Reencuentro

Tras despedirme de Asp y de mi reina en la biblioteca del castillo me dirigí a bosque a dar una vuelta. Era bien entrada la tarde y los ultimos rayos del sol quedaban ocultos tras una espesa capa de nubes. Mi espada estaba, como siempre colgada de mi cinturón y mi mosquete sujeto a la espalda por una correa. El calentamiento con Asp no habia estado mal, sin embargo vine a este bosque en busca de algún licantropo solitario. Llevaba ya bastante rato caminando y me habia adentrado mucho en el bosque, habia llegado a un claro por el que discurria un pequeño arroyo. Miré a mi alrededor y no vi nada demasiado espectacular. Clavé mis ojos carmisí en el oscuro cielo.
-A este paso voy a tener que volver antes de encontrar nada divertido que hacer. -Suspiré.

Ya no sabia los quilometros que habia recorrido, apenas sabia con exactitud donde estaba y subí a la copa de un arbol a descansar.
Al rato, un leve ruido me sobresaltó. Miré a mi alrededor y al no ver nada utilicé mi olfato.
-Umm... huele a vampiro...-mis labios reflejaron una media sonrisa-Creo que esto va a ser divertido...

Me desplace veloz entre los arboles, acechandoa mi presa, sin borrar la sonrisa de mi rostro.
Filamente me detube en una rama de arbol mirandole atentamente, sabia que estaba ahi y que le estaba mirando.

Su presencia no me pasó desadvertida, además por mi rastreo pude averiguar que se trataba de un maestro y que estaba situado en una rama de un arbol justo a mi espalda. Una sonrisa se podia adivinar en mi rostro que seguia clavado en las nubes.
-Vamos perrito, se que estas ahí. Y tambien sé qu eno te entrenaron solo para acechar. -Me di la vuelta y miré fijamente el lugar donde estaba situado. Mostré mis colmillos con una macabra sonrisa al verle.

Rei por su palabreria. Mi sangre comenzaba a agitarse emocionada por la idea de desgarrarle.

-Cierto es-rei, mostrandole mi mas amplia sonrisa rebelando mis colmillos.

Me moví veloz, y de un salto me arrogé a el desenvainando la espada que prendia a mis espaldas.

-Lento. -Con un leve movimiento me moví a la izquierda apartandome de su trayectoria y desenvainando mi espada.
-Si eso es todo lo que puedes hacer vamos a acabar muy rapido. -Sin que se fuese mi sonrisa lancé un par de estocadas en su dirección.

Pare sus golpes, aun sin desprender de mis labios la enorme sonrisa.

-No sabia que en esta zona los chupasangue fuerais tan deviles. Normal, ¿con esos bracitos quien podria emplear fuerza?

Con las espadas cruzadas comenze a acribillarle con golpes, caa uno con un poco mas de fuerza que el anterior obligandole a retroceder.
Di una voltereta por encima de su cabeza colocandole a su espalda y le empujé con mi hombro empotrandole contra un arbol a varios metros.

Desplegué mis alas para parar el impacto quedando así apoyado contra el tronco del arbol.
-No te preocupes perrito, estos bracitos no son todo lo que tengo. -Me impulsé en el tronco del arbol lanzandome en vuelo a gran velocidad empuñando mi espada. Finté un golpe con la espada pero dando una voltereta en el aire, impulsada por mis alas, di una patada descendente incrustando mi bota en su cabeza y mandandolo de morros contra el suelo. Descendí unos pocos paso por detras de él mientras se levantaba.

Me lebanté algo aturdido, sacudí la cabeza. Mi sonrisa se habia borrado y me estaba empezando a cabrear; me giré.

-Sucia alimaña, no sabeis otra cosa que utilizar mas que trucos.-solté la espada- ahora veras como este perrito desgarra tu pecho y debora tus entrañas.
Con un grito que se asemejaba mucho a un gruñido arquee la espalda alzando mi pecho, dejandose ver todas las marcas cada una de alguna batalla, y la que sin duda mas resaltaba, en mitad del pecho una gran cicatriz causada por la espada de un vampiro.
Me encogi y rocé con las manos el suelo, le miré con el ceño fruncido y cerre los ojos con dolor. La transformacion comenzo. El pelo comenzó a brotar, mis garras y colmillos a crecer, mis musculos eran ahora mucho mas grandes y marcados. El hozico se me alargo junto a las orejas, ahora en punta.
Rugí una vez mas y comencé a correr en su dirección hasta lanzarme sobre él.

