Huyendo del apocalipsis xD

*La prinicesa de los desviados me pareció bastante más simpática que Aurora.*
- Encantada, princesa Ereith. Lo cierto es que sé más de la luz que de la oscuridad, ya que la uz la experimento en mi propio cuerpo. Yo soy Amaliah, princesa de los ángeles, o eso dice mi aura, porque la verdad no sé quién es mi familia.*Me giré hacia Aurora* Eso sí, hasta ahora no escuché muchas cosas buenas de los ángeles, así que me gustaría escuchar de alguien la "otra versión". Y bueno, yo no trago a los demonios, si es por eso. Cada especie tiene su....antítesis, supongo.

off: no es nada personal contra ti, es algo personal contra los angeles en general xD
on:

-No esperes que diga cosas buenas de tu raza. Los ángeles me han hecho mucho daño, y yo no soy de las de "perdonar y olvidar"- le advertí a Amaliah. Ella no tenía la culpa de lo que le abía pasado a Deniare, pero no dejaba de ser un ángel y no iba a tratarla distinta a los demás de su raza.

- En fin, por si las moscas yo también seré cautelosa. Quién sabe si los de tu raza me han hehco algo * Con eso quería darla a entender que su odio hacia mí era un poco absurdo. aunque yo no me sentía emasiado cómoda entre ellos, tampoco.*

* Di tiempo a que la luz penetrara en mi cuerpo y consiguiera curar aquellas heridas fatales para poder decir algo. *

- ¿Por qué tanto odio? * pregunté en voz alta lo mejor que pude * ¿Por qué ese odio entre unas razas y otras? ¿Es que es tan difícil la convivencia mutua?

- Creo que con el espectáculo que acabamos de tener hemos obtenido la respuesta. *dije, girándome hacia el licántropo, contenta de que estuviera mejor*

*suspiré*
-E oído rumores acerca de los libros sagrados de los Angeles, y Diablos en mi intento por acercarme mas a la magnífica reina Arshei.*mi voz volvió a mostrar adoración cuando mencioné las últimas 3 palabras y continué* en esos rumores se decía que los ángeles debieron de negarse a ayudar a la primera diabla o algo así, estaban muy difuminados, también había alguno que decía que los diablos habían atacado a los ángeles porque sí, pero no lo sé... decian cosas muy extrañas, como algo de que los ángeles habían nacido con la primera vida y los diablos con la primera muerte o cosas así... pero a eso no le veo mucho sentido, porque eso no explica el origen de los Caídos, y sinceramente, dudo mucho de los rumores que circulan acerca de un hijo entre un angel y un diablo, son cosas muy extrañas que no entiendo y a las que no encuentro sentido... vale que los angeles y compañía sean seres de luz, pero de ahí a surgir del primer nacimiento... y los diablos seres de oscuridad, pero de ahi a nacer de la primera muerte... y si esto fuera cierto, ¿como es posible que los Caídos surgiesen de un coito entre ambas razas, si son en esencia tan diferentes? es algo que no tiene sentido...
*comenté, estaba claro que no tenía mucha información y que la poca que tenía no la encontraba el sentido*

-¿Por qué tanto odio? Jum, buena pregunta, lobo. Si lo averiguas, te merecerás mi más sincero respeto- aseguré-. No te esfuerces, Ereith. Te falta mucha información para entenderlo. De momento, haz el favor de centrarte en esa mano- señalé por encima del hombro su mano vegetal, que continuaba recibiendo energía de los dos magos-. Hablando del tema, Amaliah... ¿qué carajo os ha pasado para llegar tres altos rangos en tan lamentable estado?

