un espectaculo accidentado.

despues de la estupidez del otro dia cuando me deje mi saco de monedas en una mesa por orgullo andaba mas pelada que una rata, asique decidi ir a buscar un buen sitio donde ganarme algo de dinero, habia una pequeña aldea en las llanuras, vivian pocas personas y casi no recibian trobadores por alli, asique seria una oportunidad fantastica.

entre en el pueblo de noche ataviada con mi capa larga y capucha, despues de asegurar de que el pueblo estaba libre de guardia inquisitorial me prepare para mi excibicion. en mitad de la plaza mayor, debajo del reloj me deshice. debajo de esta llevaba unas finas telas vaporosas en las piernas y en el torso apenas una pequeña camsieta que debaja muy poco a la imaginacion, me habia decorado el pelo a proposito enredando entre mis bucles luciernagas que brillaban suavemente.

saque mis habituales cariocas, de ellas colgaban dos bolas de esparto inpregnadas en sabia de arbol- venga, venga señoras y señores, vengan!- llamaba a todo el publico para que acuriera a la plaza. una vez estube todo el pueblo alli empece a cantar suavemente, incrementando el ritmo poco a poco, entonces prendi las bolas, y dos grandes llamaradas salieron de ellas.

todo estaba listo para el espectaculo.

Estaba caminando por las ciudades de eliria, en busca de un regalo para Dana y para mi hijo. Hacía mucho que no estaba demasiado con ellos, demasiado papeleo, demasiado extres. Quería compensarlo de alguna forma y estaba pensando en un pequeño viaje entre los tres.

Iba caminando hacia un local que me ofrecieran buenas ofertas hasta que, algo llamó mi atención. Alcé la cabeza, sin duda reconocía ese olor y esa aura, pero no sabía quien era.

"Un licántropo que no conozco"

Me dirigí hacia el sitio donde se encontraba y entonces... Quedé estupefacto. Una chica impresionante se encontraba bramando y movía agilmente unas cuerdas incendiarias, sin que el fuego la rozata tan siquiera.

Me detuve a contemplar el espectáculo, realmente era algo impresionante.

Llevaba días sin dejar de pasear por los suburbios de Eliria, la mayor parte de la gente de por allí ya me conocían perfectamente y sabían que no saldrían vivos si osaban rozarme un solo pelo.
Pero por un dia decidí salir e allí, recorrí varias callejuelas que se encontraban casi sin gente y después llegué a una pequeña plaza. La gente se había reunido alrededor de una muchacha que se movía agitando unas bolas de fuego. Me la quedé mirando sin demasiado interés cruzando mis brazos, provocando que el cuero de mis ropas sonase ligeramente.

La chica no se movía nada mal, la verdad es que había notado que últimamente me fijaba mucho mas en las mujeres, algo que no me disgustaba pues los hombres sinceramente daban asco. Me quedé en una de las esquinas admirando el espectáculo, procurando no llamar la atención de nadie.

empece a moverme de una manera lenta, movimientos las caderas al son de los ritmos árabes que entonaba. no tenían letra, solo era notas que emitía inconscientemente al bailar para llevar mejor el ritmo. lentamente fui moviendo las cariocas, giros normales, luego cruzados y cuando por fin todo el publico estaba atento a mis movimientos y no perdía detalle empece a bailar en serio.
de una manera mas sexy, mas atrayente para todo aquel que se encontraba allí. realmente era un espectáculo muy pensado. los hombres deseaban mi cuerpo, las mujeres deseaban ser como yo, poder moverse de la misma manera para engatusar a sus maridos y mantenerlos a su lado, pero en resumen el objetivo era no resultarle indiferente a nadie. y rápidamente se empezaron a ver los frutos, las monedas caía en la bolsa y yo me movía al son de ese tintineo de metal con metal.
acorte la cuerda de las cariocas pegándolas mas a mi cuerpo y haciendo que se movieran mas rápido, aun bailando me empece a abrir paso entre el publico que se abría a mi para no quemarse. había un hombre alto y fornido allí delante, no parecía ser del lugar y destilaba un porte que no era propio de los suburbios.

me acerque bailando a el y en un rápido movimiento lo aprisione entre el fuego y yo, como una lucha de escorpiones. pegue la espalda a su torso y resbalandome despacio por el mientras giraba las cariocas por su espalda.

