Eirien Ángel Masc.
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| Tema: ¿Qué está pasando? Miér Abr 04, 2012 8:27 pm | |
| Pasear por el palacio me tranquiliza, es un lugar en el que se respira la paz que me robaron hace años, pero caminando por aqui, me inundaba...
Hace tiempo que ando perdido en mis pensamientos y no me doy cuenta de lo que pasa a mi alrededor...
Oí unos pasos que se acercaban hacia mi, pero ni siquiera me moleste en llevar la mano al pomo de mi espada
en este lugar, nadie se atrevería a atacarme | |
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Lucius Rey Ángel
Cantidad de envíos : 880 Localización : Allá donde la Luz haga aparición Fecha de inscripción : 23/07/2011 Reputación : 14 Monedas : 5334
Ficha de Personaje Breve descripción: Inventario:
| Tema: Re: ¿Qué está pasando? Vie Abr 06, 2012 3:15 am | |
| Caminaba por los pasillos del Templo Angelical con tranquilidad, vistiendo una larga túnica color marfil, como las que los griegos solían llevar. En casa era el atuendo que me gustaba llevar. Elegante, pero al mismo digno de una persona de tal linaje. No era lo que se estilaba en Eliria y en el resto de Vaahl, así que cuando salía me vestía algo más acorde a las costumbres de allí, pero en casa era yo el que decidía esas cosas, así que podía vestir más a mi gusto.
La deslumbrante claridad del Cielo penetraba a través de los ventanales de las estancias contiguas, volviendo si cabía el lugar mucho más brillante de lo que parecía. Los techos eran bastante altos, las paredes blancas y el suelo de mármol, salpicado de robustas columnas de estilo jónico, inclusive en los amplios pasillos del interior, sencillos y no muy recargados de decoración.
Me dirigía hacia mi despacho, cuando me topé repentinamente con un ángel al que no recordaba haber visto antes por el palacio. Me impresionó bastante su aspecto, sobre todo aquellos ojos rojos que resaltaban bastante ante su cabello plateado, cuyo largo le cubría el musculado torso y al descubierto, junto con su pálida piel y ropas oscuras. Suprimí rápidamente mi aura para detectar su nivel y me sorprendió bastante comprobar que se trataba de un maestro. "¡Gracias, Acrisea, por escuchar mis plegarias!" Con una cordial y encantadora sonrisa detuve mi paseo frente a él.
- Buenas tardes -Le saludé, sin borrar la sonrisa, pero tampoco evitando que mi mirada le observara sin reparo alguno, entre extrañado y encantado-. No tengo el placer... ¿Sois nuevo, quizá? | |
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