Fragmentos de cristal

Y allí estaba, de vuelta en Vaahl, habia sido duro pero lo había conseguido. Tenia ganas de reconocer el terreno despues de tanto tiempo, asi que abandoné el reino sin guardaespaldas y sin mi corona. La senda del viajero fue mi primera parada, una verde colina en la parte sur del camino servia como mi lugar de reposo. Estaba tumbada en la hierba observando las caravanas de mercancias ir y venir, eran como fragmentos de un espejo, desperdigados por doquier y nadie parecia dispuestos a volverlos a juntarlos.
La brisa soplaba suave y revolvia mis cabellos, estaba atardeciendo, debido a mi sangre vampirica preferia no salir a plena luz del dia. Aunque unos instantes disfrutaba de una temperatura agradable esta ya empezaba a bajar.
Mi aura estaba suprimida hasta el rango común, no quería pasar desapercibida del todo, pero tampoco queria que conociesen mi autentico poder.
-No ha ocurrido nada interesante desde mi llegada, y no se lo suficiente del estado actual de los reinos como para ir a ninguno en misión diplomática... -Hablama para mi misma mientras despejaba mi mente para disfrutar del momento de tranquilidad.

Divagar por aquellas sendas me traia recuerdos de mis viajes. Los comerciantes humanos, tan diferentes y tan similares a mi, iban y venían por auquel camino con sus mercancías. Yo iba en busca de un buen postor para verder algunos fragmentos de piedras arghts que ya no necesitaba y asi sacarme algunos dineros.
Afortunadamente los vendí a más precio del que tenian en realidad, por insistencia de un comenrcianet que los ansiaba desde hacia decadas, por lo visto.
Sonriente, caminé por la senda de vuelta a mi hogar. Ya comenzaba a bajar la temperatura. Pese al desnudo efecto que proporcionaba el chaloque que solia llevar con el pecho al descubierto, al igual que los brazos al no tener mangas, no sentía frio. Mi etmperatura corporal, más alta de la común, hacia de barrera contra ese tipo de factores meteorolígicos. Mi negro pelo era removido por el viento, agradable. Jugaba lanzando y recogiendo la pequeña bolsa de cuero cargada de oros, que mas tarde enganché al cinturón.

Mis pasos me llevaron hasta una pequeña colina, por la que tenía que pasar para llegar antes a mi reino. Entonces, me topé con una mujer. Olia...diferente... era... extraño. Tenía un olor cercano... pero a la vez no me agradaba del todo. No podía quedarme ahí mirando sin decir nada, era de mala educacion.

-Buenas tardes, señorita.-dije, haciendo una leve inclinación, y sonriendola. Ese dia estaba feliz.

Cuánto tiempo hacía que no salía del castillo era un misterio. Me había recluído en la oscuridad de mi cámara, lejos de la luz solar, y de los humanos, y de su apetitosa sangre. Lejos de Ian, de Andrew...de todos.... Suspiré. Empezaba a echar de menos a todos ellos. Y pensar que soy una vampiresa... "Ay... si es que no puede ser..."

Entonces decidí salir del Reino, en dirección al Licántropo, por medio de la Senda. Era de día aún, por lo que no podía desprenderme de la capa que ocultaba todo mi cuerpo, inclusive mis manos y mi rostro. Hacía mucho calor debido a su oscuro color, pero no debía quitármela bajo ninguna circunstancia.

Fueron pasando las horas hasta que el sol empezó a caer por el borde del mundo, allá en el horizonte. Y cuál fue mi sorpresa cuando notaba un aura neutra, y un olor particular, que me era familiar, pero no del todo.

Entonces me acerqué con lentitud, quitándome la capucha para tener mayor visibilidad. Y entonces lo vi. A un chico de pelo corto, moreno, piel oscura, ropa particular, y sus ojos marrones. Era...como si fuera Andrew...pero sin serlo. Era algo muy extraño. Y vi que se detenía junto a una mujer que yacía en el suelo, mirando al cielo supuse. Me acerqué lentamente, para poder oir lo que decían, pero el chico sólo saludó. Ladeé mi rostro, curiosa de lo que eran cada uno, pero sin duda alguna, el chico debía ser licántropo. Y si no lo era, me lo pareciera por el gran parecido que tenía con Andrew.

