La Meseta Silbante

Una semana habia pasado desde que comence a enseñar a Wataru el baile de los elementos, era hora de ir a la siguiente parte del entrenamiento. Volaba no a mucha altura buscando aquel lugar, la Meseta Silbante, aquella meseta de hielo tambien conocida como el Templo de los Vientos original, situada en una zona en la que abundaban las ventiscas.

Un silbido capaz de oirse a kilometros llego a mis oidos, mire hacia la procedencia de aquel sonido y alli estaba ante mi, en pleno funcionamiento el Templo de los Vientos, una meseta con una cueva esferica con una entreda en el techo diseñada para entrenar. El inicio del entrenamiento se marcaba con el sonido del viento que pasaba por las abreturas en forma de tuberias que conducian a la cueva esferica, y cesaba cuando la ventisca amainara dejando sin fuerza al viento que pasara por las tuberias, mas no habia mucho tiempo entre una ventisca y otra, tendremos que meternos rapidamente en la cueva una vez cese el silbido.

Me puse a esperar a Wataru a quien le habia enviado un mapa para que no tardara en localizar la zona, aunque el ruido tambien facilitaria nuestro encuentro.

Intenté seguir las indicaciones del mapa que me dió Darksik, perooo... * ¡¡¿¿A QUIEN SE LE OCURRE HACERME UN MAPA EN UNA DE LAS SERVILLETAS DE LA TABERNA??!! no se entiende ni "papa", bueno, almenos me dijo que podria guiarme facilmente por unos fuertes silvidos provenientes del templo, y por muy lejos que estubiera ese templo, tube una idea para poder encontrarlo rápidamente.

-Koromori, ¿has oido algo?

Volando justo delante de mi se encontraba Koromori, el murcielago que me regaló Luccie, al parecer ya habia oido los silvidos del templo y comenzó a volar en dirección a este, no tardé mucho en llegar al lugar y encontrarme alli con Darksik, le saludaba ajitando el brazo mientras me hacercaba.

-¡¡¡HOLAAAAAA!!!

grité, pero con el ruido no creo que llegara a escucharme.

Logre divisar a Wataru, me acerque a el agitando la mano a modo saludo, comence a hablarle al oido con un volumen que se oyera a pesar del silvido proviniente del templo.

-Muy bien, este es el templo, aqui el sonido es muy alto mas si te molesta no te preocupes, en la antecamara y en la sala de entrenamiento el sonido es menor. La entrada esta en la parte superior de la meseta, en cuanto cese el silb...

El silbido cesó, era nuestra oportunidad, agarre a Wataru e impulsado por el viento entramos, por una abertura no muy grande, en la antecamara. Era una habitacion, hecha completamente de hielo, en la que alguien podria vivir perfectamente, con una decoracion no muy habitual pero cuyas formas pegaban bastante, con la naturaleza del hielo. Otra tormenta comenzó y con ella, el sonido, el cual aqui era mas suave y armonioso, incluso se oian variaciones, era como si en aquella sala hubiera un flautista deleitandonos con su musica.

-Ponte comodo, aun hay tiempo hasta que podamos entrenar. Espero que te guste la sala jeje.

Dije sentandome en una silla, con una gran sonrisa en la cara.

-El entrenamiento lo empezaremos, bailando sin preocuparnos del otro, esto sera lo mas parecido que podremos tener con una batalla real. Aqui te centraras en los pasos, mas tendras que moverte con soltura, las corrientes de aire golperaran la pista con fuerza, si tienes mala suerte puedes quedarte en un punto en el que recibiras golpes hasta que acabe la tormenta, mas nos vale tener cuidado.

Dije riendo como si no me preocupara demasiado.

De todos modos, en la pista, hay pequeños agujeros, con un diametro menor a la longitud del dedo meñique, que comunican, con unos lagos subterraneos, asique si te pillan cubrete con el agua.

