Luccie Renegada Vampiresa
Cantidad de envíos : 2421 Edad : 30 Localización : en mi jardin de rosas negras.. observando el anochecer Fecha de inscripción : 30/04/2009 Reputación : 7 Monedas : 6043
Ficha de Personaje Breve descripción: Inventario:
| Tema: Retazos de un recuerdo Lun Nov 21, 2011 11:37 pm | |
| Bueno pues me animé a escribir la historia de mi personaje. Ya que algunos tenían curiosidad y ademas por entretenimiento. Este es solo el primer capitulo pero seguiré subiendo mas capitulos cuando pueda. Gracias de antemano por leerlo :33
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Capitulo 1: El templo
En el fondo yo no quería estar allí, pero algo me empujaba a pasearme por aquel pueblo reducido por las llamas. Aún quedaba el centro de la plaza pues todo lo demás era ceniza y restos de madera. Me senté en la gran piedra de la plaza, antaño de un gris reluciente y ahora bañado por el tono negruzco del carbón. Empecé a recordar con pasimonia, sus lágrimas y chillidos, su desesperación al intentar salvar sus vidas de ese oscuro final. Acaricié las marcas de mis mejillas mientras una suave lágrima rodaba por ella. Mis ojos color esmeralda se clavaron en el infinito, solo los dioses sabían cuánto dolor me habían causad esos humanos, pero aun así, no podía evitar sentir que era la asesina de ese pueblo, de niños y mujeres, de hermanos, padres, sacerdotes, campesinos e incluso de mi propia familia. Levanté la cabeza para mirar aquella figura siempre erguida a mi lado, impasible y fría por fuera, pero dulce por dentro. Clavé mis ojos en sus orbes carmesí-No es una historia de lo más agradable.- susurré, mi voz era pausada y nostálgica. Un solo asentir de su cabeza fue suficiente para que yo entendiera que sí que quería saberlo. “Caminaba tranquilamente por mi pueblo, agarrada a la todavía joven mano de mi madre. No sabía porque pero ese día me habían hecho vestirme con ropas realmente especiales, un vestido azul celeste, dejando mi rojizo pelo suelto a merced del viento. -¿A dónde vamos?-pregunté intrigada. Entonces mi madre me sonrió con dulzura-Vamos a que conozcas a tu primo-me susurró. Y así fue, no tardamos mucho en llegar a un claro de aquel bosque al lado de un arroyo de color rojizo, me fijé con intensa curiosidad en ello pues era como si sus aguas quisiesen competir con el color intenso de mi cabello. Quise correr hacia allí pero mi madre me dio un tirón haciéndome mirar al frente. Y allí estaba, era un par de años mayor por lo que parecía, su pelo castaño y sus ojos marrones me miraban como esperando algo. Me solté de la mano de mi madre, que no se acercó conmigo y me quedé mirándole desde una prudente distancia, pero eso solo tardó unos instantes, le agarré de la mano y con una gran sonrisa simplemente solté-Vamos a jugar!-. Pasamos toda la tarde entre juegos y risas, bañándonos en aquel lago e incluso algunas veces hacernos de rabiar el uno al otro. Pero esa fue la primera y última vez que pude ver a ese chico llamado Ian. Los años pasaron rápido, yo me dedicaba a rendir culto a nuestra diosa, Kahlia, ese era el trabajo de toda mujer antes de su boda, vestía una larga y sedosa túnica negra, dos orejitas como de gato, símbolo de mi familia, adornaban graciosamente la capucha. Rápidamente ese día me dirigí a casa, mi abuelo ya estaría esperando por mí. En cuanto llegué a casa ni me molesté en cenar y bajé al sótano donde efectivamente estaba mi abuelo.-Siento la tardanza, los monjes nos retuvieron para cantar de nuevo la gloria a Kahlia-me disculpe sentándome a su lado. Sus ojos tan verdes como los míos me sonrieron aunque sus labios no lo hiciesen. Y entonces destapó el gran altar que estaba enfrente. Desde hacía unos años mi abuelo, Sharkan, y yo nos dedicábamos a rendir culto en completo silencio a Shamasha, diosa de la bondad y la paz. Nadie debía saberlo o nos condenarían a ambos. Después de aquello simplemente subí a mi cuarto y me eché a dormir. Lo que yo no sabía era que mañana iba a ser el fin de mis días. Por la mañana hice todo lo que me ordenaron los sacerdotes, limpiar, barrer e incluso cocinar. Para eso servían las mujeres en esas tierras y sobre todo en mi clan. Cuando estaba a punto de terminar mis labores me llamaron y acudí en su presencia-¿quería verme maestro?