Problemas con Andrew.

OFF Vengo de aquí. https://creatureswars.forosactivos.net/t1387p15-informaciones-amy-y-luccie Y en vista de que Luccie no responde al tema, pues tendré que seguir sola.
ON

Tras el largo vuelo que me permitió salvar la distancia entre la Isla de Samasha y el Reino Licántropo, me dejé caer con suma suavidad, aleteando suavemente con las alas, ante las puertas del Reino. Mi semblante parecía serio, molesto, ligeramente enfadado. Aun así, estaba preocupada. Ojalá que no haya hecho nada malo a ellos. No...no puede ocurrir. No creo que él haya hecho nada malo. Pero me afectó lo que me dijo Luccie allí en la Isla. Esperé a que alguien viniera a recibirme, mientras yo sólo mantenía la cabeza gacha, con la mirada oscurecida por mi propia sombra, para que no vieran mis ojos enfadados, pero con algo de esperanza.

OFF: siento el retraso, tenia muchos examenes >
Alcé la cabeza, notaba una presencia en mi reino. Me encontraba en una de las torres traseras del castillo, meditando, necesitaba un poco de aire fresco despues de tantos quebraderos de cabeza que ultimamente no cesaban. Entonces pude notar cerca un olor familiar. Me introduge en el reino y comencé a bajar las ecaleras.

Dos soldados licantropos que vigilaban por la zona vio con Amy, que estaba a a las puertas del castillo. Se acercó a ella, habia tenido sabiendas hacia poco de la alianza con los angeles, por lo que no la trató con hostilidad por irrumpir en nuetro territorio, si no todo lo contrario siguiendo ordenes del rey. Se acercó a ella, olía enojo, decepción y duda, pero no dijo nada ante ello, no era de su incumbencia el estado de animo me la reina, el era un simple soldado.

-Buenas noches, señora. Que desea?-dijo, tratando de ocultar a la sorpresa de verla allí, nunca antes habia aparecido por aquellos lugares.

El castillo era de piedra antigua, pero firme y resistente. Varios soldados caminaban de un lado al otro en las torres, haciendo guardia. Alguno no pudo evitar echar el ojo, mirando con curiosidad a la reina de los angeles; mas de un licantropo no habia visto nunca un angel, mucho menos tan cerca y de tal poder.

Levanté la vista, dejando ver mis ojos verdosos ante la vista del guardia. Una preocupada mirada observaba los ojos del guarda con profundidad. Pero..¿y si era verdad? Esperaba que no...Andrew ha sido muy bueno conmigo...no puedo creer que haya roto el pacto. No, es imposible. Al oir al guarda, me dirigí a él en voz baja, con el mismo rostro preocupado que el anterior.

Buenas noches, caballero. Necesito de su ayuda tan sólo un instante. ¿Podría hacerle saber a su eminencia que yo, Amy Sunie, me encuentro ante las puertas?

Quedé quieta, mirando a los ojos del guarda. Podía ver que al fondo estaba el castillo de piedra antigua. Bello, delicado y muy estético. Sí, era una unión armónica. Hay mucha actividad también. Al ver que algunos soldados desvían la mirada hacia mi, les dedico una mirada fugaz a cada uno, todavía con el mismo semblante preocupado. ¿Llamaré mucho la atención después de todo?

El soldado se quedo algo parado al principio, pero entonces penso que era logico que quisiera ver a su rei.

-Como gusteis, señora... Seguidnos-dijo el mismo soldado, poniendose aun mas fierme cuando giro y comenzando a andar hacia el castillo. Una vez dentro, las puertas se cerraron tras de si.

Terminé de bajar las escaleras y miré a Amy, sonriente, tratando de quitarme de encima un poco los quebraderos mentales que tenia.