Me acerqué lentamente hasta ellos y me quedé a un lado de ambos, colocando mi fría mano enguantada sobre el hombro del chico, y con mirada esperanzada, pregunté a éste

No serás Andrew por casualidad ¿no?

Luego me giré hacia la chica, e hice una inclinación de cabeza

Buenas tardes, señora- Tras lo cual me giré hacia el chico y me quedé mirando.

Noté sus auras acercarse, no era dificil, la calma que poblaba mi ser en ese instante me ayudó bastante. Poco a poco desentumecí mis musculos y me levanté. Observé a las personas que llegaron, verdaderamente interesante, una vampiresa y un licantropo. Ella era un maestra, en cuanto al chico, un rango común más.
-Buenas tardes, jovencito. No olisqueés más, ¿no te dijeron tus padres que era de mala educación? Y en cuanto a ti, vampiresa, prefiero que me traten de señorita, todavia no veo alianza en este dedo. -Dije levantando la mano y mostrandosela. Hice una leve inclinación ante cada uno. Como mi aura estaba suprimida tan solo podia acceder a la mente del chico.
-Cualquiera diria que nunca has visto un mestizo. -Dije con una media sonrisa, era triste que las nuevas generaciones no supiesen de la existencia de mi raza.

Me habia percatado de que había otra presencia desagradable en el entorno, pero analizando a la mujer que tenia delante no me di cuenta de que la tenia tan cerca. Sobresaltado me aparte, girandome y mirandola desconfiado.
¿Andrew? no, ese era mi padre. Esta mujer debia conocerle.

-No, se equivoca. Mi nombre es Dean, Andrew Wingates, si es aquien os referis, es mi padre. ¿puedo preguntar quien es usted?

Entonces me giré para ver a la mujer. Me sorprendió que supiera que habia estado olisqueando... la verdad es que yo no lo consideraba de mala educacion, solo era mala educacion cuando olia sentimientos de las personas a posta para descifrar que pensaban, eso si estaba mal. Lo otro, sin embargo, era algo natural en mi.

-Pues, no, nunca habia visto un... mestizo...-¿mestizo? ¿como que un mestizo? de eso no me habian informado? ¿que eran los mestizos?-Aun me queda mucho por aprender. Puesto que, disculpe mi atrevimiento pero... ¿cómo que mestizo?

Me avergoncé ligeramente en cuanto mencionó que no estaba casada, viendo su mano sin anillos, y le dediqué una reverencia a la mestiza, que así se había declarado, en seña de disculpa.

Disculpadme, señorita. Ando un poco...distraída, creo- Repuse con voz apagada, aún en duda. Aún estaba atascada por ver a alguien tan parecido a Andrew.

Pero tras girarse éste, declaró no serlo, sino su hijo. "¡Qué grata sorpresa! Quizás así pueda acabar volviéndolo a ver."

Por suerte o por desgracia, mis deseos de venganza se habían disipado ya. Ya no importaba más que el fin del mundo. Ese era mi destino.

Entonces desvié una mirada profunda con mis iris rojos hacia los ojos de caramelo de Dean. Y lo vi. Eran claramente los ojos de su padre. Quizás no era buena idea decirle del todo quién era, así que opté por lo fácil, con una voz más melodiosa que de costumbre, y menos fría.

Me llamo Angeline. Soy una...vieja amiga de tu padre. Pero, si eres su hijo...es que él ha vuelto...¿me equivoco?

Repuse con cierta incertidumbre. No era posible que hubiera vuelto. ¿O quizás sí? Estaba hecha un lío.

Pero al oir nuevamente que era una mestiza, y el desconocimiento del otro por éstos, me arrodillé junto a ella, mirando con serenidad.

"Una mestiza...Si bien son la evolución de ambas especies, les tengo muchísimo respeto"

Entonces me dirigí a ella con calma, mirando a Dean poco después

Es todo un honor ver en persona a una mestiza. Sabía de vuestra existencia, mas sólo de boca a boca, o escritos en libros de leyendas. Pero sí sabía que existíais.

