tomando el sol

Estaba explorando alegremente este nuevo continente. Me gustaba ver como la naturaleza estaba intacta y se mostraba en aquellas tierras con tanto esplendor.

Me detuve al lado de un pequeño arroyo. Los arboles allí no eran demasiado grandes, no obstante, yo podia hacer cambair eso. Como aquel joven alborcillo no daba sofuciente sombra, puse la mano sobre él y cerré los ojos. Entonces utilicé mi habilidad especial y comencé a darle vida, haciendole crecer veloz, convirtiendolo un un consistente arbol adulto. Aun que claramente no le faltaba demasiado para eso, lo miré satisfecha. Ahora si podía tomar mi te y las pastitas agusto.

Me senté a sus pies, aun sin perder la sonrisa de los labios y comencé a prepararlo todo.

Al parecer son tranquilas estas llanuras, estaba disfrutando el paseo por aquí, anterior mente había comido un gran jabalí así que estaba gusto con mi gran festín y con el estomago lleno, no me quejaba, pero siempre estaba alerta por cualquier peligro que pueda afrontar.

Mi bufanda roja, regalado por los nómadas, se movía atreves del viento y tapaba un poco mi boca. No pasaba calor ya que anteriormente por mi antiguo entrenamiento estando en mi antiguo hogar, el infierno.

Noto un sonido de un árbol a lo lejos, era extraño, no sonaba como si estuviera rompiéndose, si no creciendo. Me acerque por curiosidad y al frente de mi estaba un gran árbol y una anciana sentada debajo de ello, pero era extraña, al parecer no era una anciana normal, un aura diferente.

Por ahora no conocía muy bien el continente y no tenía suficiente informacion para darle un informe a Philip por lo que decidí explorar algún que otro terreno mas. Camine sin algun sentido hasta que di con unas cordilleras que tenían un paisaje bastante hermoso. No se por que pero creo que a mi recipiente le gustaba ese lugar, eche un vistazo y vi un hermoso lago en el que había un árbol tambien.
Me dirigí hasta el lugar, queria refrescarme un poco y cuando llegué me dí cuenta de que no estaba sola, había dos personas allí un joven y una señora anciana.

-Hola.

Tarareaba una melodía de mis tierras, típica en los driades. Estafa feliz, bueno, en realidad yo siempre estaba feliz. No había lugar para la tristeza en un mundo tan bonito.
Mientras preparaba la comida vi mis manos arrugadas, sonreí aun más, no me importaba, era normal y siendo dríade aun me quedaba muuucha vida, y estaba llena de energia.

Sentí entonces a dos personas cerca, alcé la cabeza y vi a un apuesto jovenzuelo y a una muchachita encantadora.

-ohh, hola hola!-bramé felizmente, sin moverme del sitio pero agitando la mano lo más efusivamente que podía-venid, venid. Quereis una galleta?

Me señalo a mí mismo. -¿Conmigo?- Digo algo sorprendido, pero por simple curiosidad me acerque a la anciana, con las manos dentro de mis bolsillos.

De eso mire de reojo a la joven chica que había llegado, observe su cabello rojo y largo, me encantaba ese color al igual que su cabello, la miro de arriba abajo y viceversa para luego mirar nuevamente a la señora.

-Disculpe señora...- Hablando educadamente. -¿Usted tuvo que ver algo con ese árbol gigantesco?- Saco mi mano derecha de mi bolsillo señalando el inmenso árbol que estaba delante de mí y detrás de la anciana, algo sorprendió mirando aquel árbol. -Al parecer, según los libros usted es una Dríade.- Miro nuevamente a la anciana.

Parecía la tipica abuela enrañable ofreciendonos una galleta a mí y al desconocido que tenía frente a mí. Le observe detenidamente y analice su aura parecía un ángel caído...bueno al menos no era un ser de oscuridad.
Hice con boca lo que era parecido a una sonrisa ya que no estaba acostumbrada a ser tan social con la gente.

-Muchas gracias por la oferta pero ahora no me apetecen galletas- dije educadamente- es verdad lo que dice este joven, ¿usted es una dríade?

Puse cara triste cuando la muchacha no aceptó mis galletas, pero lo dejé correr y dejé la cestita que las contenía en el suelo por si alguno quería coger.

Entonces miré el arbol, a mi parecer no era tan grande... nunca tan grande ni hermoso como el gran arbol corazón... Mi añoranza me ensimismó un momento, entonces volví a despertar de aquel aturdimiento momentaneo.

-Mmm si bueno, solo hay que saber como tratarles-reí con mi típica risilla aguda y la temblez en la voz por la edad-Si, muy bien muchachito. Soy una Driade.-dije, elogiandole por saber sobre su raza. Les miré a ambos sin perder la sonrisa-Tu por tu aura debes ser un angel caido y tu...-pensé con detenimiento tratando de analizar su aura-ah! sí! un Áster! cuanto tiempo que no veía a alguien de tu especie. Que curiosos sois vosotros, los Aster... peor tu continente quedó muy lejos de aquí... ¿que te trae por estas zonas?

Off: Perdona por la tardanza e.e

Al ver que la anciana deja con cortesía la cesta no tan llena de galletas, simplemente agarre una, un poco tímido, y me le di un ligero mordisco, probándolas, estaban un poco deliciosa, mire a la anciana y le dije. -Abuela, estas galletas están muy sabrosas.-

Me siento en el suelo, comiéndome aun la primera galleta, aunque por timidez no quise agarrar otra hasta que ella me ofreciera.

