anocheciendo

Llevaba varios días sin pasarme por el reino. No me apetecía nada, pero tenía que volver algún día.

Y no tendría ningún problema si no fuera porque hace unas horas me adentré en una misteriosa selva.

me había perdido, era oficial, y eso no era lo peor. Mire al cielo. Ya se estaba haciendo de noche.

tenía que salir de alli cuanto antes.

Corría, salvaje, por los bosques, fuentes pertenecedoras a la naturaleza y a quien se sentía parte de ella sin la corrupcion del nuevo hombre que pobabla y explotaba la tierra en su veneficio. Me sentia libre cada vez que atabesaba aquellas espesuras y vivo al poder sentirme uno junto al entorno; me sentía el rey de aquel lugar.

Un olor llegó a mi, no era muy agradable. Me detuve en un arbol, sujetandome al tronco con un brazo y apollando los pies en una resistente rama, entonces la ví. Ya habia tenido otras coincidencias con esa vampiresa, pero hoy no me apetecía cazar, ni jugar, mucho menos matar, seguía desagradandome aquel ser pero no tenia ganas de broncas ni peleas. Me acuclillé, observandola entre la maleza, bajando mi aura al máximo.

Había atravesado durante todo el día el gélido desierto norteño, en busca de nuevos lugares que visitar. Nada, sólo un páramo helado de hielo y arena. Sin embargo, el terreno comenzó a cambiar. Una gran cortina tupida de árboles comenzaba a rodearme. Me adentraba más y más, y cuando quise darme cuenta, estaba completamente perdida. Me giré sobre mi misma, mirando hacia el lado contrario. Sólo podía alcanzar a ver árboles y más árboles frondosos gigantescos. Ciertamente, me había internado demasiado. Levanté la vista al cielo, para ver si tenía algún punto de referencia. A mi pesar, comenzaba a hacerse de noche. Apenas se veía la luz solar ya, y una estela anaranjada como la zanahoria surucaba el cielo en líneas que se deshacían con el fondo azul, cada vez más oscuro. Bajé la cabeza, y espiré un suspiro de cansancio.Quizás no debía haberme metido aquí. Volar tampoco me ayudará mucho...y por si eso fuera poco, comienzo a tener hambre...

Para no perder tiempo, seguí avanzando hacia el frente. Creo que algo encontraré, tarde o temprano. Sin embargo, un golpe de energía me llamó la atención. Un aura...¿semihumana no-muerta? no se encontraba demasiado lejos. Avancé lentamente unos pasos, hasta ver un pequeño claro de la frondosa selva. Me oculté tras el tronco de un árbol y observé el claro con ojos curiosos. Una chica que no recordaba haber visto antes se encontraba caminando sola y desamparada. Me pregunto qué hará a estas horas de la tarde, cuando está a punto de anochecer, y aparecer las fieras nocturnas más peligrosas. Ciertamente, estar allí es peligroso, y lo mismo se aplica a mi misma. No sabía si acercarme o no, porque podría ser una subalterna de Luccie...o no...

la oscuridad se estaba acercando cada vez más, debía salir de allí cuanto antes. Pero un mal olor me impidió pensar. Miré de un lado a a otro....no..no eran licantropos...

dios realmente estaba obsesionada con ellos...ya les veía por partes en las que no estaban.

Pero de lo que estaba segura es que no estaba sola allí, estaba percibiendo otro aura...y no sabía quien era.

puse mis 5 sentidos en alerta.

Pude notar otro aura, era facil de reconocer, no habia conocifo a ser con un alma mas pura que esa, era amy. No me explicaba que hacia entre estos bosques, noe ra su territorio y mucho menos era un sitio seguro por el que vagar. Entonces, pude notarlo, como no era el unico que estaba observandolas... otras fieras las rodeaban, agaché la cabeza para ver mejor, entrecerrando los ojos. No me importaba que le pudiera pasar a la vampira, pero si que le pudiera pasar a amy... por lo que estaba atento.

