Lejano

El viaje había sido largo,pero no me importaba.Llegué a uno de los desfiladeros mas alejados que había en la zona,y aterricé en el porque me sorprendió que,justo entre ambas cumbres se encontrara una piedra encajada en ellas.

Aterricé en uno de los lateral,y observé el lugar.Todas la meseta y vegetación se encontraba cubrida por la nieve.Bajé hasta situarme en la roca encajada,y allí en medio,me quedé mirando el cielo en silencio.



No había ni una sola alma por aquel lugar.

Spoiler:

Volé durante horas y horas, encontrando un lugar perfecto para meditar. Llegué a la senda del viajero, a un lugar bastante apartado de el camino principal. Percibí el aura de Kaede y me acerqué.

Descendí al acantilado y me senté de piernas cruzadas a unos metros de ella.

-Buenos días Kaede. Hace una mañana preciosa para meditar, ¿no crees? - dije mirandola con una sonrisa amable

Miré a Aspicious sorprendida,no esperaba que estuviera por estos lugares.Hoy parecía transmitir un aura bastante agradable,le sonreí.

-Así es,que te parece si lo hacemos un buen rato?-dije cruzandome de piernas como el.

Me quité mi capa y la dejé doblada a un lado cuidadosamente.

-Me parece bien - respondí mientras cerraba los ojos para concentrarme una vez sentado de nuevo.

Empecé a sentir la suave brisa y el cálido sol en mi piel. Mi aura oscura comenzó a apagarse para dar paso a una tranquilidad infinita.

-¿Alguna vez has meditado profundamente? - pregunté sin abrir los párpados.

-No,no al menos en la manera a la que tu te refieres.-dije con tranquilidad.

Inspiré hondo.

-Bien, en ese caso te enseñaré. Seguramente neceistes conocer técnicas de este estilo para calmar tu espíritu, ahora que eres princesa - dije calmandamente, averiguando su reciente ascenso al contemplar su aura.

-Si,seguramente me venga muy bien,aun que..no se porque,confío en que soy mas paciente que tu-dije sonriendo.

Hice caso omiso a ese pequeño comentario y me centré en explicarle el ejercicio.

-Lo primero que tienes que hacer es encontrar una posicion cómoda, en la cuál no se te agarroten los miembros, la más típica es cruzarse las piernas y sentarse en el suelo.. Una vez la has encontrado cierra los ojos y comienza a concentrarte. Principalmente debes ser consciente de tu alrededor, escucha con atención, siente la brisa, el sol y todos los estímulos que recibas. Una vez hayas hecho eso pasaremos al siguiente paso.

Cerré los ojos y seguí sus indicaciones.La respiración se volvió mas tranquila,y comencé a sentir los elementos que me rodeaban.

-Ahora debes interiorizar todos los estímulos que estás recibiendo, concentrarlos en tu conciencia y analizarlos en profundidad. Tienes que descubrir de dónde proceden, a dónde se dirigen. Tú solamente eres un fantasma el cuál es atravesado por estos estímulos. Cuando consigas fusionarte con tu alrededor, habrás conseguido entrar en trance - continué sin abrir los ojos.

Volví a inspirar lentamente.

-Cuando hayas entrado en este estado, es momento de plantear tus propios problemas, haz que bailen en tu mente como si de un dibujo se tratara. Encúadralos y ponles etiquetas, para así ordenarlos fácilmente. Luego toma los problemas que más te preocupen y céntralos en tu conciencia. Gíralos, píntalos, dales forma, con el fin de obtener una solución satisfactoria. Investiga en lo más profundo de ellos y de tu ser, así encontrarás las respuestas.

Hice una pausa antes de concluir con mis indicaciones.

-Puedes estar todo el tiempo que necesites, no tengas prisa, esto no es nada instantáneo. Si tienes dificultades con cualquier punto simplemente empieza otra vez, más calmada. No importa cúantas veces lo intentes, si eres insistente lo acabarás por entender a la perfección.

Una vez había conseguido el primer paso,mi mente comenzó a mostrarme cada una de las cosas que me preocupaban en ese momento,mis temores,mis dudas,mis problemas.

El viento agitaba con cuidado mi melena,larga y negra como la noche,pero no me desconcentraba,mas bien me ayudaba a calmarme.

Empecé a pensar y pensar en todo lo que me estaba ocurriendo en los últimos tiempos,sin mover ni un solo músculo.


Todo estaba en absoluto silencio,mientras meditábamos.

Una vez dadas las instrucciones a Kaede me dediqué a meditar por mi cuenta. Aquel paraje era muy propicio para ello. Sin nadie que perturbara aquel calmado ambiente pasaron varias horas. En verdad ya había perdido la noción del tiempo, pero cuando me quise dar cuenta, ya había anochecido. Sin abrir los ojos pude percibir la luz de las estrellas que iluminaba el despejado cielo. Una suave brisa mecía mi melena.
Pensé que Kaede ya se habría cansado de meditar, así que abrí los ojos y observé mi entorno.

La noche desde aquí..es mas que preciosa,no lo crees?-comenté abriendo los ojos y cambiando algo de postura.

-Cierto - dije poniéndome de nuevo la capa -, las vistas al cielo aquí son maravillosas.

Después solté una tenue risita y comenté:

-No sé como lo haces, pero siempre que estoy contigo acabamos por mirar al cielo.

Reí junto a el.

-Es cierto..-dije algo ausente.

Que has echo últimamente?

-Realmente poca cosa... - respondí vagamente mientras me encogía de los hombros - Estar encerrado en la biblioteca estudiando e investigando, lo que siempre suelo hacer. Ahora mismo estamos en la calma que viene antes de la tormenta, así que hay que aprovecharlo.

Debería verte mas a menudo entonces.Puede que deje de hacerlo en un futuro,si la guerra se acerca,nada nos asegura sobrevivir,por desgracia-comenté con serenidad.

Giré la cabeza y la miré con una mueca de desagrado.

-Eso si que es ser optimista... - comenté en un tono tenue - Aunque en verdad tienes razón.

Después devolví mi mirada al cielo y continué hablando.

-Kaede, ya me dijiste que me ayudarías en lo que te pidiera, de hecho el que ahora seas princesa hace que tu ayuda sea más imprescindible - la miré muy serio a los ojos y formulé mi petición -, pero aún no puedo decirte qué es lo que planeo. Sería muy arriesgado. Pese a eso, me gustaría que me acompañaras en la encomienda que debo cumplir, eres una de las pocas personas con las que puedo contar para ello.

Apoyé uno de los brazos sobre mis rodillas y otro sobre la piedra equilibrándome. Le escuché en silencio,y finalmente asentí.


-No he olvidado lo que te dije aquella vez. Me pregunto que será lo que tienes planeado hacer..

Alégrate de conocer a un ángel caído, a Aurora no le gustará nada que andeis fisgoneando por el Limbo,sea con buena o mala intención-comenté.

-Ese es el motivo por el cuál te pido este favor - dije casi susurrando sin apartar la vista de las estrellas.

Después agaché la cabeza y concluí con otro susurro.

-Espero que no te moleste, pero realmente es algo importante.

-Si es algo que consideras necesario,no me molesta-dije mirándole de reojo,le notaba algo ausente.

Avísame cuando quieras hacerlo,y os llevaré a ti y a Walter.

Respiré profundamente y la contesté.

-Muchas gracias, Kaede. Bueno, por cierto, no te he preguntado. ¿Tú que tal estás?

-Bien,procuro seguir entrenando para el futuro,por lo demás no hay novedades-dije sonriendole. No quería hablar ahora de nada negativo.