Encuentros de causalidad

Despues de una hora de largo vuelo, desdendi en las llanuras, situandome donde mas altas estaban. Las llanuras celestes, al igual que las costas, tenian un hermoso crepusculo digno de ver...solo que el sonido del mar no era como el silencio y el suave sonido de las altas hierbas de la llanura; era muy diferente...mas relajante y con menos olor a salina y a algas.
Esa tarde me habia dado prisa en acabar mis cosas, para poder contemplar el atardecer. Aunque, conociendo mis presentimientos, esta vez no iba a estar sola...
- ''Siento otra vez tus palpitaciones. ¿Otro de tus presentimientos?''- dijo Candida, a traves de mi cabeza. Tenia la costumbre de comunicarse conmigo dentro de mi mente cuando no estaba fuera de mi.
- ''Si...creo que si. No se si sera bueno o malo, pero algo es.''- le respondi, usando mis pensamientos para responderle
- ''Si me diesen una moneda por cada vez que tienes uno, seriamos millonarias, Alice. ¿Quieres calmarte? Te torturas demasiado con tanto pensar. Haz como yo por una vez, chica''.
- ''Si hiciese como tu, si que no tendria nunca novio''
- ''Increible, sabes devolverlas. Me ha dolido muucho eso''
- ''¿Por que siempre saltas con esa ironia? Eres mi otro lado, llevate bien conmigo de vez en cuando.
- ''Si sabes que en el fondo somos buenas amigas, pequeña tonta''

Yoga ni puñetas. Ponerme a conversar dentro de mi cabeza me dejaba mas ausente que diez clases de yoga. Aunque no era bueno aquello de doble personalidad...no me quedaba otra. Estaba sola, y ella era lo unico que me entretenia. Ademas, no podia librarme de ella ni queriendo. Ella era mas fuerte...

estaba dando un paseo por las llanuras cuando de repente note el aura de una caida , me acerque para ver quien era , al verla me quede soprendido nunca la habia visto
*quien sera?*pense, me acerque mas todavia y salude hola-dije con una gran sonrisa

Sali de mis pensamientos, al oir una voz. Al principio me asuste un poco...por la esencia de cazador. Aunque mientras pareciese inofensiva, no pasaria nada. Rece por que a Candila no le diese por salir...
- H-hola- dije, intentando calmarme- Soy Alice Valentine. ¿Y tu?
Le sonrei cuando recupere la calma, mostrandome mas amable. No parecia mala persona a simple vista...aunque como decia Candila, ''cuidado con los mas inocentes, que son los que antes te dan la puñalada trapera''

encantado de conocerte alice -sonrei-yo soy Esra hikaru lider de los cazadores del mal-dije haciendo una pequeña reverencia

Sonrei ampliamente. Definitivamente, no parecia mal chico. Mas bien todo lo contrario.
- Yo soy...un angel caido- dije, un poco dudosa de si se lo tomaria bien- Y tranquilo, no soy de las malas criaturas.
- ''Mientras Candila no salga, claro esta''- pense, para mis adentros.
- ''Oye, guapa, que te he oido perfectamente, y eso SÍ que me ha dolido''- me comunico ella, a traves de mis pensamientos.
- ''Callate un rato y dejame la intimidad de mis pensamientos, ¿quieres?''

Cuando por fin se calló Candila, le pregunte a Esra:
- ¿Has venido a ver el atardecer en las llanuras?

En mis paseos habituales, decidí dirigirme esta vez a las llanuras, dignas de admiración y placer visual. El paisaje allí es muy bello, y me animaba a ir. Tras atravesar los cielos con mi vuelo fugaz, descendí con lentitud, tal y como si flotara, hasta tocar delicadamente la hierba con la punta de un pie, momento a partir del cual dejé caer mi cuerpo lentamente a la frescura herbácea de la misma. Mis ojos, cerrados, vislumbraban una bella oscuridad, a diferencia de mis oídos que transmitían los sonidos naturales de la colina, el rumor del viento suave, algunas aves volviendo a sus nidos, entre otros. Sí, la zona es muy bella. Abrí los ojos con extrema lentitud, y ante mi, en todo su esplendor, se mostró medio disco solar, a punto de extinguirse en el horizonte. Estaba esta vez descalza, libre de ataduras en los pies, para poder transmitirme la frescura natural de la hierba, y poder disfrutar de la madre naturaleza. Caminé con lentitud hacia el frente, y al avanzar, pude ver no muy lejanamente, dos figuras bajo la de la colina. Ladeé la cabeza curiosa. Hacía tiempo que por estas zonas no caminaba, y tampoco encontraba a nadie. Me acerqué con lentitud, observando el paisaje tal y como si estuviera en un sueño. Una sonrisa dulce inundaba mi rostro, y mis mejillas, ligeramente enrojecidas, mostraban mi alegría. Cuando estuve a poca distancia de los dos desconocidos personajes, me dirigí a ambos, con tono amable y adorable, al menos presuntamente.