Repuse haciendo una reverencia con la cabeza. Luego me giré hacia Dean y le lancé una mirada escrutadora.

¿No sabes qué son, Dean? Se tratan de la evolución de tu especie y la mía. Una fusión de ambas....Que muchos consideran abominable....PEro a mi me parece admirable. La fuerza de un licántropo, la rapidez de un vampiro, la elegancia del segundo y el valor del primero. Sin embargo...tiene sus desventajas.

Entonces me volví a la mestiza de nuevo. Había acaparado toda mi atención por el hecho de serlo. ¿De dónde habría salido?

¿Cómo habeis llegado a esta tierra, señorita? O ¿recordais a vuessos padres?

-Mi nombre es Mara. -Mentí con total naturalidad, mentia tan a menudo sobre mi nombre que ni siquiera me afectaba. Expandí mi aura al nivel de maestro para poder acceder a la mente de Angeline, tambien era una mente curiosa, podia notarse su respeto por los mestizos con un simple roce a su conciencia. Era agradable ver aquello, la mayoria de la gente nos veia como una abominación.
-Como bien ha dicho la vampiresa no somos más que la mezcla de sangres, es perfectamente normal que un vampiro y un licantropo se mezclen. Por lo menos en el lugar del que vengo. Por lo visto en occidente sois todos más... Retrogrados. -Dije con total tranquilidad. Hice una pausa y me giré hacia Angeline.
-Mi madre murió durante el parto, como es natural. Sin embargo guardo buenos recuerdos de mi padre, era un vampiro del continente de Lineris y allí fue donde me crió.

Me tocó la fibra sensible que, tras decir su nombre, dijera que somos retrógrados por estos lares. Pero traté de contenerme. No debía destruir la tranquila relación que se acababa de formar entre la mestiza que se hacía llamar Mara y yo.

Entonces escuché su historia acerca de su nacimiento, mirándola a los ojos con total calma.

Hmm...bueno...discrepo de su teoría. No todos tenemos ideas ancladas en el inútil pasado, señorita Mara. Y la verdad es que siento la muerte de su madre, pero bueno, siempre tendría a su padre. Yo la verdad sobre mi familia no me quejo... o no me quejaba...mejor dicho...

Repuse, dudando. A veces echaba de menos a mi familia, pero ya se habían ido de este mundo...No había forma de volver a hablar con ellos hasta que me reuniera con ellos en el más allá. Pero eso no debía hacer mella en mi, y volví a mirar a la chica con calma

pero eso no es importante ahora. Lo importante es uqe estamos aquí Me giré hacia Dean y le llamé con un movimiento del dedo ¿Verdad Dean? Por cierto, ¿me llevarías a la presencia de tu padre si te lo pidiera, Dean?

Reflexioné. "asique eso es posible..." iria mas tarde a la biblioteca para averiguar más de ellos.
Alcé una ceja ante la peticion de la vampira.

-¿Y por que iba a llevarte con mi padre? No te conozco e igual es una trampa. Si quieres ver a mi padre, si, ya ha llegado. Enviale una carta al reino o puedes provar suerte a rondar por los bosques, suele correr por ellos amenudo-Al fin y al cabo era una vampiresa... y eso de vieja amiga no me sonaba del todo bien. Mi padre era muy reacio con los vampiros, si ya le cosaba con su hermano y la mujer de esté, más aun con otras personas

Me quedé pensativa, aún arrodillada, girándome hacia Dean, y le esbocé una sonrisa algo pícara, alzando ambas cejas.

Bueno, entiendo que creas que soy un peligro, pero ve a ver a tu padre y pregúntale quién es Angeline Breedlove, te lo ruego, jeje

Repuse riéndome con picardía, tras lo cual, me levanté y me acerqué a la mestiza.

Así que tu padre es quien cuidó de ti...Tuviste suerte de que no lo asesinaran, ni a ti. ¿Provienes de algún lugar donde seas bien vista o algo similar?

Repuse, viendo los ropajes que tenía. No eran muy comunes por aquí, eso era cierto.

