El tambor del guerrero

Meses habían sucedido ya desde que comenzó el entrenamiento intensivo del ejército infernal. Por un lado, las tropas elementales habían concluido su entrenamiento de élite bajo el mando de Darsik, Zuwin, Wataru e Izaías. Por otro lado, Verithia, nombrada tiempo atrás como la dirigente del grueso del pelotón de combate había realizado una estricta preparación de los soldados que participarían en la guerra.

Y allí se encontraba el rey, entre los subordinados que seguían puliendo sus habilidades ofensivas en el recinto de entrenamiento. Hice llamar a la capitana del ejército, que se presentó al instante. Con una reverencia saludó a su majestad.

- Saludos, mi rey. Como podéis observar nuestras tropas están ya listas para el combate. Han recibido un duro entrenamiento que no será en vano.

La diablesa de aire había sido tiempo atrás una alumna aventajada de Aspicious, por lo que entendía a la perfección cúal era su función en aquel lugar. Realmente había hecho un buen trabajo.

- Bien hecho, Verithia. No esperaba menos de tí. Pero necesito que me hagas un resumen más exacto de qué tipo de formación han recibido estos demonios.

- Mi señor, durante varios meses hemos pulido nuestras habilidades en combate con armas. Tenemos una división de arqueros, de espadachines, de caballeros alados y de elementalistas, incluyendo el control de la oscuridad. En este tiempo hemos hecho incapié además en la versatilidad que pueden presentar en la batalla. Están listos para combinarse unas divisiones con otras según se tercie la estrategia. También poseemos otra división de médicos e ingenieros que ofrecen apoyo desde la retaguardia. Por último está también preparada, tal como me dijo su majestad, a una nueva unidad de asalto, lista para actuar con rapidez ante cualquier emergencia. Son hábiles en el espionaje y en tender emboscadas.
*Por supuesto todos estos soldados poseen un control óptimo de los cuatro elementos, cada uno en su disciplina. Actualmente nuestras tropas cuentan con un mínimo de 20000 guerreros disponibles para el combate.
*¡Ah! Se me olvidaba. Como es evidente, la guardia real se incluye también en el conteo de tropas. Espero que estéis conforme con esta información.

Escuché atentamente todo lo que me tenía que decir Verithia y afirmé complacido.

- Todo correcto, mantén a las tropas preparadas para la guerra. Nada más.

Acto seguido me despedí y me desvanecí en la oscuridad.