*lancé un hechizo con la fuerza que había recuperado que le dio aspecto de mano pero que aun era de vegetal*
-Eso es muy sencillo, Reina de los Caidos.*dije puesto que su nombre me lo había dicho todo* Estabamos en la taberna Arshei, Itachi, Elinor y nosotros 3... Arshei comenzó a meterse, como es natural, con Amaliah, Itachi con George y la bruja un poco conmigo. El resultado fue que la bruja se retiró en un principio e iban a luchar ellos dos solos contra Arshei e Itachi, pero hubo una sorpresa: Arshei se retiró pero Elinor la sustituyó, eso sin contar con una magnífica esfera de fuego azul con ribetes negros que parecía ser extremadamente maligna y que consideré mejor no acercarme puesto que la había creado Arshei poco antes de retirarse e impidiendo una huída física... asi comenzó la pelea, y decidí meterme a ayudarles... luche contra la bruja y cuando ya solo podia realizar un hechizo y despues de que Itachi me cortase una mano, logre huir teletransportándolos aquí...
*dije y tomé aire*
-al menos eso es lo que a mi respecta... sólo espero que Arshei no se enfade mucho por mi actuacion, aunque se que se sentirá seguramente molesta... tendré que arreglarlo como sea...
*dije mientras me metía en mis pensamientos acerca de como arreglar aquello. Cada vez que mencionaba a Arshei o a alguna acción de ella, mostraba una gran admiración*

*Encontré muy interesante la historia de Erith, sobre los diablos y los ángeles, era un pedacito de información sobre lo que yo era. Aunque no hice ningún comentario*
- Pues buena suerte. Espero que la mágnifica reina Arshei no la tome contigo *dije con fastidio * Aunque de magnífico sólo tiene su fuego: magnificamente destructor. Es más o menos lo que te ha dicho, Aurora. Sólo que además se han divertido un rato jugando conmigo, porque Arshei entró como un diablo inofensivo, y resulta que era una reina

*mire a Amañiah con mala cara aunque en seguida la cambie por mi brazo*
-Mira, yo e decidido entrar a ayudaros, a quien admire o no es cosa mía, pero, por si aun no te has dado cuenta, soy una desviada y no una bruja, asi que sabrás que aun a pesar de mis inclinaciones si no caigo en la oscuridad será por algo... y esa me acercaría mucho mas a Arshei que no siendo una neutral... se lo mucho que nos odia.
*dije con un suspiro de resignación en la voz, pero con admiracion cuanod mencione a la reina*

Alcé las cejas y terminé de lavar y vendar las heridas del licántropo. Me levanté y me crucé de brazos, apoyando la espalda en un árbol.
-Ya veo, típico de esos tres- comenté-. Y sobre todo de Arshei. Ese fuego del que habláis es el Fuego del Diablo, si no recuerdo mal. Es una técnica bastante poderosa de Arshei que casi hace que pierda mi ala derecha hace unos días- expliqué-. He de reconocer que, aunque no sea mi estilo, tiene mérito que haya conseguido crear una técnica así. Aunque se ve que se quedó sin imaginación para el nombre- no me pude resistir y esbocé una sonrisa sarcástica-. Por cierto, Ereith, podrías haber esperado un poco para descubrir mi rango. Si mantengo mi aura a éstos niveles tan bajos por no decir nulos, mis razones tendré- le dije a la princesa de los desviados. En realidad no estaba ni siquiera molesta, pero me habría gustado mantener mi identidad en secreto un poco más.

-No sé por qué lo hará Arshei. Personalmente, yo lo hago porque prefiero ser discreta, y también para evitar prejuicios- respondí encogiéndome de hombros-. Cuando entras en un sitio con tu aura sin suprimir y eres un alto cargo, todo el mundo se gira a mirarte, ya sea con odio, temor o admiración. Yo opto por ser más discreta y suprimir mi aura al límite, te enteras de muchas más cosas cuando la gente no sabe que estás ahí. Bueno, y también es un poco por costumbre.
Omití el hecho de que también lo hacía para leer mejor el flujo de energía en las auras que me rodeaban. No tenían por qué saber mi pequeño truco.

*la miré con sorpresa*
-A mi mas bien me extrañó que la grandísima Arshei se retirase de la batalla habiendo una princesa angelical de por medio, aunque quizás esperase que apareciese la Reina de los Ángeles y por eso se retiró, para no gastar energias, ¡quien sabe! a veces es tan retorcida que no entiendo sus acciones...
*suspiré y miré a Aurora*
-Yo a veces tambien suprimo mi aura, pero en mi caso es porque cuando estas cerca de diablos, aunque es realmente difícil sacarles algo, consigues enterarte de cosas... ¡no pensarás que la escasa información de los libros sagrados la he logrado por mi cara bonita! Odian demasiado a los intermedios como para que me funcione.
*comenté en una sonrisa y añadí*
-Aunque alguna vez ya ha funcionado, pero eso son rumores de los mismos desviados acerca de su primer rey, me pregunto cuánta veracidad habrá en ese rumor, sólo lo podrá saber Arshei, teniendo en cuenta que fue de su grandísima amiga la princesa Arêsha, pero dudo mucho que responda con agrado a eso.