-En ningún sitio somos bien vistos por los humanos. Mataron a mi padre. -Me callé durante unos instantes, no me gustaba hablar de aquello, hacia que la ira corriese por mi interior y la sangre de lobo era muy inquieta. Respiré hondo. -Sin embargo , los mestizos son mucho más comunes que aquí, sobre todo teniendo en cuenta que aqui estaban casi extintos.
-Allí no estabamos recluidos en cuevas infestas o bosques marchitos. Las verdes laderas de las montañas, sus rios y cascadas de aguas cristalinas. No son tan altas como las cordilleras de Vaahl, pero son mucho más verdes, mucho más ricas, la vida se puede palpar en cada rincón, la hierba crece alta y los yaks pastan apacibles. Se puede respirar la libertad, los humanos no son tan entrometidos como en este continente. Eso es lo que quiere la nueva reina, libertad para todos. Los mestizos volverán a ser lo que antaño fueron, serán los orgullosos seres de antaño y no los engendros en los que se convirtieron con el antiguo re, ese tal... Fereither.

la miré con algo de desconfianza.

-No dude en que lo haré. Aun asi, si quiere contactar con él puede enviarle una carta, si es que es urgente.-callé y escuché atentamente a la mestiza, era interesante conocer una nueva raza y cuanto mas pudiera saber de ella mejor... más aun sabiendo que tenía poderes de licantropo mezclado con algo tan dispar como un vampiro-lamento su tragica historia-dije con sinceridad.. y sonreí-Pero me alegro de sus planes para el futuro y de que este lugar le parezca bueno para vivir.-entonces fui a ofrecerle la ayuda de mi reino, pero yo no era más que el legítimo principe y cn mi nivel de fuerza poco podía hacer o decir... y no sabría que pensaría mi padre al respecto de los mestizos... teniendo en cuenta que son medio vampiros me esperaría cualquier cosa. Pero mis servicios si que podia ofrecerselos, por cortesía aun que fuera-Si puedo ayudarla en algo, señorita, seria un placer

Me quedé muda y quieta por un moemnto en cuanto dijo aquello. Traté de mirarle a los ojos para reconfortarla, aunque pareciera raro viniendo de mi.

Lo siento, Mara.

Cuando vi que se calló, preferí no proseguir con ello. Quizás era mejor así, tal y como estaba.
Y entonces me fue contando cómo era su mundo, el lugar de donde provenía. Parecía un lugar apacible, un lugar tranquilo donde vivir, y sin que te traten como a un monstruo.
"Interesante...quizás deba ir allí alguna vez"

Y lo que parecían sus ideales los aplicó a la reina. Y según lo que decía...ya había llegado una nueva reina en el Reino Mestizo. Esto podría ocasionar más problemas de los que ya hay entre licántropos y vampiros...."Hmm....trataré de hablar con esa reina...si es que no es esta chica..Mara"

Entonces me giré hacia Dean y asentí asertivamente.

Excelente....tendré que ir a verle pronto, jeje...

Repuse con una risita algo pícara. Me preguntaba qué haría Andrew si me viera. ¿Cómo sería ahora él? Esperaba a un hombre apuesto, como antes, así que seguro que es algo bueno.

-Tus pensamientos van desencaminado, Angeline. Tal vez no te fijas en lo realmente importante. Y no te preocupes, seguirá siendo igual de apuesto que entonces, es un licantropo, no cambian nunca. -Terminé con algo de picardia. Habia respondido primero a Angeline pues habia sido la última en intervenir, no tardé demasiado en girarme hacia el chico.

-Agradezco tu ofrecimiento, Dean, y lo tendré en cuenta. Y no dudes que haré llegar a i reina noticias tuyas. Cualquier ayuda nos vendría bien. -Terminé con un encantadora sonrisa.

...¿De que hablaba la mestiza? Angeline no había dicho nada de un licántropo apuesto. ¿Se referiría a mi? discrepaba ante eso, aun que... quizas esta mestiza tuviera el poder de Lucia, el de lectura de mentes. Sin embargo, me limité a responderla con una sonrisa.

-Puedo decir lo mismo, tengo entendido que son tiempos de guerra. Aun que si la digo la verdad, en mi corta existencia no he visto la paz aun...