-Amy! valla sorpresa. ¿que te trae por aqui?-la dije mientras terminaba de bajar por las escaleras. A medida que me iba acercando a ella, mi sonrisa se fue desvaneciendo poco a poco, olia su preocupacion, mezclada de enfado y algunos sentimientos mas, por no hablar de su expresión. Quedé callado un momento y la miré preocupaco-¿Que te pasa?-dije terminando de acercarme a ella y acto seguido haciendo un gesto para que los soldados se retirasen.

Al oir a los soldados que les siguiera, les seguí intranquila, observando de un lado a otro. No me fijaba en los detalles, estaba demasiado preocupada, aunque la leve imagen que se me pudo grabar no era precisamente horrenda. No, era bastante bella. Sin embargo, pronto alcancé el lugar al que quería ir, todavía confusa por mis pensamientos. Oí el saludo de Andrew, y en voz baja, saludé, intentando ser lo más dulce posible.

Hola Andrew...

Me quedé quieta, mientras que los soldados se fueron de la sala. Al parecer, Andrew no sabía nada, o eso creía. Se acercó a mi, y me acerqué yo a él, con pasos lentos, hasta estar a escasos centímetros de su rostro. Una expresión preocupada clavaba su atención en él, en sus ojos chocolate. Los ojos verdosos se empañaron levemente con un líquido transparente. Sin mover nada más que los labios, le respondí con lentitud, un poco melancólica.

Andrew...vengo por algo importante...me han dicho que hicistes daño a una vampiresa....¿Es eso cierto..?

Mi rostro paso de minimamente preocupado, a tremendamente preocupado cuando vi sus ojos cristalinos inundarse de esa esencia translucida. Eché la cabeza un poco hacia atras, por verla asi, y a la vez por escuchar sus palabras.

-Pe...pero que demonios? Amy, tran.. tranquila-la dije alarmantemente preocupado mientras la tomaba con cuidado de los hombros y la acerqué a mi abrazandola, tratanto de consolarla-..yo... he echo daño a muchos vampiros a lo largo de mi vida Amy, lo siento... pero... no... no se a que te refieres con todo esto...-dije sincero, no lograba caer en lo que queria decirme, que yo supiese me habia enfrentado con muchos, pero que habria pasado para que se pusiera de tal manera?-ven, este no es un buen lugar para hablar... vamos a un sitio a solas.-la comé de la mano despacio, esperando que quisiera acompañarme. Entonces con paciencia y lentitud subimos hasta una sala pequeña, entrando en ella. No estaba lujosamente adornada, mas bien era sencilla, pero del prestigio que puede llegar a tener un castillo. Habia una mesa en medio y varias sillas, como para reunirse. Alrededor de la sala habia varios sofas, la senté en uno de ellos y acto seguido me senté yo rapidamente junto a ella, mirandola aun con preocupacion-pu...puedes explicarme que pasa... porfavor?

Me dejé llevar, con lentos pasos, hacia él, notando su abrazo. Yo no hacía más que dejar mi cabeza apoyada en su pecho, y hablar hacia él. Mi voz se apagaba en su sólida piel. Las lágrimas que me empañaron los ojos finalmente se dejaron caer por mis mejillas lentamente. Sin mediar palabra alguna, noté que me tomaba la mano, y le seguí, en todo momento sin soltarle la mano, por las escaleras. No estaba muy alegre esta vez, la verdad. Es curioso, no sabía que podía ponerme así de triste. Finalmente alcanzamos la habitación donde quería que estuviéramos solos. Ambos solos. Sencilla, pero efectiva, aunque no me fijé mucho, sólo podía mirar la espalda de Andrew, que me guiaba al sofá que había a un lado. Me senté, junto al reposabrazos, y al ver que se sentaba a mi lado, me desplomé sobre él, abrazándole fuertemente entre mis brazos. Con la cabeza sobre su hombro, entre respiraciones, le intenté responder a sus preguntas, con tono triste y melancólico.

