Bosque de cristal (Natasha y Zakarum)

Como no conocía la parte helada del continente, decidí ir a ver que es lo que había. Ciertamente, no había mucho que ver, era todo hielo, todo desolado.

Iba caminando por un interminable camino de heladas hierbas cuando divisé a lo lejos una luz, así que me acerqué caminando lentamente hacia ella. No era una luz, si no el reflejo del sol, que ya estaba poniéndose, sobre unos árboles tan sumamente helados que parecían de cristal. Esto es lo que hace la cruel naturaleza con los seres vivos, ¿no?-pensé, aunque no me afligía el hecho de pensarlo.

Entré en el susodicho bosque, y llegué a un punto en el que eran bastante altos los árboles, lo suficiente como para no tener que ir esquivándolos, y me apoyé en uno de ellos, bastante distraído, mirando lo poco que quedaba de la luz del sol en el cielo.

Llevaba todo el día fuera del castillo, llevaba tanto tiempo dentro que me acababa agobiando. Pense en ir a los desiertos y dar una vuelta. cuando llegue a ese helado paramo ya se estaba poniendo el Sol, cosa que agradecía enmormemente pues así no corría peligro.
Iba caminando por aquel sitio y cada vez que avanzaba mas, mas frío hacía alrededor mia, por suerte para mi el clima no me afectaba.

Seguí caminando hasta que divisé un boque allá a lo lejos, un bosque bastante curioso. Me encogí de hombros y me dirigí hasta allí.

Total, no tengo nada mejor que hacer.

Estando un poco sumido en mis pensamientos, dejé el árbol en el que me estaba apoyando, y me despejé.

Noté que alguien se dirigía hacia aquí, un ser de oscuridad, no le di mucha importancia, pero no me apetecía tener compañía, a menos que fuera alguien importante, pero salí a ver quién era. Reduje mi aura, lo suficiente para aparentar tener menos poder del que poseía, y salí a la entrada a recibir a mi inesperada visita, aún estaba un poco lejos, pero se podía ver una figura femenina a lo lejos. Me quedé esperándola apoyado en el tronco helado y brillante de otro árbol.

Estaba andando entre los árboles que tenía alrededor. Era un paisaje un poco peculiar para ser un bosque, casi no entraba la luz aquí y el ambiente era un poco frío o eso me imaginaba al ver el aire que se levantaba alrededor mía.

Seguí caminando hasta percibí un aura neutra, creo que podía ser un ángel caído. No parecía de muy alto rango. Me acerque hasta que vi a un joven apoyando en un árbol.

Cuando estuvo suficientemente cerca, me di cuenta de que tenía mucho poder, era un alto cargo, una princesa o una reina. También percibí que ni siquiera temblaba de frío, y que al respirar no le salía vapor, por lo que deduje que era una vampiresa. Arqueé las cejas en señal de sorpresa. Un alto cargo del reino vampírico paseándose por estos lares... No parece hostil.-pensé, y me quedé bastante distraído mirando hacia ella. Me di cuenta y parpadeé para salir de mi ensimismamiento.

-Buenas tardes, señorita...-dije, irguiéndome y acercándome un poco más-Mi nombre es Zakarum, un placer.-y me incliné pronunciadamente

Me di cuenta de que no podía acceder a su mente con toda la libertad que tecnicamente pudiese tener....Parece que ha reducido su aura, no quiere que descubra tan facilmente que es un Rey.
Tenía que ser un Rey pues de lo contrario sería muy fácil meterme en su mente. Me cruce de brazos, no me gustaba la gente que reducía el aura, ¿tenía algo que ocultar? además no paraba de mirarme era como si me estuivese analizando o algo por el estilo.

-Buenas tardes- dije con una leve inclinación de cabeza- el mio es Natasha Higurashi, también es para mi un placer conocerte.

Noté como si algo se chocara en mi mente, como si hubiera habido un chispazo, pero no le di importancia, sería mi imaginación. La volví a mirar durante unos segundos, distraído. Es muy hermosa-pensé, pero me lo quité de la cabeza, o lo procuré. Me llevé la mano a la cara durante unos segundos, y volví a dirigirme hacia ella.