¿Cuanto más iban a luchar los hombres? ¿acaso servía de algo? solo eran matanzas, arrebatar la vida de alguien no tendría que ser tan facil... No obstante, si habia que luchar yo lucharía, aun que no me gustase. Pero se, que me costaría sergar mi primera vida, nunca antes habia matado a nadie... no al menos siendo consciente de lo que hacia. En ese momento recordé cuando mi lobo me poseía antaño... y en ocasiones en la actualidad.

ME quedé perpleja en cuanto oí eso. ¿Acaso estaba leyendo mi mente? Si así era, no podía ser precisamente "común" esta chica.

Iba a hablar, pero para empezar me costaba, debido a la sorpresa.

¿Co-cómo?¿Que no me fijo en lo importante?¿Y cómo sabes en lo que estaba pensando?

Apenas presté atención a lo que le dijo a DEan. ¿Cómo era posible? Nunca había conocido a nadie que leyera mentes. Absolutamente nadie.

Luego me quedé mirando a Dean mientras respondía, oyendo sin prestar demasiada atención.

Lo peor de todo es que dijo eso de licántropo apuesto. Mi mejilla se sonrojó levemente, aunque se acusó un poco en cuanto me di cuenta de que mi atracción secreta se había quedado descubierta. Nunca nadie supo que me atraía aquel hombre. Era algo extraño la atracción aquella, una especie de amor-odio.

Me callé. No sabía qué decir, sólo sonrojarme.

Pero pasados unos segundos, agité la cabeza.

S-sí...bueno...desde Ése ser, se han ido encadenando guerras varias, ya sean minoritarias, o mayoritarias.

Ahí me quedé, sin saber qué más añadir

-Es curioso lo mucho que se puede aprender si se sabe escuchar. -Me encogí de hombros con indiferencia. -Es cierto que hemos pasado tiempos de guerra, pero mi reina esta decidida a hacer que eso cambie, y yo confio ciegamente en ella.

Angeline estaba realmente colorada, habia dado en el clavo, como no. Entrar en su mente era tan facil, casi resultaba hasta divertido.

-La guerra es algo que Vaahl lleva dentro de si, como si este mismo continente incitara a la guerra. En lineris no es así, puede que sea porque es un continente más grande, o porque los humanos son mucho más tranquilos y menos imperialista, pero allí se puede vivir en paz.

Pude notar como Angeline comenzaba a ponerse roja, al igual que olía su verguenza.
Enefecto, sus palabras me mostraron que mis conclusiones eran correctas. Esta mujer leia mentes y ella... ¿habia pensado algo nsinuante respecto a un licántropo? al parecer no era el único que... Un momento, si podía leerla la mente a ella, tambien a mi, como era evidente. Lucia dijo que solo me podía leer la mente a mi y a poca mas gente... ¿por que sera?... Yo puedo rastrear... pero no tan bien como mi padre... ¿sera la experiencia? no lo creo... por que antaño tambien conoci a seres rastreadores bastante mas viejos que yo y que mi padre y no igualaban el rastreo de este ultimo... ¿Es por genética? no creo pues tengo entendido que el tio Walter no tiene tanta capacidad de rastreo como mi padre.. y yo ni de asomo... ¿Tiene que ver con ser licántropo? tampoco por que si no yo tendría mejor manejo del rastreo... Igual tenia que ver con el nivel... Si seguramente sería eso... Osea que cuanto más nivel mejor tu habilidad especial... Interesante, mestiza... interesante.

Lo que tenía que hacer, pues, para que no leyera mi pensamiento era no pensar... ¿pere acaso era eso imposible? ¿actuar sin pensar? no no era imposible pero actuar bien sin pensar ya era otro cantar. Tenia que entrenarme en ello, sería una gran ventaja entre seres con tal habilidad, aun que no sabía si ella estaría dispuesta a ayudarme. Al fin y al cabo no la conocia, y tampoco tenia que lanzarme tan habiertamente a las personas desconocidas, pro precaución, claro.

¿Paz...? ¿era posible? seguro... pero dificil. Si la paz se alzaba como bandera lucharía sin tregua, aun que no sin limites... Para conseguir la paz nunca segaria vidas inocentes... Era ironico que luchar por la paz tuviera que realizarse con la guerra ¿acaso habia algun otro método? puede ser.