-pregunté haciendo una gran reverencia. -Siéntate Luccie.-dijo con su tono áspero y calculador de siempre-Has servido muy bien a este templo desde el inicio de tu niñez, eres una chica espectacularmente buena en sus que haceres y si me permites la breve osadía también eres una muchacha joven y hermosa-el tono de su voz había cambiado completamente.-Pero, a llegado el momento de que nos dejes- Clavé mis ojos en él, intentando encontrar algún indicio de que mentía, en alguno de sus gestos, pero no lo encontré-Pero yo todavía no estoy comprometida con nadie..-mi voz se quebró durante unos instantes. -Lo sabemos, pero eres la hija del jefe del clan, no ha sido difícil dado tu estatus encontrar a un pretendiente adecuado para ti. Se llama Willem y es el príncipe de uno de los clanes cercanos, estamos seguros de que pasareis una buena vida juntos.-Bajé mi cabeza, ante todo siempre me habían hablado de las buenas costumbres de una mujer, educada, cariñosa y siempre comprensiva con los demás. Nunca había rechistado por nada.-Si me permite maestro, yo no he decidido que me casaré con ese hombre, así que no cuente con que habrá boda- Su risa gutural me sacó de mis pensamientos-No es algo que una mujer deba decidir.-soltó simplemente.-Ahora marcha a casa, tus padres ya están enterados de la noticia y seguro te esperan para celebrarlo.- Me levanté rápidamente, pues notaba que mis ojos habían empezado a aguarse, salí corriendo de la estancia como alma que lleva el diablo, necesitaba más que nunca orar por Shamasha, pedir ayuda y consejo, yo era una chica libre, necesitaba sentirme así. Cuando llegué a casa al contrario de lo que predijo el monje, todo estaba oscuro y en silencio, no me importó en absoluto y bajé con cuidado las escaleras hacia el pequeño altar. Nada más pasar al interior, la puerta se cerró detrás de mí con un sonoro portazo. Me di la vuelta asustada, pero lo que vi, me aterrorizó mucho más. Cuatro hombres fornidos y con grandes armaduras como el carbón se alzaban peligrosamente ante mí-Traidora…-fue lo único que logré entender de todas sus maldiciones. El primero hombre al mando no tardó en darme una bofetada y los demás le siguieron con insultos, patadas y más golpes amoratando mi blanca piel y haciéndome sangrar por diferentes zonas. Mi cuerpo no aguantó mucho más y caí en la inconsciencia.
Última edición por Luccie el Mar Nov 22, 2011 2:57 pm, editado 1 vez | |
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Deimos Renegado Vampiro
Cantidad de envíos : 1944 Edad : 32 Fecha de inscripción : 27/01/2010 Reputación : 14 Monedas : 6101
Ficha de Personaje Breve descripción: Inventario:
| Tema: Re: Retazos de un recuerdo Mar Nov 22, 2011 12:54 am | |
| Mes guuusta :3 Por fín sabremos lo que le ocurrió a tu personaje xD Animo y continua escribiendo :3 | |
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Caeli Demonio Fem.
Cantidad de envíos : 519 Localización : En las Estrellas... Fecha de inscripción : 06/12/2010 Reputación : 6 Monedas : 5679
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| Tema: Re: Retazos de un recuerdo Mar Nov 22, 2011 3:29 pm | |
| Pero qué haces, cómo osas dejarlo así??? Continúalo pronto que nos has dejado con la intriga de qué pasará y a mí eso me mata!!! >___<
Por mi parte, aquí tienes otra seguidora de la historia de Luccie =P
Ánimo!! n___n | |
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| Tema: Re: Retazos de un recuerdo | |
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