Un paseo por las oscuras calles de la ciudad

-Te crees que no me he dado cuenta de como te has puesto?,no quería tocar tu fibra sensible y por eso quise cambiar de tema..que poco agradecido eres-dije ladeando la cabeza.

Aquella respuesta no hizo otra cosa que causarme una risa desproporcionada. Tanto, que me tuve que llevar las manos al pecho. Me limpié una lágrima con la manga y la dije

- Desde luego tienes un tacto muy peculiar. ¿Realmente crees conocerme?

-No te conozco tanto como te puede conocer una persona directa..pero si,en efecto se bastantes cosas de ti,y no precisamente por que seas o dejes de ser un rey..-dije sonriendo.

Me había hecho gracia que se hubiera reído tanto gracias a mi.

- Oh, vaya - dije cruzándome de brazos y mirándola interesado - ¿Y qué es lo que sabes de mí?

-Se..todo lo que le hallas querido contar a una persona de confianza para ti-contesté sonriendo misteriosamente.

No era de extrañar que ahora mismo se sintiera bastante perdido. El colgante que colgaba de mi cuello estaba directamente vinculado con Kaede,y gracias a el..entre otras muchas cosas..podía saber que había hecho Kaede hasta el día de hoy.

Todo sucedió en un instante. La expresión de mi cara se tornó completamente seria. Antes de que la bruja se diera cuenta mi mano estaba apretando fuertemente su cuello, dejándola sin respiración, y alzándola unos centímetros del suelo. Me encontraba justamente a su lado, y susurrando en un tono escalofriante la dije.

- Más te vale no jugar conmigo, necia. Ya me estás diciendo todo lo que sabes o tomaré las medidas necesarias.

Aquella bruja había conseguido algo de lo que muy poca gente había sido capaz. El rey de los demonios estaba realmente furioso.

Me levantó del suelo asfixiándome en menos de un segundo. No era algo que me pillara de sorpresa,pero no tenía por que detenerme todavía.

El colgante salió fuera dando unos pequeños golpes en mi,y le volví a mirar,frunciendo el ceño-que te pasa demonio..es..que tienes algo que ocultar?-le pregunté a duras penas.

La solté al suelo violentamente. No me gustaba ponerme así, y mucho menos con una mujer, pero realmente me había crispado.

Cogí el colgante que había caído. De repente todo se detuvo. No podía creer lo que estaba pasando. ¿Quién era aquella bruja? ¿Por qué el colgante poseía el aura de Kaede?

Apreté mi puño. Mi rostro en aquel momento causaría terror a cualquiera que lo observara. El más poderoso de los demonios estaba cabreado. Muy cabreado. Me mostraba impasible ante aquella mujer, hundiendo mi mirada en ella.

- ¿Quién eres tú? - pregunté solemnemente, con un tono completamente sobrenatural - ¿QUIÉN DIANTRES ERES TÚ?

Cogí de nuevo aire,pero me quedé en el suelo,observándole con rostro serio. Las cosas se habían puesto mas feas de lo que esperaba.

-Puesto que ya sabes de quien es ese colgante..,me preguntaba,que sabes del pasado de Kaede?si la conoces,también deberías saber quien soy yo..-contesté mirándole.

- No me tomes el pelo, bruja. Creo que es evidente que si supiera quién eres no te lo estaría preguntado - respondí sin cambiar un ápice el tono.

Me levanté despacio,escogiendo las palabras adecuadas.

-Soy alguien que conoce desde hace mucho tiempo a Kaede,soy gran parte de su pasado,y soy quien..-guardé silencio. Conservar mi vida era importante ahora.

Tenemos que hablar acerca de Kaede,conocerte o no,me la trae sin cuidado.

- ¿Que tenemos que hablar de Kaede dices? - respondí aún mas mosqueado que antes - Termina la maldita frase si no quieres que termine de cabrearme...

-Soy..quien va a acabar con su vida-le contesté con tono e voz neutral.

Pero,antes de que vuelvas a saltar a mi cuello..te pediría que miraras d enuevo el colgante que tienes entre las manos.

Era un reloj de arena grisácea,y la parte superior estaba muy cerca del final.

Mi espada ya se había posado en su cuello cuando justo dijo esas últimas palabras. Sin apartar el arma observé lo que me había dicho. Había un reloj de arena.

Me retiré un poco, sin bajar la guardia y pregunté.

- Más te vale decir unas buenas palabras ahora o acabarás muerta. He de suponer que este reloj indica el tiempo vital de Kaede. ¿Me equivoco?

