El regreso

Los sabios del reino me había informado de que en las prisiones no solo habían enemigos o rebelde normales, si no algunos que habían sido encerrados por antiguos reyes a causa de que supieran demasiado o por temer su poder sin que hubieran mostrado el mas mínimo síntoma de rebeldía. No iba a ponerme a liberar a todo el mundo, no al menos por ahora, pero si tenía como mínimo a un par de demonios en mente, encerrados las prisiones mas profundas... Así, en cuando llegué a los subniveles me acerqué al guardia encargado de su supervisión, una demonio de semblante aburrido que se puso firme en cuanto se percató de mi presencia.

- Necesito que me lleves ante dos presos... La primera es la dama de fuego... No han sido capaces de darme mas datos pero debería valeros con esto y con saber que tiene una cicatriz en el rostro.

- Sígame y le guiaré mi señor.

Dicho esto la indiqué con un gesto de mano que se adelantara, siguiéndola de cerca hasta que se paró frente a una celda en concreto, indicándome que era aquella la celda en cuestión a que me interesaba y esperando como una estatua a que la diera alguna otra indicación, cosa que por el momento dejé correr, para una vez situado y mirando al interior de la sala en cuestión ver allí encadenada a una Diablesa de pelo color fuego y extraña belleza que se veía disminuida por la cicatriz que portaba parte de su rostro y por su aspecto obviamente descuidado tras años en aquel estado, que quizás lograba mantenerse en pie por la única ayuda de las cadenas que la inmovilizaban... Ya que como el resto de los calabozos aquella estancia estaba creada para drenar la energía de los presos y fortalecer así las propias cadenas y barrotes de su subsidio, algo que no dejaba a ningún recluso energía ni para casi mantenerse en pie.

- Bella diabla, permíteme preguntarte... Cual es el delito por el cual estas encerrada?

Escucho pasos. Sí, se acercan. Aprieto mi mandíbula con fuerza haciendo que mis dientes chirríen. Necesito sentirme viva, necesito ver que saben que estoy aquí. Me extraña que recuerden mi nombre, me cuesta trabajo incluso a mí. Las pisadas que me ha parecido escuchar hace un momento siguen su curso y ahora, a medida que avanzan, soy capaz de reconocer que no se trata de un guarda solo. Por lo menos son dos. Sonrío, aunque solo sea por costumbre. ¿Estará cambiando mi suerte? ¿Vendrán de las cocinas para anunciarme que voy a degustar mi plato favorito? Cuánta molestia... igual hasta se han acordado de mi cumpleaños. Si tuviese uno, claro.

Los pasos se han detenido enfrente de mí, sea lo que deba ser ahora se descubrirá. La impaciencia hace mucho que la perdí, pero no puedo evitar mostrarme como mínimo intrigada por este pequeño cambio en mi rutina.

Bella diabla, permíteme preguntarte... Cual es el delito por el cual estas encerrada?

"¿¿¿Bella???" ¿Ha venido a reírse de mí? Es una voz que no reconozco en absoluto, posiblemente porque jamás lo haya visto por aquí. Con lentitud me dispongo a abrir los ojos, dejando que vaya entrando la luz con suavidad.

Sí que debo de llevar tiempo aquí dentro. La última vez, que yo recuerde, tenía un pequeño arañazo un tanto grotesco.-Sonrío arrugando mi rostro- Mi delito...-voy abriendo los ojos hasta tenerlos abiertos por completo.- llevo demasiado tiempo preguntándome cuál debió ser...

Me reí con tranquilidad ante su respuesta a mis palabras era directa y se tenía en una consideración extraña, lo único raro que me pareció fue el echo de que no pidiera que se la sacara de la prisión, ni siquiera pareciera insinuarlo, si bien dejó claro que no sabía cual podía ser su crimen "Es curioso todo lo que me dijo aquel viejo era cierto, nadie sabe porque se la encerró... Interesante" No respondí por el momento simplemente me giré hacia la diablea que me acompañaba y la miré con seriedad.

- Abre la celda.

Su cara se descuadró por completo, estaba claro que aquello era lo último que se esperaba que la dijera, primero me miró con duda, pero luego al ver que no dudaba y hablaba en serio meneó la cabeza, haciendo una leve inclinación antes de buscar con duda entre sus llaves y dirigirse hacia la puerta, abriéndola y dándome las llaves de las cadenas.

- Te aseguro que no vengo a burlarme de ti... Y tu rostro, si bien marcado por una horrible herida es bello para el que sepa apreciarlo de eso no te quepa duda - Jugueteé con la llave en mis manos antes de colocarme completamente a su lado y empezar a soltarla primero por las cadenas de las piernas - Pero no he venido aquí seducirte ni mucho menos... No se sabe casi nada de ti, pero se que luchaste por tu reino y que fuiste traicionada por el antiguo rey sin motivo aparente... Claro que mis antecesores no eran demasiado inteligentes, no te imaginas como esta el reino ahora que he derrocado al antiguo rey.

Mientras decía esto fui retirando el resto de las cadenas hasta que quedó solamente la que la sujetaba del cuello. Me coloqué en cuclillas y agarré con mi siniestra en su barbilla, con cuidado, para ayudarla a mirarme directamente a la cara, ya que dudaba que después de tantos años con las cadenas drenando su energía fuera casi capaz de casi levantar la cabeza, o incluso abrir los ojos si bien con haber retirado las anteriores cadenas debería poder hacer como mínimo lo segundo - Ahora abre los ojos por favor... Y dime, me vas a ayudar a darle a este reino su resplandor pasado? - Esperé unos segundos para que al menso abriera los ojos momento ene l cual con mi mano libre solté el último grillete de su cuello.

Off: Ten en cuenta lo dicho, después de años (en realidad con un par de días vale xD) con el sistema de retención que tengo en si n tienes energía ni para levantarte ^^U

Por algún motivo le he caído en gracia, he percibido su risa y ahora está dentro de mi celda. Qué poco agradecido por mi parte, la primera visita que recibo y se me han terminado los dulces. No creo que pueda divertirle por mucho tiempo, pues al principio los guardas encontraban algo gracioso en mi persona. Pero poco a poco, todas estas correas me quitaron la chispa y fui guardándome mis comentarios. He sentido tal fogonazo en los ojos al abrirlos que ni siquiera he sido capaz de ver el rostro de mi visitante, pues me he visto obligada a volverlos a entornar. En momentos como este, me pregunto si las plantas son menos peleles que yo. Por lo menos se mantienen en pie, que ya es decir, si tuviese dinero me apostaría 50 monedas a que ya no recuerdo cómo se pisaba una. Tsk… Todavía estoy viva, no pasa un día que no me lo recuerde.

Escucho un sonido metálico, tintineante, el peso en mis tobillos ha cesado. ¿Qué se pretende? Sonrío sin perderme detalle a su pequeña explicación. Quién me iba a decir que después de tantos años, hoy resurgirían momentos casi olvidados, reyes casi enterrados y un imperio del que me apartaron. ¿Y si me han echado algo en la bebida y estoy soñando? Me duelen los dientes de haber chirriado antes, de hecho será un dolor que no pueda quitarme el resto del día. Pero gracias a eso, puedo determinar que no estoy soñando.

Algo me empuja para que eleve mi rostro y sus palabras me invitan a que abra los ojos. Sería un gran día si pudiese hacerlo, desde luego que lo sería. Trato de levantar mis párpados de nuevo, no los siento tan pesados como antes, ha sido un gran avance… aún con todo…

Habéis hecho los deberes. A vuestro antecesor a menudo se le olvidaban.- Como esta vez no lo consiga ya no podré volver a intentar abrir los ojos hasta mañana…-Pero qué le voy a contar a un rey de la palabra de un rey…

Aunque mis ojos están abiertos y he sido liberada de toda cadena que me contenía, todavía no soy capaz de ver. Necesitaré un tiempo hasta que mi vista se acostumbre de nuevo a las luces y las sombras. Por unos segundos, mientras recupero fuerzas medito en su proposición. “Resplandor pasado”…

Y ¿Cómo alguien como yo, encerrada en el culo del mundo, puede contribuir a algo tan bello mi Majestad?-sonrío burlona.


