El jardín de los cerezos

-Ojala-le dije con una sonrisa-pero la lucha sera defenitiba-sera un amasacre

fruncí el ceño y cerre los ojos ante su comentario.Luego los abri a medias y solte un suspiro.

-puede..

-¿Pero se puede saber por qué quieres que pase por aquí?


Mi compañera me sonrió sádicamente:

-Es que me ha parecido oir la palabra...masacre.

Me resigné consternado ante la falta de sensibilidad de mi amiga.

-Bueno, pues te lo habrás imaginado. Aquí no hay nadie. Pero ya que me has traído hasta aquí, recolectaré unas cuantas cerezas para hacer una infusión de las que me ayuda a digerir los alimentos.

Me giré sobresaltado porque me pareció detectar unos ruidos y me fijé en unas sombras que había entre los árboles.

-¿Con que no había nadie, eh, Aral?

-Estarán hablando de cosas privadas, no les molestes.

-Veeeengaaaaa. Se que hablan de sangre.

Traté de pasar desapercibido entre la gente que allí se encontraba, pero sin querer mientras recogía cerezas una rama se cayó encima mía.

-La has cagado, amigo- escuché insidiosamente la voz de mi compañera en mi mente.

Suspire, esa palabra me gustaba tan poco como a kaede.-Bueno, lucharemos y ayudaremos lo que haga falta, ¿a que si kaede?-dije dedicandola una dulce sonrisa tranquilizadora, yo estaria de su lado para siempre ayudandola y protegiendola. Olí algo a lo lejos, no me daba muy buena espina asi que miré hacia el lugar, algo mosqueada, de repente se oyo un ruido y yo al estar en alerta me levante inmediatamente-¿Que leches?-

Me aparté la rama de la cabeza y me sacudí unas cuantas cerezas del pelo aunque estaba seguro de que todavía me quedaban unas cuantas cerezas colgando de mi diadema y de mi rosa. Después me volví rápidamente al darme cuenta de que ya sabían que estaba yo allí.

-¿Y ahora que hago?- le pregunté a mi compañera.

-Pues que vas a hacer sino revelarte. A ver si van a pensar que les estás espiando y va a haber pelea... Jejeje, no, mejor no te reveles, no.

Eché a andar hacia ellos y me fijé en el extraño grupo que allí se encontraba. Por suerte, aunque a dos no les reconocía, si me fijé en la presencia de Zerow. Me llevé las manos al pelo y sonreí nervioso.

-Ups, perdón. Es que estaba paseando por aquí y me puse a recoger cerezas sin acercarme a molestar, pero soy nulo en todo lo que me propongo.

Me volví hacia Zerow.

-Hola, Zerow.

-Hola compañero-le dije con una sonrisa

-Pregúntale de que hablaban, vamos.

Un poco turbado ante la brusquedad de mi compañera, pregunté:

-Bueno, dejad que me presente: soy Aral Letsop. No quiero entrometerme en vuestra conversación si es privada, pero ya que estoy aquí, presentarme es lo menos que puedo hacer.

Aquel era un tipo extraño pero le sonreí calidamente- Nada no te preocupes, no era algo importante, yo soy Haruka Megurine, mucho gusto.-dije jugueteando con la hierva del suelo.

Sonreí.

-Encantado igualmente- la vi juguetear con la hierba en el suelo y la comenté-. Ten cuidado con la hierba, no sabes que efectos puede tener sobre alguien.

-Mi nombre es Kaede -dije mientras me incorporaba y le observaba tranquilamente. -Encantada de conocerte -le sonrei

Me di la vuelta hacia el ángel caído que había al lado y la saludé sin dejar de sonreír:

-Hola, soy Aral, mucho gusto- Cogí algunas de las cerezas que guardaba en el cinto y se las ofrecí- ¿Queréis un poco?

Me parecía que debía aceptarlas, así que cogí tres agradeciéndoselo y empece a comerme una despacito,como solia hacer.

-Que te trae por aqui Aral?-dije con voz suave y amigable.

Me senté.

Simplemente paseaba recolectando cerezas para hacer infusiones- levanté la vista-Si quieres te puedo preparar una. Sientan bien.

-Ahora mismo me encuentro muy bien,pero te buscare cuando necesite una si no tienes inconveniente-le dije sonriendo y agradecida.

Me recosté un poco mas contra el arbol atenta a todo pero con los ojos cerrados oía suavemente la voz de Yunna en mi cabeza pero simplemente la ignoraba, el viento se llevaba las suaves ojas de los cerezos, y oirlo me reconfortaba, siempre me gusto este bosque para relajarme.