Sentí el aura de Ian tras una de las puertas mas grandes que había en el castillo, y la abrí tras llamar dos veces, pero le encontré dormido encima de la mesa, lo que hizo que soltara una muy bajita risa inocente, seguramente estaría agotado.
Y había pasado allí la noche, así que me marchaba y quería despedirme de el, pero no merecía la pena despertarlo para algo así, así que me acerque en silencio y me apoye en la ventana que tenia detrás, mirándole curiosa, estaba totalmente calmado cuando dormía. Sin saber porque me había quedado embobada, y al caer en la cuenta gire la cabeza negando y camine hacia la puerta enrojecida,y la abrí con cuidado de no despertarlo.
-Que descanses Ian..-susurre con una pequeña sonrisa.