Entrenando a las legiones

Ian me habia contado, que desde tiempos inmemoriales existian una clase de hombres que superaban a cualquier otro tanto en tactica como en tecnicas. Me enteré donde aun se seguia entranando a aquellos hombres y fui hacia allí. Por lo visto, durante todos estos siglos se habia seguido una misma sucesion. Cuando un varon nacía, este permanecía con la madre durante sus primeros 6 años de vida, viendo poco al padre y siempre que le veian, comenzandose a instruir en el campo de la lucha. Sin embargo, cuando alcanzaban la edad de 6 años, estos niños se separaban del dulce y calido manto de sus madres para formarse como futuros hombres de hierro. Nacidos de padres puramente licantropos, los niños se ven sumidos en las penurias mas duras y crueles, dejandoles apenas sin alimento y con una dura y severa disciplina militar en las que el dolor, el ambre y la capacidad de supervivencia son sus unicas compañias. Solo sobreviven los mas fuertes, no hay lugar para los deviles. A sus 8 u 9 años de edad comienzan a sufrir las primeras transformaciones en lupinos, y aprenden por la fuerza a controlar a su lobo interno, una de las pruevas mas duras de un licantropo: dominarnase a si mismo.
Desde bien pequeños se le inculca una mentalidad de odio irracional hacia los vampiros, de tal forma que solo lleguen a pensar en la manera de como aniquilarlos y como exterminar a esa raza.

Poco a poco van continuando su aprendizage ganando conocimientos militares y aprendiendo todo tipo de tacticas de combate tanto en estado humano como sobretodo en estado licantropo.

Para terminar, al final de su entrenamiento se ven expuestos a 1 mes entero en las montañas mas rebuscadas de los desiertos helados, en donde el alimento es casi nulo y los randes temporales causan las mas malas y dolorosas muertes. Tendran que traer consigo una muestra de haber derrotado a la mayor presa de todas, cuanto mayor depredador sea, más prestigio tendra su vuelta.
Todos aquellos que pasen este entrenamiento podran volver y ser considerados buenos soldados, para aniquilar de una vez por todas a los vampiros.

Llegué hasta el lugar apartado en donde estos licantropos residian, nada mas llegar reverenciaron mi presencia e invitaron a pasar. Llevo ya una semana entera tratando con cada uno de los hombres, enseñandoles lo que yo mismo habia aprendido. A todos y cada uno de ellos les habia enseñado lo que aprendí de mi hermano, consistía en aparecer y desaparecer a vision del contrincante en batalla, sin embargo simplemente era volver al castillo del reino y aparecer en una posicion distinta de la que se estaba para sorprender al contrincante; todo esto solo se hacia en una pequeña fraccion de segundo.

Una vez preparadas las tropas, cogí a los 300 mejodes de aquellos hombres, los que ahora sabian aun mas tacticas incluida la que les habia enseñado y que aguardarian pacientes hasta el dia que tuviera que necesitarles.