La observé entre la gente, era impresionante. Nunca antes había visto algo asi, mucho menos por estas zonas. Aquellos movimientos... me sonaban más pertenecientes al continente de Lineris. Ese baile, esos movimientos... eran puramente insinuantes. Alcé una ceja, interesado. Entonces recordé la sartén de Dana y bajé de las nubes con un escalofrío.

Entonces me di cuenta de que allí no solo estabamos nosotros como seres.. diferentes. Alcé la cabeza mirando entre la muchedumbre, hasta que encontré a Lucia.
Sonreí al verla pero entonces me fijé mejor. Su aspecto era muy diferente... tenia el pelo más corto y... bueno, ibá bastante destapada. Fruncí algo el ceño, aquellas prendas no eran adecuadas para una señorita de su edad...
Iba a dirigirme hacia ella pero antes siquiera de intentar moverme me di cuenta de que todo el mundo se estaba apartando. Miré a mi alrededor y entonces me di cuenta de que aquella maravilla de mujer se dirigía hacia mi.
Volví a alzar una ceja, aquella mujer nos entrelazó entre las llamas, sorprendentemente controlando de que estas no me dieran a mi tampoco.

Pegó su espalda contra mi torso, resbalándose por él. Por un momento quedé algo rígido, aquel movimiento había sido muy sensual.
Su olor, sus movimientos... todo me incitaba pero ya no solo por la sartén de dana, sino por el sentimiento que emanaba por ella traté de controlarme con todas mis fuerzas.

Pese a ello, sonreí, eso era inevitable. Pero no como un pervertido, ni mucho menos, más bien era una sonrisa y una mirada de cierta admiración y respeto por que pudiera manejar esos artefactos tan habilmente. Tenía que hablar seriamente con ella luego, mucho mas aun sabiendo que era una de los nuestros.
Aun que también pensaba que era una persona... demasiado liberal... por asi decirlo. Bailar de esa manera delante de tantos hombres y más aun hacer eso con un desconocido... Pero tenia que admitir que ami no me importaba nada en ese momento.

-Cuidado, pequeña, no se te vaya a escapar el fuego y acabemos los dos mal.-dije bromeando

La gente empezó a apartarse de la muchacha que empezaba a moverse entre la multitud. Entonces me fijé hacia donde iba, Andrew estaba allí, mirándome con el ceño fruncido, si quiera me inmuté, tampoco me moví de mi lugar, pues pronto fue aprisionado por aquella mujer.
Fruncí el ceño molesta, pero entonces Andrew sonrió. Aquello fue un duro golpe para mi y mi confianza, solo algunos hombres gozaban del privilegio de mi confianza y el había sido uno de ellos. Pero de tal palo tal astillo, todos eran iguales daban asco y el era solo uno mas.
Me aparté de la gente hasta llegar a un punto ciego donde me era imposible verle y donde el no me vería.
Cerré los ojos templando mis sentimientos, esperando pacientemente.

cuando habia llegado abajo del todo y estando de espaldas a el subi lentamente y a media altura le empuje con el gluteos de manera contundente. volvi a controlar las cariocas a mi aldedor. lance una carioca en dirrecion el fuego lamio avido su camisa, pero antes de prender llama la retire, dejando unicamente su ropa con un agujero donde se podia ver a traves su oscura piel, sonrei y con un movimiento de caderas me aleje de el. nadie ponia en duda mi pericia con aquellas bolas.

cuando me gire puede ver como un muchacha se alejaba de nosotros, juraria que hacia unos instante la habia visto mirarme de una manera algo lasciva. volvi a mi posicion inicial, donde mi bolsa de dinero estaba rebosante.
segui bailando angun rato mas, pero la llama lentamente se estaba extinguiendo y deberia dejar el show pronto.

Cuando subió de nuevo, golpeó justo en el lugar inapropiado con su trasero, empujándome fuera de su circulo de fuego. En parte me alivió salir de ese circulo de sencualidad... no sabía que tenia aquella mujer pero me estaba poniendo enfermo (no en el mal sentido, tecnicamente).

"control, control, control, control, control, control....!" me dije a mi mismo, me obligué a mi mismo. Aquella mujer no solo era muy guapa, sino que tenía algo que... atraía, era... como algo que emanaba, algo innato. pero sabía que ella lo estaba haciendo solo por puro espectáculo. Aun que que me tentaran de aquella manera no era bueno, nada bueno.