FDI:De acuerdo, no problem ^^

Mientras observo como casi no puede abrir los ojos sonrío casi de lado... No por diversión si no ante mi propia ingenuidad, esperaba que con retirarla las cadenas pudiera al menos abrirlos con tranquilidad, pero lo que no me había esperado era el echo de que tras años encerrada no fuera capaz de ver bien entre las luces, posiblemente porque hubiera estado con sus ojos cerrados días, quizás semanas o incluso meses. Nunca había sido partidario de la crueldad inmerecida, quizás suena raro de un demonio, pero intentar destruir aquellas cosas que pueden ser útiles y buenas... No, eso no es de fanáticos o demonios puros, eso es de estúpidos.

- Es una buena pregunta... Pero quizás deberías hacértela a ti misma. No te engañes, no vengo para usarte como una herramienta, solo vengo a liberar a una guerrera que no merece estar encerrada y a ofrecerte un nuevo lugar en la reorganización de este reino, un puesto acorde a tu poder, como princesa renegada... Pero no te obligaré, entre otras cosas porque prefiero a un igual que lucha por mis mismos objetivos que a un soldado frenado por un camino ya marcado... La decisión es solo tuya, por mi parte, con tu mera presencia y ayuda ya saldría ganando.

Sin mas solté su barbilla, acercándome mas a ella para pasarla un brazo por detrás de la espalda y el otro tras sus piernas, girándola primero y levantándola después del suelo para salir de su retención, ya que dentro sería ridículo intentar hacer cualquier manejo de mi aura... Una vez fuera volvía a observar la cara de la carcelera que me había traído hasta dicho lugar, cada vez mas descuadrada por una situación que obviamente no entendía, pero poco me importaba aquello, ahora tenía otras cosas que hacer.

- Soy un demonio, pero no soy u tirano... Si bien no dudaría en encerrar a aquellos que entorpezcan de manera incorregible mi camino, no pretendo dejar en prisión a nadie por saber demasiado, es ridículo, como mucho habría de tenerlas mas cerca - Mientras decía esto la dejé con cuidado en el suelo del pasillo, girándome un instante para cerrar la puerta y devolverle a la carcelera la llave, antes de volver a inclinarme sobre la demonio, depositando una de mis manos en su abdomen y la otra en su frente - Así que tienes dos opciones... La primera es marcharte, o quedarte pero no inmiscuiste en absoluto en las acciones del reino, algo que entendería perfectamente después de tu encierro... La segunda es perdonar todo lo que te ha hecho este reino y ayudare a cambiarlo, tendrás poder, una posición de prestigio... Y lo mas importante, el respeto de aquellos que nos sigan y la posibilidad de volver a mostrar tu valía.

Entonces aumenté mi aura hasta mostrarla en su máximo esplendor, algo que causó agitación en algunas de las celdas que nos rodeaban, para acumular una densa capa de oscuridad en mis manos y trasmitirla al cuerpo de la diablesa, hasta otorgarla la suficiente energía para que pudiera moverse con tranquilidad... Si bien es obvio que tras años sin ponerse en pié no iba a ser algo fácil de lograr, por lo que en cuanto terminé de trasmitir nuevas energías a su aura habiendo apartado ya mis manos de su frente y abdomen me senté con tranquilidad en el suelo a su lado, sin apartarla de encima la mirada.

- Ahora, mientras piensas en lo que te he dicho intenta moverte, pero con tranquilidad. No será fácil que tu músculos se reactiven, quizás en algunos puntos incluso doloroso... Puedo neutralizar parte de dicho dolor con oscuridad con tan solo pedírmelo pero no quiero interumpirte si prefieres hacerlo por tu cuenta. De todos modos en algo que si te ayudaré será a levantarte cuando tus piernas te respondan correctamente... Y después, una vez seas capaz de mantenerte tu misma sin problemas en pie podrás marcharte si así lo has decidido o continuar acompañándome... Yo ahora solo quiero saber una cosa mas y esta es... Cual es tu nombre? Nadie fue capaz de trasmitírmelo.

Me ha sacado al exterior, noto el cambio de la presión. Quizás suene estúpido, pero cuando has estado tanto tiempo bajo el mismo aire viciado, la propia corriente del aire cobra vida. A pesar de que ha dicho que no pretende utilizarme, me pregunto hasta qué punto no seré más que un mueble en las manos de la corona, otra vez. Claro que si yo estuviese en su lugar también me haría con juguetes; nuevos, bonitos, útiles, manejables… ¿Pero rescatarlos de la basura? Eso sí que me parece interesante. Serví con fervor a un reino que me ha tenido entre barrotes por simple despecho, comodidad y quién sabe por qué más. Ha dicho que me liberará y tampoco entiendo el motivo. Como si alguien me estuviese esperando ahí fuera, como si tuviese algún lugar al que ir… Muy bonito, Alayne, no han pasado ni cinco minutos que ya estás extrañando tu casita enrejada. ¿También piensas despedirte de las ratas que corretean de noche, de esas grietas en la pared con moho y del olor a rancio? No, todos estos años han sido demenciales. Necesito saber por qué mi reino ha drenado mi vida, a quién le debo este desprecio con nombres y fechas. Necesito tomar cartas y apostar otra vez, a eso me he dedicado siempre, ya que la vida es un juego y el juego es mi vida.

Por lo menos tengo la certeza de saber qué quiero, ahora le preguntaré por la verdadera razón de su visita. Un rey ambicioso es presagio de prosperidad mientras que un rey vengativo no sabe mirar por encima de su bigote y si tengo que limpiar más ciudades estercolero prefiero el destierro. O quizás sea puro capricho, lo cual no tardará en ser caótico y denigrante. Se está tomando demasiadas molestias, pues me está ayudando a una pronta recuperación. Parece que va en serio lo de dejarme marchar en caso de negativa. Eso o dos fornidos verdugos me están esperando en la puerta para espantar por siempre el nido de urracas que tengo por cabeza.

Disculpad a esta bella diabla,-sonrío enfatizando la palabra bella y moviendo muy lentamente los dedos de mi mano izquierda.-pero es posible que tenga los oídos llenos de telarañas…-comienzo a mover los de la otra mano también.- De manera que el mismísimo Rey se persona ante mí, una vieja escoria olvidada, porque quiere hacerme libre y entregarme un cargo altamente poderoso para cambiar su decadente reino.-Con los dedos en movimiento pruebo así mismo a girar las muñecas e ir despertando los dedos de mis pies. Medito y callo unos instantes- Es el mejor regalo envenenado que me han hecho nunca, lo reconozco. Un reino es un hijo egoísta que siempre llora hambriento. No hace falta ser rey para saber eso. ¿Y a cuantas ratas se nos va a permitir subir al barco? Porque la madera es un bien bastante escaso… no sé si me entendéis….-Nuevamente el silencio nos invade pero mis manos se arrastran por el suelo y mis piernas comienzan a balancearse, esto es buena señal, aunque tan solo me he dedicado a la parte más fácil.- Pero todavía me intriga más el hecho de…¿Cómo prospera un reino con ratas su Excelencia? –Y ahora veamos cuáles son sus cartas… ¿Picas? ¿Tréboles? ¿Corazones? O… ¿Diamantes?

Me reí amargamente durante unos segundos... Aquella diablesa resultaba interesante, no exponía una clara rebeldía, si bien estaba claro que no entraba en su mente el respeto directo a persona alguna, no al menos por títulos, además de que sabía mirar los males de cualquier "regalo" que se la hiciera y si bien eso era algo que mucha gente podía reprochar nunca estaba mal dejarse llevar para pensar en todas las posibilidades si bien quizás podría mostrarse algo mas respetuosa con aquel que le estaba sacando de su encierro después de tantos años.

