La cumbre de la inocencia

Llevaba horas vagando por las calles lugubres de aquella ciudad, ya el sol se habia escondido y extrañas gentes salían a las calles a hacer su noche a noche. Iba con mi ropa usual, una falda hasta las rodillas con bastante vuelo y un corsé que cubria parte de mi pecho realzandolo mas todabia. Llegue a una zona donde todos los jovenes se reunian a pasar el rato, fuí pasando calles y calles así, pero parecía que aquello nunca terminaba, me iba fijando en todos los puestos de inciensos y esas cosas que había por ahí. Mas, de un momento a otro, se terminaron y cansada me apoyé en una de las paredes de po ahí, sonriendo a toda persona que me miraba, con una sonrisa agradable.

Llevaba tiempo vigilando a Luccie, siguiendola por las oscuras calles de la ciudad. Sabia que tarde o temprano ocurriria algo. Era demasiado inocente como para moverse sola por estos lugares. Y más tan cerca de los burdeles.
En ese momento pude percibir a varios humanos siguiendola, eran unos chicos jovenes y aparentaban ser fuertes. Me quedé a una distancia prudencial, observando la escena y dispuesto a ir si se me necesitaba.

Cuando vi a dos chicos de estatura bastante alta, parecían gemelos por el parecido de sus caras y cuerpos, parados delante mia levante la cabeza y sonreí alegremente-buenas noches caballeros, ¿Puedo ayudarles en algo?-. Los chicos se sonrieron entre ellos y luego me saludaron, tenían aspecto amable y parecían simpaticos.

-Yo soy Max y el es Rex, nos preguntabamos, ¿Que hace una chica tan bonita como tu, a estas horas de la noche, paseando sola por estos lugares?-Su voz no pareció cambiar asi que no les ví malas intenciones y señalé los puestos que estaban ya a varios metros-Estaba mirando puestos pero se han acabado y como estaba cansada decidí pararme a descansar un rato-Dije enderezandome y agachandome levemente para sacudirme la falda.
Los dos chicos me abrieron camino y me sonrieron de forma agradable-Si quieres nosotros te podemos enseñar unos puestos que hay unas calles mas alla- Mi alegria aumento notablemente y mis ojos brillaron con ilusion-Claro por favor*o*-Dije dejandome guiar por aquellos dos chicos tan agradables.

Llevé una mano a mi cara y suspiré. No se podia ser tan inocente. Aun asi me mantuve a una distancia prudente, siempre atento. Dejando que esos chicos pudiesen decidir su destino. Pude ver como la llevaban por las oscuras calles. Activé mi rastreo y los seguí. Llevaba mi capa larga y mi sombrero de ala ancha de modo que no se me reconoceria facilmente, mi aura estaba suprimida.

Me llevaron por unas calles muy oscuras hasta que se pararon delante de mi en un callejon, yo mire hacia alante y luego haacia atras y me acerque a los dos jovenes-¿No os habreis perdido?, yo no veo ningun puesto de especias por aquí-dije tirando levemente de la manga a uno de ellos, los dos chicos se dieron la vuelta y me acorralaron en una pared con sonrisas bastante siniestraspara para una chica normal aun que yo, las habia visto peores y no me asusté, aun que si me puse algo nerviosa-Su-Sucede algo?-

En ese momento actué. Aparecí justo entre los dos chicos y Luccie. Con una mirada desafiante y siniestra, de ultratumba. Retrocedieron un par de pasos al verme desenvainar mi espada. No obstante no se acobardaron y sacaron un par de cuchillos para defenderse.
-Habeis elegido a la chica equivoca. Amigos. -Con un rapido movimiento desarmé a uno y cogí del cuello al otro, al cual mostré mis colmillos.
-Nunca más intentes violar a la reina de los vampiros, sabandija.

Todo ocurrio tan deprisa que no pude reaccionar a tiempo y lo siguiente que vi fue a Walter desarmando a uno de los muchachos y cojiendo al otro por el cuello-¡Walter!-grité y me acerque rapidamente a el e hice que Walter le soltara-No estaban haciendo nada malo me estaban enseñando donde hay unos cuantos puestos de especias-dije haciendo un pucherito mirandole a los ojos.
El chico al que solto a Walter, tenía una cara de terror absoluto y calló al suelo mirandonos fijamente y con asombro-Va-Vampiros?-
El otro simplemente se rió-Los vampiros no existen, son fantasias echas para asustar a las damas-dijo desafiante.

Suspiré ante la muestra de inocencia de Luccie.
-Creeme, no hay más puestos de especias. Y mucho menos abiertos a estas horas de la noche. Ahora no podemos dejar testigos.

suspiré mirando a los dos chicos-Tienes razon.. lo siento-Baje levemente la cabeza y cuando la volví a subir mis colmillos ya sobresalian, cojí a uno por detras en un abrir y cerrar de ojos y una vez le tape la boca le mordí el cuello, absorviendo su sangre. Cuando terminé deje su cuerpo en el suelo y me relamí los labios.

Mientras Luccie bebia la sangre de uno de los chicos yo miré al otro y le mostré mis colmillos.
-Requiescat in pace. -Dije justo antes de partir su cuello sin ningún miramiento. Luego hice marcas mi espada en los cuerpos de manera que pareciese una pelea callejera y miré a Luccie.
-No puedes ser tan inocente. -Dije en tono de reproche, pero no enfadado.

Le miré con un puchero-No soy inocente me iban a enseñar puestos.. o eso me dijeron-me di la vuelta y rompí un brazo del chico ya muerto. Me levante y le miré con pena, habia conseguido preocuparle-Perdona...-susurre

La miré con ternura. Y sonreí.
-No pasa nada, pero no vuelvas a irte con malas compañias -Dije ofreciendola mi mano para dar un paseo por las oscuras calles.