por nosotros.

Me llevé de nuevo la jarra a la boca, dando un largo trago antes de dejarla encima de la mesa aún medio llena. No sabía hasta donde llegaría el conocimiento del humano sobre lo que estaba ocurriendo, pero fuera como fuese no me gustaba la idea de verme metido por obligación a una guerra que siendo cosa de los dioses amenazaba con destruirnos no me resultaba nada agradable.

- Entonces... Sabes acaso lo que ocurre o como a mi antes de aquella reunión te faltan datos sobre aquello?

Aterricé en un callejón oscuro, ocultando mis alas y suprimiendo mi aura. Y antes de abandonarlo me cubrí la cabeza con la capucha de la túnica, no caería en el mismo error de la vez anterior. Recorrí las calles oculta bajo mi túnica oscura, en dirección hacia la conocida taberna. Había acordado reunirme con Noctis en aquél lugar. Entré rápidamente a la taberna nada más llegar y me detuve junto a la puerta para buscar a Noctis con la mirada. Tras lo que me dirigí hacia allí decidida.

- Hola. Espero no haberme retrasado mucho -Le saludé, aun sin retirarme la capucha, aunque parte de mi cabello dorado sobresaliera ligeramente hacia fuera. Me percaté entonces de que estaba acompañado-. Espero no haber interrumpido nada importante. Soy Caeli.

Incliné ligeramente la cabeza, a modo de saludo hacia el acompañante de Noctis.

Iba a responder a la pregunta de Noctis cuando entró aquella demonia. Antes de contestarse me presenté adecuadamente.

-Encantado, mi nombre es William Schcliff, líder de los cazadores del bien.

Una vez presentado me volví a Noctis y poniendo un rostro meditabundo le respondí.

-No sé mucho acerca de las piedras del equilibrio, solo sé que alguien me traicionó a causa de ello. Lo único realmente importante es que esa persona está muerta, al igual que lo estarán todos que intenten interponerse en mi camino.

Eché otro trago y concluí.

-Por supuesto, el apocalipsis es la ocasión ideal para darme un festín de sangre, no tengo nada más que me preocupe, realmente.

"¡Oooohhh...!" Enfaticé la expresión en mi mente esbozando una sonrisa maquinadora, al tiempo que miraba a Noctis con aprobación. Parecía estar haciendo buenas migas con un personaje a tener en cuenta.

- Si lo que te interesan son los seres de la luz, creo que nos llevaríamos bien. Yo tengo una cuenta pendiente con los Ángeles... -Me retiré la capucha mostrando mi rostro angelical con una marcada sonrisa de maquinación, esperando que reparara en mi aspecto. Imaginaba que si Noctis estaba tomándose algo con él tan tranquilo no sucedería nada de lo que preocuparme-. Yo soy la princesa de los demonios renegados. Y es un verdadero honor.

Arrastré un taburete hacia el lado de la mesa en el que me encontraba entre los dos y me senté para acompañarles. Fue entonces cuando reparé en el acompañante del cazador al tropezar mi pie con él al sentarme.

- Oh, interesante acompañante... Es muy guapo -Dije refiriéndome al león-. Parece muy fiel, se le ve muy tranquilo.

Compartí una mirada cómplice con Noctis después de aquello.

Mantuve el semblante sereno después de esa pequeña explosión de sadismo. Tranquilamente me dirigí a Caeli.

-Él es Sebastian, mi fiel compañero. Llevamos juntos muchos años - dije mientras acariciaba la melena de Sebastian, lo cuál hacía que éste ronroneara.

Después cambié de tema, respondiendo a la pregunta que había hecho sobre los ángeles.

-Los ángeles son seres de luz, por tanto, son mi objetivo principal. Me he encontrado con muy pocos en mi vida, se esconden bastante de tipos como yo, aunque si me presentas alguno no tendré problemas en acabar con su vida, si es a lo que te refieres - dije sin inmutarme mientras echaba otro trago a la bebida.

Tras un trabajo bien hecho, me quise dar un celebramiento de nuestro secuestro llevado a cabo con éxito. Tras atravesar las calles de Eliria, me detuve frente a un local que tenía un letrero que rezaba lo siguiente "Taberna de Eliria. No probarás nada mejor que la comida de aquí" "Jejeje, aquí es. Vamos a darnos un buen festín."

Cuando me acerqué a las puertas, unas voces salían del local, y entre ellas pude distinguir unas palabras.

"Los ángeles son seres de luz... mi objetivo principal....aunque si me presentas a alguno no tendré problema en acabar con su vida..."