- Son muchas composturas negativas para una proposición que va acompañada de la liberación de un injusto encarcelamiento... Claro que quizás mis planes resulten incomprensibles para tu mente, pero digamos que si somos renegados no es precisamente por nuestra fama a la hora de ir por el mismo camino que los demás... Pero hay demonios mas fieles y poderosos de lo que puedas creer que pueden llegar a formar un ejército de gran poder. Donde tu ves ratas yo veo soldados a los que no se ha sabido inspirar y encaminar, soldados que no seguirían en el reino si no fuera porque quieren que algo cambien, que se les conozca y demostrar así tu valía. Por eso no voy a retener a nadie, para empezar si alguien nos hubiera retenido en el pasado no seríamos lo que somos.

Miré como movía su cuerpo poco a poco, empezando a lograr algo mas que ser una mera muñequita de articulaciones rectas y pelo descuidado. Así que mientras tanto saqué un pergamino de entre mis ropajes abriéndolo y mirando en su interior, aquel pergamino era el que me había traído ahí y simplemente tenía escrito un adjetivo para describir a la diablesa que se hallaba aún en el suelo y otro nombre mas de lo que me habían descrito como otro preso que tenía demasiada información... En este caso se trataba de alguien físicamente débil pero de gran fortaleza mental y una curiosa actitud infantil... En realidad me habían recomendado que no sacara en persona a este sujeto, pero poco importaba, ya que estaba allí lo haría yo mismo.

- Quizás en lugar de rebuscar tanto tus palabras deberías preguntar directamente aquello de lo que dudes... Si es sobre mis objetivos, es sencillo, quiero hacer que este reino sea el mas poderoso y si no lo consigo seguir intentándolo hasta que sea así, quiero llegar a tener el suficiente poder para que todo sea tal y como a mi me gusta, un mundo equilibrado en el que pueda llevar a cabo mis propósitos, que si bien no distan de erradicar en todo lo posible a ciertas razas, ahora primordialmente son... Parar el Apocalipsis que se avecina.

Dije con tranquilidad la última parte de la frase, con un tono tranquilo pero que mostraba seriedad, lo del Apocalipsis no era broma "Quizás debería haber comenzado por el hecho de que en poco puede que el mundo se acabe" Ejercí un leve control del aire para bajar la oxigenación de la sala, bajando así en medio segundo la intensidad de las llamas, para que los ojos de la demonio fueran capaces de adaptarse mas rápido a la sala.

- Si, quizás esto te interese, sobretodo ahora que vas a poder disfrutar de nuevo de tu libertad y es que casi al mismo tiempo que tomé el trono, concretamente unas horas después pude enterarme de que se avecina el apocalipsis, o lo que es lo mismo el final de todo. Tómalo como un motivo para luchar si quieres, después de todo dudo que quieras morir al poco de poder volver a dirigir tu vida. Y si no, sigues siendo libre para marcharte, puedes no creerme, pero es así de sencillo... Se lo valiosa que eres, se que eres una guerrera de gran poder y bueno... Si quieres una metáfora, se que las ratas nunca pueden ser entrenadas del todo, es mejor dejar queso al final del camino. Obviamente el camino esta lleno de trampas e impedimentos, pero hay premios y beneficios. No me sirves ni muerta ni encerrada, así que teniendo en cuenta esto porque no iba a darte la posibilidad de unirte a mi o marcharte? Si decides ponerte a mi servicio saldré ganando, de lo contrario seguiré como antes, simplemente con unos minutos perdidos.

Estoy empezando a sentir la energía que recorre mi cuerpo. Avanzamos. “La esperanza es lo último que se pierde” dirían esos seres luminosos tan afables y llenos de color. Pero después de tanto tiempo apestando a cloaca, no es esperanza lo que quisiera encontrarme más allá de estos muros, sino una buena taberna. Parece que a su Majestad se le termina su paciencia. Eso o realmente se ha tomado demasiado en serio la parte de mis telarañas porque no salimos de la misma conversación de antes. Retrocedemos. Chasqueo la lengua mientras agito mis miembros con mayor fuerza. Las clases de historia están muy bien, no obstante discrepo en una afirmación…

¿Apocalipsis? ¿Habla en serio? Me ausento unos añitos y… ¿así es cómo están las cosas? Aunque si me dan a elegir entre un mundo acabado y otro entre cuatro barrotes, prefiero el Apocalipsis por supuesto. Seguro que encuentro a alguien que sea capaz de reírse de mis chistes y si no, que se pudra. Siempre hay que dar una segunda opción ¿no?. Bien, puedo agitarme como una sardina, lo difícil serán cosas menos primitivas como ponerme en pie o llegar a comer otra vez. Aunque no ha parado de hablarme sobre tréboles, yo creo que en su mano lleva picas… Sonrío. Pues ha llegado el turno de que levante mis cartas y tome otras nuevas. Mientras siga creyendo que tiene picas tendrá mi lealtad, desde luego. Porque soy una rata y las ratas siempre barremos para nuestra casa.

Os doy la razón, soy una desagradecida y además no sé hablarle a un rey. Quizás me encerrasen por eso…-poco a poco las formas se van juntando y voy percibiéndolas con menos borrosidad.-Me llamo Alayne y antes de servir a un reino he vivido en sus calles y padecido sus horrores. Resulta encantador que un rey se preocupe por dejar su nombre en la historia, pero las ratas nos preocupamos por tener un buen rey. No solemos tener nombres, porque somos demasiadas, pero la mayoría se conformará con un poco de queso. Yo me conformaré con que reciban ese queso.-Medito unos instantes, esta conversación podría haber estado bien si este encuentro hubiese tenido lugar tiempo atrás. Pero si estamos en una posición tan crítica como me ha relatado…-Si sois capaz de soportar mis palabras rebuscadas con gusto os serviré. Suelen exagerar cuando hablan de Apocalipsis… pero por si acaso, solo por si esta vez hablan en serio, no me lo perderé. -Tengo la vista casi acomodada, ha llegado el momento de ver...

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FDI= Las cartas ya que cada palo tiene una simbología específica aquí la dejo xD

Copas-Corazones-Iglesia
Bastos-Picas-Pueblo llano
Oros-Diamantes-Nobleza
Espadas-Tréboles-Ejército

Me reí ante lo que dijo sobre el Apocalipsis... Era cierto que muchos demonios y demás seres que se tuvieran demasiado aprecio había dicho mas de una vez que iban a provocar el Apocalipsis... pero pocas veces pasaban de ser masacrados por cualquiera de sus enemigos antes de hacer arder una mísera casa... Lo que ahora teníamos entre manos era algo bastante mas serio que esto.

- No te estoy hablando de un loco poderoso con demasiado ego... No esta vez. Al parecer un ser que es capaz de rivalizar el solo incluso con los mismísimos Dioses está apunto de ser liberado de su aprisionamiento. No diré que sea imposible detenerle aunque si que para hacerlo se ha pensado incluso en firmar una tregua entre todas las razas para atacarle si bien no ha salido como el que hizo el llamamiento pensaba - No pude evitar decir la última parte con sorna... Después de todo la metedura de pata del rey licántropo pasaría a los libros de historia sobrenatural casi como un chiste - Pero es cierto que al menos nuestro reino requiere de ciertas alianzas, si bien quizás no para esta batalla si para cualquier guerra contra los seres de la luz. Somos quizás el único reino sin aliados, y aunque somos poderosos nunca viene mal una mano amiga, es por esta razón que al salir de aquí me dirigiré al rey de los demonios para firmar con el una alianza que una al infierno, a fin de cuentas no me interesa su trono, pero si que los demonios seamos la raza mas temida de todo Yggdrasil... Y agradecería que si eres capaz me acompañaras como escolta, después de claro está que nuestros médicos te reabastezcan de oscuridad, algo que harán nada mas salir si así se lo ordeno.