Desde mi silla, se veia, a traves del agujero en el suelo que comunicaba las salas, las gotas de agua que salpicaban tras los golpes de las corrientes de aire sobre la pista.

Esa sala era perfecta, escuché a Darksik hasta el final y cuando acabo alcé la mano, del hielo surgió un trono que dejó en relevancia su silla y donde me senté.

-Creo que no me hace falta ese agua, sin contar mis garrafas, tengo las paredes, tengo defensa de sobra en este lugar.

Dije riendo.

Vi el trono que se hizo Wataru, estaba bastante bien.

-Wataru en la antecamara haz lo que quieras pero... en la sala de entrenamiento, no manipules las paredes, el mas ligero cambio podria hacer que el templo dejara de funcionar, por eso estan los lagos subterraneos, sino habria omitido esa parte.

Seguia observando como las gotas salpicaban tras los impactos del viento.

-En cualquier caso, disfruta del entrenamiento, no creo que hayas hecho un entranamiento parecido, no es muy usual bailar para entrenar con un compañero.

Por fin el silbido habia finalizado, me deslice por el hueco del suelo a la gran camara de entrenamiento.

-Aqui se inicia nuestro dueto, eh Wataru, la cuchilla de hielo voladora entra en accion. Comenzaremos con el segundo de los bailes, lento pero continuado, no dudes usar tu elemento si es necesario.

Alce mi pierna derecha doblandola y cruce mis brazos enfrente de mi cara

LA CUCHILLA DE HIELO VOLADORA, DANZA DE LA TORMENTA

El silbido comenzo a escucharse solo unos segundos, nos separaban del inicio.

-Animo Wataru, demuestra quien eres.

La primera rafaga de aire golpeó enfrente nuestra, el baile inicio, nos movimos del sitio inicial, donde calló la segunda de las rafagas. Ahora cada uno iria por su lado.

OFF: Añadimos banda sonora. https://www.youtube.com/watch?v=wq3CvBvEcfc&feature=related

Solo podia seguir los impulsos de mi cuerpo, en ese momento no pensaba en "bailar", sino en esquibar esas ráfagas, una ráfaga de viento vino directa hacia mí y me golpeó en el pecho tirándome al suelo, me levante lo mas rápido que pude y cerré los ojos, me dí cuenta de que si queria poder esquivar esas ráfagas no me tenia que dejar guiar por la vista de mis ojos, sino por la de mi aura, noté como una ráfaga me iva a impactar en el hombro derecho y me giré mi cuerpo rápidamente, solo de cintura para arriba para poder esquivaro, un segundo despues vino otra justo al hombro contrario y ejecuté la misma acción de antes.
Una tercerá ráfaga vinó directamente a mi cara y por acto reflejo me incline hacia atras, tanto que tube que apoyar las manos en el suelo para terminar haciendo una voltereta perfecta hacia atras, *Uff, esa ha estado apunto de rebentarme la cabeza...* pero otra ráfaga venia oculta detras de esta... *¡MIERDA!* No pude evitar sacar de su baina mi espada y ponerla frente a mi rostro para evitar el daño, pero la ráfaga era tan fuerte que izo que mi espada saliera disparada por los aires y terminara en otro lugar de la sala. Me encontraba en serios problemas.

El baile me guiaba las rafagas pasaban a mi alrededor, el dulce silbido me animaba, esto no podia ser mejor, me movia por toda la sala, los giros evitaban mis choques con las rafagas, que acababan salpicando al impactar con el suelo.

Derrepente, el sonido de la espada de Wataru contra el suelo me hizo abrir los ojos, se encontraba un ligero problemilla, no habia contado con que era la primera vez que el entrenaba aqui, por otra parte yo ya estaba mas acostumbrado, despues de todo este es mi santuario.