En la oscuridad comencé a escuchar ruidos extraños, gruñidos y bufidos. Asustada, desvié la vista un segundo hacia mi espalda, y un destello blanquecino relampagueó fugazmente, antes de que volviera a mirar al frente y comenzara a correr. No sabía qué había detrás, qué estaría siguiéndome, y prefería no descubrirlo. Cada vez más, más y más. El pavor me iba consumiendo. Ya sólo mi idea era que algún grupo de alimañas quisiera devorarme. En mi desesperada huída, topé con algo...o alguien duro...Caí al suelo de espaldas. Levanté la vista, y una chiquilla de largo pelo rojo se encontraba ante mi de frente. Tenía una mirada...verdosa...muy parecida a la mía, y parecía también perdida...Aunque probablemente extrañada por el gope que me di con ella. Me levanté del suelo, y me dirigí a ella, con voz aterrada, mientras mis manos temblaban por el miedo.

¡L-l-lo siento! ¡Ha-ha-hay alguien siguiéndome!

Estaba intentando ver como podía salir de allí cuando alguien se choco conmigo.
Era una chica alta, castaña y bastante hermosa estaba frente a mi. es de piel pálida y de ojos verdes, al igual que los mios, y por la manera en la que me estaba hablando parecía bastante asustada.

-Tranquila- intenté calmarla- dime que es...

pero no pude terminar la frase. Unos animales salvajes, que no pude identificar en ese momento, se acercaban hacia nosotras a una velocidad increible.

solo pude agarrar a esa misteriosa chica de la mano y salir corriendo aprovechando mi agilidad.

Alcé un poco mas la cabeza, vi a los animales, era dia de caza, yo bien lo conocía, practicamente formaba parte de su entorno y sabia exactamente como actuaban. Las chicas salieron corriendo, si hubiera sido solo la vampiresa, no me hubiera preocupado, que se las hubiese apañado sola y haberse ido a cualquiero otro sitio vez de adentrarse en sitios desconocidos y posiblemente peligrosos, mucho más cuando las fieras acechan. Sin embargo, iba Amy con ella, quizas es algo que la salvo, quien sabe. Rapidamente salté hacia otro arbol, deslizandome por el tronco y aterrizando en el suelo. Corrí veloz tras ellos. Entonces, di un gran salto, ellas ya habian llegado a aquel desfiladero y aquellos lobos las estaban acorralando hacia el precipicio. En el aire, con un rugido me transformé en licantropo aterrizando entre estos y deslizandome por el suelo a causa del impulso, dejando las marcas de mis garras en él mientras me giraba, dandole la espalda a las chicas y mirando fijamente a la manada de lobos ambrientos. Me puse en guardia, enseñé mis colmillos y comencé a gruñir, dando lentos pasos hacia delante.

Los lobos al principio me gruñían, tambien me ladraban, sin embargo, al ver mi tamaño superior y que no me intimidaban comenzaron a silenciar. Permanecimos unos segundos mirandonos, desafiantes, el jefe de la manada y yo. Entonces este, con un gruñido, se dio la vuelta y comenzó a irse. El resto, recelosos se marcharon y en poco tiempo desaparecieron.

Dejé la guardia y poco a poco me fui combirtiendo en hombre. Ahora estaba depié, con la espalda recta y mirando hacia donde se habian ido los lobos.

OFF: Uy..me durmí sin querer mientras intentaba descansar un poco la cabeza, jejeje.
OFF2: ¡ARG!¡Otra vez se me borró el post!

