La joven descendiente de Tepes

El sol hoy brillaba con fuerzas, como si supiera que hoy había venido y tenía que molestarme. Si bien llevaba mi parasol encima para que no me diera el sol, eso no dejaba de molestarme especialmente menos. Pronto me cobijé en la sombra del castillo y me giré para observar satisfecha junto al lago como se iban recolocando poco a poco las piedras transilvanas que componían mi mansión.

-Supongo que es lo que tiene cuando una alcanza ya la mayoría de edad.

Guardé el parasol y me adentré en el castillo, con las manos giradas en torno al pecho. Tratando de no molestar mucho leí la mente de cuantos me encontraba para adivinar donde se encontraban los aposentos de la reina.

-Oh, vaya... Hubiera esperado que fuera un apuesto rey... Bueno, al menos así podremos plantar mandrágoras sin que nos molesten con sus inutilidades...

Me acerqué a la habitación en la que según había leído se encontraba la reina.

-Toc, toc... ¿Dama?

La puerta se habrió pero la pirmera imagen que se vió no fue la de una joven dama, como lo era la reina. En su lugar apareció una figura de hombre, delgada, esbelta alta. Con el corto pelo negro revuelto y los ojos de color carmesí examinando a la recién llegada. Llevaba una camisa negra semidesabrochada y uno pantalones negros que me quedaban largos, iba descalzo.
-El titulo correcto es "Mi reina" creo recordar, más creo que los modales no son algo que ultimamente se utilice demasiado. -Dije apoyandome en uno de los marcos de la puerta.

Estaba en mi habitacion escribiendo unos cuantos papeleos cuando oí varios golpes y note un aura poco usual -¡Alguien nuevo!-dije alegremente y fuí hasta la puerta y me encontré con Walter-Que haces ahi parado?, dejala entrar-dije abriendo la puerta, llevaba un corsé bastante ajustado pero elegante y una falda que caía hacia un lado, vi a una chica, parecía una niña y me la quede mirando con una sonrisa, la tendí la mano amistosamente-Yo soy Luccie Hyuga, la .. reina-aun me costaba decir esas palabras delante de otros iguales a mi-¿Y tu eres?-

Estaba algo desconcertada al observar al vampiro que había aparecido antes que la reina. Pero me recuperé rápidamente y agarré la mano que me tendía la reina.

-Remilia Scarlet, una joven vampiresa llegada desde muy lejos. Decidí que era hora de emanciparme y transporté mi mansión hasta aquí, en busca de más de mis semejantes. La estoy construyendo al lado del lago. Me agrada mucho la atmósfera que hay en este lugar. Es acogedora. Ya que voy a vivir en este lugar, me complace ponerme bajo las órdenes de una vampiresa tan elegante como usted. Ah, y perdonad mi falta de modales, al fin y al cabo no soy más que una cría insolente...-miré de reojo al hombre que había abierto la puerta.

Me sorprendí al ver como aquella chiquilla utilizaba tantas palabras revuscadas, pero sonreí al fin y al cabo podia tener hasta mas años que yo-Na no te preocupes por eso, no me gusta que me traten con formalismos, esta es tu casa, asi que puedes quedarte una de las habitaciones y utilizar todo lo que este por aqui, bienvenida-mire a Walter que todabia no se habia presentado-Este es Walter Wingates, mi principe-dije sonriendole y acercandome a el.

Me volví hacia Walter y le sonreí:

-Encantada de conocerte. Como ya has oído soy Remilia. Espero que seamos buenos compañeros.

Sonreí a la recien llegada e hice una leve inclinación, como era costumbre en mi.
-Encantado, Remilia. Espero que puedas disculpar mi aspecto, no esperabamos recibir visitas en estos aposentos

noté una nueva presencia en el castillo... alguien nuevo habia llegado.
llegue hasta un aposento que antes no había visto y entre al escuchar las voces de Luccie y Walter.
allí estaba la nueva inquilina, era muy hermosa.

-Hola siento interrumpir-dije mirando a la recién llegada- mi nombre es Natasha encantada de tenerte por el castillo.

Me volví un tanto ilusionada por la cantidad de gente nueva que llegaba a mi recibimiento, y me fijé en una joven que se acercaba. Algo me gustó de ella, seguramente fuera que me recordaba a mi en otros tiempos.

-Encantada, Natasha. Me llamo Remilia. Me agrada tener a alguien como tu en el mismo lugar donde voy a residir.

la sonrei.
- y yo tambien estoy encantada de tenerte aqui,, espero que te quedes durante un largo tiempo

Sonreí con alegria, mas gente en este castillo, pense ilusionada, pues hacia ya mucho tiempo de la ultima vez que vinieron los anteriores vampiros
, de repente caí en la cuenta de algo-todabia queda alguien a quien no conoces-cojí aire y grité-Lucia!!-y esperé a que apareciera.

Estaba tranquilamente en una sala no muy lejos de mi papa y mi mama jugando con la muñeca que me dio ese hombre que no me gustaba por algun motivo que no sabia. Oi que mi mama me llamaba por lo que me lavanté, tambaleandome un poco y pasito a pasito mirando bastante al suelo para no caerme fui hacia donde habia escuchado su voz. Me asome a la puerta en donde siempre veia a mama con montones de hojas. Pude ver a varios desconocidos pero entre ellos vi a papa, por lo que fui hacia el sin pensarmelo dos veces contenta de verle, poniendome a su lado y mirandole. Me abracé a su pierna poniendome detras suya y observe a las otras personas con desconfianza.

Vi como se acercaba Lucia y se escondia trás mi pierna. Sonreí, me agaché y la cogí en brazos.
-Buenas noches Lucia, saluda a los invitados.

Al cogerme papa senti una emocion recorriendome el estomago, como un cosquilleo. Me gustaba mucho como olia. Le escuche y entonces miré a las demas personas, no las conocia.. y eso no me gustaba. Mis mejillas se empezaron a poner algo rojas y escondí la cabeza en el pecho de papa, dejando un ojo al descuvierto para ver que hacian.

una chica se acercó adonde estabamos nosotros. suponia que era la hija de Luccie y Walter.

-Hola-la salude alegremente.

Mire a la chica que me saludó. Quien era? no la conocia. No me gustaban los desconocidos. Me abracé aun mas fuerte a papa y los ojos se me fueron poniendo llorosos, y con ello, el caracteristico color carmesí tornó verde. Mi mama siempre decia que eso era poco comun.