Paseando

Hacia mucho que no me quedaba una noche por el castillo, normalmente solía salir a algún río o laguna donde poder dejarme caer mientras observaba atónita el movimiento de la tenue luz de la luna. Tampoco este sitio estaba tan mal, el aire era fresco y paseaba tontamente por entre los pasillos y los jardines donde se removían aquellas flores que para mi asombro eran tan coloridas. Al parecer mi madre empezó a plantarlas cuando llegó por primera vez y lo había dejado todo lleno de color. Me senté en uno de los bancos de mármol a oler una de aquellas rosas tan rojas, cerrando los ojos.

Hacía muchos meses ya que no tenía una sola noticia de los vampiros,y echaba de menos a Luccie. Me entristecía haber perdido la comunicación,así que decidí ir a hacerles una visita.

Ella debía haberles hablado de mi a los guardias,por que tras comprobar mi identidad me dejaron pasar.Pase algunos pasillos y caminos,hasta que vi una muchacha joven sentada sobre un banco grisáceo. Al acercarme,despacio,esbocé una sonrisa. Si no me equivocaba se trataba de la pequeña Lucía,parecía mentira todo lo que había crecido.

-Hola!!-saludé amablemente,sonriendo y agitando la mano.-Veo que has crecido tan hermosa como tu madre-dije con ternura.

Una voz y aura bastante importante me hizo girarme. Era una muchacha realmente bonita, mucho mas que la mayoría de gente que había visto en mi corta vida, sus ojos eran de un morado que me llamó casi inmediatamente la atención y su pelo negro como el carbón y largo la daban un aspecto elegante y distinguido.
Cuando me dijo que estaba hermosa un leve rubor tiñó mis mejillas y me levanté haciendo una reverencia, debía de ser alguien importante y de gran afecto para mi madre si estaba dentro del castillo sin supervisión.
-ho..hola! gra..gracias-estaba algo tímida, pues no la conocía de nada-Me.. me parece que ya me conoces aun que no consigo.. ubicarte en mi memoria-Aun que si me llamó su atención en echo de no conocer que tipo de aura era esa, pues no era ni la de un ángel, ni la de un demonio, sin embargo era inevitablemente parecida. -lo siento-

Me acerqué a ella y la abracé calidamente.Luego me separé,la sostuve por los hombros y la miré bastante atenta.

-Hermosa,fuerte y sana,me alegro bastante-dije esbozando una sonrisa amable. Tras escuchar su comentario solté una risa tranquila-es normal,creo que apenas pude verte cuando eras un bebé,así que imagínate que si me hubieras reconocido-dije riendo mientras me llevaba una mano a la barbilla,contenta.
Yo soy Kaede,una antigua amiga de tu madre Luccie-contesté sonriente.

ahora mas bien en vez de un rubor muy leve era bastante intenso. Era muy amable y encantadora, casi no podía decir nada de nada estaba como demasiado impactada.-La verdad es que si que hubiese sido bastante raro si te hubiese reconocido despues de tanto tiempo y siendo yo, nada mas que un bebe.- reaccione de pronto con su nombre-Kaede... si que te reconozco ya veo!-me alegré muchisimo al reconocerla-Al menos tu nombre lo reconozco, mi madre me lo dijo varias veces y me contaba cosas, aun que solo reconozco tu nombre-

-Ah,eso me alegra-dije sonriente-por desgracia hace bastante tiempo que no se nada de tu madre,así que venía a hablar con ella. Se encuentra en el castillo?-pregunté.

Después de unos segundos pensando asentí, debe estar entrenando con los murciélagos, cerca de aquí-dije adorándolo con una sonrisa-Si quieres puedo llevarte hasta su presencia, no creo que le moleste parar un rato, al fin y al cavo lleva toda la noche en ello.-
Después de eso empecé a andar, esperando a que me siguiese, era un camino agradable pues estabamos en los jardines que aun que no fuesen muy coloridos, eran muy agradables.
-¿puedo preguntar si no es indiscrección... por que querías hablar con ella?-

Me extraño escuchar que había estado durante tanto rato entrenando con murciélagos,pero al tratarse de algo que desconocía no mencioné nada.

Me reí ante la pregunta de Lucía.

-La respuesta es demasiado sencilla,por que es mi amiga,y las amigas no deberían nunca dejar de tener relación entre ellas,no lo crees?-dije con una sonrisa amable y tranquila.

Me extraño mucho escuchar eso, realmente no me esperaba una visita por cortesía, pero eso solo hizo que sonriese aun mas si es que podía-Kaede... no sabes lo feliz que me acabas de hacer con eso-susurré. -Mi madre ultimamente a perdido demasiada gente importante para ella, pero saber que aun asi tiene gente a su alrededor... me hace sentirme mas tranquila-susurré. Sabía que mi madre era menos solitaria de lo que lo solía ser yo, siempre con gente, siempre hablando y divirtiendose, pero ultimamente pocas cosas podía hacer.

Prontó torcimos a la derecha del castillo encontrando unas viejas escaleras que bajaban a traves de un pasadizo de piedra-Estamos a punto de llegar-susurré. Las luces se encendían a nuestro paso alumbrando exactamente el camino que estabamos tomando, en principio parecía que aquel pasillo no se acabaría nunca, hasta que nos encontramos de pronto con una camara mas grande al final y una gran puerta de madera.
Cuando la abrimos la cedí el paso.

Aquella puerta daba a una sala enormemente grande, con diferentes objetos de entrenamiento y armas de todo tipo. Estaba forrada con madera completamente y era algo oscura. Avanzamos un poco mas hasta que vi a mi madre en medio de la sala, estba acomo siempre con aquella ropa de aspecto andrajoso y al parecer por su postura estaba algo herida, nunca habia tenido un entrenamiento con aquellos murcielagos pero al parecer era complicado y un poco peligroso. -En cuanto termine la llamo, sino podría distraerse.-

Seguí a la pequeña Lucía atravesando un largo pasillo y escaleras,ambas con decoraciones muy distintas a las del Limbo,lo que no me sorprendió en absoluto. A los pocos minutos,llegamos a una sala hecha en totalidad de madera,y Luccie se encontraba entrenando en el centro. Parecía herida y cansada,pero su cuerpo estaba como siempre,pese a las perdidas que había sufrido de personas,según había dicho Lucía.

-Si es un mal momento puedo volver otro día,mi intención no es molestar o interrumpir-dije en voz baja,junto a Lucía.

Negué con la cabeza, entonces me tapé los oidos cuando mi madre se llevó el silvato a los labios, aun asi escuchaba el pitido aun que sabía que Kaede no lo oiria. Cuando terminó se levantó y giró la cabeza hacia nosotras, dando a entender que habia terminado-MAMA!!-grité-Kaede a venido de visita!!-
Esperé con paciencia pues antes tenía que terminar de guardar las cosas-No te preocupes, no molestas, estoy segura de ello, ademas ya a terminado.

-Bien..-dije viendo como aquel silbato parecía especial para ellos. Esperé con paciencia a que terminara.