Aquellas palabras las pronuncié primero con tranquilidad y frialdad, pasando a un tono que acompañé de un suspiro al hablar sobre nuestras alianzas y a uno mas siniestro y premeditado al hablar sobre la alianza con el rey de los demonios Aspicious que tanto me interesaba... Volviendo a un tono normal cuando hablé de la sanción de la diablesa "Es agradable que parezca estar de mi lado, al menos por el momento, no parece traicionera, si bien está claro que no debo manejarla como si de cualquier otro demonio se tratara." Me paseé con tranquilidad alrededor de Alaine a la espera de que pudiera ponerse en pie, tras lo cual y si así aceptaba la mandaría sanar en toda la medida posible y nos iríamos a ver al Rey Demonio.

Irónico. Jamás pensé que mi interlocutor pudiese tener una apariencia tan…tan…”delicada”. No es lo propio de los hijos de las tinieblas, al menos no de los comunes. Sonrío, esto me divierte. ¿De dónde habrá salido un ser tan peculiar? Escucho con atención su relato de principio a fin con una expresión ladina. Es la primera vez que un rey desea compartir sus planes conmigo y presupongo que tomar en cuenta mis conclusiones. Aunque… algo me dice que su Majestad ya tiene bien pensados los próximos turnos que le toque jugar. Me limitaré a observar y a aprenderme las reglas, tampoco conozco a mis compañeros de equipo, ni puedo intuir su estrategia. Si queremos ganar, la clave es entender el juego.

Rasco mi cabeza, ahora que las vuelvo a sentir, las pulgas colman mi paciencia. Estrujo una entre mis dedos y miro el charquito de sangre aplastada.

En otro tiempo fuimos todos hermanos, poseemos la misma sangre y fuimos a las mismas guerras.-Comento sin apartar la vista de la pulga aplastada.-Si tenemos que llamarlos, las ratas lo entendemos. Pero siempre nos decepcionan, no lo olvidéis. Esa es la razón por la que dejamos de ser hermanos. –Levanto la vista, su Alteza está paseando, no demasiado lejos.- Me gustaría conocer al nuevo Rey Demonio, si así se me ofrece la oportunidad. El mundo ha dado demasiadas vueltas desde la última vez que estuve encima de él. En momentos tan apremiantes como estos, lo primordial es ver de qué lado soplan los vientos…

Hacía mucho, pero que mucho tiempo que no sentía este ardor. Mi pecho se está encendiendo porque la oscuridad está volviendo a llenarme. Solo la casualidad podía despertarme en una circunstancia tan aciaga como es el resurgir de la criatura que lo cambiará todo. Muy despacio apoyo mis dos manos sobre la pared y con ayuda de mis piernas me impulso pausadamente para iniciar el ascenso. Un vértigo nace por segunda vez, tengo que levantarme de nuevo con la certeza de saber que todo es nuevo para mí.

Si no es mucho pedir, quisiera recuperar mi armónica. Y tomar algún bastón que me ayude a caminar… pues he envejecido más de lo que creía.-Comento con una risa burlona dando un soplo a mis cabellos llenos de polvo y telas de araña. Después dirijo la mirada hacia mis piernas que me sujetan temblorosamente.

Después de levantarme de mi posición de cuclillas continúo mirándola procurando que mi diversión ante su comportamiento físico al estar logrando nuevas fuerzas no sea palpable... "Quizás debería darse un baño antes de que partamos... No quiero que de mala impresión a los demás demonios, o los renegados podríamos pasar a ser vistos como unos pulgosos en competición con los licántropos" Ahora ante su petición de que se la trajera su armónica y un bastón simplemente hice un gesto de mano a la diablesa que me había acompañado hasta aquella celda, la cual, ahora mas tranquila después de haber observado toda la reunión partió a por los bienes de Alayne dejándome un par de minutos a solas con esta.

- No te preocupes demasiado por tu condición... Antes de partir podrás disfrutar de un grato baño y ropas nuevas, no sería bueno llevarme a una princesa con telarañas en el pelo si espero dar una impresión correcta y organizada, además, creo estar seguro de que lo agradecerás después de tanto tiempo.

La diablesa que había partido a por la armónica de Alayne y un bastón volvió con estas dos cosas, una en cada mano, entregándomelas nada mas llegar para volver a quedarse unos metros a mi derecha, esperando alguna nueva indicación, que por el momento no llegó.

- En cuanto a los demonios... No pretendo que todos seamos felices como hermanos, ni reunificar completamente el reino, sería ridículo esperar algo así. Solo tenerlos como aliados para ataques a seres de la luz y para defender de manera conjunta el infierno, por el resto cada uno seguirá yendo por su camino, tal y como debe ser para que no nos matemos los unos a los otros.

Mientras decía esto una corriente circular de viento rodeó la armónica que ahora reposaba en mi diestra, retirando todo el polvo, la suciedad y las telarañas que tenía tanto por dentro como por fuera, emitiendo eso si durante medio segundo un estridente sonido, producto de la pasada de viento por todos los orificios al mismo tiempo, alargando tras esto la mano para entregársela, junto al bastón que le otorgaba con mi siniestra.

- Si tienes alguna pregunta que pueda interesarte hazla ahora, de lo contrario y si así lo deseas llamaré a alguien para que te acompañe a los baños, a no ser que desees que por el momento lo haga yo y poder así informarte de los sucesos importantes que han acontecido estos años, o de otras dudas que quieras hacer desaparecer de camino.

La piedra está fría al tacto contra mi espalda, pero puedo percibirla rugosa y con una pequeña precipitación en la juntura. Es real. ¿Cuándo fue la última vez que pude abrir los ojos? Tiene su encanto ver todo por primera vez, con la curiosidad traviesa de un niño pequeño. Pero también me resulta demasiado familiar; la humedad, el oxido, la presión… Llevo una mirada grande como las inmensas llamas del infierno por el recinto mientras me paso la lengua por mis labios. No olvidaré esta sensación, ni este día, por que el sabor que recogen mis sentidos es la respuesta a estos tiempos oscuros. Sonrío y esta vez casi río al escuchar el estridente sonido que el Rey ha sacado de mi armónica. Suena tan hastiada como yo, con esas notitas imprecisas que no saben a dónde van. Tomo el bastón y me apoyo sobre él con ambas manos.

No puedo decir que no me resulte atractiva la idea de un baño, pero queda muy eclipsada ante la idea de degustar una buena jarra de cerveza fría. De las que amarguean de principio a fin. Eso le quita las melladuras a cualquiera, resucitaría muertos si pudiesen volver a la vida e incluso me devuelven el buen humor cuando el mundo se desmorona. O se va al apocalipsis, claro, también entonces. Pero soy la última rata que aterriza en el estercolero, hasta el final del día no me tocará celebrar mi buena suerte o ahogar mi mala suerte en esa jarra. Han pasado los años pero mis costumbres siguen intactas tal y cómo las dejé.

Por unos instantes permanezco dubitativa. Las ratitas ya no me recordarán, ha transcurrido demasiado tiempo. Un rey ha caído y otro se ha alzado en su lugar, una batalla les llevó a la siguiente. Por ello callan, miran, estudian cada uno de los movimientos siempre sumidas en el silencio…y de repente apareceré en sus vidas como el fantasma de las Navidades pasadas. Como esa voz plomiza que ronronea en la cabeza y deseas amartillar hasta que muera. Sonrío negándome a mí misma. ¿Se habrán hecho mayores ya mis ratitas?

Nunca me dijeron qué había pasado con el chico de los periódicos, Alteza. –Replico finalmente haciendo una mueca divertida- Para una vez que disponía de tiempo para leer… ¡¡Os juro que los habría leído!! Nada de hacer hogueras, crucigramas o pasarme directamente a la sección de apuestas.- Miro con cariño los grabados de mi armónica, los arañazos rotos y el oxido que bordea toda la boquilla. Cuanto te he echado de menos, pequeña. Mi pequeña, pequeña y preciosa amante de aventuras.- ¿Cómo supistéis que mis humildes aposentos se encontraban aquí? ¿Cuáles han sido los acontecimientos más notorios mi Rey? Un poco de actualidad me vendría bien, pero solo un poco. Me gustan las sorpresas.