-¿Y sabes como puede conseguir la paz esa reina tuya? si puedo saberlo, claro-pregunté, me interesaba que fuera a contestarme aquella mestiza

OFF Una cosa, si hay un diálogo entre dos personajes, en este caso Samantha y Dean, no me importa que me salteis algunos turnos. Ya responderé, jejeje

ON

Traté de sobreponerme al rubor que me invadía en ese momento, y carraspeé un poco para tratar de omitir esos pensamientos ruborizantes, tras lo cual, empezamos a hablar de la guerra y la paz. ¿Paz?¿Era eso realmente posible?

Si hubiera paz por mucho tiempo, acabaríamos sin saber qué es la paz, ya que no tendríamos con qué compararla. Y además, la paz no sólo engloba la no lucha entre reinos, sino dentro de ellos mismos. No se pueden evitar todos los altercados mundanos como los hay siempre: asesinatos, robos, asaltos...Y para imponer la paz, debes ser más fuerte que el que quiere guerrear. Lo que implica que para ello, debes tener potencial para guerrear.

Solté todo ese pensamiento en un momento, mientras miraba a Dean y la tal Mara pensativa, tras lo cual proseguí.

Y si tienes potencial para hacer la guerra, ya no eres pacífica, por lo que llegaremos al punto de que nunca podrá haber paz en todos los pueblos. Estoy segura de que Dean sabe por qué

Repuse lanzándole una mirada seria. Debía saber la de conflictos que surgieron entre su especie y la mía, ya fuera por nimiedades o por cosas más graves, como aquel secuestro...Aunque fuera falso éste.

Off: Perdón por la tardanza, he tenido ciertas inconveniencias estos dias >-<

On:

-Puedo leerte la mente porque mi rango es superior al tuyo, pequeño Dean. No es nada demasiado complejo, no le des muchas vueltas. -Dije al ver que en su cabeza se formaba una inmensa maraña de pensamientos entrelazados. Entonces habló la vampiresa, que pretensión, que falacia tan inmensa, ¿acaso seria verdad que la edad acababa por volverlos locos y seniles?

-No es la paz como un absoluto lo que mi reina persigue. Es más, entender la paz como un absoluto no es más que una falacia. La paz es un estado de no guerra, sin tensiones ni masacres, por supuesto que seguirían cometiendose crímenes, mientras que se tenga libre albedrío seguirá habiendo crímenes. No obstante, y aunque pueda sorprenderte esta revelación, un crimen aislado no perturba la paz nada más que para quien lo comete y su víctima, esto, en un contexto mayor como sería un reino no implica un estado de paz absoluto, pero tampoco uno de guerra. No todo es blanco o negro, vampiresa, hay matices ¿y acaso no muere menos gente por crimenes mundanos que por una gran guerra? -Me encogí de hombros, no podia comprender como alguien podia estar tan lejos de lo que se podria considerar un conocimiento básico. -Nadie puede aspirar a lo que ni siquiera los dioses han conseguido, pero si se puede aspirar a algo mejor.

A medida que iba avanzando la conversación, pensaba con más fuerza lo que andaba pensando desde hacía rato.

Esta chica es un poco soberbia y arrogante...

Traté de evitar tener que responder a todo eso, pero algo debía decir. No podía dejarlo así.¿Qué se creía ésta?
Me crucé de brazos, mirándole a los ojos con algo de molestia.
Sé que hay matices, y bien los he ido viendo. Era un ejemplo, querida. Y créeme, las grandes guerras entre criaturas como nosotros y los licántropos no dejan apenas muertos. No los permitimos. No nos atacamos hasta morir. Somos leales y al enemigo no lo masacramos así. Los crímenes diarios sí se cobran vidas humanas.

Y me acerqué un paso más, señalándole el rostro con el dedo. No ofensivamente, y a pesar de que sabía que era un poco descortés, me había sacado algo de mis casillas.

Y siempre se aspira a algo mejor, pero con esa actitud no lo vas a conseguir, te lo aseguro

Tras eso, retrocedí cruzándome de brazos de nuevo, quedándome frente a Dean, mirando de lado a Samantha. Parecía buena chica, pero me había molestado mucho.

