Barranco en la cueva del origen

OFF: Venimos de aquí https://creatureswars.forosactivos.net/oceano-f196/la-noble-cueva-del-origen-bhava-agra-t961-180.htm

ON: Tras entrar en la pequeña cueva dejé a Scarlet apoyada en el suelo. Estaba muy herida, aun así la pregunté.

-Es momento de que me digas por qué motivo has hecho todo esto.

La niebla escarlata que nos rodeaba seguía envolviéndonos...

-Will, querido... Pretendía que Aral trajera a los invitados al submarino a Bhava Agra aturdidos por la infusión, para que derrumbando la cueva fueran asesinados... Y como EsRa venia, pensé en que querrías venganza... Lo he hecho por ti, mi amor...

Me abrazé a él y le dije pícaramente:

-Llévame a mi mansión, león...

Correspondí a su sonrisa pícara de la misma manera.

-Veo que lo has hecho por mí... Te lo agradezco, realmente no me importaría ver a Esra muerto. Sin embargo...

Suavemente deslicé mi mano para desenfundar mi espada sin que se diera cuenta. Al decir esas últimas palabras la clavé violentamente en la pared, atravesándo su hombro.

-Sin embargo me has manipulado para tus propósitos... Creo que te dije que si lo intentabas te castigaría...

El ambiente se tornó plomizo y cargado de repente. Un gran odio se palpaba en el aire. Mi sonrisa pícara se fue transformando en una mueca inhumana de satisfacción. La gema de mi frente brillaba de un color rojo intenso. Junto con la niebla escarlata, hacía que mi rostro se difuminara... formando una imagen horrenda, de muerte y terror.

OFF: y aquí esta esa cara, me encanta subir fotos de este tio xDD

Sentí como los ojos se abrían y mi cara por un momento se convirtió en una mueca de espanto... Lo poco que me quedaba de sangre se derramó y se unió a la niebla escarlata que nos rodeaba...

-Will...

La espada de William atravesó mi hombro y la furia penetró en mí como su acero... Agarré con todas mis fuerzas la espada de Will...

-¡WILLIAM SCHCLIFF...!


No podía creer que fuera a morir a manos de ese peón, pero menos me podía creer que no moriría conmigo...Sonreí como si estuviera comiéndome la sangre del delicioso cadáver de una niña pequeña. Concentré la suficiente sangre en su brazo y en la espada que me había clavado y la petrifiqué, después, ya sin escapatoria abrí la boca para beber toda mi niebla escarlata y la concentré con lo que quedaba de sangre en mi cuerpo . Mi risa se convirtió en una risa de macabro placer...

-¡NUNCA DEBISTE HABER TRAICIONADO A REMILIA SCARLET, LA AHORA ETERNAMENTE ECLIPSADA LUNA ESCARLATA!

La sangre de mi interior empezó a solidificarse en pequeñas agujas...

CASTIGO DEL CIELO: ECLIPSE ESCARLATA...

Y las agujas de mi interior salieron como reventadas desde el interior de mi cuerpo provocandome cortes en todo mi cuerpo y dejándolo frío y con pocos suspiros de vida... Mis ojos se abrieron como platos mientras reía macabramente al ver como toda la caverna quedaba inundada por misa agujas y como William seguía inmóvil frente a mi...

Las agujas se clavaron por todo mi cuerpo, pero apenas se sujetaban. No habían profundizado en ninguna parte. (OFF: Recuerdo que tengo resistencia física como atributo físico). Pronto comencé a sentir una felicidad que solo alcanzaba en momentos como ese. Comencé a reírme cada vez más fuerte. Una risa maquiavélica que retumbaba por toda la sala.

-... mmmjajaja.... mjajajajaja. MUAHAHAHAHA. ¡MALDITA ILUSA! ¿CREES QUE ME PUEDES MATAR CON ESO? ¡DISFRUTA DE TU CASTIGO A MANOS DE WILLIAM SCHCLIFF!

Saqué la espada de su hombro y realicé un tajo a la altura del adbomen. Comenzó a sangrar profusamente. Con cara de máxima satisfacción introduje la mano en la herida y arranqué violentamente los intestinos. Al tenerlos en la mano los estrujé fuertemente y los lancé a la pared. Esta se tiñó pronto de sangre y de jugos intestinales. La gema de mi frente refulgía como nunca de un color rojo apasionado.

-Vas a sentir lo que es el éxtasis del dolor...

Volví a meter la mano en la herida y urgué hacia arriba. Pude palpar el estómago, los pulmones, las costillas. Urgando aún más llegué hasta el corazón. Mi cara se iluminó aún más. Cerré el puño alrededor del órgano vital.

-Tomaré esto, a tí no te sirve de nada.

Con un fuerte tirón el corazón quedo suelto en mi mano. Aún palpitante, me lo acerqué a la boca y lo lamí tranquilamente. Después lo aplasté con ambas manos y lo volví a lanzar a la pared, tiñiendo todo aún más de sangre.

-Perdona que te diga querida... pero tu sangre sabe fatal... jajajaja.

Veía como mi cuerpo quedaba hecho trizas, ya nada podía hacer....Sentía como había fracasado, por el simple hecho de la rebelión de un maldito niño y de un loco... Sentía como ya no podría degustar el té nunca más, como había sido destrozada... Al final, no había sido más que una niña...Con mis últimos esfuerzos acerqué mi mano a mi boca y un enorme resplandor multicolor llegó desde la punta de mi dedo índice, y después recosté mis manos contra el pecho por última vez... Sonreí con mis últimas fuerzas maliciosamente...