(Off: Perdona se me olvido y hoy llevo un día desaparecido... Aunque alguien ha dejado encendido mi ordenador... Pásate por este tema como si ya hubiera sido después de todo esto: https://creatureswars.forosactivos.net/t1336-una-reunion-inesperada#28198. Es solo para que hagas acto de presencia, allí ya tendrías tu espada y todo, pero es que a este paso terminamos antes de que entres (tenemos prisa xD))

On:

Sonreí ante su comentario, resultaba una observación inteligente, muchos otros habrían pedido primero sus armas, una cama cómoda, quizás algún mas extravagante como un esclavo o simplemente dejar de lado la información hasta acomodarse, pero pedía primero esta, demostrando que le interesaba saber como estaría el mundo en aquellos momentos. Visto esto simplemente abrí ligeramente mi ropaje exterior metiendo la mano dentro y buscando hasta sacar de un bolsillo interno un libro de no demasiada extensión, en cuya portada se veían a monstruos y una doncella gritando en apuros, denotando ya solo con esto que se trataba de un libro de cuentos.

- Toma esto... Tiene un hechizo que le impide ser destruido o incluso mojarse, así que podrás echarle un vistazo en los baños, es el favorito de mi colección... Que no te engañe la portada, cada una de esas "leyendas" que los humanos cuentan a sus pequeños están basadas casi por completo en hechos reales... Excepto en uno, caperucita roja, la caperuza era una súcubo, la abuela una vieja vampiresa, el lobo... Creo que lo supondrás y el cazador un buen amigo de las dos primeras, un cazador del bien como quien dice... Curioso verdad? Quizás encuentres tu propia historia entre todas estas páginas.

Dicho esto abrí el libro sonriendo con misterio mientras mis dedos pasaban con suavidad de página en página, hasta detenerse en una en concreto... En grande y con letras mayúsculas podía leerse "El ocaso de la luz" y de imagen introductoria podía verse a un hombre alado de espaldas a lo que parecía una luz cegadora. En esta página la entregué el libro, pasando a colocarme a su lado.

- Este relato te resultará interesante... Ya lo entenderás cuando lo leas, se saltan la parte de la sangre y hay algún detalle desconocido, pero por lo demás espero que te resulte entretenido y que termine de demostrarte que no pretendo ocultar nada si bien tengo motivos. Por lo demás... Las noticias realmente importantes ya te las he dado, el fin del mundo y la carencia de alianzas y organización por el "espléndido" trabajo de mi antecesor... Así que solo queda como llegue aquí... Un viejo demonio al que he ascendido a sabio del reino y en caso de que acuda a el consejero me habló de ti y de otro demonio al que ahora iré a liberar.. En parte tu eras la prioridad por las medidas de seguridad y porque tenía pensado desde un principio que me acompañaras al infierno en cuanto pudieras. Este anciano no sabía tampoco el motivo de tu encarcelamiento, al parecer se mantuvo en secreto.

Dicho esto le señalé a la carcelera que se acercara, colocándome a su lado y susurrándola algo al oído, para que al terminar esta hiciera una señal de asentimiento y partiera del lugar durante unos instantes, no sin antes cederme el manojo de llaves - La he mandado a por cosas que creo te resultarán útiles... principalmente, ropa no mohosa y una de las espadas mágicas del reino... Una espada de fuego, he de suponer que por el sobrenombre que te pusieron este será tu elemento, así que te será útil - Me acerqué de nuevo a ella, volviendo a situarme a su lado - Ahora puedes irte a los baños... La vigilante debería llevárteo todo cuando pueda, de echo quizás ya está todo allí cuando legues. Así que solo tengo dos preguntas mas... La primera, recuerdas donde se encuentran los baños? Aun no he tenido tiempo de asignarte una habitación... Y mucho menos con agua corriente, es un bien escaso aquí abajo, si bien nuestras termas son legendarias... La segunda, necesitas ayuda para llegar?

Off: Aquí el relato extra del librillo que te doy. Básicamente es la historia de Noctis versión extendida, no te la leas si no quieres pero eso valdría a tu pj para saber mi pasado, y quizás algo mas -> https://creatureswars.forosactivos.net/t1301-el-ocaso-de-la-luz#27627

Ladeo la cabeza con cierta incredulidad pero complaciente. ¿Cómo no se me habrá ocurrido buscar mis interrogantes en un libro de cuentos? Mi Rey quiere que busque las respuestas por mi cuenta, al fin y al cabo todas las vidas que se celebran en el mundo son un cuento mal contado. Miro la página que me ha marcado pudiendo leer el título: El Ocaso de la Luz. Por unos segundos las palabras rondan por mi cabeza. Poca literatura se aprende en las calles, en las batallas todavía menos y en los campamentos…Sonrío tras que acuda a mi memoria ciertas imágenes un tanto lascivas. Los demonios se sienten demasiado solos y no, definitivamente la gente no lee. En fin, si el destino ha querido darme otra oportunidad será para que esta vez haga cosas diferentes; como por ejemplo leer cuentos.

¡¡Así que hay alguien en este reino que me recuerda!! Me encantaría saber que conoce de mí, es posible que se hayan contado tantas cosas y ninguna cierta. O viceversa, todas ciertas y yo siendo el último mono en enterarse. Si el Apocalipsis me da una tregua visitaré a ese anciano, pues podría contarme alguna curiosidad sobre mi persona que desconozca. Quién me iba a decir a mí que hoy sucedería todo esto, pues como siempre me he perdido otro amanecer. Pero lo primero es lo primero…

Si no las han cambiado de sitio creo que sabré llegar. Pero el suelo tiembla bastante desde la última vez que lo pisé. –Muevo el bastón hacia delante y a continuación lo hago yo. Tardaré una eternidad a este paso.- No rechazaré esa ayuda, como tampoco esos médicos que mencionasteis antes. ¿Sabéis? He dejado de echar de menos demasiadas cosas… incluso a demonios que quise. Pero todavía mantengo el ingenio vivo y recuerdo cómo se hacían las cosas. Me gustaría encontrar mi historia en este libro, de verdad, así se podría decir de mí que nunca miento. -Esbozo una media sonrisa y espero a que disponga de la ayuda para seguir avanzando hacia las termas.

Chasqueé la lengua con tranquilidad cuando comentó los temblores de suelo... Era obvio que estaba peor de lo que yo pensaba en una primera instancia, por lo que juntando las manos acumulé una masa de oscuridad que al volver a abrirlas hizo aparición e inducía de nuevo a su cuerpo, para estabilizara un poco mas y que así a menos no se desmayara en caso de faltarla las fuerzas de nuevo.

- No es mucho, pero creo que debería ser suficiente para que no te caigas por el camino... Disculpa que la sanción ajena no sea mi fuerte.

Dicho esto me pegué a ella, agarrando su brazo libre, pasándolo por encima de mis hombros y hablando con una voz tranquilizadora - Espero que no te sientas demasiado incómoda, te llevaría en brazos hasta la entrada pero no se si eso sería peor o incluso te incomodaría mas así que tendrás que conformarte con esto... Apóyate lo que necesites hasta que lleguemos a la entrada de los calabozos y pueda pedirle a algunos guardias de los presentes que te acompañen a no ser claro que prefieras mi compañía de camino - Reí por lo bajo antes de sujetarla con cuidado e incitarla a dar los primeros pasos... Esperaba que aquella acción no la molestara, al mandar marchar a la guardiana de aquella zona me había quedado sin nadie que pudiera acompañarla y dado que no tenía prisa por liberar al otro recluso, el cual estaría en un estado mucho mejor no me importaba perder unos minutos en acompañar a mi nueva adquisición hasta donde necesitara.