Cuando su pecho quedó al descubierto mi sonrisa se desdibujó dando paso a una cara de absoluta perplejidad. "No puede ser, pero se parece. Tiene que ser casualidad." En ese momento de despiste él saltó sobre mi cayendo ambos al suelo. A pesar de todo me las apañé para que no me hiriese. Mis ojos carmesí quedaron clavados en los suyos. "No puede ser"
-¿Es que acaso los fantasmas del pasado me persiguen?

No entendí que demonios hablaba el vampiro, de todas formas siempre hablan mucho y nunca cosas claras por lo que alcé mi garra mientras le impedia moverse del suelo.
Mis se mostraron, relucientes, en forma de sonrisa victoriosa.

-ya eres mio

Mi garra se detuvo al ver aquellos ojos. Me quede petrificado...
*esto no es posible.... Aguité mi cabeza, tratando de centrarme pero cuando volvi a mirar aquellos ojos seguian alli. El mismo intenso y tan poco peculiar color de ojos carmesí, que solo habia visto a dos personas y, descartaba toda existencia de alguin así.
*padre... hermano...* Las imagenes de mis pesadillas reaparecieron, todos los recuerdos de esa noche saliero de nuevo a flote en mi mente. Mis ojos comenzaron a tornarse cristalinos. Sacudi nuevamente la cabeza pero nos recuerdos no me abandonaban, se enpeñaban en aferrarse con fuerza para no desprenderse de mi. Me eché las manos a la cabeza.
Rapidamente estampé las carras sobre sus hombros, haciendole imposible huir. Mi mirada desprendia odio.

-¡¡¡FUISTE TU!!! MALDITO DEMONIO, ¡¡TU LOS MATASTE!!

Sus gritos me devolvieron a la realidad. Conseguí golpearle con una rodilla en el estomago lo cual me permitio zafarme y levantarme rapidamente.
-¡Calmate Andrew! -Me mantuve en guardia antes otro posible ataque. Cuando mi voz volvio a sonar lo hizo con calma y control.
-Creia que estabas muerto, pero por lo que veo no lo estas. Estoy seguro de que ya sabes quien soy.

De rodillas me sujeté la estomago del dolor y le lancé una feróz mirada. Me lebanté de un salto.

-Es otro de tus trucos, chupasangre. ¡No caeré! No sabia que tambien podiais llevaros el color de ojos.-Me puse en guardia-¡Les vengaré con tu muerte!
Corri hacia él y le derrumbé provocando quese undiera un poco en la tierra. Lancé mi garra contra él junto a un rugido. La logro esquivar, clavandoseme las pezuñas en la tierra.

Esquivé su zarpazo con facilidad y le golpee en la nuca con el mango de la espada atontandole un poco.
-Por supuesto que no es un truco, ni aun queriendo podriamos llevarnos el color de ojos. Soy tu hermano y lo sabes. ¡Por el amor de dios! No he cambiado ni un apice, todavia recuerdo como te gustaba que nuestra madre jugase contigo con esos pequeños muñecos de madera o como disfrutabas cada vez que nuestro padre te leia alguna de esas novelas de caballerias. Aunque claro... Es posible que no seas tú.

Caí a un lado, medio aturdido mientras me hablaba.
Poco a poco volví a mi estado humano y logre mantenerme en esa posicion al casi derrumbarme en el suelo por el cambio.
Le mire largamente a los ojos, sin aun poder creermelo.

-¿De verdad eres tu, hermano?

Clavé mis ojos carmesí en él.
-Podria preguntarte lo mismo. Je, como has crecido... Incluso mas que yo.
Le ayudé a levantarse. La verdad es que no podia terminar de creermelo, depues de 31 años resultaba que seguia vivo.

Me levanté con su ayuda, callendoseme el resto de tela que quedaba en mi torso, pero por fortuna aun conservando los pantalones.

-Tu tambien has cambiado... se te ve mas... palido... Te has convertido en un asqueroso chupasangre. Aun que sigues conserbando el rostro que recordaba debajo de todos esos rasgos vampiricos y sin duda, tus ojos.-Me sacudí la tierra de la ropa-Ya me estas dando explicaciones de por que no volviste a por mi y que has ech todo este maldito tiempo

-Eh, yo no he dicho nada acerca de que seas un chucho. -Le recriminé.
-Creeme, habira vuelto a por ti si hubiese sabido que estabas vivo. Cuando maté a aquel vampiro bebí su sangre, en esos momentos estaba muy confuso y cuando vi tu pequeño cuerpo atravesado por esa espada pensé que estabas muerto. Por eso abandoné nuestra casa, en busca de respuestas. Tras varios años cambiando de una mala compañia a otra peor volví a ver nuestra casa, pero la encontré reducida a cenizas. Poco despues acabé en estos parajes sirviendo en el castillo como principe. Y bueno, como se suele decir, el resto es historia. Pero cuentame ¿Que ha sido de tu vida todo este tiempo?