-Y... ¿Qué hace una dama como usted paseando por este gélido lugar?-pregunté, mirándola a sus verdes ojos

Cada vez me costaba mas entrar en su mente, definitivamente el tenia que ser un Rey. Solo pude captar un pensamiento, un pensamiento que me dejo totalemnte anonada. Me gire con levedad para que el no pudiese notar mi rubor.

El esfuerzo que estaba haciendo para leerle la mente me dejo con un fuerte dolor de cabeza.

-Solo daba un paseo por un ambiente gelido. Me gustan este tipo de sitios tan frios. Me recuerdan a mi.

Seguía notando aquella sensación tan rara de como si tuviera una tormenta en mi mente, así que sacudí la cabeza y la intenté despejar, para sentirme más relajado. Liberé mi aura y mi mente, para poder relajarme más fácilmente.

Vi que se giró un poco, me preguntaba que le pasaría, pero no pretendía tampoco interrogarla. No me sorprendí mucho de su respuesta, pero me recordó a algo parecido a lo que era yo antes. O al menos eso creía, los recuerdos estaban muy borrosos.

-Si te gusta lo gélido, te apetecerá pasear un rato conmigo, ¿verdad?-le dije, sin dejar de mirarla a los ojos ni un momento.

¿Una buena compañía, AL FIN?-pensaba creyendo que era imposible-Aunque no se si me gustaría solo de compañía-pensé, un poco avergonzado de mí mismo por lo blando que me volvía por momentos.

Note como su aura se expandio. Ahora si podia leerle mejor el aura.
Vaya, asi que el nuevo rey de los renegados por lo que veo.

-esta bien acepto dar un paseo contigo, ademas este sitio parace muy solitario

Comence a andar junto a el.

Comenzamos a andar por aquel paraje helado, tan bonito y a la vez tan solitario, aunque parecía que ni hecho a medida para mí, no sabía si ella pensaría lo mismo.

Estaba oscureciendo ya, parecía que iba a ser una noche clara, sin luna, con muchas estrellas. Menos mal que no hay luna-pensé en lo que pasaría si hubiera.

-Me gusta la noche-comenté, simplemente, mirando hacia donde se estaba poniendo el sol entre los cristalizados árboles, los cuales ya no reflejaban el sol, puesto que ya estaban saliendo las estrellas.

Comenzamos a andar por aquel paramo helado. Se levantaba una ventisca helada y los arboles y demas cosas que habia alrededor mia estaban congeladas.
Cuando quise darme cuenta ya se habia echo completamente de noche. No habia ninguna luna, pero si habia un montin de estrellas.

-en efecto, tienes razon, no hay nada mas maravilloso que la noche. Es tan especial...

Notaba que hacía frío, pero estaba ya acostumbrado a ello, y ella era una vampiresa, así que no me preocupé. Le redirigí la mirada.

-¿Qué es lo que más te gusta de la noche?-le pregunté-Si tienes frío dímelo...-dije sacando el mechero, encendiéndolo y dando forma con gestos de mis dedos una pequeña bola de fuego.

Me gustaba mucho el fuego, no sabía si por eso sabía controlarlo, me gustaba, daba calor, y era destructivo y poderoso, aunque unas pocas gotas de agua puedan apagarlo.

Parecía que al fin podíamos entablar una conversación. Vi como empezaba a jugar con el fuego, al parecer ese sería su elemento. No me solía gustar mucho el elemento fuego, era mas de agua o hielo pero no era plan de decírselo, no quería parecer una borde.

-No te preocupes, no tengo frío, ya sabes los vampiros no sentimos ese tipo de cosas. Es lo que tiene- hice un amago de sonrisa.

Luego pense en su pregunta.

-La verdad es que la noche siempre me ha gustado, incluso cuando era mortal. Me encanta pasear, la noche me da la paz y tranquilidad que no me da el dia. Me encanta pasear ademas casi no hay gente y no me molestan. Pero sobretodo adoro pasear en un noche bajo una preciosa luna llena

Apagué la bola de fuego y guardé el mechero en vista de que no le hacía mucha gracia. Le prestaba atención a lo que decía mientras pensaba en la luna llena. Los vampiros eran realmente extraños. Claro, que mirándome yo en el espejo...-pensé.

