Arto y cansado

Paseando por el reino llegué a un claro. Iba con las manos en los bolsillos y cabizbajo, algo enojado. Golpeé con el pie una pidra, distraido, sin dejar de fruncir el ceño.

Había estado pensando demasiado, no me gustaba que la gente tuviera que sacarme de apuros o luchar por mi... esa situacion tenía que cambiar. Me paré en seco y alcé la cabeza mirando a la nada, aun con el ceño fruncido; me propuse a mi mismo que entrenaría y mejoraría aun que tuviera que sudar sangre para conseguirlo.

Desde ese momento me pasé dias y dias entrenando sin descanso. Solo paraba cuando mi cuerpo dejaba de responderme, en cuanto notaba cobrar su control seguía con el entrenamiento. Me apliqué en todos los campos posibles: velocidad, agilidad, destreza, estratégia de combate e incluso fuerza. Incluso cuando cazaba para comer entrenaba, buscaba con mi habilidad de rastreo el ser mas mortifero de kilometros a la redonda y me enfrentaba a el hasta que le mataba.
Perdí la nocion del tiempo, llegué hasta no poder distinguír los dias de las noches del cansancio...
Un dia me desplomé nuevamente en el suelo, exausto, sentía un incesante cosquilleo por cada uno de los musculos. Nada me respondía y al minimo amago de movimiento el cuerpo me dolía como si fuera acido lo que recorriera mi interior... no me quedo mas remedio que pensar.

Unas cosas me llevaron a otras y acabé reflexionando sobre el reino licantropo. Llegué a la conclusion, tras una serie de cuestiones mas que evidentes, que no pintaba nada ahi. Siempre me reunida con Ian y haruka, que eran renegados... a "mis superiores" les había visto una vez a lo sumo y de pasada... comencé a plantearme seriamente dejar de estar en el reino y hacerme renegado... cierto era que nada de ese tipo de cosas me importaban una mierda, sin embargo, no quería servir a nadie mas que no fuera yo. Ian se había echo renegado por motivos que me parecen correctos, no le tomaría jamas como mi rei... pero si lo hago como amigo... y eso contaba mucho mas para mi que cualquier cosa. Siempre le seguiria si me lo pidiera y el a mi tambien, sin dudarlo. Decidí desde ese momento hacerme renegado.

Cuando al fin pude levantarme, algo dolorido aun, me quedé largo tiempo mirando mi brazo. Tenía el puño cerrado y apretando, notaba que algo en mi había cambiado... me sentia mejor de lo que me había sentido jamas en mi vida. Corría por el bosque y notaba que mi agilidad y velocidad se habían incrementado muchisimo, al igual que mi sentidos en general... y tambien la fuerza... de un solo puñetazo... y de los flojos, derribé a uno de esos monstruos que solía comer durante ese tiempo.

Algo había cambiado en mi, lo notaba... ahora era mucho mas fuerte que antes

OFF: Este post no tiene nada que ver con mi personaje Arshei

ON:

*Cuándo Andrew pudo levantarse debajo de su muñeca había aparecido una plaquita de metal que se le había colocado en la muñeca a modo de pulsera. La pulsera desprendió un calor por su cuerpo como un cosquilleo aumentándole su fuerza. Podría quitarse si quería la placa pues el poder ya le había sido concedido: tenía el poder de un primer mando renegado.*

Miré las pulseras extrañado.

-Dios, que bien me siento... -mostré una media sonrisa, me estaba empezando a dar cuenta de lo que había pasado.

Sin mas, me fui a descansar, sin quitarme las muñequeras. Desaparecí de la zona