Buenas tardes, señorita y caballero. ¿Qué os trae a estos lares tan alejados de civilización alguna?

estoy aqui por que estas vistas me relajan bastante-segui sonriendo cuando de repente note el aura de un angel me gire a ver de quien procedia esa aura , vi que procedia de un chica que estaba cerca de nosotros la mire y le dije-hola-cerrando los ojos y sonriendo ampliamente

- A mi especialmente el atardecer de estas llanuras- dije, mirando a la nueva persona que habia aparecido-es mucho mas tranquilo que el atardecer de las costas...y con menos olores fuertes del mar.
Note la esencia de la chica...un angel. Me entro algo de nostalgia, al sentir aquella esencia que desaparecio de mi hacia mucho tiempo

Me fijé un poco mejor en las personas a las que me dirigí. Estaban conversando antes, esperaba no haberles interrumpido. Me acerqué un poco más, y la débil anaranjada luz solar alcanzaba mi rostro levemente, iluminándome la mitad de la cara. Mi mirada se centró momentáneamente en la muchacha. Su presencia parecía algo decaída, pero tampoco infeliz. Es como si fuera alguien de mi estirpe pero sin serlo del todo. Deduje que sería un ángel caído, puesto que ya los conocía bien. Incliné levemente la cabeza, en seña de saludo formal a la muchacha y luego le dediqué la misma cortesía al joven. Acto seguido, con mi habitual tono de voz, me presenté.

A mi me atrae su frescura natural sobre todo...y por cierto, encantada de ver a tan amables personas. Me presento, soy Amy Sunie

Al indicar mi nombre, una sonrisa se dibujó en mi rostro, al mismo tiempo que veía la sonrisa del joven que estaba junto a mi. Parecía contento de ver a personas como yo, al igual que me hace feliz ver a personas, simplemente.

yo soy Esra hikaru encantado de conocerte-dije mientras hacia una pequeña reverencia

- Encantada, Amy. Un placer tenerte aqui- dije, sonriendole con placidez.
Vi el cielo perdiendose en un naranja mas oscuro, viendose el sol cada vez mas lejano, como si fuese un papel que se va quemando y cada vez pierde mas y mas fuelle. Era algo por lo que merecia la pena sentarse alli a esperar.
- Quizas cada atardecer es un simbolo de lo bello que es ser libre, y poder verlo con la tranquilidad de que mañana podras verlo otra vez- dije, con un tono agradable y algo mas animado- Al menos, asi pienso yo.

Mi sonrisa se enarcó más aún, al oir la afable respuesta de ambos personajes. Di un pequeño paso hacia la muchacha, y la miré fijamente un poco curiosa.

Hmm...curiosa interpretación, señorita, y aunque suelo apoyar ese planteamiento, algunas personas no llegan a ver el próximo atardecr. Pero bueno, no es algo que se le pueda decir a un desconocido así por las buenas, jejeje

Una pequeña risita inocente escapó de mis labios, y tras serenarme, me centré en Alice nuevamente.

Por cierto, ¿cómo se hace llamar usted, señorita?

- Soy Alice Valentine- dije, esbozando una sonrisa- Siento mis modales, debi haberme presentado antes.

Segui mirando el horizonte. Y como no, tenia que darme la lata ELLA...
- ''Bla, bla, bla, disculpas, disculpas, no puedes dejar de disculparte por tonterias? No hace falta tanta disculpa''- me dijo Candila, en mi cabeza, como siempre.
- ''¿ Y tu no te puedes callar un rato? Eres mas pesada que el osmio''- pense, pasandoselo.
- ''Y tu una quejica''
- ''Cotilla''
- ''Llorona''
- ''Vete a la mierda''
- ''Pues cagate y me meto en ella''

Termine por pasar de ella. Si seguia ausente, la gente se iba a dar cuenta de que algo pasaba raro. Segui mirando el horizonte como la que no quiere la cosa, haciendo oidos sordos (mente sorda en ese caso) a Candila.

Mi sonrisa aumentó de tamaño, si cabe, y un cierto rubor de dulzura se dibujó en mi rostro, y me acerqué a Alice con lentos pasos. Una de mis manos fue alzada, y depositada sobre su mejilla, sosteniéndola con suavidad. Con dulce voz como la miel, me dirigí a ella, mientras continuaba sonriente. Mi pelo danzaba al viento, juguetón como él solo. Ya apenas quedaba luz solar, y se proyectaba en mi perfil, así como en el suyo.

No te preocupes, querida, son errores que nos pueden pasar a cualquiera. Pero no hace falta disculparse conmigo.

La suave brisa cálida seguía acariciando mi cabell y rostro. Estaba tan bien, que podía dormirme si quisiera.

me sente en la hierba para poder ver con mas tranquilidad el atardecer- por que no os sentais aqui conmigo y mirais con mas calma el atardecer?-dije con una sonrisa

Aunque podria moverme a pie, use un leve aleteo de las alas para sentarme al lado de Esra.
- Ya estoy aqui- dije, con una sonrisa tranquila.

Me parecía extraño que de repente hiciera la invitación sin más ni más, sin embargo, accedí a ello alegremente. Di unos pasos lentos hacia el par que ya se había acomodado, y me dejé caer sobre la fresca hierba. Levanté la vista con lentitud, viendo una gran llanura verde extenderse ante mi en todo su esplendor, y coronándola, sobre unas montañas, el ya pequeño disco solar, que apenas se dejaba ver tímidamente. Era maravilloso poder ver cosas así. Quedé en silencio, absorta en mis observaciones y pensamientos. Había viajado a mi propio mundo particular.