Una sonrisa maliciosa se dibujó en mi rostro. Precisamente, nuestro reino había conseguido un sutil ejemplar, y qué ejemplar. La reina, ni más ni menos. Abrí las puertas con un golpe seco de mis manos, y me interné dentro con lento paso, mientras una sonrisa maliciosa se dibujó en mi rostro. Unas auras de distintos mundos se encontraban allí, entre las de humanos. Me acerqué al grupo, y especialmente a la persona de la que creía que dijo eso último. Mientras seguía manteniendo esa singular sonrisa, achiné levemente los ojos, denotando interés en la conversación. COn tono divertido, me dirigí al grupo, que estaba frente a la barra.

Perdonad la interrupción, pero he escuchado algo interesante, y creo que os gustaría saber lo que tengo que decir. Al parecer odiais a los seres luminosos ¿Me equivoco? Pues os anuncio que hemos capturado a un ángel...¡y qué angel! ¡Jajajaja! Una maligna risotada se escapó de netre mis labios. Estaba realmente divirtiéndome con esto. Luego bajé el tono, intentando recordar el nombreCreo que se llama Amy, pero no estoy segura de eso. En cualquier caso, así es, jajaja. Y tengo una pregunta ¿por qué los odiais tanto?

Cuando quise darme cuenta tenía a una vampiresa de aspecto extraño hablándome de ángeles. Lo cierto es que no me importaba mucho que hubieran capturado uno, al fin y al cabo matar a un preso no es para nada gracioso. No es placentero si no ha sufrido una caza previa. Igualmente contesté encogiéndome de hombros.

-¿Acaso necesito una razón para odiar a los ángeles? Ellos simplemente creen que pueden solucionar los problemas del mundo con su luz, y eso choca con nuestra oscuridad. No me importan qué es lo que sean o qué pretenden, simplemente yo los mato por el placer de la caza.

Después miré fijamente con una sonrisa psicópata a aquella pequeña vampiresa.

-Lo cuál quiere decir que no tengo sólo por qué matar seres de luz.

MI cara se descompuso levemente cuando con locura, me dirigió esas "sutiles" y alentadoras palabras. Intenté desembarazarme de la situación, para salir airosa.

Ehh...pero acababas de decir que los oidas...y eh...no te he hecho nada como para que tengas que hacerme nada... Retrocedí un par de pasos, con las manos moviendo un dedo, negando que se dirigiera a mi, mientras observaba perpleja su rostro.

Comencé a reír a carcajada limpia, tanto que casi me lloraban los ojos. Tras un largo rato riendo dije a la vampiresa con un tono amistoso.

-Pues claro que no te voy a hacer nada, no tengo nada en contra tuya, eres una vampiresa.

Me levanté y la cogí de la barbilla con suavidad.

-Al menos de momento no me has hecho nada, y espero que sea realmente así - esas últimas palabras fueron dichas con una gran sonrisa maquiavélica en mi rostro.

Justo después la solté sin eliminar mi siniestro semblante e hice una pequeña reverencia a modo de saludo.

-William Schcliff, líder de los cazadores del mal, un placer. ¿Y cuál es tu nombre, pequeña vampiresa?

Al parecer, este hombre es "simpático" y muy bromista. Su carcajada era tan sonora como la mía cuando algo me hacia gracia. Bien podía parecerse a mi en el sentido de la ironía. Luego se dirigió a mi, diciendo que no me haría nada, por ser vampiresa.
Me tomó de la barbilla, e inmóvil, dejé que me dijera lo que quisiera decirme. Luego me soltó, y se presentó. Un suspiro de alivio leve se esfumó a través de mis labios carnosos. Volvió una sonrisa maligna, un poco forzada, a mi rostro, y le dediqué una mirada graciosamente divertida.

Aaah, jejejeje, ya decía yo que era muy extraño, jejeje. Y por mi parte no te preocupes, no te haré nada malo...en principio, jajaja. Soy Angeline Breedlove, un gusto en conocer a alguien tan galán, jajaja.

Tras presentarme, incliné levemente mis rodillas, tomando por cada lado, mi vestido con ambas manos. Una reverencia un poco formal, pero era uno de mis sellos de identidad. Luego, me giré, y me di cuenta de que este hombre no estaba solo. Dos personas de aspecto...digamos diferente nos rodeaban, y en parte me gustaba aquello, pues estaban "O eso espero" de mi lado. Me giré primero hacia el hombre, e incliné levemente la cabeza, luego repetí la acción dirigiéndome a la joven.

¿Y a quiénes tengo el placer de vislumbrar con tanta maravilla?

OFF: Angeline, tanto Noctis como yo tenemos el Aura suprimida, no has podido detectarla. Y no parecemos precisamente demonios a primera vista xD

ON:

Apareció una vampiresa en la taberna. Lo cierto era que era el último ser que en aquél momento me esperaba ver. Aunque también era la primera que tenía el placer de conocer en persona. Nos trajo unas nuevas que bien podrían haber resultado gratificantes, ya que dicho ángel no danzaría durante un tiempo sembrando su luz por Yggdrasil. Sin embargo, al escuchar el nombre de la capturada, mi rostro se descompuso, tornándose en una mueca de náuseas e ira. Yo había estado a punto de matarla, si no lo había hecho era porque consideraba el poder de todas las criaturas para enfrentar el Apocalipsis por más ser de luz que fuera y más aversión le tuviera.