Mi tozudez extrema me salvó una vez más pues solo tenia en la cabeza el pensamiento de dana. Logré tranquilizarme, entonces vi como controló el fuego en dirección a mi pecho y quemó mi camiseta, solo mi camiseta. la miré rapidamente despues de ver aquel agujero en mi ropaje. Increible, tenía precisión. Ahora la miraba sobretodo analizandola, no fisicamente, sino analizando sus habilidades, interesado en ellas. Su aura emanaba un gran poder, quizás de superior, incluso.

ladeé la cabeza.

-Vale, me equivoqué. Solo yo puedo salir herido si tu quieres, ¿verdad?-dije, sonriendo. Era una simple sonrisa de aprobación, su estilo era bueno. En realidad ella no podía herirme facilmente, a menos que yo quisiera, pero no quería presumir de poder, mucho menos en plena ciudad.

El fuego se le estaba apagando, no sabía si seguiría o pararía pero su saco ya estaba lleno de monedas. Tras el espectaculo, ahora más que nunca, iría a hablar con ella.

En cuanto el movimiento de gente se volvió a mirar a la bailarina con aquellas bolas inyectadas cada vez en menos fuego, volvieron a dejarme verle. Giré mi mirada hacia la bailarina ignorando a aquel sujeto.
Se movía bien, pero seguramente se moviese mejor si dejaba aquellas figuras llameantes, cortaban mucho sus movimientos aun que debía de reconocer que le daban un aire bastante exótico.

Me hubiese acercado mas de no ser por que aquella muchacha olía a licantropo como el que mas y aquel olor de repente se había vuelto extraño a mi, demasiado. Observé sus últimos movimientos cuando sus bolas se apagaron, esa chica seguramente conseguiría mucho oro si es que no lo había conseguido ya.

aquella era sin lugar a dudas la ultima llamarada de los bolas, las lance al aire en el momento justo, y di un par de vuelta sobre mi misma, cuando las bolas descendieron levanta las manos volviendo a cojerla. mire al publico con una mirada penetrando mientras levante las cariocas a la altura de mi boca y sople apagando el fuego. realmente el aire de mis pulmones no habia echo apenas nada, era solo cuestion de controlar el tiempo para darle dramatismo.

el espectaculo habia acabado, habia ganado el dinero suficiente para vivir una semana mas y pagar la camisa de aquel hombre, solo se la habia quemado por orgullo, pero tenia pensado pagarsela.
recogi mis cosas mientras el publico de disipaba, me dispuse a ir hacia el hombre pero a mitad de camino pude ver entre la muchedumbre a la muchacha de antes. la mire sin ningun tipo de reparo analizandola bien. era algo mas joven que yo, mas bajita y menos dotada. pero no se podria decir que por ello no era hermosa. sonrie picaramente y me aproxime a ella, un extraño olor me llego a la nariz, algo desagradable, como a comida en putrefacccion, ignore ese olor y le hable-¿ no te a gustado el espectaculo? juraria que antes de vi alejarte de mi- me acerque levemente a ella invadiendo su espacio personal. no podia evitar tratar de seducir a todo el mundo, era parte de mi caracter.

Terminó el espectáculo. Entonces me dispuse a ir hacia ella pero para mi sorpresa ella se estaba adelantando hacia Lucia y de una manera muy... sensual. Algo en mi se activó, a lo que volví a intentar calmarme "Por dios, andrew, que es Lucia". Me fijé mejor en ella... seguía sin gustarme que Lucia fuera tan destapada... Pensé en porqué esa ropa. Lo unico que me recordaba era a las damas que frecuentaban los burdeles, pero cambié rapido de pensamiento, era Lucia, ella no podía ser así.

De todas formas me acerqué, Lucia era mi sobrina de todos modos y era una niña que me caia muy bien. Además de que quería hablar a solas más tarde con aquella nueva licántropa.
Al llegar, manteniendo las distancias, saludé.

-Lucia, me alegras verte, hace mucho que no sé de tí. Has pegado un cambio.. curioso-dije, aun extrañado por su nuevo atuendo, pero seguía siendo una niña y seguia sin tener cuerpo como tal, asique por eso tampoco entendía mucho porqué vestía así. Mire entonces a la licantropa-Y usted, señorita. Creo que me debe una disculpa-dije señalando el agujero de la camisa, bromeando, con una sonrisa bromista en los labios. En realidad la camisa me daba igual, rompia muchas por mis transformaciones y el dinero era lo que menos me preocupaba.