ON

Todo fue extremadamente rápido. Estaba completamente aterrada, por lo que creía que se avecinaba. Mis ojos se quedaron tan pequeños que parecían pequeños puntos en la cara, y mis labios intentando hacer un esfuerzo para abrirse, vibraban, pero no lo conseguían. CUando iba a responder a la muchacha, me tomó la mano repentinamente, y comenzó a correr hacia el frente, muy deprisa. Yo corría tras ella, con mi mano fuertemente agarrada por la suya, unos pasos más atrás. Desvié una mirada hacia atrás, para poder ver a nuestros perseguidores. Unas manchas negras con blancos ojos y afilados colmillos corrían hacia nosotras.Cada vez los veía más cerca. Y mi corazón cada vez latía más deprisa. Mi respiración se aceleró, y desesperadamente seguía corriendo intentando escapar. Pero no creía ver fin a esta huída. Cada vez más cerca, cada vez más y más, y mi corazón latía más deprisa. Mis cabellos, alborotados, se movían de un lado a otro, en una maraña de cruces de cabellos, mientras seguía corriendo. De repente, la muchacha que tenía delante se detuvo, y volví a mirar al frente. Una gran pared rocosa se imponía desafiante ante nosotras, y no podríamos seguir por aquel camino. Me giré velozmente, y pude vislumbrar con cierta levedad, cómo las bestias nos habían rodeado. Se acercaban en pequeños pasos hacia nosotras. Cada vez estaban más cerca. Mi mano libre la levanté y me la llevé al corazón, apretándome fuertemente el pecho. Notaba cómo latía potente y rápidamente, y sentía la sangre moverse de un lado a otro, como un líquido áspero y corrosivo. Mi pecho se hincha y se deshincha, cada vez más deprisa, y apenas tomaba aire. Cada vez los veía más cerca. Cada vez más deprisa latía mi corazón y respiraba. El terror me estaba invadiendo, ahuyentando de mi ser toda esperanza de sobrevivir a esto. Mis manos temblaban, mientras veía que se acercaban los monstruos. Las pupilas de mis ojos estaban completamente dilatadas, y mis iris se habían hecho más pequeños, pareciendo dos pequeños puntitos en la cara. Una mueca de dolor se dibujó en mis labios, pensando que ya se acercaba el fin.Cuando estuvieron muy cerca, cerré los ojos fuertemente para no ver la sangre que mancharía todo cuando me dieran el mordisco fatal. Sin embargo, en lugar de sentir dientes de sable atravesándome la garganta, un fuerte golpe retumbó por el aire instantáneamente. Abrí un ojo muy poco a poco, y para mi contento, pude ver que lo que teníamos ante nosotras era un licántropo de considerable tamaño. Entonces, con ambos ojos abiertos ya, observé cómo estaba, firme ante nosotras. Con tal gruñido seco y fiero, parecía que fuera a lanzarse a la yugular del jefe de la manada, que se encontraba delante, y le fuera a arrancar el cuello de un sólo mordisco. Para mi contento no fue así. Los lobos, intimidados y aterrados, dieron media vuelta tras retroceder unos pasos, y se marcharon tal y como habían y por donde habían venido. Levanté la vista, observando cómo subían la colina. Un suspiro de tranquilidad fue exhalado por mi boca. Viva...sí. Bajé la vista, para poder ver a nuestro o nuestra salvador. Para mi contento, no era más que Andrew el que nos había salvado. Una mirada entre sorprendida, aterrada y contenta quedó observando al individuo. Mis manos temblaban, y mis pies también. Apenas podía moverme, pero quería lanzarme a sus brazos, estrecharle entre mis brazos, rodearle con mis manos y apretar hasta que me deshiciera las manos. Sin apenas darme cuenta, solté la mano de la muchacha, y caminé un par de pasos hacia el frente, lentamente, debido a que seguía temblando como un flan. Me detuve a unos escasos centímetros de su espalda, y tomé sus hombros con ambas manos. Giré su cuerpo, con trabajo, para que pudiera verle la cara. Su cara morena y sus ojos de chocolate, me confirmaron lo que pensaba: Andrew era el que me salvó la vida. Impulsivamente, me lancé a sus brazos, y rodeé su cuello con los míos, apretándolo fuertemente contra mi, y entre mis brazos. Unas lágrimas comenzaron a descender por mis mejillas, que había pegado al hombro de Andrew. Mis lágrimas cada vez salían más y más deprisa, humedeciendo su piel y mi rostro. Intenté mediar palabra, pero cada vez que lo intentaba me cortaba por el llanto.

