Haciendo una visita

En un claro del bosque, la luna lo iluminaba todo con una tenue luz plateada. Elinor se acercó a una roca tallada con la forma de una mujer que lloraba. Se agachó y puso una rosa roja a los pies de la estatua y una lágrima indiscreta rodó por su megilla.

*Iba caminando por el bosque cuándo de repente ví a Elinor. Yo había ido allí con dos rosas negras, mis padres habían muerto cuándo aún era Arêsha en ese mismo campo por una incompetencia de Satán, incluso cuándo le expliqué que aquello era una locura. Mas tarde lo pagó con su vida, era lo que tenía no haberme hecho caso: perdió aquel terreno y encima murieron muchos diablos, entre ellos mis padres. Siempre iba allí, cuándo se acercaba el día, a dejar dos rosas negras*

-Hola Elinor, ¿qué haces hoy por aquí?

*la pregunté sentándome en el suelo a su lado y dejando en el lugar de siempre las dos rosas negras*

Me limpié las lágrimas con el dorso de la mano:
-- Nada, simplemente paseaba -- me levanté y no la miré, se podía descubrir que había llorado y que aun tenía lágrimas en los ojos.

*noté que había estado llorando pero no dije nada, sabía lo que era perder a unos padres, yo misma había matado a satán por la muerte de ellos*

-Yo venía a honrar a los padres de mi grandísima amiga la difunta princesa Arêsha... solíamos venir aquí a honrarles, aquí murieron... vengo todos los años.

*la confesé mientras colocaba las rosas negras en el lugar exacto y las ponía de una manera determinada. Las miré y murmuré durante 2 minutos un montón de palabras en diabólico antiguo. Terminé e hice dos señales muy extrañas que recordaban una aun dragón y la otra a una serpiente, como si ambas aprisionaran algo. Terminé aquello y un minúsculo hilo de fuego conectó ambas rosas para fundirse y deshacerse con las rosas. Aquello se introdujo en la tierra y descendió hasta el magma del fondo. Cuando terminé, respiré con profundidad*

-Ya está, terminé lo que venía a hacer... ¿quieres que e acompañe a dar un paseo? es posible que nos haga bien a las 2 hablar un poco.

-- si quieres -- dije volviendo a frotarme las mejillas y ya girandome, de nuevo con el porte de una reina.

*Noté que ya había recuperado la compostura y sonreí*

-Nos hará bien...

*dije comenzando a andar mientras esperaba que ella hablase*

Empecé a andar junto a ella:
-- y de que quieres hablar?¿

-La verdad es que no lo sé... me he enterado que tienes un nuevo príncipe, no sé, podrías hablarme de él, de cosas de tu reino...

*comenté y añadí*

-Por ejemplo en el mío creo que no queda ni un revolucionario, pero seguro que saldrá alguno, siempre salen, es cuestión de tiempo.

-- Si te soy sincera no sabría que decirte de mi principe, hace poco que nos conocemos -- dije -- y mi reino...mmmm... ahora que lo dices si que anda todo muy tranquilo, pero mejor así, tengo cosas en las que pensar y lo ultimo uqe necesito son revoluciones.

-Jajajaja!!Bueno, la verdad es que se está mucho mas tranquila sn revoluciones... te diría que te acabarás acostumbrando a ellas, pero creo que no vivimos el mismo tiempo.

*dije con una sonrisa para añadir*

-de todas formas una se acostumbra rápido a ellas.

-- Supongo... pero prefiero que este todo tranquilo -- bajé la cabeza y deje la mirada fija en el suelo. Crucé los brazos sobre el pecho y suspiré.

*la miré de reojo*

-En serio Elinor, ¿qué e pasa? Me he cansado de hacer la vista gorda.

*la pregunté a bocajarro*

-- Bueno, es que he venido por algo parecido a ti, aquí es donde puse la tumba de mi madre.

"Muy curioso, su madre está enterrada aquí y mis padres murieron aquí"*pensé pero no dije mis pensamientos*

-Resulta interesante que el lugar dónde murieron los padres de mi querida amiga la difunta princesa Arêsha sea el mismo dónde enterraste a tu madre...

*de repente hice un movimiento extraño*

-¿pero no mataste tu a tu madre? Yo tiré el cuerpo de Satán.

-- Ya lo se... pero aun asi era mi madre -- murmuré, las lágrimas amenazaban con aflorar de nuevo pero las controle como pude.

-Bueno... supongo que es diferencia de razas, yo lancé el cuerpo de Satán... a la boca de un Dragón que habia sido de mi difunta amiga la princesa Arêsha, el dragón se lo tragó entero, pero el pobre murió de indigestión.

*conté con un suspiro*

Sonreí:
-- Si, sera la diferencia de razas -- comenté -- yo hice que mi madre se "desintegrase", aquel era un lugar que solía visitar, por eso instalé su tumba allí -- expliqué.

-¡Ah! no lo sabía. Lo malo de aquél dragón es que me lo dejó en herencia, y el pobrecillo se murió...

*dije apenada pero sin decir que sólo habia conservado 2 pero que uno se murió así y que tan sólo me quedaba uno. Pero aquel era un secreto que nadie mas conocía*

-- siento lo de tu dragon... -- dije mirandola de reojo.

-Al final sólo es un dragón.

*dije tratando de restarle importancia al asunto y aadí*

-Pero me ayudó en mi pelea contra satán.

*dije con un suspiro, realmente me apenaba esa muerte de hacía milenio y medio*

-- si te soy sincera solo conozco retazos de esa historia...

-Tampoco la he querido hacer muy públicam sólo que la gané.

*suspiré y pregunté con una sonrisa*

-¿qué es lo que conoces? ya sabes que soy muy cotilla...

-- Pues no se demasiado, tan solo que mato a tu amiga la difunta princesa Areshâ, que te rebelaste y la cosa fue a lo grande. Acabo de descubrir que participi un dragón y por supuesto, que ganaste.

*Suspiré y sonreí*

-Eso es lo que me encargué de difundir... Satán se confió y creyó que estaría siempre seguro, pasó de rebeliones y pasó de intentar cuidar su reinado... aquello por supuesto me benefició, porque muchos se pusieron de mi lado, incluídos todos aquellos que servían o estaban bajo las órdenes de mi grandísima amiga la difunta princesa Arêsha, aunque no todos, eso es obvio. En aquella pelea hubo de todo lo que pueda haber en el Infierno, y creéme que algunos experimentos no son muy agradables. Después, una vez que gané, me encargué de hacer la oportuna limpieza, y he destrozado varias rebeliones, me he impuetso como reina... pero eos ya lo conoces, si no no estaría aquí.

*dije con una sonrisa*

me reí:
-- casi nada -- comenté respecto a su historia -- tan solo unos fuegos artificiales.