Tendria que ir a ayudarle, clave mi pie en el suelo, cambiando drasticamente de direccion, varias rafagas se dirigieron hacia mi, apoye mi mano en el suelo haciendo el pino, me impulse y pase por encima de las rafagas, al caer vinieron varias dirgidas a mi cabeza, me agache y gire haciendo un barrido con la pierna derecha.

Wataru ya estaba cerca mas unas rafagas iban a por el, lance dos corrientes de aire para que colisionaran y se anularan. Agarre a Wataru del brazo y sali corriendo al centro de la sala, el aire seguia viniendo hacia nosotros, solte su brazo, salte girando horizontalmente con respecto al suelo, guiando a Wataru con mi viento, en los movimientos.

-Ahora mismo te estoy moviendo yo, centrate, intenta buscar el momento en el que puedas iniciar el baile con soltura, avisame y dejare de guiarte para que tu mismo decidas tus actos, eso si, pase lo que pase, no te pares en un sitio fijo o te pasara lo que acabas de comprobar.

-Sigo sin estar muy seguro de poder hacer esto tio, pienso que si me sueltas me terminaran matando estas rafagas

Le dije a Darksik aun controlado por el.

-De momento no pienses en intentar bailar, concentrate en esquivar las rafagas moviendote normal, sin preocuparte por hacer movimientos dificiles, una vez le cojas el punto, lanzate a intentarlo. Ademas, no decaigas, para aprender a levantarse uno tiene que caer primero.

El silbido se difumino hasta desaparecer, la siguiente ventisca tardaria unos minutos, mire a Wataru sonriente.

-Ve a por tu espada, no es buena idea, que no la tengas a mano. Jeje. Bueno... ¿continuamos... o hacemos un descanso?

Fuy corriendo a por mi arma clavada en el suelo y volví rápidamente junto a Darksik, respiré profundamente y comenzé a contraer mi aura, está vez no me daria ninguna ráfaga, mire a Dark.

-¡Sigamos!

Dije en un tono seguro.

Esperamos tranquilamente a que pasara el tiempo entre una ventisca y la siguiente, recuperando el aliento y las fuerzas para la siguiente ronda. De nuevo el sonido hizo su aparicion, otra nos tocaba, estabamos ya esperando a que todo comenzara perparados para dar el cien por cien. La primera rafaga hizo su aparicion dirigiendose hacia nosotros, no fue muy dificil esquivarla con un simple giro, otras tres rafagas se dirgieron a mi. Hice un barrido para agacharme y evitar la primera, acto seguido salte manteniendo mi giro en el aire, para evitar la segunda, para la tercera lance una de mis propias rafagas pues no me quedo otra alternativa. Continue con el entrenamiento, estando un poco pendiente de como le iba a Wataru, aunque no creo que entrara en sus planes rendirse y seguro que esta vez tardaria mas en ser derribado.

Esta vez estaria preparado, ya no me ivan a cojer de sorpresa esas malditas ráfagas, desenfundé mi espada antes de que el sonido comenzara y suprimí mi aura para poder captar las ráfagas.

La prueba volvió a comenzar y en poco tiepo dos ráfagas se dirigian a mí, sabia que esta vez devia evitar ser derrotado y esquivarlas como sea, las dos ráfagas venian a la altura de mi cabeza y mis piernas, asi que salte de cabeza entré las dos con mi arma por delante, al caer al suelo dí una voltereta que concluí con un tajo vertical que eliminaria otra de las ráfagas. Pero algo seguia fallando, mis movimientos con la espada eran demasiado lentos, no podia perder tanto tiempo en atacar, pero pronto se me ocurrió algo, dos rafagas se dirigian a mí con bastante diferencia entre sus distancias, a la primera le lancé mi arma para poder desviarla y asi quedarme desarmado para poder crear en mis manos las cuchillas que utilizamos darksik y yo en nuestro primer entrenamiento y utilizar esas cuchillas para saltar sobre la ráfaga y cortarla en pleno vuelo volviendo a terminar en una voltereta.