OFF: De donde os habéis sacado que soy bajita y tengo cuerpo de niña? T______T Bajita puede pero cuerpo de niña.. D:

Iba a irme cuando el espectáculo terminó, pero antes siquiera de dar un paso vi que aquella mujer me observaba, se acercó a mi moviendo sus caderas insinuante. Sonreí de medio lado sin parar de fijarme en ella, parecía dispuesta a que cayese a sus pies y de haber sido una mujer normal lo hubiese echo. Era cierto que era guapa y sensual pero yo no era de las que se se dejaban seducir, al menos ya no.
Reí ante su pregunta-si me a gustado... pero me temo que si no me iba podía haberte pegado un bocado-pasé mi lengua por uno de mis colmillos realmente afilados. Ella había invadido mi espacio personal y yo me apegué un poco mas, sin apartar mis ojos color carmesí de ese amarillo que nunca había visto en una persona.
entonces la voz de Andrew me hizo girarme borrando aquella sonrisa picara que me había salido al ver a aquella mujer.-No podría decir lo mismo Andrew y en cuanto a mi cambio... podrías preguntárselo a tu hijo, seguro que el lo sabe mejor que yo-
Miré el agujero de su camisa-Si.. me pregunto que hubiese dicho Dana al ver eso-dije sin apartar la mirada de su camisa.

off: tu misma lo dijiste, que no tenia pechetes xD recuerdo ese dia cercca de tu portal, no estoy loca TT

on: observe como se relamia mientras se acercaba aun mas a mi y sonrei ante ese jesto suyo de una manera aun mas sensual- mmmm...eso hubiese sido una mala idea- dije de forma ironica mientras me mordia en labio inferior y acortaba la distancia que nos separaba a unos pocos centimetros, de tal manera que pudiera sentir mi aliento en sus labios- pero siempre me han gustado las malas ideas..

entonces aparecio el hombre de antes, muy a mi pesar me separe de aquella muchacha y recupera una actitud mas normal - perdone por lo de la camisa era parte del espectaculo- saque de la mochila la bolsa del dinero y de esta un par de monedas- tenga, espero que cubra los gastos.
entre esos dos habia un royo raro, parecia que se conocian pero pese a que andrew tratase de forma cortes a lucia esta parecia no coresponderle de igual manera. di unos pasos atras para darle mas espacio a ellos, ademas delante de aquel hombre no iba a poder seducir a la pequeña lucia.

off: subhi, no sabes que me llamo andrew, aun no me he presentado xDDD:on

Miré largamente a Lucia, algo serio. ¿Mi hijo? ¿Qué tenía que ver mi hijo en todo aquello?
Entonces dijo aquella ultima frase y... hubiese jurado que iba a malas. Como si... fuera con rencor. Me extrañó muchisimo aquello, parecía muy cambiada. Pero no a bien, se que antes ella nunca hubiera dicho nada que fuera a malas ni a molestar pero... aquello.
Lo dejé correr, ya que no me iba a poner a discutir con una niña, mucho menos sobre mis relaciones personales. La verdad es que en aquel momento me decepcionó un poco, pero igual era que tenía un mal día.

-Yo me pregunto por qué tu te preguntas eso-respondí tranquilo y realmente de forma interrogativa. Entonces miré a la mujer, negandola el dinero-No, no. Tranquila que una camisa mas o menos me da igual. En realidad bromeaba, pero te mueves muy bien con eso-dije señalando los artefactos que antes ondeaba, ahora apagados-y eres muy habil con ello. Me sorprende.-tras esto, me di cuenta que no me había presentado-perdona mis modales, mi nombre es Andrew Wingates.

Sonreí picara cuando sus labios estaban tan cerca de los míos, quise responderla pero no era el momento, aun que no olvidaría fácilmente lo que me había dicho.
-Yo a veces tambien me pregunto porque digo las cosas-susurré. La chica le había cedido su bolsa para comprarse una camiseta, bueno siendo la responsable de ello no me extrañó demasiado, aun que yo no lo hubiese echo dado el caso.