Andrew...me dijo Luccie que...que...hicistes daño a su maestra....dime que no es cierto...por favor...dímelo...o al menos...que fue antes que nuestro pacto...por favor...

Tras terminar de decir lo que tenía que decir, hundí mi rostro en la suavidad, aunque firmeza, de su hombro. Mi vista se oscureció. La oscuridad cubría mis ojos. Unas lágrimas, pocas, que fueron cayendo en la hombrera de su camisa y mojándola, comenzaron a salir de mis ojos.

Estaba llorando y yo no podia hacer nada para que su lamento cesara, eso me apenaba enormemente, no queria que aquel ser tan luminoso se entristeciera... era literalemente ver llorar a un angel... eso nunca sentaba bien, mucho menos si ella era tan apreciada para ti.

La abrazaba, consolandola. Entonces consegui entender palabras entre sus llantos. Mi cara torno a molesta, a saber lo que luccie la habia contado, pero amy no pudo verla, aun seguia en mi hombro. Suspiré, entonces la aparté de el y la miré fijamente a los ojos.

-Amy, yo no he echo daño a nadie, no se que te habra contado ella, pero antes de pensar algo, escuchame, porfavor...-la dije con segiedad, cujetandola por los brazos. relajé la postura, suspirando y cerrando los ojos al mismo tiempo que agachaba la cabeza. entonces la miré, las relajado y con mis manos la aparté alguna que otra lagrima de las que abundaban cerca de sus ojos. bajé las manos y se las cogí. Entonces la miré con fijeza a la cara-te lo voy a contar todo. Supongo que te refieres a Angeline... Te acuerdas de cuando estabamos en el desierto y tu estabas con una insolacion, que te cogieron luccie y angeline, llevandote a tu reino sin que yo pudiera hacer nada? me sentía impotente por no haber podido hacer nada para impedirlo y me fui directo a hablar con Ian. Secuestramos a angeline y la mantuvimos quizas un dia en los calabozos, esperando a que ian fuera a hablar con luccie y hacer un intercambio, tu por ella. Entonces nos enteramos de que ya te habian soltado, e ian me ordeno que la dejase ir. Te seré sincero Amy, yo no queria que se fuera asi por que si, sin más, tenia que hacer algo. Verás, en los laboratorios de mi reino, llevamos mucho tiempo ideando una defensa, es una bacteria que han creado mis cientificos. Sin embargo, pese a lo que pueda parecer, no es una bacteria ofenseiva, si no defensiva. Lo que esa bacteria provoca es que el individuo, en el caso de ir a atacar a un licantropo, se paralice y su cerebro crea que siente dolor, evitando asi que toque a cualquiera de los nuestros. Fue ideada solo por si acaso, para cualquier raza, si nos viniesen a atacar estariamos preparados. Entonces vi a angeline, y, llendo en contra de las ordenes de ian, le inyecté la bacteria a angeline, para ver los efectos en los vampiros y ver si realmente la bacteria funcionaba. Acto seguido soltamos a angeline y por lo visto la bacteria no causo efecto. Si quieres, te mostrare los laboratorios para que veas tu misma que los componentes no son dañinos para ningun ser, solo es un mecanismo de defensa. Yo no la hice daño, en todo caso, ella me considetaba su amigo no se por que por que yo siempre la habia tratado con reservas e incluso desprecio por mi situacion interna con los vampiros. Si tengo culpa de haberla dañado es en los sentimientos, y en parte aun que sea una vampiresa... me arrepiento, pero no quiero admitirlo, ese es el caso.-hice una pausa-y no, todo esto sucedio bastante antes de que fuera a hacer pactos contigo. Pues acto seguido dejé el reino para no causar daños a ian por mi culpa, pues imaginaba lo que se me echaria encima tal y como estaban los humos. Entonces fue cuando fui a pedirte alianza-la tomé del rostro mirandola aun mas fijamente y acercandola a mi-Amy, yo soy un hombre de palabra y si te prometi que no atacaria a los vampiros sin que ellos me atacaran a mi, es que lo voy a hacer, me guste o no. Yo mismo ire a encargarme de esta situacion cuando tenga la ocasion. Pero si quieres que te diga la verdad de todo esto es que no me arrepiento de haberla inyectado la bacteria, solo me arrepiento por que luccie se lo haya tomado todo de esta manera tan grotesca pensando que la ataque, sin nisiquiera saber que era lo que contenía la geringuilla ni molestarse en que sus "buenos" cientificos la examinasen.