-Por que tendría que hablar con alguien que no deja de intentar acabar con mi vida?,atraviesame con tu espada si así lo prefieres,al fin y al cabo..solo pierdes un pequeño conocimiento.

Empezaba a molestarme bastante,bien podría transportarme a otro lugar con el colgante y mandarle a paseo.

En fundé la espada y la seguí mirando serio.

- En efecto, si estás ahora viva es porque sabes cosas que yo no.

Mi aura estaba algo inestable, pero debía hacer lo posible por no aumentarla, eso solo atraería inesperados problemas. Intenté calmarme un poco, de otro modo no conseguiría nada. Suspiré.

- No te haré nada, pero dime qué es este colgante, y por qué lo llevas puesto - dije guardándomelo para que ella no pudiera cogerlo.

Vi como lo guardaba en silencio,hacer eso era en realidad una pérdida de tiempo,pero no estaba la cosa para andar con detalles..

-Lo llevo puesto por que yo misma lo creé,y por que es de mi interés conocer lo que rodea a Kaede. Ese colgante..es bastante complejo,tiene varias funciones,desde advertirme de las personas influyentes para kaede..-dije recordando como se iluminaba al verle a el o a Ian-..hasta,su hora final. Con el..tienes prácticamente acceso a casi todo sobre Kaede,claro que,solo yo misma se manejarlo.

Ahora mismo el reloj de arena estaba formado por un fino cristal,y recubierto por una estructura de plata pura. Cuando Kaede era una común,la plata no era mas que madera maciza.

-Y tal y como ves,su hora esta muy cerca-comenté sin un solo ápice de dolor en mis palabras,simplemente,neutralidad.

- ¿Acaso te crees la dueña de su tiempo? ¿Con qué motivo creaste este colgante? ¿Y por qué a Kaede? - pregunté algo aturullado con una mirada de desprecio.

-Oh...no me lo creo para,ese colgante es simplemente una guía de lo que ocurre,pero yo no he decidido que muriera dentro de poco, de hecho,eso es algo ajeno completamente a nosotros. No soy la culpable de su futura muerte,pero como ya te dije,al ser inevitable que vaya a ocurrir,yo la aceleraré,y cerraré unas cuantas cuentas pendientes.

Guardé un poco de silencio ante las otras preguntas. Tampoco era necesario contarle todo,¿no?

-Kaede te dijo en su día que ella perdió en su pasado a la persona que amaba,si mal no recuerdo..-dije con un poco de cansancio-El colgante fue creado por petición de esa persona,no por que yo así lo pretendiera.

Me quedé pensativo un rato. Resultaba muy chocante aquella nueva información. Saqué el colgante de nuevo. Pude volver a sentir el aura de Kaede. Pese a lo que había pasado entre nosotros... pese a ello no pude evitar estremecerme cuando sentí su aura.

Sencillamente... ya lo había entendido.

Aún con la mirada furiosa me acerqué a la bruja. Le tendí la joya en la mano y en un susurro casi inaudible dije:

- Debe de haber alguna manera de evitarlo... Y si tú no me ayudas, buscaré lo que haga falta para ello. Tenlo por seguro.

Cogí el colgante sin cambiar mi cara pasiva cuando me susurró aquello.

-Crees que yo no lo he intentado ya?,no seas necio..si hubiera alguna forma,ya la habría encontrado yo misma.

La miré con un desprecio desproporcionado.

- En mi vocabulario no existe la palabra imposible... No voy a dejar que Kaede muera. Si tú ya te has rendido entonces no tengo nada más que hablar contigo.

Dicho esto me dispuse a andar hacia la oscuridad de la noche, por callejones perdidos.

Cuando dio media vuelta no pude evitar sonreír un poco. Ahora entendía un poco mas a Kaede.

-Espera diablo..-le dije.

Cogí el colgante y lo miré por última vez. Después,se lo lancé con bastante elegancia,y haciendo una nube de oscuridad,empecé a desaparecer.

-Lo necesitarás.


Desaparecí.

Tomé el colgante al vuelo y lo agarré muy fuerte. Lo apreté contra mi pecho. Indudablemente era la esencia del ángel caído... A la mente me vinieron recuerdos amargos, pero debía comerme por una vez mi orgullo. Estaba en juego la vida de ella...

Depués descubrí lo cálida que parecía para mí su aura... siempre había sido así, pero ahora me daba cuenta de ello más que nunca.

En un susurro que solo podía oír yo, me dije a mí mismo mientras desaparecía en una nube de oscuridad:

- Te salvaré... aunque sea lo último que haga...