-Ilusos... No creáis que me has vencido todavía... Porque después del eclipse...llegará el arcoiris...

Los ojos se me salían de las órbitas, ya estabamos llegando al clímax. Acaricié suavemente una pierna de Remilia.

-Qué piel más suave... Pero... YA NADIE PODRÁ APRECIARLA.

Con mi espada llena de sangre rebané por completo su pierna, que salió volando hacia otra pared. Mi satisfacción no podía ser mayor. La gema de mi frente brillaba de placer.

-Te daré un último beso... que será el de tu muerte. ¡HASTA SIEMPRE REMILIA SCARLET! - grité mientras volvía a reír como un psicópata.

Tomé de nuevo la espada y la introduje en su boca, atravesando su cabeza. La incrusté hasta que la empuñadura rozó sus labios. Con un leve movimiento de muñeca, una sección cortada diagonalmente de su cabeza cayó al suelo junto con todos los sesos desparramados y llenos de sangre. Lamí el filo de mi espada.

-Sabe fatal tu sangre, pero la gloria de haberte hecho sufrir hace que sepa deliciosa.

Limpié mi arma en el vestido de Remilia y la enfundé.

-¡Sebastian, tu merienda ya está lista!

Las palabras de Walter ("Muerte") resonaron en mi mente por última vez, y finalmente, mis ojos escarlata, grandes como la luna, se oscurecieron eclipsados, a la espera del último golpe final, del castigo divino... y cuando llegó la niebla escarlata empezó a caer como lluvia, como si alguien llorara mi muerte...

Cuando llegué me quedé quieta observando como aquel leon se comía a lo que antes fue remilia, vi esto y mi sonrisa se ensancho a una de satisfaccion-Parece que alguien ya nos a ahorrado trabajo, Will aun que no eres especialmente el tipo de persona al que yo le diria esto,-Me incliné suavemente-Gracias, acabas de matar a un traidora de mi reino-y me volví a enderezar guardando mis espadas en sus fundas.

-Reina de los vampiros, he matado a esta maldita por una simple venganza personal. No creas que te he hecho un favor.

Sebastian estaba a punto de terminar con su comida cuando le dije que se detuviera.

-Espera Sebastian... Quiero tener un bonito recuerdo de esto.

De la pierna que había sido cortada aún quedaba un dedo, en la boca de Sebastián. Tomé el dedo y me lo guardé.

Tsk parecia haber llegado tarde. Suspiré, bueno, por lo menos todo habia salido como deberia. Hice que toda la sangre, que todavia seguia en forma de cuchilla en mi brazo volviese a mi. La sangre de Scarlet se quedó impregnada en mi brazo.
-Vaya, una victima perdida. Bueno, por lo menos la senencia se ha llevado a cabo.

Me reí-Quien esta hablado de favores Will?-olisquee, todo estaba lleno de sangre pero pude observar que Walter tení algo de su brazo manchado por la de Remilia, me dirijí a el-Tu y yo luego vamos a hablar, mi pequeño principe, ahora no tenemos nada mas que hacer aqui-me dí la vuelta silvando levemente con mi silvato para que los murcielagos pudieran seguir su rutina normal-Nos veremos en otra ocasion William Schcliff-dije justo antes de desvanecerme.

Maldecí entre dientes cuando Luccie desapareció. Seguramente me reprenderia. No habia cumplido sus ordenes. Hice una leve inclinación ante William y desaparecí. Mi frustración se dejaba notar.

Me mantube callado durante la conversación de aquel cazador y Luccie. Cuando los vampiros se marcharon me acerqué al asesino de la muchacha. Aún estaba manchado de sangre.

-Me resulta curioso ver que la que parecía tu aliada a muerto cruelmente a tus manos... - una sonrisa pícara se dibujó en mi rostro - Pero lo que me resulta más curioso es la gema de tu frente...

Miré al demonio interesado. La mayoría de la gente nunca me había preguntado por la gema, simplemente se había dedicado a contemplar sin inmutarse como en ocasiones brillaba y se teñía de otros colores. No parecía sorprendido ni alterado por la situación, así que supuse que en el fondo el era también algo sádico.

-Esa vampiresa es una traidora, como bien a dicho tu amiga Luccie. ¿Hay entonces algo malo en matarla? - mi sonrisa diabólica volvió a mi cara - Esta gema es simplemente una bendición, pero dado que te has interesado, he de suponer que no buscas que te diga simplmente eso. ¿Cuál es tu nombre demonio?

-Mi nombre es Aspicious Oicilpus, príncipe de los demonios. Por lo que he podido escuchar, tú eres William Schcliff. Deduzco que eres el rey de los cazadores del bien. Un placer - dije mientras me llebaba la mano al pecho y hacía una ligera reverencia a modo de saludo -. Como bien has dicho, mi curiosidad no se sacia con decirme que es una simple bendición... - me encogí de hombros - He de suponer que no contestarás a mis preguntas sin algo a cambio. Este primer acercamiento es suficiente William... - sonreí pícaramente - Algún otro día nos veremos, cuídate hasta entonces.

Salí de la sala y volé hacia el exterior, volviendo al infierno.

No pude reprimir una risita complaciente. Las cosas se podrían poner interesantes. Salí de la sala junto con Sebastian. Pronto encontramos una salida al exterior y volvía ver la luz del Sol.