Su abrazo consiguió calmarme un poco, pero tan sólo un poco, en mi llanto sin cesar. Notaba que me desplazaba de su hombro, y pude ver sus marrones ojos como galleta, fijamente mirando los míos. Esuché cada palabra, cada sílaba, sin desviar ni un ápice de atención a ninguna otra cosa, mientras dejaba de llorar, y tomaba aire para calmarme.Espero que lo que dice acerca de que no hizo daño a nadie fuera verdad. Quise responder a ello, pero parecía que iba a decir más, por lo que no llegué a abrir la boca. Su dedo quitándome la lágrima hizo que una leve sonrisa apareciera, mientras seguía con mi cara mustia como una flor. Continué escuchando lo que él decía, mientras notaba sus manos cálidas sostener las mías. ¡Con que eso era!¡Quiso ayudarme desde el primer momento! Continué escuchándole, ya más tranquila al conocer la verdad. Noté cómo con su mano, me acercaba el rostro a sí mismo.En voz aliviada, mientras esbozaba una ligera sonrisa, cuando terminó, respondí ya más relajada.

Gracias por serme sincero...y por contármelo.Perdona, fui un poco tonta, ir directa a buscarte tan sólo porque alguien me dijo algo así de pasada. Discúlpame, de veras.Y por cierto...me alegro de que no hayas faltado a tu palabra, Andrew...eres tan bueno y bondadoso...

En mi rostro desapareció la expresión triste poco a poco, hasta ser una sonrisa grande de oreja a oreja. Estaba muy contenta ahora, al saber la verdad. La alegría me impulsó repentinamente, a abrazarle con todas mis fuerzas. Me dejé caer sobre él, y rodeé su cuerpo con mis brazos repentina y fuertemente.

Vi como se tranquilizaba a medida que hablaba, y cuando termine, pude ver al fin una sonrisa en su rostro. Iba a contestar a sus palabras sin embargo se lanzó a abrazarme, echandome un poco hacia atras, no me lo esperaba. La correspondí al abrazo, con una leve sonrisa, aun que seguía algo serio por la situacion y pensando en que demonios le habria dicho realemnte luccie a Amy de todo esto... no me gustaba ni un pelo la situación. Al cabo de un tiempo, la aparté de mi sujetandola las manos nuevamente y mirandola con fijeza a los ojos, a la par que seriedad.

-Pero tienes que saber, Amy, que no soy tan bondadoso como cres. Al fin y al cabo, secuestre a una persona, al fin y al cabo herí sus sentimientos... aun que fuera un despreciable vampiro, como todos...-estas ultimas palabras las dije en voz baja, cambiando un poco el tono no pudiendo evitar aflorar minimamente mi rabia, mientras miraba a otro lado, entonces volví a mirarla a los ojos-Y sigo queriedo en el fondo de mi ser matarlos a todos... no soy tan bueno amy...

Me separé de él, levemente, y noté como me tomaba las manos, y me miraba a los ojos, preocupado. Todavía lo estaba yo, pero ya me había aliviado. Exhalé un gran suspiro de relajación, y clavé mi mirada en sus ojos, un poco más preocupada a medida que avanzaba en el diálogo. Tiene razón. Secuestró a alguien...pero lo hizo por mi. Y eso lo tengo que valorar. Vi que apartó su mirada, y un leve gruñidito escapó de sus labios. Luego volvió a mirarme nuevamente, con el rostro más tranquilo. Me serené, dejando de aparentar preocupación, y continué observándole a los ojos. Suspiré. Tenía razón, que no era tan bueno. Pero lo hizo por mi...