Así guiándola recorrimos todo el pasillo de la prisión subterránea, hasta llegar a las escaleras, lo que sería la parte mas difícil para ella, por no decir casi imposible si aún no había logrado que sus miembros despertaran lo suficiente para subir escalones "Esto sería mucho mas fácil si pudiera llevarla en brazos, no parece pesar demasiado y con la ayuda del viento sería cosa de unos segundos" Puse los ojos en blanco un instante al recordar la longitud de las escaleras de caracol, pero me había comprometido a ayudarla a subir, me pesara mas o menos aquella situación, además, solo serían unos minutos.

- Crees que con mi ayuda podrás subir? No me sería molestia alguna cargarte hasta lo mas alto es normal que recién salida del encierro no tengas casi fuerzas para hacer nada, además, estos calabozos son los mas profundos... para "miembros especiales" no es precisamente una escalera corta, pero quizás le vendría bien al riego de tu cuerpo el ejercicio para reactivarse... Si bien le vendrá mucho mejor el agua de las termas la asistencia que reciba en escasos minutos al salir de estas y quizás algo de comida y bebida decentes... No desearía que nada mas salir de tu encierro cayeras exhausta. Pero ahora esa no es la cuestión y bien? Como quieres subir?

Al sentir la energía que me transmitía de sus manos un suspiro alentador salió de mis entrañas, como si le hubiese dado una calada a la vida. Tanto tiempo viviendo en el infierno y por primera vez entiendo el verdadero significado de estarse consumiendo. Soy como esa colilla mal apagada, ni prende ni se calla. En cuanto salga de este lugar pienso poner una queja en la hoja de reclamaciones. ¿De qué sirve encerrar a la gente si luego se quedan como vegetales en ensalada? Si volvemos a tener prisioneros de alto standing evitaré que se les de este trato. Son una carga, para ellos mismos y para quienes quieren obtener un beneficio de ellos. Estas medidas de contención son tan absurdas que dan risa. El reino se gasta dinero en nuestra manutención, ocupamos un lugar y solo somos una carcasa. Si los presos son de buena familia se puede pedir un rescate generoso por ellos y si no, la muerte es más honorable y económica. Mirando por dónde se miren, las arcas del reino salen ganando. Nadie puede negar que recoger monedas no sea importante, aún estando en tiempos de apocalipsis…

No me hace especial gracia que me hayan caído 600 años más encima. Pero no me he resistido cuando el propio Rey en persona ha decidido ayudarme en estos primeros pasos. Asiento en silencio llevo la marcha concentrándome primero en dar un paso y después otro. El sonido repiquetea con fuerza y se pierde a medida que recorremos el pasillo. Una larga escalinata se erige imponente ante nosotros y nos detenemos. Escucho las palabras del muchachito coronado que está colaborando a que su abuelita no se tropiece y sonrío tan largamente que percibo como dos de las marcas de mi cicatriz se han intercruzado. Ahora sí que he terminado por adoptar el papel de vieja con arrugas.

¿Pero es que tengo otra opción que no implique hacer comedias? Hombre, siempre la hay. Podría arrastrarme como un gusano y dar señal de que si en tres días no he terminado de subir, manden una partida de valerosos guerreros a por mí. Tragicomedia en un acto.

Gracias Alteza. Aunque me seducía la idea de superar mi record personal en subida de escaleras, lo cierto es que me decanto más por ser un humilde saco de patatas. –Me encojo de hombros con expresión jocosa. – La próxima vez, quizás cuando mi cuerpo tenga algo en la sangre que pueda reactivar, suba todas las escaleras que se me ordene. –Arrugo el entrecejo unos segundos y cambio el tono de voz por uno más conforme.-De acuerdo, lo admito, me hace ilusión permanecer consciente. No todos los días se sale de la cárcel acompañada por el Rey en persona.

Sonreí de lado ante sus palabras... Por un lado se notaba que tenía cierta tendencia reacia hacia el echo de que la llevara n brazos, algo normal por varios motivos, si bien el que con cualquier otra persona habría sido el mas importante era el orgullo... Aunque con ella no podía estar del todo seguro, ya había demostrado ir en contra de toda la lógica humana o paranormal concebible, parecía tener un curioso empeño en mostrarse rebelde, y así era en verdad, pero en el fondo mostraba un gran respeto hacia los cargos de poder si bien a su manera, algo que ya era gratamente loable teniendo en cuenta que fue un rey en sus aires de grandeza el que la mandó encerrar sin motivo aparente... Posiblemente solo por capricho, por falta de utilidad, aburrimiento o alguna situación que se torciera, y yo personalmente me permitía pensar que e trataba de la última posibilidad, al menos por lo que sabía del antiguo rey... El mismo que si bien a lo mejor no había sido el que la había encerrado, si era el que no se había preocupado por echar un vistazo ni tan siquiera a sus prisiones.

- En ese caso... Te diría que te sujetaras pero como quizás eso te resultara mas incómodo simplemente te levaré en brazos a, y no como un saco de patatas, no eres una rea cualquiera. Por otro lado, de camino mandaré a otro demonio que libere al otro reo que me es de interés... No debería suponerles un problema, no es por su fuerza precisamente por lo que es reconocido, si no por su sabiduría y sus conocimientos sobre el mundo sobrenatural... Si bien no quizás mayores a la de las bibliotecas divinas, si comparables a las de cualquier otra. Tengo interés por conocer al ser que sea... pero dudo poder cautivarme por su legendaria sabiduría hasta que no este descansado, así que será mejor en su caso que reciba directamente a otras personas para atenderle... O atenderla.

Mientras decía esto pasé un brazo por la espalda de la diablesa, inclinándome sobre ella para con un movimiento rápido, si bien suave, pues no quería dañarla, levantar sus piernas del suelo y dejarla "tumbada" en el aire, con la sujeción de mis brazos sujetando su cuerpo y en igual medida su cabeza, un tanto mas elevada y próxima a mi hombro, para que no quedara colgando en el aire. Era extremadamente ligera para sus medidas, probablemente por los años de escasa dieta y su debilidad, por lo que no resultó difícil mantenerla bien sujeta y comenzar a ascender por los escalones, procurando no apegarla mas de lo necesario a mi cuerpo, no fuera a sentirse incomoda con ello.

- Y permíteme ahora preguntarte... Que recuerdas de antes de tu encarcelamiento Alayne? - Hice una breve pausa mientras continuaba ascendiendo aquellos escalones, los cuales se presentaban ante mi como un largo camino de al menos unos minutos, con la única compañía de la diablesa y de antorchas que iluminaban el ascenso, si bien aquello no me suponía inconveniente alguno - Te pregunto esto, porque si bien al contrario de lo que indica una primera apariencia de mi ser he vivido ya tanto que no alcanzo a recordar habiendo visto incluso a la humanidad cuando aun no eran mas que simios sin sentido ético o moral, no llevo demasiado tiempo en el infierno, algo que comprenderás cuando leas el relato que te he entregado antes... Y me interesa saber todo aquello que la que va ser mi princesa recuerde y crea conveniente contarme... O como he dicho, cualquier duda que no tenga que ver con la historia, pues poco me he interesado estos últimos años por ella desde un critico suceso que me aconteció, puedes preguntármelo y te responderé grato, sea el tipo de pregunta que sea. Pero antes... Estas cómoda en esta posición?

