Alucinaciones

Estábamos andando por la costa mientras Robert y yo manteníamos una tranquila conversación acerca del mar cuando me sobresalté ante un comentario suyo.
Viene alguien, no te muevas, me da muy mala espina. -dije con voz profunda.

No seas tan desconfiado, no nos harán nada.

¡Quieto! -su grave voz inundó mis oidos haciéndome hacerle caso.

Estaba en la orilla,como solía hacer últimamente por las noches para relajarme un poco.

Cuando ascendí a princesa,además de aumentar mi poder,lo hizo la oscuridad que había en mi,y cada vez me costaba mas controlarla. Me levanté y adentré un poco en el agua,miré mi reflejo en ella,y tras fruncir el ceño,di un manotazo y la silueta desapareció.Todavía no había logrado nada.

Poco después,sentí el aura de un angel caído,pero no era demasiado familiar,aun así,quise acercarme.

Se trataba de Samuel,lo cual me extrañaba ya que apenas salía del Limbo.Me acerqué con lentitud a el por detrás.

-Hola Samuel,como tu por..?-no acabé la frase,parecía estar algo tenso.

¡Cuidado! -dije Robert y me giré lo más deprisa que pude para ver a una persona con el aura oscura así que supuse que sería un demonio y no tenía buenos recuerdos de los demonios.
No te me acerques... -susurré con algo de miedo, no quería que me hiciese nada.

Retrocedí confusa,..¿que le ocurría?


-Samuel,no soy una desconocida..soy Kaede.. mírame!!-le dije no demasiado fuerte mientras volvía a acercarme a el desapacio.

Mátala, mátala, mátala... -repetía incesantemente Robert en mi oído.
Saqué mi espada pasando del miedo a la furia en cuestión de décimas de segundo y la apunté hacia el cuello.
No te muevas demonio o te decapito. -dije con decisión.

-Samuel,no soy ningún demonio,todavía reside luz en mi..tan difícil es de percibir ya..?-dije con semblante triste.

Golpeé la espada con una pequeña cortina de aire y continué abanzando hacía el hasta agarrarle por los hombros.


Esto es por el,verdad?es por la otra persona que crees que existe!-dije gritandole algo mas,mientras le zarandeaba un poco.La furia se apoderaba cada vez mas de mi, consumiéndome en silencio.No quería actuar así,pero no era para nada una ayuda sus palabras y comportamiento.

Vi como me zarandeaba con fuerza y la rabia se esfumó dejando paso a un súbito abatimiento acompañado de lágrimas. Estas caían por mi mejilla mientras la miraba.
Quí... tamelo... quítamelo, quítamelo QUÍTAMELO, QUÍTAMELOOO!!! -terminé gritando mientras me acercaba a su cara con los ojos bien abiertos y una sonrisa siniestra.

Le miré mas confusa que nunca,y no se me ocurrió nada mejor que abofetearle.

El eco del golpe sonó mas de lo que hubiera deseado.Me quedé parada,viendo su cara cruzada,y preguntándome que pasaría ahora.

La miré con extrañeza para después abrir la boca formando una amplia O.
¿Cómo lo has hecho? -dije asombrado. Enséñame.
Había dejado de escuchar a Robert pero no me había dado cuenta.

Fruncí el ceño,se estaba quedando conmigo.

-Ni siquiera puedes confiar con los que vives..-dije bastante cabreada y dándome media vuelta.

No por favor no te vayas, no me dejes solo con él... -dije cabizbajo. Era la primera vez que lo decía ya que normalmente me daba miedo decirle a la gente las cosas que Robert me decía a ver si luego me iba a pegar como la última vez.

Me paré,y agaché la cabeza,realmente estaba cansada de ser así,pero no cambiaba,después de todo.


-El único que puede ayudarte a acabar con el,eres tu mismo,Samuel.

¿Quieres que le mate? -dije asombrado por lo que acababa de decir.
Puedo arrancarle la piel con la espada, o clavarle agujas en los dedos de los pies, o quitarle los pelos uno a uno, o clavarle una daga en la rodilla, o un martillazo en la cabeza, o arrancárle las uñas... -dije con una mano en la barbilla pensativo.

-Vaya,estoy sorprendida,no sabía que te gustaba la automutilación-comenté algo sarcástica con el ceño fruncido.

Me enfadé al instante. ¿Cómo que automutilación? ¿Quieres que muera o qué? Que se puede esperar de un demonio... -dije gritando.

Le asesté un puñetazo con mucho gusto,tirandole al suelo arenoso,y tras el cual,me di media vuelta y empecé a marcharme.

-Es increíble..

De repente noté una sensación extraña que nunca había notado. Me encontraba en una pequeña sala encerrado y se podía ver todo lo que había fuera de la sala por dos grandes ventanas redondas que había en una pared. Por esas ventanas se veía a una persona, más concretamente a una ángel caído muy enfadada y las manos del ángel caído que estaba delante de la chica se movían solas, a pesar de que era yo quien tenía que moverlas.
Robert se levantó dolorido y la miró a los ojos. Así nunca vas a llegar a ser un ángel caído Kaede, solo estarás rodeada de oscuridad toda tu vida.

Me di la vuelta bastante tranquila,pero totalmente seria.

-Que precisamente me lo digas tu,tiene gracia.

Si, yo, el único que te dice las verdades, no como todos esos que dices que son tus amigos pero luego no se quieren acercar a ti, es una pena... no aprecian la oscuridad. -dijo casi sin inmutarse. En el fondo de sus ojos se veía que no era Samuel, a pesar de que su aspecto era el mismo.

-Que haces tu entonces siendo un ángel caído?,estas pagando tus frustraciones conmigo,no es así?

Me molestó su comentario respecto a mis amigos,pero preferí no enfurecer.

Se rió y con ganas. No cariño las cosas no son así pero no me sorprende que no te enteres de nada, nunca haces nada bien...

Sonreí,era increíble lo que esta tratando de hacer.

-Rebose luz u oscuridad,lo que siempre conservaré será mi sentido común,cosa de la cual tu pareces escasear-dije mirándole intimidante.

Si quieres pelear,ve a buscar a otra persona,ya que sabes tanto de las personas.

No creo que sea necesario pelear Kaede. Pero si no fuera por la reina loca... otro gallo cantaría. -dijo con una sonrisilla de autosuficiencia.
Mientras observaba la escena sin poder entrar en ella muriéndome de la impotencia, no quería que Robert la comiese la cabeza como me hacía a mí.

Me acerqué a el con paso firme,le cogí por el cuello de la camisa,y le levanté unos centímetros del suelo.


-El día en que tu llegues a ser un solo cuarto de la mitad que es Aurora,atrévete a hablar así de ella,mientras tanto..cierra la boca-la golpeé con una patada mas fuerte de lo habitual,lanzándole a la playa.

Tenía que marcharme,o alfinal la cosa no acabaría bien.La oscuridad empezaba a fluir ahora mas.

Se levantó dolorido y la miró serio. ¿No te gusta descubrir la verdad? Entonces no te gustará saber que a la loca solo le preocupa su propio aura y le da igual cualquier persona que exista en el mundo. ¿Te sorprende? -dijo ya sonriente esperando que sus palabras calaran hondo en ella.
Yo seguía encerrado sin poder hacer nada gritando como loco. ¡ROBERT PARA! -sabía que el me escuchaba igual que yo le escuchaba a él.