Comunicado a los Demonios Renegados

¿Cuántos meses habrían pasado ya? “Los suficientes como para preocuparse...” Me dije en pensamientos. Hacía bastante que Noctis había salido a una expedición, o al menos de eso me habían informado los consejeros del reino, puesto que aun no había tenido ocasión de reunirme con él tras mi regreso. Ya era hora de apaciguar la incertidumbre de los demonios renegados.

Me puse manos a la obra, escribí un comunicado de reunión urgente y lo mandé distribuir por el reino renegado para que acudieran a una audiencia aquella misma tarde. Los mensajeros del infierno renegado eran rápidos.

Salí al balcón llegada la hora y observé con calma el solemne paisaje. Fieles, todos habían acudido y llenaban la plaza que había bajo el balcón cuya orla aun adornaba con el símbolo de Noctis.

- ¡Bienvenidos! Y gracias a todos por acudir sin demora -Comencé, alzando de voz de manera que todos pudieran escucharme-. Os he hecho llamar para informaros de que tras la prolongada ausencia del Rey Noctis, me veo en la obligación de asumir la Regencia del Infierno Renegado. Continuaré con lo que estaba previsto y gobernaré el Reino hasta su regreso o nueva orden.

Se levantó un murmullo entre los renegados, comentaban sobre el comunicado que les había dado lo que les parecía a cada uno.

- ¡¡¡Silencio!!! -Mandó callar uno de los demonios de mi séquito. Le dirigió una mirada inquisidora, de soslayo, y luego me volví a dirigir a la muchedumbre.

- Eso es todo. Espero que seáis consecuentes si a alguno no le gusta mi decisión. Os recuerdo que Kain fue derrotado por dos demonios...

No era una amenaza, pero sí una advertencia. Ausentes el Rey y la otra Princesa, yo era la demonio de mayor autoridad en el Infierno renegado. Y no podía permitir que se convirtiera en un caos en los días que corrían.