En eso estoy de acuerdo señorita, unos movimientos muy hábiles-dije sonriendola, cuando me dí cuenta de que no me había presentado-Lucía Wingates a sus servicios-hice una pequeña reverencia aprovechando para mirarla de arriba hacia abajo, no me importaba si me habían visto porque tenía bastante claro que era una mujer muy bella.

off: realmente si, os habeis llamado antes por vuestros nombres, solo tenia que escuchar que estamos al lado

on: definitivamente entre ellos habia algo raro, decidi ignorarlo, despues de todo eran gente que no conocia de nada. como todos se habian presentado me parecio lo mas correcto hacer lo mismo
mi nombre es subhi libni, todo un placer- no hice reberencia, no me gustaban en absoluto ese tipo de formalidades, pero no se me escapa el repaso visual que me habia dado lucia
no es para tanto, solo una forma de ganarme la vida- me encogi de hombros, no era nada tan habilidoso, con el fuego encendido tenia que tener cuidado de no quemarme, sin el siempre era mas agil y flexible.

andrew no quiso aceptar las monedas, no iba a insisitir, si no las veia necesarias mejor para mi economia

Vi aquellas miradas que se echaban la una con la otra. Miré sorprendido a Lucia ¿donde quedó aquella chiquilla tímida en mi despacho? Los jovenes de hoy en dia crecian demasiado rapido.

Miré entonces a subhi, aun que trataba de no hacerlo mucho. Seguía sin saber que tenía pero me costaba muchisimo controlar mis impulsos de lanzarme.
Olí el interés de ambas, las miré detenidamente, alternando la mirada de una hacia otra. Allí había un rollito lesbico muy curioso... No pude evitar que aquello me agradara. ¿La idea de dos mujeres tocandose y besandose? eso para mi era una de las imagenes más eroticas que podía imaginarme. Sin embargo, estabamos hablando de Lucia. Era mi sobrina y la había visto crecer desde pequeña, la cosa ya cabiaba ahí. No sentía nada de ese estilo hacia ella, aun que tenía que reconocer que era una joven bella.

Aparté todos los pensamientos de mi cabeza y me centré en subhi.

-Bueno, pese a ello se requiere habilidad. De todas formas... eres nueva por estas zonas, eso es evidente. Me satisface mucho ver a uno de los nuestros por estas zonas-dije, con orgullo por nuestra raza

-encantada Subhi- Me la quedé mirando, no parecía ni por asomo la chica que se me había acercado antes, era como si hubiese cambiado de repente. -¿donde aprendiste a bailar asi? yo se bailar pero ni mucho menos tan bien como lo has echo, podrías enseñarme alguna vez-
La verdad es que, solo sabía bailar bien una cosa, si aprendía ya sabría algo mas.

Andrew parecía orgulloso de su raza así que solo me reí-Dirás conocer a alguien nuevo de vuestra raza, porque por lo demás estáis plagados por todas partes-sonreí de medio lado. No hacía mas que encontrarme con licantropos por todas partes.

me quede mirando de hito en hito al uno y al otro, no tenia ni idea de a que se referian con "uno de los nuestros" y "de vuestra raza" hasta donde yo llegaba todos eramos de la misma especie y no tenia ningun tipo de relacion con aquel hombre. me encogi de hombros y lo deje pasar, podria referirse desde a la gente honrada como a los morenos de piel. habia demasiadas posibilidades para pensar mal.

me sonaba su apellido, lo habia oido en algun lugar y su cara me era extrañamente familiar pese a llevar muy poco tiempo en aquellas tierras. mire a lucia sonriente antes de responder, de no estar alli aquel hombre hacia rato que estariamos haciendo algo mas que hablar.

-nose decir muy bien cuando aprendi a bailar, lo hago desde que tengo cosciencia, lo del fuego se me ocurrio despues para atraer a mas gente y bailar menos veces ganando lo mismo- volvi a sonreir aunque esta vez no logre contener aquel matiz picaro ni en la sonrisa ni en el tono- claro, cuando quieras te enseño lo que se- el doble sentido fue una improvisacion de ultima hora, pero seguro lo captaria.

ya porfin muerta de la curiosodad me gire hacia el andrew - disculpe, llevo rato pensadolo. ¿nos conocemos de antes? su cara me suena terriblemente, incluso su apellido.

Miré a Lucia y sonreí, era cierto que ultimamente había más licántropos, esta muchacha era un claro ejemplo, pero había muchos más seres.