Pero Andrew...lo has hecho por mi...y aunque sea algo malo...¿El fin justifica los medios para ti? Yo estoy segura de que lo has hecho con buena intención, querido hermano. Segura segurísima

La miré atentamente segun hablaba. Entonces agaché la cabeza, suspirando, una leve expresion de tristeza se veia en mi rostro.

-Eres demasiado buena, Amy... te ganaste a pulso ser un angel en tu cielo. Pero no quiero mentirte, quiero que sepas que no soy del todo bueno...-me mantuve cabizbajo, casi hablandole al cuello de mi camisa, sin embargo en un tono que ella pudiera oirme

Pude ver cómo tenía una expresión un poco triste en su rostro, y a medida que la iba bajando, se entristecía más. Su respuesta me halagaba, y una leve sonrisa se dibujó en mi rostro cuando lo dijo. Sin dejar de sonreir, tomé su rostro, y lo elevé lo suficiente para que pudiera ver mi cara y hablé en tono amable.

Andrew...lo que importa es que admites tus defectos, y por tanto ansías mejorarlos. Anímate. Para mi has hecho bien, y aunque a veces haga falta portarse mal...

De repente me vino a la mente cierto hecho con cierta demonio. No se me puede olvidar eso. Me comporté muy mal, la rabia se había apoderado de mi brevemente. No, no podía creerlo. Tras la pausa que había hecho, mi sonrisa se marcó un poco menos, y clavé mi escrutadora mirada en sus ojos chocolate.

Mira...yo también he sido mala. En el mismo día que me secuestraron, estaba en una colina antes. Me había encontrado con una demonio...la señorita Caeli. Al parecer no estaba muy contenta con mi presencia...para nada estaba satisfecha. Me asusté. Cuando me vi en el suelo, que me tropecé, creí que me iba a atacar. Creí que me haría daño. Y sin pensarlo, desaté algo de mi interior. Una parte de mi que desconocía. Hablaba sin querer. Dije improperios y hablé con mal tono. La rabia me comenzaba a conquistar. Tomé mi arco...casi iba a matarla...pero me pude detener a tiempo, y escapé de allí, ayudada por mi hidroquinesis. Pero...

OFF ¡Ups!Siento la tardanza, entre unas cosas y otras y que se me pasó editar este, jejeje.

ON Hice una pausa, y bajé la cabeza un poco, pero sin dejar de mirarle, ahora de reojo.

Pero...siento que he hecho mal...que no tenía que haber perdido los nervios... siento que mi corazón ha sido atacado por la oscuridad, y que poco a poco, me estoy volviendo malvada...Pero resisto, y resistiré, y me resistiré todo lo que pueda. Pero me siento culpable...

OFF: nada, tranquila xD nos pasa a todos:ON

Agaché la cabeza cuando hablo al principio, en el fondo no estaba del todo de acuerdo sin embargo tenia algo de razón, pero no me gustaba ser malo.

Entonces lamiré con bastante sorpresa cuando me contó lo siguiente ocurrido con una demonia. Entonces sonreí levemente cuando terminó.

-Valla, no me esteraba esto de ti... parece que incluso los más puros tienen sus momentos...-reí levemente-de todas formas, es mejor así. Nadie puede ser totalmente bueno, o totalmente bueno. Si opinas que los demonios tienen en el fondo algo de bondaz... por que no los angeles algo de oscuridad? no te sientas mal, es humano lo que sentiste... te lo digo yo... que en gran medida soy humano... Además, todo forma parte de un equilibrio perfecto, nada puede ser completamente puro, ni tampoco completamente malevolo.-la sonreí calidamente y la acaricié la megilla, consolandola-tranquila, es normal. Aun que te entiendo

Pude ver su aparente sorpresa, aumentada por su poco marcada sonrisa en sus labios. Levanté nuevamente la cabeza, y le observé, con un ligero ladeo de cabeza, mirándole con atención a sus ojos. Natural que nadie se esperara lo que dije, puesto que ni yo misma creía lo que hacía. No, no era posible...Pero ocurrió, y fue cierto. Lástima que así fuese.

