El manantial

Llegué caminando hasta los inmensos bosques de Iggdrasil,y decidí detenerme cerca de un pequeño manantial de la zona.

A esas horas,el sol cubría por completo toda la vegetación,y amenazaba a cualquiera que osara caminar bajo el sin un mínimo de protección,pero gracias a los numerosos árboles del bosque,me encontraba plácidamente sentada a la sombra,a la orilla del manantial,observando el hermoso paisaje cubierto de pequeños hilos de luz que se filtraban por las ramas de los árboles.

Alrededor de los limites de la cueva, se encontraba un bosque de árboles con tonos rojizos.
-Es otoño...-me dije.

Fuera, el tiempo era espléndido, las hojas tomaban un cariz cálido, familiar. Me gustaba aquel lugar.

El sol era abrasador. Sin embargo, poseía el paraguas que tanto apreciaba, así que sin meditarlo, lo agarré y me acerqué a sus lindes.

Al adentrarme, una amalgama de sonidos pacíficos invadieron mi mente. Vi que no necesitaba mi paraguas, me encontraba protegido por una gran alfombra verde sobre mi cabeza.
Todo se encontraba en calma, me recordaba al bosque cerca de mi antigua casa. Me senté un instante para contemplar tal belleza.

-Ojalá todo fuera como antes, Luxanna...

Justo a mi lado, pasaba un riachuelo, me sentí fascinado por su color cristalino. Me levanté y comencé a caminar a su nacimiento.
Vi un fantasma, sentí el aura de mi hermana.

-No puede ser. Es imposible.

Ahí estaba, un poco cambiada, pero su cara era igual... Tuve miedo, no supe que hacer.

Ni siquiera reaccioné ante lo que susurró.

Al poco rato de permanecer allí sentada,vi aparecer lentamente a un chico,aparentemente joven,pero cuando se acercó mas,sentí su aura,era un rey..era increíble,no le había visto hasta ahora.

Cuando me vio,se detuvo en seco,y no me explicaba por que. Había hecho algo molesto para el?

Me levanté lentamente,para no alterarle,y cuando estuve nuevamente de pie,le miré en silencio,esperando una respuesta por su parte.

Agarré mi paraguas. Algo ya instintivo ante cualquier sorpresa. Sentía el reflejo de mi paraguas en ella.
-¿Qué hago?...
Es imposible que sea ella, se parece, pero mi hermana está muerta. Y si es su fantasma, ¿existen los fantasmas?
Solo tres palabras escaparon de mi boca:

-¿Luxanna..., eres tú?

Mi gesto se volvió de confusión,con una mezcla de compasión. Sus leves palabras habían sonado realmente tristes.

-Lo lamento..no soy quien tu crees-dije mirando abajo,sin saber bien que hacer.
Mi nombre es Kaede

-Kaede...

No era ella. Una lágrima disimulada cayó.

Los fantasmas no existen. Mi única esperanza se esfumó.

-Lo siento..., te pareces mucho a una persona..., la tristeza tintaba mis amargas palabras.
-No te preocupes, perdón por molestarte. Creo que me iré...Un placer haberte visto otra vez Lux...Kaede.

En realidad no quería irme, su aura me impregnaba de calor, cariño, pero...¿qué otra cosa podía hacer?

-Espera,por favor..-le dije caminando hacia el,con el brazo extendido. Me pare a unos pasos de el.
-Se que no soy la persona que creías,y tampoco se que ocurrió con esa chica..pero..yo puedo ser tu amiga,si tu quieres.-segundos después de decirle eso me sentí un poco estúpida,me acababa de dejar llevar por la situación,y el era un desconocido,pero aun así..no sabía bien porque,no veía por que debía desconfiar de el.

-¿En serio...?
Corrí hacia ella y tomé su mano, la abracé como solía hacer con mi hermana. Esa calidez, gentileza, admiración y amor que sentía hacia ella tomaron de nuevo forma.

Lloré.

Ni siquiera supe cuanto tiempo pasó, quería que ese instante durase toda mi vida. No era ella, eso lo sabía, pero había algo que me intrigaba...¿por qué era igual que Luxanna...?

-Gracias. Lo siento, me sentía abandonado.... Gracias.

Me sorprendió que me abrazara,pero le correspondí calidamente,sonriendo con amabilidad. Parecía realmente muy triste,puede que todo este tiempo lo hubiera estado,y eso no me gustaba.

-Esta bien,se lo que es sentirse así..,pero no debes temer,ahora puedes contar conmigo-le contesté amablemente sonriendole.

Su abrazo me reconfortó mucho. Quizá nunca la volviera a ver, pero volver a notar el aura de mi hermana... era algo indescriptible.
Se me ocurrió la loca idea de que podría aceptar volver a verme. Se lo propuse.
-Kaede..., me gustaría verte alguna vez más..., estoy sólo.
Cogí la pequeña correa que sujetaba mi paraguas y la arranqué de este.
-Quédate con esto, por favor. De esta forma podré hablar contigo cuando quieras..., lo único es que necesito algo tuyo para poder contactar contigo. No aceptes si no quieres, lo entendería..., acabo de conocerte al fin y al cabo.
Aún así le puse la correa en sus manos.

Ah..gra..gracias-dije tendiendo mis manos para coger el objeto.

Bueno,yo no se que podría darte..-me quedé pensativa,y empecé a deshacer el lazo negro que tenía atado a mi muñeca,y se lo di con una sonrisa.

Esto servirá? por mi no hay ningún problema,creo que sería genial-dije sonriendo.

-Gracias, lo tomaré de gran gusto. Espero volver a verte, Kaede. Espero no haberte creado ninguna molestia...y bueno, fue un placer.
Medité durante un instante, ¿tenía el derecho de hablar con ella cuando yo quisiera...?, ¿volver a sentir su aura, la de mi hermana muerta...?
-Por cierto..., puedes comunicarte conmigo cuando quieras, ya que no tengo a nadie más cercano.
Deseé que dijera que sí.

-A mi también me alegraría volver a verte,y gracias a nuestro intercambio podremos comunicarnos cuando queramos verdad?es una magnifica ayuda si estamos en apuros o,si simplemente queremos hablar-le dije sonriendole amistosamente.

-Bueno... muchas gracias, creo que he de irme ya. Necesito explorar estos parajes a ver que me deparan...Si tengo algun problema,¿ podré hablar contigo no?
-En fin, no te entretengo mas. Me voy.
Y dicho esto la abracé instintivamente.

-Claro que podrás,ahora podrás hacerlo cuando quieras-le sonreí,y cuando me abrazó,le correspondí con ternura. Era una persona que no conocía,pero de cierta forma,me inspiraba confianza,sin saber por que.

-Espero que disfrutes de este lugar