El ocaso de la luz

Tema: El ocaso de la luz Vie Dic 31, 2010 1:10 am

Explicar antes de comenzar brevemente que esto se me ocurrió hacerlo en un momento de inspiración... Se trata básicamente de la historia desarrollada de Noctis. Cualquiera que quiera on-rol decidir que la ha leído puede hacerlo ya que se supone que esto es un "cuento popular" de Yggdrasil. Espero que os agrade.
_______________________________________________

El ocaso de la luz
La leyenda del angel de la noche...

Nuestro mundo tiene ciertas directrices y caminos marcados... Como una fina línea casi invisible que elige por nosotros lo que seremos y cual será nuestro destino, una línea irrompible que decide donde están nuestros límites e incluso a quien tendremos que servir o mandar... Convirtiendo todo en un gran destino que marca nuestros actos, así como el camino del sol desde el amanecer hasta el anochecer... es algo imposible de evitar... o así debería ser... no?

E aquí que en un tiempo pasado, cuando la humanidad aún vestía en pañales y la única luz era la que producían el fuego y el sol ocurrió un suceso que cambió para siempre todo lo que estaba escrito hasta el momento, la historia de dos seres que dieron la espalda a su destino y rompieron la línea que este les marcaba, haciendo temblar la balanza entre luz y oscuridad como hasta aquel momento nunca había sucedido, en un gesto que solo aquellos capaz de mirar con objetividad podrán ver no como un crimen antinatural, si no como un milagro que nos demuestra que la elección de cualquier acción está únicamente en nuestro poder... Y que nada es nunca lo que parece.

Así es que el reino de los cielos mantenía una lucha eterna contra los pecadores y contra cualquier criatura tenebrosa contraria a ellos. Cientos de ángeles eran enviados cada día a exterminar a aquellos pecadores y borrarles de la faz de la tierra para hacer así un mundo mas puro y luminoso... Y uno de los mejores exterminadores entre todos los ángeles era quizás el mas extraño de estos. Nadie recuerda ahora su verdadero nombre posiblemente ni el mismo lo haga o no quiera hacerlo, pero fue aquel ser el que se enfrentó y venció al destino de una manera que nadie esperaba. El, a diferencia de todos los demás ángeles siempre dudó de las órdenes que sus superiores le daban y a cada vida que sus manos segaban algo en su interior se turbaba y es que a fin de cuentas, no eran las vidas de aquellos que los suyos hacían llamar pecadores, igual de valiosas que las demás o al menos de aquellos que para purificar el mundo exterminaban manchándose a si mismos de sangre? Muchas eran sus dudas pero nunca cambió su camino ya que después de todo era su obligación, su destino... Y así siguió durante varios siglos, tiempo en el que únicamente la oscuridad de la noche lograba extrañamente reconfortarle razón por la que, tras ser varias veces visto bajo la luz de la luna se le comenzó a conocer como el ángel nocturno... Algo que dada su alta eficacia no le perjudicó en absoluto nadie quiso ver que era el primer indicio.

Después de mas años de los que cualquier mortal podría imaginar vivir este ser aún seguía con su misma ocupación... Ahora poseía un poder y una eficacia mayor, habiendo sido ascendido al rango de general máximo de la brigada de exterminio angelical, aquellos soldados alados con la tarea de erradicar la sangre maligna del mundo, aquellos que después de tantos años cumpliendo sin un solo error su tarea estaban ahora manchados con mas sangre que quizás cualquier otro ser sobre la faz de Yggdrasil, bajo la mano del ejecutor mas eficaz de todo el cielo, si bien el seguía dudando, algo que no fue comunicado a ninguno de sus superiores ni a ninguno de los ángeles bajo su poder, después de todo, nadie nunca había dudado de ello y había seguido entre los ángeles.

Así un día cualquiera una nueva incursión fue ordenada al escuadrón ejecutor... En esta ocasión se trataba de exterminar ni mas ni menos que a las fuerzas demoniacas que se equiparaban en eficacia y objetivos a los exterminadores angelicales... y así, una de las batallas mas famosas, sangrientas y traicioneras de la guerra entre ángeles y demonios se sucedió, durando varios meses hasta que con grandes bajas por ambos bandos de exterminadores ambos líderes dictaminaron la retirada de sus tropas a los respectivos reinos... Lo que ninguno de los soldados de ambos rangos se esperaban era que cuando todos se marcharon bajo las órdenes de sus superiores, estos dos se lanzaron el uno contra el otro en un combate mortal cuyo primer golpe retumbó en la tierra y el cielo... Ninguno quería perder mas hombres, pero ninguno iba a abandonar hasta que su enemigo hubiera sido derrotado o hubiera muerto en el acto. La batalla se sucedió durante días... meses... quizas años y es que el poder de ambos rivales era tan semejante que al final de cada nuevo encuentro y tras largas horas ambos acababan con todas sus energías reducidas, quedándose incluso en alguna ocasión con la única sujeción del cuerpo ajeno para no caer al suelo, antes de recuperarse lo suficiente para apartarse y recuperar energías o incluso seguir combatiendo en un mar de desesperación... Y fue en varios de estos descansos forzados en los cuales aquellos dos seres completamente contrarios comenzaron a entender que no eran tan distintos, ambos tenían una tarea igual dirigida a dos lados opuestos pero que se ejecutaba de la misma manera, y de esta manera cada vez que ninguno de los dos era capaz de seguir moviéndose continuaron extrañas conversaciones al final de las cuales ambos seres mantuvieron una extraña amistad, si bien nunca desistieron de la labor de matar a su objetivo.