Comencé a aplaudir secamente con una mirada de desprecio...

- ¿Y realmente consideras una gran victoria el haber capturado a una Ángel en los tiempos que corren? -Realmente no me interesaba la respuesta, pero no pude evitar preguntar aquello con sorna-. Espero que quien ordenara su captura tuviera un buen motivo más que cubrirse de gloria, porque supongo que estarás enterada de lo de las Piedras y el Apocalipsis que causará su ruptura y desmoronamiento del equilibrio...

Realmente no trataba de dar lección alguna con esto, sino demostrar mi profunda decepción, ya que consideraba que éste y no otro fuera el mejor momento para salir de caza.

OFF GLups, se me olvidó ese "pequeño" detalle, jejeje. Bueno, pues...podría arreglarlo cuando acabe este post.

ON La señorita demonio parecía haberse enfadado al oir el nombre. Pude notarlo en su tono seco con el que me respondió. Dió un pequeño y seco aplauso, y me hizo una pregunta, la cual me gustaría a mi responder. Respondid con seriedad, pero alguna risita se me escapaba de vez en cuando.

Según tengo entendido, sí, jajaja. Nos vendría excelentemente bien para estar en contra de nuestros...grr...odiados y odiosos enemigos...Los odio...

Comencé a gruñir levemente, mirando hacia otro lado. Pero me di cuenta de que no era el momento de enfadarse por aquello, así que volví a lo que nos incumbía, con tono gracioso y en cierto modo divertido.

Y la verdad que no, no esperaba cubrirse de gloria, sino conseguir recluir a sus enemigos. El asunto de las piedras...no sé a qué te refieres. Francamente, de esto no me habían informado. Pero si dices que esto es el antecedente de un apocalipsis...

Silencié mi respuesta. La verdad, estaba más desinformada de lo que creía. ¿Acaso me estaban ocultando cosas o simplemente no di tiempo a mi reina a que me comunicara esos asuntos? Continué mi exposición, con interés y seriedad.

Quizás debamos meditar la cautividad del ángel. Pero, una pregunta, señorita. Dije con tono interesado, y con una sonrisa maliciosa plasmada en mi rostro.

¿Por qué cambió su parecer en cuanto nombré a nuestra prisionera? Algo me dice que ha tenido problemas con ella ¿No es así?

La pregunta vino acompañada de una sonrisa socarrona, y con ojos atravesantes, y gratificados. Era un ángel odiado por su parte, o eso deduje. Si era así, sería una interesante baza ofrecerla de recompensa al Infierno, a cambio de algo que nos beneficiase.

Off: Perdón por la desaparición estaba en cama enfermo xD

On:

No pude evitar reírme por lo bajo cuando Caeli aplaudió secamente a la recién llegada y protesto por la captura de la ángel... Me resultaba algo curioso e inusual esa reacción, mas cuando sabía el odio que irradiaba mi princesa ante cualquier ángel del cielo, mas que el que pudiera sentir contra cualquier otra raza... Así que tras mi risa simplemente miré a Caeli.

- He de suponer que te has encontrado con esta ángel en cuestión... Bueno, no importa demasiado, si han podido capturarla con tal aparente facilidad no creo que haya problema alguno porque se ausente de la guerra... Tanto mejor, los ángeles suelen entorpecer demasiado sin alguien que les dirija bien - Ahora me giré hacia la vampiresa, había conocido a algunas de su raza si, algunas, estaba empezando a pensar que en Yggdrasil las vampiresas habían dejado a sus "hombres" encerrados en la cocina, porque no veía a ninguno - Tengo dos preguntas para ti... Lo primero, no crees que preguntarle a una persona de claro nivel superior al tuyo sobre sus problemas personales en un tanto descarado... y quizás perjudicial para tu salud? Y después, no sabrás por casualidad el rango del cual gozaba la ángel que habéis capturado?

Dije esto con frialdad, mientras mi rostro se tornaba casi carente de emociones, a excepción del indescriptible terror que infundían mis ojos, clavados ahora en los de la vampiresa, algo que muchos humanos y seres sobrenaturales les habría hecho temblar como si hubieran pasado en medio segundo del mas caluroso desierto, al mas frío de los glaciales... Después, sin mas mi semblante volvió a una apariencia normal, mientras daba un nuevo trago a la jarra que se encontraba en mis manos, como si lo anterior hubiera sido solo una cruel broma... si bien podía ser o no ser así, pero al menos un mensaje había quedado claro, cuidado con las preguntas y el tono y comportamiento que muestres en ellas quería dejar claro a la vampiresa que a la hora e hacer preguntas inquisidoras tenía cierta desventaja.