La miré cuando me respondió mi pregunta.

-A mí siempre me ha gustado la noche desde que tengo memoria, que es no hace mucho. Y tienes razón, al menos por la noche no hay mucha gente que moleste. Y me gusta la luna, pero en especial cuando está llena me gusta mucho.-dije mirando al cielo, que no había luna, pero estaba precioso.

Le mire sorprendida, no había conocido que le gustase tanto la lua llena como a mí. Le sonreí levemente. En el fondo parecía majo. No había conocido muchos Ángeles caídos. Él parecía algo misterioso.

-No recuerdo haberte visto antes por aquí, ¿sois nuevo por este continente?

Pensé en el momento en el que me desperté y estaba en medio del limbo. No recordaba absolutamente nada anterior a eso, ni mis padres, ni nada. Sentí nostalgia.

-Ehm, sí... puede considerarse que sí-dije, sin siquiera saber si realmente venía de otro lugar-No se mucho de estos lares... pero no sabía que las vampiresas fuerais tan bellas-dije mirándola, esperando una reacción.

En ese momento sentía vergüenza en mi interior, tampoco sabía bien por qué.

Su comentario hizo que un leve rubor recorriese mis mejillas, aunque no lo hice notar, era tan misterioso aquel tipo.
Seguimos andando hasta que topamos con unos bancos de marmol y me sente en uno de ellos. La noche ya estaba bien entrada, habia muchas estrellas en el cielo.

-espero que no te importe que nos tomemos un descansito

Noté que se avergonzó un poco, así que giré la cabeza y la dirigí al frente. Íbamos caminando cuando nos encontramos unos bancos, y parecía que ella quería descansar. Yo no estaba cansado ni nada por el estilo, pero sentarse un rato era una buena idea.

-No, en absoluto-dije, y acto seguido la invité con la mano caballerosamente a que se sentara.

-Me acuerdo la primera vez que vine a este continente por primera vez- dije entablando una conversación- casi no lo cuento, mi contienente de este queda muy lejos y casi muero en el intento...el Sol me hizo bastantes quemaduras pero bueno conseguí llegar de todos modos.


No se por que le estaba contando todo esto pero de algo tenía que hablar con él, no parecía muy hablador.

-Yo no recuerdo como llegué-dije, seco-Simplemente recuerdo que aparecí en el limbo de repente, no recuerdo nada de mi pasado.

Me quedé mirando al cielo. Ojalá supiera cuál es mi pasado...-pensé, apesadumbrado. Había un montón de estrellas, era un cielo precioso.

Aún no sabía nada de aquel continente, ni siquiera si compartía el mismo cielo que el lugar del que venía. Ni siquiera sabía de donde venía.

Parecia que estaba muy sumergido en sus pensamientos, intente captar algo, pero me era imposible. Me mordi el labio un poco frustrada. Odiaba no poder leerle la mente a rangos superiores.
Mire al cielo habia un monton de estrellas. Me preguntaba si el, estuviese donde estuviese estaria bien.
Agache un poco la cabeza.

Algo me despertó de mi ensimismamiento y observé a la vampiresa, que se mordía un labio, y parecía entristecida por algún motivo.

-¿Pasa algo?-pregunté-¿He dicho algo que no debería?

No parecía muy animada, pero no sabía que hacer para animarla. Me habría gustado hacerlo, mas no sabía como.

Parecia realmente preocupado por mi, eso me sorprendio un poco, pensaba que era mas frio. Le mire intensamente y una sonrisa escapo de mis labios.

-Tranquilo, tu no has echo nada. Es que pensaba en las consecuencias que tuvo esta pasada guerra en mi

Observé la hermosa sonrisa que esbozó. No solía ser así con la gente, pero había algo de ella que me llamaba, no sabía el qué. No creo que deba preguntar...-pensé

-Imagino que habrá sido algo horrible, no querrás hablarlo.-dije, un poco tenso.

Esta chica es muy especial-pensé-Y parece que le he caído bien-se formó una especie de sentimiento de alegría en mi interior.