Me rasco por detrás de la oreja mientras escucho los planes inmediatos de mi nuevo Rey. Está abierto a dejarse aconsejar por quienes conocimos esplendores pasados. No recuerdo a nadie que encerrasen al mismo tiempo que a mí. Me habría quedado con su nombre, pues el día de mi encarcelamiento se armó un gran revuelo. No a nivel de las altas esferas, faltaría más, pero las ratitas se agitaron inquietas hasta que cortaron cada una de sus lenguas que preguntaban por mí. ¿Es posible que se tratase de alguien anterior a lo mío? ¿O alguien que apresaron mientras yo estaba eligiendo si colocar cortinas verdes o marrones en la ventana imaginaria de mi celda?
No se puede decir que haya caído rendida a sus brazos, pues algo de trampa hay. Una fina capa de aire nos separa, aún así no cambia el hecho de que en estos momentos sea una inválida. El Rey se acaba de interesar por mi pasado. ¿Cuánto habrá pasado desde que tuve uno? Sí, una vida, algo que indique un antes y un después. Soy una rata que ha estado atrapada en la misma bodega por tiempo indefinido con los sentidos atrofiados. Me consolaré creyendo que soy vino, los años solo mejoran. Cuando salga ahí fuera nadie podrá resistirse a mi sabor; amargo y resultón al principio pero que al deslizarse por el paladar ansíen más.

Asiento con la cabeza para indicarle que está bien, podemos seguir ascendiendo de esta manera. No obstante, esta vez no le responderé inmediatamente. Si él es un recién llegado en el infierno, en estos instantes no sabría decirle quién de los dos es el más aventajado de la clase. Pues recordar la última lección que aprendí… es una tarea bastante ardua. Cierro los ojos tratando de concentrarme, a veces pensar en imágenes puede arrojar algo interesante. De hecho, lo primero en lo que pienso ahora mismo es en el día que me bajaron por estas escaleras. También me llevaron en brazos. Qué coincidencia ¿eh?

Claro que entonces gritaba, mordía, profería insultos y pataleaba. Recuerdo que fue uno de los bastardos del otro escuadrón quién se personificó en llenarme las copas la noche anterior al cautiverio. No esperaba que me trajese el desayuno a la cama, pero tampoco que vendiese mi cabeza llevándome en brazos a la que sería mi celda todo este tiempo. Aunque desgraciadamente, estas no son historias que puedan interesar a un rey. Tiene que haber algo… muerdo mi labio y abro los ojos. He recuperado mi armónica, es posible que ella sepa más que yo.

Mucho me temo que yo tampoco soy una chavalilla que acaba de florecer. –Replico al fin. Paso los dedos por la estructura metálica, parándome en los arañazos y grabados que la conforman.- Recuerdo que nos hallábamos en un período de necesidad. Recuerdo la promesa que le hice a un herrero, porque la tengo aquí mismo.-Le muestro la hendidura natural de la armónica, tiene un pico que al deslizar la mano produce un corte. –“Un Rey está terriblemente preocupado porque su corona no tiene hierro, encuentra una extracción mineral pero no le pertenece. Inicia una guerra, se pierden centenares de vidas, armas, armaduras, se extra limitan los recursos. Pero yo tengo que trabajar, sabiendo que todo lo que hago se va a echar a perder, sabiendo que quienes lo utilicen perderán su vida igualmente, sabiendo que desaprovecharé lo que queda en nuestra reserva mineral. Pero, los Dioses son clementes y el Rey consigue el hierro para su corona. ¿Hasta cuándo Alayne? ¿Hasta cuándo se puede permitir esto?”

Vaya, no era consciente de que le fuese a reproducir sus palabras de una manera tan fidedigna. Hago una pausa para tomar aire.

Le prometí que al próximo rey no le daría inteligencia, pues no por poner un rábano en una academia de consejeros se hace más sabio, pero sí que le daría sentido común.-Una serie de rostros se van apareciendo violentamente sobre mi memoria.- Eso es lo que recuerdo, muchas ratitas contándome historias. Vais a tener que llevar muy bien esta guerra, mi Rey, pues puede que aun ganando todas las batallas, salgamos perdiendo.

Off: Lo de la capa de aire es por la leve separación que te dejo? >.> Porque en si me refiero a que no te apechugo contra mi, si no que simplemente te llevo, no dejo una capa de aire entre piel y piel... Perdón si solo es una forma de hablar, pero como dejar una capa de aire es una posibilidad real para mi pj pues dudo xD

On:

Mis pasos hacían eco por la escalera, siendo el único sonido que acompañaba a las palabras de Alayne durante el ascenso... Al parecer quizás por su herida, quizás por el largo encarcelamiento no recordaba demasiadas cosas sobre los tiempos pasados, si bien si parecía recordar con completo detalle la promesa que le hizo a un herrero... Aquel era un rasgo a destacar, a fin de cuentas poca gente era en realidad fiel a sus promesas siquiera intentándolo, pero ella había logrado recordar a la perfección algo prometido cientos de años atrás antes que cualquier otro detalle de su vida, pareciéndola lo mas importante en ese momento.

- Esa es una promesa difícil de cumplir Alayne... El sentido común no es algo fácil de inculcar, y mucho menos a un rey, normalmente mas interesados en su propio bienestar... Supongo que por mis palabras puede notarse que no siempre he estado en mi cargo y quizás también que odiaba a todos aquellos que se encontraban sobre mi... Siempre decididos a jugar con mi vida como si fuera un mero perro, quizás por eso he cambiado tanto mi destino... Solo espero ser una mejor guía que aquellos a los que he conocido - Me mantuve unos instantes en silencio ante sus últimas palabras... Sabía perfectamente que tenía razón, y por ello era por lo que tenía pensado comenzar a moverme cuanto antes - Sobre la guerra... Por suerte o por desgracia no todo está en mis manos... Daría igual si poseyéramos un ejército de lo mas poderoso, la batalla que se va a suceder no es una que pueda vencer un solo reino, eso lo tengo claro, por otro lado, quizás lo mas peligroso de esta es que nuestros enemigos no están claros, nunca se sabe cuando los hipócritas seres de la luz pueden decidir poner antes nuestra destrucción que la salvación de su puro mundo... Por esto es por lo que no pienso pactar con ellos, y si bien a no ser que se nos incite a o contrario no les atacare durante la batalla final, si es que llega a sucederse, no pienso aliarme con ellos, soy testigo directo de las atrocidades que los "luminosos" pueden llegar a hacer...

Volví a guardar unos instantes de silencio en los que el eco de mis pisadas por los escalones era lo único que llegaba a oírse entre las paredes... Quedaría mucho para llegar a lo mas alto? La verdad es que no había prestado atención durante mi descenso.

- Por el resto... Si quiero la sabiduría de este otro preso es principalmente para evitar perder todo lo posible. Nuestra biblioteca no es precisamente un regalo divino en comparación con la de cualquier otro reino no renegado o incluso renegado, claro que, a que rey que no se interese casi por su reino, le interesan los conocimientos de este? Ya es casi suficiente con que la biblioteca no este en llamas... Ahora bien, cambiando de tema, uno e tus objetivos es impartir sentido común a tu rey, que espero no sea algo completamente necesario y ya gozar de este... Hay alguna otra aspiración importante en tu existencia Alayne? Algo que le haya dado algún sentido a todas las noches que has pasado en el calabozo? Después de todo... Muchas otras personas se habrían abandonado a la muerte, que no lo hayas hecho dice mucho de ti.

OFF: Me refería al hecho de que te ayudarás con el aire para transportarme xDD

ON:

De manera que he sido llamada en una época, en la que los reyes del mundo se remueven intranquilos sobre sus tronos. Aunque la partida perfecta no existe, porque el juego jamás termina. Hasta una buena mano de cartas puede verse truncada por la suerte. Nuestro pueblo ha sufrido bastante en el pasado, no es algo que se pueda olvidar con facilidad a la hora de establecer vínculos extraterritoriales. Ningún demonio renegado en su sano juicio accedería a compartir derramar su sangre junto a ese montón de plumas sagradas. Pero no hay situación más provechosa que partir con ventaja.