Pero Andrew...yo...jamás vi esa parte de mi ser...no creo ni que sea buena...debo hacer un entrenamiento disciplinario para guardarlo de nuevo...Lo siento, pero creo que no es normal ni natural. No, no es nada racional. La razón me dice que no, no puedo hacer eso...

Notaba la caricia de su mano en mi mejilla, suavemente, deslizando las yemas de sus dedos sobre mi blanquecina, suave y delicada piel.Tal y como dos plumitas de ave me hacen cierto cosquilleo en la carne. Me relajé un poco gracias a eso, cerrando los ojos poco a poco, y dejando caer un poco el peso de mi cabeza sobre su mano, pero sin embargo, seguía dándole vueltas al asunto. No, no puedo dejar que el impulso domine a la razón y la racionalidad.Nunca, jamás. El alma es lo más importante, y no el cuerpo.

Levanté lentamente la cabeza, y le observé a los ojos, sin siquiera parpadear, a la par que hablaba en tono sincero y solemne.

Andrew...¿tú crees que debo dedicarme únicamente a mi alma y no dejarle ningún deseo al cuerpo? Si es así, lo que hice está mal, porque he dañado mi alma, y debo....disciplinarme...De lo contrario, igualmente debería disciplinarme...

Sí, para mi era un sacrilegio haberme puesto como me puse. Pero Andrew quiere convencerme de lo contrario. Espero, sinceramente, que tenga razón

Suspiré.

-Amy, escuchaste alguna vez ese dicho de: los extremos no son buenos? Todos tenemos en lo mas profundo de nuestro corazon una parte negativa, y no podemos evitarlo, de echo si intentaramos extinguirla seria como matar una parte importante de nosotros. Lo unico que hay que hacer es saber como controlarse pero no indica que esa parte sea del todo mala. Esa demonia te quería hacer mal, y si no hubieras reaccionado de aquella forma, es posible que hoy no estuvieras aqui. Puedes ser una persona muy buena, pero todos tenemos que tener nuestra parte negativa.-hice una pausa y la tomé por las manos-veras... yo al igual que tu creo en el alma, y pienso que es lo más preciado que tenemos. Sin embargo... no podemos darle todos los placeres a este y negarselos al cuerpo... pues nuestro cuerpo es nuestro transporte, nuestro cuerpo es parte de nosotros durante toda nuestra vida, más aun nosotros que somos seres eternos. Tenemos que mantener un equilibrio equitativo... aun que se que muchas veces es dificil. Si tu mente esta mal, tu cuerpo lo estara, pero si tu cuerpo esta mal, tu mente seguira el mismo transcurso. Sois entes separados, pero el cuerpo es lo que te mantiene material y el alma esa pequeña esencia que te acerca a lo inmaterial, si te preocupas más por una que por otra estarás perdida. Mirame a mi, suelo dejarme llevar por mis impulsos, tanto del alma como del cuerpo. Si siento que tengo que correr, corro, si siento que tengo que quedarme parado y mezclarme con la naturaleza, me mezclo y hago que mi alma se sienta en su entorno disfrutando de la inmaterialidad, de la esencia del entorno... Intenta siempre corresponder a los deseos más latentes, y si estas en duda alguna vez mira a ver cual es más justo y necesario... pero nunca te arrepientas de tus actos... arrepentirse ya no sirve de nada, lo echo echo esta y por mucho que quieras no lo vas a cambiar.