Después de mas tiempo del que ambos guerreros fueron capaces de contar llegó el enfrentamiento final... Nada era distinto al resto de las noches, excepto quizás la tormenta que se anunciaba en el aire, nada excepto un pequeño detalle, un ínfimo cambio en el escenario de combate que lo puso todo a favor de ángel, cuando el vuelo de una hoja, movida por la tormenta, al cerrar parte del campo de visión el demonio permitió un corte de mediana profundidad en el torso de este, que no le fue devuelto a su ejecutor... En aquel instante ambos supieron que el combate ya había sido dictado, pero como los dos entrenados combatientes que eran no cedieron ante este echo, llegando a interpretar el mayor combate que habían librado entre ellos, hasta que en el acto final, tras que las armas hubieran volado por los aires y prescindiendo de sus elementos, luz y oscuridad se enfrentaban en potentes relámpagos, ambos se lanzaron contra su enemigo rodeados por el poder de sus completamente contrarias auras, en un impacto final del que solo uno, por una mínima diferencia de salud salió con vida...

Días mas tarde los ángeles del cielo recibieron noticias, su campeón había vuelto a ganar y ahora se encontraba atravesando las puertas del reino, había convocado una reunión para su ejército y para todo aquel que quisiera acudir y decía traer buenas nuevas consigo... Fatídico día para todos los ángeles que creyendo sus palabras acudieron a esa reunión, puesto que si bien el ángel había vencido el combate, la luz no lo había hecho con el, y es que durante el último golpe, cuando luz y oscuridad impactaron, terminando de segar así la vida del desdichado demonio que había llegado a cruzarse con su igual celestial, algo cambió en el curso del destino, algo que la voluntad de estos dos seres se decidió a torcer de cómica manera, marcando de por vida con trazos de tonalidad negra parte del cuerpo del que hasta aquel momento había sido el guerrero mas puro del cielo, permitiéndole algo que ninguna otra criatura había podido hacer hasta aquel momento, elegir el camino que el deseara... Y así lo hizo, volviendo al cielo cuando su decisión ya había sido tomada, quizás los seres celestiales deberían haber temido un hecho del que nadie pareció percatarse y que señalaba lo que el celestial había decidido... pues su aureola había desaparecido.

Horas mas tarde toda la legión a la que pertenecía el ángel se encontraba ya reunida ante el, junto a algunos guerreros mas, atraídos por la fama que el celestial se había ganado durante todos los años de su extensa vida guerrera. Y allí, ante todos, con su aura completamente suprimida para no mostrar alteración alguna se presentó... Caminando con tranquilidad hacia donde se disponía a dar el discurso y mirando a todos los que esperaban expectantes y con alegría ante el... Siguiendo a aquel momento unas palabras que no tardaron en borrar todo síntoma de alegría de la cara “No volveré a ser nunca aquel al que conocíais.. Aquella época en la que seguía las ordenes de un rey tirano se han terminado... Es hora de elegir mi propio destino borrando mi pasado y nadie ni nada va a evitarlo” El cielo pareció oscurecerse en el momento en que las alas del antiguo ángel se extendieron al tiempo que las marcas negras de su cuerpo parecían hacer lo mismo volviéndose visibles y mostrándose metálicas garras demoniacas en sus manos... El terror se extendió mientras cada uno de los guerreros angelicales iban cayendo presas de la mortal e irónica eficacia de su antiguo salvador... Algunos dicen que a cada víctima que sucumbía bajo sus manos sus alas se volvían mas negras, otros niegan esto diciendo que se mostraron del color de la noche desde el momento en el cual las extendió... La realidad es que ninguno de los presentes sobrevivió o quedó lo suficientemente cuerdo para dar una certera versión de lo ocurrido... Solo que después de una ardua batalla el ángel cayó de los cielos... Atravesando la noche en un viaje en picado que no solo le sacó de los cielos, como a muchos otros angeles, si no que atravesando el limbo y la tierra le llevó hasta el infierno... Y mientras descendía su nuevo nombre fue aclamado por la oscuridad... Noctis, el hijo de la noche, el ángel nocturno, aquel ser de luz que escogió como madre a la oscuridad de la noche y se entregó a ella, rompiendo toda lógica espiritual... Aquella época fué conocida en los cielos como el ocaso de la luz...

Así termina esta historia, nadie supo nunca que pasó con aquel ángel de la noche después de esto... Algunos creen que esta muerto pero yo digo que se equivocan, alguien capaz de engañar así a su destino, alguien que nunca se rindió ante el no puede haber muerto en silencio... Alguien así solo puede irse de la mano de la muerte como un fiel compañero... Pero eso quizás sea otra historia que aún no ha sido escrita.

» Al borde del ocaso
» Crónica 1ª: El Ocaso