Observe de nuevo a la chica, pensando por el comentario de la anciana Diadre ¿Áster? Pensé, ya que no sabía cuál era esa raza, aunque esa chica no parecía muy sociable, pero aun así tu cabello rojo me encantaba. -Me gusta mucho tu cabello...- Lo dije sin pensar, solo fue un comentario que salió solo de mi boca.

Vi la cara afligida de la anciana y me sentí bastante mal así que alargue una mano hasta la cesta de las galletas y tome una.

-Me lo he pensado mejor- dije amablemente- sería de mala educación no coger una galleta, con su permiso.

Me la lleve a la boca y me la comí, tenía un sabor bastante bueno, vi como el otro chico se sentaba en el suelo algo tímido e hizo un comentario sobre mi cabello.

-Muchas gracias- dije tocándome mi larga melena- no me lo suelen decir mucho, muchas gracias por el cumplido- luego observe que la anciana también me había preguntado algo- Me sorprende que usted conozca a los de nuestra especie, no somos una raza muy conocida por estos lugares...y si nuestro continente queda demasiado lejos de aquí pero me gusta conocer mundo y he venido a investigar un poco como es este continente.

Les miré con aprobación al ver que cogian mis galletas y más aun al ver que les gustaban. "jejé, nunca fallan estas delicias" pensé, satisfecha de mi misma.

-Claro que si, en mi larga vida me he encontrado con muchos seres, los Asters no ibais a ser menos-dije soltando una pequeña risilla carrasposa.-Eso esta bien, muy bien muchachita. Conocer el mundo es lo que tieneis que hacer. Hay mucho que ver y sois jovenes aun

Miré al muchachito que estaba aun comiendose la galleta.

-¿Y tu, jovencito, que te trae por aquí?

Voltee a la anciana cuando me pregunta ¿Que hacia yo aquí? No podía decir que me perdí, quedaría como un tonto entre la chica y la anciana, en eso se me ocurrió una excusa muy brillante. -Bueno ando aquí explorando las llanura para saber mas de su hermosa naturaleza.- En parte era verdad, aunque no sabia que existía este lugar su naturaleza era hermosa y me agradaba.

Inconscientemente tome otra galleta al terminarme la anterior, dándole un mordisco y veo el cielo, con una leve sonrisa.

Mire con curiosidad a Hunter...¿otro explorador? menuda casuaidad. Me preguntaba si conocía mas lugares de este contiente. Ahora le prestaba mucha mas atención que antes.

-Menuda casualidad, yo también estaba explorando un poco las llanuras a ver que encontraba...no sabía que había ahí fuera gente tan curiosa como yo

les escuché aun con mi sonrisa en los labios.

-Pues yo no exploraba, simplemente buscaba un lugar fresco y con sombra para mis galletas-las levanté-pero coged, coged más.

Me acordé de que también tenia té y enloquecí de alegría.

-oh! se me olvidaba, tambien tengo té.-cogí un poco y lo eché en dos tazitas que tenía, ofreciendoselas-está recien hecho, además de que está hecho con unas hiervas especiales que simulan la sensación hormonal que causa el chocolate al cuerpo-"osea sé, alegría y buen ánimo", pensé

Mirando a la chica cuando de repente la anciana como agitada son ofrece tacitas de te. Escuche atentamente lo que tenia el extraño del te de la anciana mientras que lo tomaba y le daba un sorbo, estaba muy sabrosa y una leve sonrisa aparece en mis labios. -Esta deliciosa- Miro a la chica. -Deberías de probarlo.

Aquella anciana era como una abuela, se preocupaba por nosotros y nos atendía muy bien. Sentía que si ahora le rechazaba otra galleta y el té sería de mala educación por mi parte. Alargue la mano hasta coger lo que me ofrecía la anciana y me sente en la hierba para estar mas cómoda.
Me lleve la galleta de nuevo a la boca y segundos mas tarde estaba dando un leve sorbo al té que me había ofrecido. Tenía un sabor dulce que me gustó mucho, hacía que me sintiese un poco mejor.

-Tienes razón- dije mirando a Hunter- estan muy ricas y el té es execelente, yo no se concinar ni hacer té ahora que lo pienso.

Me quede pensativa.

Me agradaba mucho que a aquellos muchachitos le gustaran mis galletas y mi té. Eran unos jovenzuelos entrañables y educados, como tenían que ser la mayoría.

Miré a la muchacha.

-¿No sabes cocinar? bueno, bueno, eso simplemente se aprende. Yo puedo enseñarte siempre que quieras-dije riendo entre dientes, entonces miré al jovenzuelo caido-¿Y tu, sabes cocinar muchachote?

Ya comiéndome la 5ta galleta. Si comía demasiado rápido, ademas que no podía evitar por que las galletas estaban muy sabrosas.

Cuando la anciana me pregunto si sabia cocinar, me puse un poco nervioso ya que me había criado en una familia noble, mayormente la rama de mi familia las mujeres cocinaba mientras que los hombres hacían el "trabajo duro" pero, gracias a mi madre aprendí a cocinar muy bien. Pero no sabia si mentir o decir la verdad.

Me quede un poco pensativo sobre la pregunta y decidí decir la verdad. -Si... Se cocinar.- Me apene un poco y mire hacia otro lado mientras le daba un mordisco a la galleta.