Comencé a reirme, una risa que no podia controlar, completamente divertida ante la absurdez que acaba de decir aquella que se hacia llamar Angeline, no podia dejar de reir, ¿como se podia ser tan sumamente idiota? Sequé mis lagrimas con un dedo, hacia mucho tiempo que no me reia así.
-Asi que las guerras entre vampiros y licantropos no dejan muertos, ¿verdad? Entonces supongo que esa espada sanguinaria que llevas tan solo es un adorno, una espada hecha para matar, una espada que se alimenta de la muerte, ¡inofensiva, por supuesto! Y las espadas de plata que llevan tus congeneres no estan hechas especificamente para matar licantropos, supongo. -A medida que hablaba mi voz se iba tornando cada vez más seria y mi tono se agriaba. Realmente no podia comprender como alguien podia pensar de manera tan sumamente estúpida. -Y por supuesto los mestizos desaparecieron sin más, ni los vampiros ni los licantropos los cazaron hasta casi la extinción, y los supervivientes no tuvieron que refugiarse en Lineris, por supuesto que no. Creeme, pequeña vampiresa, en las guerras muere gente, y en las guerras entre criaturas muere MUCHA gente. -Poco a poco avanzaba hacia ella, claramente enojada, hasta que al final de mi discurso quedamos casi pegadas.

-No eres más que una pobre ilusa.

Off: Espero que no te sientas ofendida, pero Samantha es así de simpática >-<
Por cierto, he hablado con los administradores lo de que en la guerra no matais a nadie, me han dicho que no solo muere gente, si no que además muere mucha y a eso me ceñido >-<

OFF No te preocupes, que no me ofendo. Pero Angeline sí, jejeje. Y yo no digo que no deje muertos. Es desde el punto de vista de Angeline. Entre que no ha participado nunca en ninguna, que era más bien una criminal de calle en su pasado, que los altercados que ha visto con los licántropos no han ido muy lejos y que también, todo hay que decirlo, anda un poco "mal" con ciertos descubrimientos, pues no tiene fundamento para decir lo que ella cree que es. Pero vamos, que saberlo sí sé que se mataban muchos, jejeje.


ON

Me empezaba a enfadar que se riera de mí delante de mi cara. ¿Acaso se creía que no la veía?
Pero a medida que avanzaba con sus sátiras, ironías y sarcasmos, empezaba a callarme. ¿En qué estaría pensando? ¿Llevaría mi mente a tal punto de hacerme creer a mí misma que lo que decía era verdad con tal de contradecirla? La verdad es que no supe cómo responderle a eso. Me tuve que quedar completamente callada, y por una vez, enterrando mi obstinación en lo más profundo de mi ser. Tenía razón en lo que decía. Yo no podía rebatírselo, por mucha edad que tuviera. Quizás precisamente la edad me jugaba alguna mala pasada...Aunque lo dudaba.

Me quedé mirándola, mientras se quedó prácticamente a milímetros de mis ojos, con aspecto de enfado. Lo último que me dijo, y para evitar seguir, me pellizqué en ambos brazos mientrsa estaba cruzada de brazos, haciendo una ligera mueca de molestia.

Estuve así en silencio unos segundos, bajando la mirada hacia mis manos, que apretaban con fuerza mis brazos, y lentamente volví a alzar la mirada hacia sus ojos, que parecían querer salirse de sus órbitas.

Tienes razón. Soy una ilusa. No sé en qué andaría pensando.

Repuse, quedándome quieta por unos segundos, escudriñando sus ojos, con una mirada más calma que la que tenía antes.

Dadas las circunstancias, quizás sea mejor que me marche. No soy de tu agrado, supongo

Permanecí firme, mientras lo decía. En cierto modo, sus palabras habían atravesado la barrera que separaba mis sentimientos del exterior. Palabras con puya, cercenantes de la carne.

Observé la escena sin saber exactamente qué decir. La cosa se estaba complicando y realmente por una tontería. Me dispuse a intervenir.

-Señoritas... no creo que tengan que ponerse de esa manera por tan poco.-Miré a angeline-y no creo que sea necesario que te marches... creo que podemos charlar como adultos sin necesidad de conflictos. Al menos, deberiamos poder