Me gustaría apuntar algo, Majestad. –Mi tono coge firmeza y seriedad por primera vez en nuestra conversación.-Los enemigos nunca están claros, es una lección que cualquiera que haya luchado en el frente aprende. Si bien una alianza de no agresión con el Cielo sería corrosiva para la moral de todos, no veo el motivo de no establecer otro tipo de acuerdos. Al igual que con el resto de razas útiles, o en su defecto menos desagradables. –Mis ojos se entrecierran y mi voz se convierte casi en un susurro.-Las necesidades crecen en los tiempos críticos, es inevitable. Por eso, el haceros imprescindible será la mayor lealtad que hallaréis entre vuestros semejantes con corona. Ofreced algo que quieran y que podáis controlar, luego aseguraros de que lentamente estén perdidos sin ello. Esa es la clave de una alianza.

Todavía no he respondido a su pregunta principal y que se basa en mis intenciones. Pero desconozco el tiempo del que disponemos para conversar y es algo en lo que se debería como mínimo, dedicar unos minutos de reflexión. Ya que no me puedo quejar del trato recibido, le obsequiaré con este consejo. Que lo tome, lo eche a un bolsillo o escupa sobre él no me concierne. Pero ya que estamos a bordo del mismo barco, me siento con el deber de comunicarle las zonas dónde divisé icebergs en su día. Le doy unos segundos para que guarde mis palabras y prosigo esta vez para responder a su curiosidad.

Perdón por haberme metido donde no se me llamaba, ahora iremos con el asunto que se me ha cuestionado.-De nuevo aflora una sonrisa comedida en mi boca.-Buena observación, mi Rey, al indicar que todos nos alimentamos de algún sentido para nutrir nuestras vidas. Mi pasado no se halla en ningún libro y a juzgar por lo poco que sé, en ninguna parte. Todo lo que tengo, es cuanto sé de este reino y lo que me ha hecho. Me ha formado para la lucha, a bailar como el fuego, victorias, derrotas, secretos, promesas y… me ha llevado a prisión.-Hago una pausa y paso mi mano por mi rostro.- Tengo entendido que las cicatrices no surgen por generación espontánea…nada me haría más feliz que descubrir por qué mi rostro se deforma desde que tengo uso de razón.

OFF: En principio no me ayudo de mi control para llevarte... A ese nivel de sutileza y al ser continuo, gastaría mas energía que haciendo fuerza y por el nivel soy capaz de llevar a Alayne sin problemas.

On:

Me reí por lo bajo ante sus observaciones sobre los aliados... Conocía perfectamente a los ángeles, pues a fin de cuentas yo había sido uno de ellos, y sabía que nada era mas engañoso que sus pactos y alianzas... Excepto quizás los nuestros. Después de todo, algunos seres de la oscuridad servían a un Dios de la luz en concreto... pero los seres luminosos eran los únicos tan hipócritas como para servir a tres e los nuestros en cada uno e sus conflictos... siendo yo quizás el único que sirvió a todos ellos, a excepción claro esta de los licántropos... aquellos que curiosamente deben su existencia a la diosa noche...

- Siento no poder ayudarte en cuanto a la información sobre tu pasado, aunque aré lo que pueda. Por otro lado Alayne... Te daré un consejo. Habla, socializa e incluso si quieres ten algún romance con un ser de la luz... Pero nunca confíes en ellos, te hablaran de paz, de igualdad, y luego serán los primeros en anteponer a ciertas razas sobre otras y en apuntarte con sus armas cuando lo necesiten... Lo único en lo que nos diferenciamos de ellos es en que no nos avergüenza ser lo que somos y que siempre sabemos a quien se debe nuestra fidelidad mientras que ellos nunca te aceptarán de verdad y siempre tendrán una falsa sonrisa... Eso aquellos que se dignan en siquiera sonreír claro, otros simplemente te tacharan de malvada y querrán destruirte por lo que eres, excusándose en que los seres oscuros no merecen existir.. Y sirviendo así a casi todos nuestros dioses.

Por fin ante mi se podía ver el final de las escaleras, eso junto a las puertas de los distintos pasillos que ya habíamos pasado indicaban que estaba a punto de terminar con el recorrido hacia lo alto - De todos modos gracias por el consejo... Procurare valerme de ello si en un futuro hago algún tipo de alianza con los seres de la luz, si bien dudo que ellos quisieran pactar con mis condiciones... Así que habré de esperar el momento exacto para ofrecerles un verdadero pacto con el diablo.

Con estas palabras terminé con mi ascenso de las profundidades, pasando por entre dos guardias que sorprendidos por mi carga guardaban la entrada a los calabozos. Caminé unos pasos mas, viendo a un lado a la carcelera a la que había enviado a que pidiera nuevas ropas y armamento para Alayne.

- Mi señor ya esta todo pedido... lo llevarán a los baños en cuanto lo tengan.

- Bien en ese caso toma las llaves del calabozo y saca de estos a un preso mas... Quiero que se le atienda y se le avise de que iré a verle o verla en cuanto pueda. Su nombre es Kyōki...

Mientras decía esto caí en el echo de que yo mismo la había pedido las llaves unos minutos harás para ir por mi cuenta, ante de percatarme de que un sabio cansado nunca es tan sabio y de que en aquel momento me interesaba mas hablar y llevar a la princesa demonio... Así que a la carcelera la sería imposible seguir mis órdenes sin las susodichas llaves que ahora se encontraban guardadas entre mis ropajes, por lo que mirando a la princesa la dirigí unas palabras en tono bajo a fin de que nadie que no afinara el oído pudiera escucharlas - Alayne... Necesito que te agarres de mi con los brazos, o si lo prefieres decirme que te deje ya en el suelo y si crees poder andar el tramo que queda... El recorrido no es corto, sería conveniente elevar el vuelo y no creo que hayas logrado recuperarte tanto en estos escaos minutos. Tengo que devolver las llaves del calabozo y no puedo acceder a ellas si te sostengo con ambas manos... Unos instantes serán suficientes.

OFF: Poca diferencia hay, el resultado viene siendo el mismo xD

ON:

El último bote y… las escaleras terminarán. Una nueva visión en años, qué alentador. Paso mi lengua suavemente primero por el labio inferior y después el superior. Me muero de sed, como necesidad biológica y moral. Tengo sed de demasiadas cosas, ni siquiera sé muy bien por cuál quiero empezar. La guardia, que custodiaba la entrada de mis habitaciones confinadas, nos ha hecho saber que todo estará listo dentro de muy poco. Desde mi posición observo al Rey con curiosidad, hemos estado cacareando como palomas en una plazuela, pero ahora parece que todo por fin va a dar comienzo. Siento un leve mareo y un hormigueo que recorre desde los dedos de mis pies hasta llegar a los de mis manos. Una voz siniestra dentro de mí me acaricia hasta hacerme sonreír… he regresado. Ya lo creo que sí.

Podría caminar, el bastón me permitirá no tambalearme demasiado. Supongo.- Me agarro sobre sus hombros para apoyar lentamente sobre el suelo un pie y después el otro.-Iré avanzando por mi cuenta, así iré recordando en qué consistía. Pero si hay que volar…-Llevo mi mirada hacia mi espalda, en donde se supone que deberían ir mis alas.-por el momento soy manca. Id a devolver esas llaves, no tendréis problemas en encontrarme a medio camino a la vuelta.

Alzo las cejas, sonrío y me doy la vuelta para iniciar el paso. A partir de ahora lo que me espera será de esta manera. Se me hará tremendamente familiar, pero cuando vaya a por ello, me daré cuenta de que en la vida había visto nada semejante. Y es que mundo que yo conocía está acabado, quizás debería socializarme por ahí, como indicó mi liberador. Aprender de quiénes me enseñaron a odiar, escuchar sus ambiciones tal y como hacía con mis ratitas. Quizás, esta vez gane la partida. Pero por hoy, con llegar a los baños me conformo. Nunca he tenido mucha prisa en buscar amigos, mis enemigos podrán esperar. Una llama crece en mi interior, iré a por ellos cuando sea una gran llamarada… Y entonces dará lugar una gran barbacoa. Mmm… qué rica…