Buscando habitación

Cuando entramos al castillo me giré para mirarle. Bueno, aquí lo tienes. No es gran cosa pero te servirá. -dije riéndome.

Tras una pequeña caminata llegamos ambos al castillo, en todo momento fui guiado por Ian. Entramos en el castillo de piedra que el me enseñó a lo lejos, ahora más cerca que nunca. Abrió la puerta principal, pasando a su interior, girándose para hablar conmigo -Si supieras como he vivido estos días atrás...- dije, bromeando un poco con su comentario, con una leve sonrisa. Miré a mi alrededor, observando la estancia -Y ahora que estamos en un lugar más tranquilo...- dije, buscando las palabras -¿Cómo logras controlarte?... yo siempre temo transformarme... siempre causo algún estropicio- suspiré, esperando unas palabras de aliento.

Pensé en aquellos tiempos en los que el lobo me controlaba a mí más que yo a el. Al principio cuesta y duele mucho ya lo sabrñas. Pero con el tiempo le vas controlando, con el tiempo y esfuerzo. Aún así, a solo me causó problemas al principio. Es diferente en cada persona y cada lobo.

Escuché sus palabras, atento, como si se tratase de un mentor más que de un amigo -Comprendo... ojalá sea así- sonreí -Aunque... empiezo a perder la esperanza tras algunos años... quizás deba aceptar que, en el fondo, soy una bestia sin corazón...- dije, melancólico, recordando el asesinato de mi hermano...

(OFF: joer si ves que no te contesto mandame un MP que es que se me olvida xD)

Todos somos bestias, pero lo del corazón tendrás que demostrarme que no lo tienes ya que no lo creo. -dije sonriendo. Bueno si quieres elige una habitación y vete a bañarte.

(OFF: Está bien, si veo que se te va la cabeza, te envío un MP xD)ON:

Noté cierta confianza proveniente de él, era la primera vez que alguien realmente había depositado algunas esperanzas en mí, además de haberme subido la moral tras recordar ese triste momento de mi vida -Gracias Ian... pensaba que los demás de mi especie eran más crueles...- dije, eliminando todos los prejuicios de mi mente -Y me quedaré en esta- dije, acercándome a una habitación cualquiera -Me daré un baño e intentaré dormir... ha sido un día duro- terminé de decir, en la puerta de la habitación, esperando a que él se marchase, como muestra de respeto.

Me sorprendió ese comentario. ¿A cuantos licántropos habrá conocido?. Hay de todo. -dije riéndome. Bueno duerme bien que mañana tengo que hablar contigo vale? -dije antes de girarme e irme del lugar.

-A la orden- reí un poco, tomándome su aspecto de líder un poco a broma. Cuando se marchó entré en la habitación, soltando sobre una mesita la maleta de cuero. Suspiré, mirando a mi alrededor, observando la habitación -Je... que curioso, me recuerda a mi habitación de cuando era niño- esbocé una sonrisa, acercándome luego al zurrón de cuero.

Rebusqué en él, sacando algunas de mis prendas, preparando las cosas para darme un buen baño. Me desvestí, entrando en la bañera y relajándome un poco mientras me dejaba reluciente cual lingote de oro. Salí al cabo de unos minutos, poniéndome la ropa que usaba para dormir, acercándome a la cama. Me eché en la cama, bastante abatido "Hace ya mucho que me tienes retenido... algún día me rebelaré... ya verás..." dijo algo dentro de mi cabeza, a lo que yo hice caso omiso, girándome e intentando dormir.

Al día siguiente, tras despertarme, comí un ligero desayuno que llevaba guardado en el zurrón, vistiéndome tras eso. Me preparé para salir, sentándome en una de las sillas, mirando por la ventana pensativo mientras esperaba a que Ian llegara para decirme lo que tenía pensado.

(OFF: buf que rapido pasa el dia jajaj)

Al día siguiente llegué a su puerta y llamé, esperando que abriese.

Mientras me relajaba mirando el paisaje alguien aporreó la puerta de mi habitación, haciendo que que me levantase para ver quien se encontraba al otro lado. Giré el pomo, tirando de la puerta, viendo Ian al otro lado -Ah... hola Ian- sonreí -Estaba esperándote ¿qué era lo que querías contarme?- pregunté, con curiosidad.

---

OFF: El tiempo, que pasa volando xD. De todos modos, ya era de noche, así que tampoco está muy cogido por los pelos.

Ofréceme entrar hombre de dios. -dije entrando por mi cuenta y sentándome en la cama. Esperé a ver que hacía el.

-Eh... ah sí, claro- dije, viendo como pasaba aún sin mi permiso. No le di mucha importancia, cerrando la puerta cuando él entró. Moví la silla que tenía colocada junto a la ventana, poniéndola en frente de donde él se sentó, esperando a que dijese algo "Siempre tan sumiso... esperando a que los demás te den las órdenes..."

Son preguntas rutinarias para saber más de ti. -dije mirándole a los ojos.
Lo primero, que opinas de los vampiros?

-¿Rutinarias? Ah vale... pregunta lo que sea- dije, atento a lo que dijese, entrecruzando miradas. Hizo la pregunta, aunque me dio que pensar -¿Los vampiros? Pues...- me llevé el dedo índice a la boca, mordisqueando un poco la uña, pensativo -Personalmente, solo he conocido a uno... y pese a que le intenté robar... no parecía mal tipo, ni siquiera tomó represalias. Y. en general, pienso que son un poco como nosotros... sólo necesitan comprensión con su "problema" y alguien en quien confiar- terminé de decir, mirando a Ian, esperaba que mi respuesta no le desagradase en ningún sentido.