¡Gr-gr-gr-gr-gr-gr-gracias Andrew!¡No sabes....cuánto miedo he pasado!¡Creía que era mi fin, mi muerte!

Apenas podía decir bien lo que dije. Estaba completamente aterrada, y no podía dejar de llorar. Sólo pensaba en aferrarme en el calor de Andrew, como si estuviéramos en un mundo a parte.

apareció la persona que menos esperaba y nos salvó a mi y la chica misteriosa.

Vi que ella se ablanzó sobre él...estaba muy asustada.

Yo solo agache la cabeza. Es cierto que también pasé mucho miedo pero no quería que él lo notara.

Cuando comprobé que mis nervios se habían ido un poco, me atreví a hablar.

-Gracias- me costo mucho decirle aquella palabra, pues era demasiado orgullosa.

Giré la cabeza en cuanto noté a Amy, mirandola como podía, lloraba desconsolada en mi hombro, aferrandose a mi con fuerza. Ahora mi expresión era de preocupación. Me giré completamente y ma abracé. Ahora lloraba en mi pecho, no sabia bien que hacer.

-Tra...tranquila Amy, ya paso, ya se fueron, tranquila...-traté de consolarla-Poco a poco fue calmandose, entonces escuché a la vampira que costosa me dio las gracias-No lo hice por ti-dije sin mas, con tono neutro, entonces volví a mirar a Amy-Estas mejor?

Mientras oía sus palabras amables y consoladoras, tomé aire profundamente, cerrando los ojos llorosos. Luego expulsé el mismo despacio, y comencé a relajarme. Levanté la vista, y con mis ojos hinchados y enrojecidos observaba el rostro afable de Andrew. Asentí levemente a su pregunta, ya podía respirar de mejor manera. Estaba tan asustada que ni podía respirar. Esperaría un poco para poder hablar, pero sin embargo, acerqué mis labios a su oído para que pudiera escuchar mis palabras en muy muy bajo volúmen, que me costaba pronunciar.

Andrew...ella me ha ayudado, aunque sea un poco...pero te lo debo a ti...

Separé mis rosados labios de su oreja, y me froté ambos ojos con las manos, para quitarme las lágrimas, y quitar el picor. Aunque por mi mente pasaban varios pensamientos, que me incitaban a hacer algo quizás un poco alocado. Debería agradecérselo...me ha ayudado a vivir, y sin esperar nada a cambio...yo haría lo mismo por él. Pero ya es la 2ª ocasión que me salva...y yo no he podido ayudarle nunca....

Tras frotarme los ojos, quité las manos de mi vista, para poder ver otra vez el mundo a mi alrededor. Desvié mi triste mirada, ahora en recuperación, hacia la vampiresa, cuyo nombre desconocía. Esperaba que dijera algo alguno de los dos, no me gustaría que se quedara así, tan seco.

observé aquella emotiva escena en silencio y empecé a sacar mis propias conclusiones aunque me las guarde todas para mí.

Nunca me imaginé que andrew fuese tan "tierno" con alguien que no fuera con sí mismo. Me sorprendio.

Le mire seriamente.

-Tampoco ha hecho falta que lo hicieras por mi, yo nunca te he pedido ayuda.

iré de reojo a vampiresa cuando Amy habló de ella.

-Bueno, ya esta, tranquila, ya ha pasado todo-hice una pausa y entonces escuché a natasha hablar, me guarde mis pensamientos para dentro, solo mostré un leve gesto de desprecio.-Bueno... y que se supone que haciais a estas horas en estos lugares? más aun si no conoceis los bosques