Le mire con los ojos entre cerrados por el apodo de "chucho", pero acabé por ignorarlo.
-Entiendo... yo lo ultimo que recuerdo es ver a padre y madre en el suelo muertos y a ti siendo mordido por ese vampiro... despues todo se hizo negro y desperte en casa de los señores Threepwood. Vivi con ellos un tiempo hasta los 15, cogí una mochila, metí lo necesario y me largué. Estube por tooodas partes del mundo: Egipto, africa, Grecia, Alemania, incluso en america sur y norte; siempre en busca de el vampiro que mato a nuestros padres y creia que atí también.
Finalmente acabé en paris a mis 22 añitos, donde me atacó un licantropo. Me mordió pero consegui quitarmelo de encima y matarlo, supongo que ya estaba muy viejo. Vivi solo las terribles transformaciones automaticas en luna llena, el deseo de la carne fresca y las ansias aun mas grandes de matar vampiros. Logre tranquiliar ms instintos y aprender a controlar las transformaciones a mi antojo.
Dejé a un lado mi vida nomada cuando conoci a una mujer humana y acabé contrayendo matrimonio con ella. Si hubierais podido verla... era la mujer mas hermosa que puedas imaginar, eso si, con un gran caracter. Tuve con ella dos niños, el mayor Edward y la pequeña Juno. Sin embargo, un dia, mientras yo estaba en el trabajo un despreciable vampiro me los arrebató y cuando llegue a casa solo encontre sus cadaberes... ese demonio se habia llevado sus almas y la mia con ellos...
Desde ese momento me limité a la busca y caza indiscriminada de vampiros... -termine, cabizbajo tratando de disimular el dolor que se reflejaba en mis ojos tras remover nuevamente en los sombrios recuerdos de mi pasado.

- Hermano... no se qué ves de luminoso en esto. Me gusta ser así y aun mas ahora que soy capaz de controlarme... sin embargo... no olvidare las caras de todos aquellos inocentes a los que asesine... mis manos estan perpetuamente manchadas con su sangre.
Ambos compartimos una maldición... Sin embargo, apesar de ser mi hermano, eres mi enemigo y se que como muhos otros, tu tambien has subcionado la sangre de tantos inocentes... y seguiras hacindolo. Por ello, no puedo ser tu aliado... pero me mata ser tu enemigo...

-No se si yo soy luz, o tu oscuridad... se que mi hermano murio hace ya muchos años... También se que, entre toda esa esencia oscura... aun queda algo de lo que un dia fue mi pariente mas allegado y del unico que algo de su existencia no expiro completamente.
Un dia te mataré, y la alma de Walter podra ser libre al fin y descansar eternamente con nuestra familia... esperando el dia en el que mi maldita alma pueda ir con todos ellos.

Ahora nos separaremos, como aliados, como amigos... como hermanos... Pero en cuando nuestra vision no alcance el contorno de nuestros cuerpos, desde ese momento, seremos un vampiro y un licantropo. Entonces, solo el instinto nos controlara y lucharemos a muerte en cada encuentro.

Recogí mi arma del suelo y disfruté de la ultima mirada que le echaría como hermano a Walter. La mantuve, sin esconder la tristeza en su reflejo. Aparte vista y me di la vuelta echando a andar, cerrando todo sentimiento y recuerdo en el pozo de mi oscuro corazón, para que nunca mas volviera a salir.

-¿Que mi alma pueda ser libre y descansar en paz? Despues de todo lo que he hecho ningún dios me perdonaria... Tan solo espero que el dia en que tenga que matarte tarde en llegar. Adios hermano, adios Andrew. Ojalá que dios escuche tus ruegos. -La ultima frase quedó extinguida por el aire, un susurro muerto como un ultimo deseo. Vi como mi hermano se alejaba. Mi expresión no cambio en ningún momento, me obligué a que no lo hiciera. Algún dia tendria que acabar con él o lo haria él conmigo, entonces... ¿Por que me costaba tanto verle marchar de nuevo? Miré de nuevo al cielo la luna habia salido y su tenue luz iluminó mi palido rostro. En ese momento recordé que tenia ciertas cosas que hacer. Dirigí una ultima mirada al camino por el que Andrew se habia ido y me fuí en dirección contraria.