El mundo necesita más gente que no sienta necesidad de matar a otras razas. -susurré para mi, no sabía si me había escuchado.
Pues de inicio te pongo al tanto. Como sabrás, y si no lo sabes ya te lo digo, los licántropos y los vampiros estamos inmersos en una guerra ancestral que quizás tenga miles de años, y el odio se fue traspasando de padres a hijos, etc. Desde que llegué al poder se produjo una especie de pacto ya que la reina de los vampiros es mi prima, pero hace relativamente poco ese pacto se rompió y han vuelto las viejas rencillas. No te voy a decir que no hables con ellos, pero si que tengas cuidado. -terminé callándome para ver que efecto producían mis palabras en él.

Escuché su historia, con bastante atención, sintiéndome por unos instantes un poco idiota por no saberlo. Al parecer hubo unos momentos de tranquilidad... aunque se volvió a producir la guerra entre ambas razas. Miré por unos segundos al suelo "¿Has oído, Rick? A partir de ahora, en cuanto nos topemos con un vampiro, déjame llevar la situación... a veces eres demasiado inocente" comentó Cirk, mientras volvía a mirar Ian... la verdad es que, por una vez, estaba de acuerdo con mi otra mentalidad -Entendido Ian... a partir de ahora, tendré todos mis sentidos en orden si me topo con un vampiro... por muy bueno que parezca- comenté, con una expresión seria.

Tenía puestas bastantes esperanzas en este chaval, bastante más que en Aiji, que lo único que se le ocurrió al llegar era traer a Itachi al reino. Trátales bien pero con cuidado.
Esto es más importante, sabes quién es Omega?

Asentí a su sugerencia, oyendo la segunda pregunta, me mantuve por unos segundos callado indagando en mi memoria... aunque sin éxito -Lo siento pero, por desgracia, no... he vivido demasiados años preocupándome de seguir entre los vivos que apenas sé nada del mundo... ¿quién es?- expliqué mi situación, devolviéndole la pregunta al terminar, bastante curioso ya por el propietario de ese nombre.

Se trata de un ser que no es de carne y cuerpo y tiene la apriencia de un brujo con mucho poder. Este ser tiene como objetivo cargarse unas piedras que sostienen el equilibrio del mundo. Si estas piedras se rompen no sabemos que puede ocurrir. Ya solo quedan 2 piedras hasta donde yo sé y eso es un grave problema. Este ser es algo así como lo contrario a los dioses, pura destrucción, pura maldad. Ni el rey de los demonios le llega a las suelas de los zapatos en cuanto a oscuridad.
Intenté hacer una reunión para ver si podíamos hacer algo pero todo salió mal, fruto de esa reunión es la ruptura del trato con los vampiros. -me volví a callar para volver a ver su cara.

Escuché la historia, con el rostro algo extraño, todo aquello me daba un poco de preocupación... nunca había pensado que algo así pudiere estar pasando -Pero... aunque una de las veces haya fallado, hay que volver a reunirse...- dije, comprendiendo la situación -No podemos dejar que esa... cosa... le haga nada a los pilares, que según tú dices, son tan importantes... Además, he vivido en el entorno humano por muchos años, y no parecen estar alertados de ello... aún poniendo en riesgo nuestra discreción... creo que deberíamos aunarnos todos...- tenía un tono imperativo... aunque pronto se me pasó, poniéndome un poco sonrosado -O eso... es lo que haría yo...- terminé de decir, avergonzado por mi reacción.

Sonreí cansado. Muchos nos odian ahora, y la mayoría se están preparando para luchar. Es más, creo que Omega no vendrá solo, tendrá algún ejército o algo así. Los reinos renunciaron a reunirse y luchar todos juntos aunque tuviésemos más poosibilidades para luchar ellos solos, o con sus alianzas.

Escuchaba todo lo que decía, atento. Al parecer... no sería fácil que todos nos aunásemos contra aquella amenaza, llamada Omega. Cuando terminó de hablar, comprendí la situación -Ya veo... pues si no nos podemos unir para vencerle, al menos, que no nos pille con las defensas bajas- dije, con bastante decisión -¿No crees, Ian?- pregunté, esperando una respuesta. La verdad... ese comentario iba dirigido al supuesto entrenamiento del que hablamos el día anterior.

El príncipe Aiji se está ocupando de entrenar y preparar a los licántropos. Pero contigo voy a hacer un caso especial, el entrenamiento te lo daré yo mismo. -dije suponiendo que se refería a eso. Por cierto, me dijistes antes que tu olfato está algo escaso, eso es muy importante entrenarlo.

"¿Aiji? ¿Quién sería?..." pensé, sin muchos resultados, el único licántropo que conocía a excepción de Ian era Andrew. Me sentí bastante halagado al oír que el propio Líder de los míos me entrenaría, aunque me tragué esa euforia para no parecer más crío de lo que ya aparentaba. Volvió a comentar el detalle de mi olfato, a lo que yo no tardé en contestar -Sí... creo que todo se debe al haber estado rodeado de olores fuertes muy a menudo, además de que he tenido que depender más de la vista y el oído- dije, un poco en mi defensa -Aunque tampoco está tan "atrofiado"... a unos cinco metros ya soy capaz de identificar a alguien- alegué por último, explicándole en detalle de lo que era capaz... al menos de momento.

Pero vamos no te preocupes, si tienes la vista y el oido bastante desarrollados podemos empezar desde ahí. Pero ahora no nos vamos a preocupar aún. -dije cambiando de tema. Cuando llegastes aquí, a quien has conocido? -simplemente por curiosidad.