-Ah, cierto... Orión y Arêsha. He oído los rumores, pero lamentablemente no he podido confirmarlos aun. Curiosamente, todos los que podían haberlo confirmado están muertos, incluyendo la propia Arêsha... salvo Arshei. Qué cosas, ¿verdad?- comenté casi de pasada pero con un brillo suspicaz brillando en mis ojos azules.

*me percaté del brillo suspicaz*
- ¿y que tiene que ver que sea curioso? Simplemente son rumores que sólo Arshei puede confirmar... si esque alguna vez la preguntó acerca de ese asunto... Es como todo lo relacionado con Orión, cuando llegas a un determinado rango, puedes acceder a determinadas informaciones de lo mas curiosas.
*comenté aunque estaba claro que no me iba a ir de la lengua y lancé un hechizo a mi mano, que se convirtió en una perfecta mano de carne y hueso pegada sin ningun problema a mi cuerpo, no parecía haberme quedado nunca sin una mano. sonrei*
-Bueno, mi mano ya está.
*comenté en un corto jadeó, me habia vuelto a cansar, pero yo ya estaba bien e incluso dentro de un rato podría lanzar unos 3 hechizos curativos*

Sonreí levemente, pero no dije nada. Tenía mis propias sospechas respecto a ese asunto.
Los dos magos dejaron de transmitir energía a Ereith y sus auras doradas desaparecieron.
-Buen trabajo, vosotros tres ^^- felicité mirando la mano de Ereith.
-Gracias- dijo Camille en respuesta-. ¿Quién es el siguiente que necesita ayuda?
-Creo que al licántropo no le vendría mal- señalé al lobo, que por muy vendadas y limpias que tuviese las heridas, no dejaba de tener un montón de heridas.

*Complicado. Muy complicado. Absorbí lo mejor que pude toda la información sobre auras que soltaron, y saqué mis propias conclusiones. después, centré de nuevo i atención en el licántropo*
- Me gustaría saber si tiene un nombre. Eso de llamarle licántropo todo el rato no suena bien. Podríamos llamarle "Lobo", hasta que quiera y pueda decírnoslo.

*suspiré y me levanté, aunque rápidamente me volví a sentar, me había mareado. Me aguanté una maldición ( mas que nada porque alguna vez había maldecido por una estupidez y había resultado ser un maleficio de verdad) y me giré hacia la angelita*
-Ven aquí, Amaliah, no tengo muchas fuerzas pero si las suficientes para cerrarte un par de feas heridas.
*comenté mientras me acercaba gateando a dónde estaba ella y me concentraba en reunir energía mientras cerraba los ojos. Mi diadema destelló en el justo momento en que parecía haber perdido la conciencia, pero aquello tan sólo fueron 10 segundos en los que abrí los ojos con energía y sonreí*
-Por alguna razón que desconozco, recibo fuerza cuando estoy como incosciente.
*dije como quien no quiere la cosa pero con extrañeza y mire a Amaliah*
-Tengo la fuerza suficiente para cerrarte todas las heridas y un par de las mas graves al Lobo.
*comenté*

-Tal vez tenga algo que ver con esa diadema- señalé la diadema que llevaba sobre su cabeza con el mentón. A mis ojos no le les había escapado el destello que había emitido.

-No lo sé Aurora, simplemente cuando me la entregó mi ya difunta madre me dijo que era mas de lo que parecía, me la puse en última instancia a ella y desde entonces es imposible de quitar, ni siquiera con el hechizo mas poderoso, creéme que lo intenté al de un rato, porque odio tener el pelo sucio!! tuve que inventar un hechizo para poder lavármelo con la diadema puesta...
*vi un mechón de mi pelo y cerré los ojos retrasándolo*
-y ya lo vuelvo a tener sucio, lleno de tierra, arena, hojas, ramas... ¡¡¡y me lo había lavado justo antes de entrar en la taberna!!!
*dije con fastidio y suspiré*
-Pero es mas importante ahora mismo una vida que mi pelo, asi que... gastaré en ello las energías.