Mi mirada se posó entonces en la combersación que tenían Subhi y Lucia... aquello me estaba haciendo sentir incomodo y desplazado. Al fin y al cabo, estaba oliendo todo lo que sentian, y era atracción.
Quedé pensativo durante un momento. Abrí la boca para hablar cuando me di cuenta de que, ella era una licántropa y Lucia y una vampiresa. "oh no, por muy sexual que suene todo, eso ni pensarlo" Fruncí el ceño desaprobando completamente su coqueteo.

-Comportense, señoritas.-dije, bastante serio. Aquello ya no me gustaba, incluso superaba (más o menos) el morbo que pudiera darme el echo de que dos mujeres se empezaran a frotar, acariciar, besar y... "vale, vale. Deja ya de pensar en eso, joder..." me obligué.

Miré entonces a Subhi, aquella no era la primera vez que me decían algo así.

-Quizás conocieses a Dean-dije con simpleza.

Abrí los ojos asombrada-Pues es una buena idea! nunca se me había ocurrido, como el fuego es incontrolable tampoco me dan ganas de empezar a aprender a ver si voy a salir ardiendo en algun momento-Sonreí, la chica era de lo mas agradable que me había encontrado en mucho tiempo, pero entonces su ultimo comentario me descolocó, obviamente no me había referido a eso cuando se lo había preguntado, pero no me disgustaba en absoluto-Cuando quieras-dije con una sonrisa de medio lado.
Andrew parecía enfadado por nuestro comportamiento, pero no dejaría de hacerlo-Puede que seas mi tío pero no eres mi padre-dije simplemente refiriéndose a mi comportamiento.

Su ultima frase la corté a la mitad-Cállate!-, siempre tenía que salir el, en cualquier conversación siempre estaba su odioso nombre. Me agarré la cabeza con fuerza con mi mano derecha, no lo soportaba, era lo único que no podía soportar. ¿Que era esta sensación? me oprimía la cabeza y me hacía sentirme todavía peor de lo que me sentía ya. Era como sentir la oscuridad de mi propia madre dentro de mi cuerpo. Bufé fuerte dándome la vuelta con los ojos chispeantes e dolor y de una profunda furia. Esa noche cuando todos se fuesen muchos humanos encontrarian su muerte en mis garras.

que graciosa era aquella chica- no se puede empezar con fuego por si sales ardiendo, lo mas sencillo es mojar las bolas de esparto en agua para teñir ropa. cuando te das con ellas tu piel se quedara de ese color, y asi se puede saber en que momento empezar con el fuego, cuando nunca te pintes- era logico que no lo supiera, yo misma me habia quemado alguna veces antes de que se me ocurriera ese sistema.

rei entre dientes por el comentario de andrew, era como cualquier hombre la sola idea de dos mujeres juntas les ponia freneticos, aunque tratase de reprendernos sabia que en el fondo la idea le atraia, no sabia muy bien como pero lo sabia - el buen comportamiento no estubo nunca entre mis dones- respondi riendome. entonces me acorde de aquel ingrato estafador de poca monta, que a traves de mis miedos habria intentado sacarme dinero de no ser porque fue mas rapida que el - si, conozco a de...- estaba respondiendo cuando lucia grito, la mire levanto una ceja de manera interogante y con una leve mueca en el gesto * ¿no me digas que esta loca?* un olor algo rancio me llego a la nariz cuando me acerque a ella -¿estas bien?- me rasque la nariz y sacudi la cabeza, algun gato deberia haber muerto hace poco por esta plaza porque el aire olia como a muerto

Escuché la conversación de ambas sobre malabares. Lo cierto es que era interesante, pero seguía teniendo un contenido cargado con una sensualidad que me intrigaba.

Ignoré aquel comentario, tenía argumentos para rebatirla pero no pensaba discutir como si fuésemos críos, ya era mayor para esas cosas.

Subhi estaba contestándome cuando de pronto Lucia comenzó a gritar.

Eché la cara un poco hacia atrás, bastante sorprendido a la par que perplejo por su comportamiento.

Alcé una ceja mirándola confuso. Se suponía que a Lucia le gustaba Dean. La primera impresión que me dio era que dramatizaba, y mucho, eran gestos demasiado grotescos para parecer algo real.

-¿Que coño te pasa, Lucia?-pregunté, ya no solo intrigado, sino confuso.