Callada, estuve escuchando todo lo que iba diciendo Andrew, sin apartar la mirada de él, ya más tranquila. Sí, tenía razón, los extremos no son buenos, debo guardar el mal sentimiento, pero no destruirlo. Y...quizás sí que es cierto que estoy viva gracias a que descargué cierta rabia. Y el alma...sigo pensando en que es lo más importante, pero probablemente tenga razón. Debería concederle satisfacciones al cuerpo, necesidades, placeres. Sabría cómo hacerlo, y, bueno, si había que hacerlo alguna vez, concedería deseos tales como querer, enamorarse, o simplemente disfrutar de un masaje muy relajante. Y ante todo, no sirve de nada arrepentirse. Sólo podemos mirar al futuro...

Tienes razón...debería relajarme, darle gustos al cuerpo, y pensar en el futuro.

Me acerqué lentamente a Andrew, y le abracé tiernamente, rodeando su cuerpo con mis manos. Apoyé levemente mi cabeza sobre su hombro, tranquila y relajada, respirando ya de mejor manera.

Yo siempre creía..que el cuerpo es una cárcel. Pero ahora me doy cuenta de que no es así, y que debo disfrutar de estas vacaciones vitales.Te agradezco en demasía que me ayudes de tal manera.

Suspiré levemente, ya aliviada. Agradecía mucho la visita, me había ayudado mucho. Me separé de él, muy lentamente, y le miré con dulce mirada a los ojos chocolate.

Bueno...ya sé todo lo que quería saber. Me alegra que seas tan fiel y leal...quizás te interrumpí algo, y mejor te dejo tranquilo por el momento..

Asentí sonriente ante sus palabras, y la corespondí gustoso a ese tierno abrazo.

-En realidad estabamos yo y mis pensamientos... je... tranquila, no molestaste. Supongo que tu tienes cosas importantes que hacer... me alegra muchisimo que te haya ayudado y aclarado dudas, amy... realmente te agradezco que vinieras a hablarlo, antes de juzgarme sin saber mi versión de los echos... realmente es algo que valoro mucho.-me levanté, tomandola de las manos, levantandola a ella tambien.

Me levanté junto a él, y le dediqué una sonrisa antes de hablar.

Me alegro que valore usted lo que hice, y yo valoro que haya accedido a mi visita y me haya aclarado las dudas. Y sobre todo, me alegro de que se sincere. La verdad, es algo que aprecio mucho.

Tras eso, solté las manos lentamente, como si no quisiera hacerlo, y me fui acercando a la puerta de la torre. Bajé las escaleras paso a paso, con las manos entrelazadas delante de mi. Miraba hacia abajo, para no pisar en falso un escalón. AL parecer, mi visita tuvo un final feliz. ¿Qué sería lo próximo? Nunca se sabe, pero probablemente nos espere algo bonito juntos algún día. Llegué hasta abajo, y al verme los guardias, me acompañaron hasta la puerta de salida, sin mediar palabra alguna. Firmes cuales tablas de madera, caminaban mirando al frente, estando yo detrás de ellos.Cuando alcancé la puerta y la atravesé, me giré sobre mí misma, y les dediqué una cálida sonrisa a ambos guardias tan amables.

Muchas gracias por acompañarme, simpáticos caballeros

Me giré nuevamente, y desplegué mis plumosas alas blancas de mi espalda,y las agité levemente, al mismo tiempo que las minialitas que tengo en los pies. Me elevé con cada aleteo fuertemente batido, y me alejé del reino de piedra, con puros pensamientos y buenas ideas de mi nuevo aliado. Ya todo estaba aclarado, y nunca más volvería a dudar de Andrew.

Amy se marchó. Y yo subi hasta uno de los balcones nuevamente, la vi marchar.

"bueno... me alegro de que las cosas se hayan solicionado" pensé. Al poco me metí en el castillo y seguí haciendo mis cosas