[Misión] El templo de Ahbargali[Dean y Andrew]

Citados padre e hijo por aquel arqueólogo, ´habíais llegado a la selva de vaeh Urobhak, en Lineris. Según el mensaje del arqueólogo, el templo se hallaba en una zona profunda de la selva. Debíais ir allí para poder traer las pruebas que él necesita para sus investigaciones sobre los anteriores gobiernos humanos allí ocurridos.

El primer paso, era atravesar la selva. SEgún os había dicho el arqueólogo, debíais buscar el río, y seguir este corriente abajo, hasta llegar a un gran claro, donde estaría el Templo.

Había llegado una petición de ayuda de parte de un arqueólogo, al parecer, algo famoso. Mi hijo necesitaba practica y empezar a saber enfrentarse a retos verdaderos que les surgirían en este mundo tan remoto lleno de seres oscuros y escalofriantes.

Llevaba algún tiempo enseñando a Dean sobre la economía y administración del castillo, al igual que sobre las relaciones sociales con otros reinos y con otros pueblos. Nunca estaba de más hacer favores a la gente, siempre tendrías gente que confiara en ti y estos favores serían recíprocos.

Teníamos que ir al templo de ahbargalidean y nos habían dado indicaciones precisas sobre donde estaba aquel lugar.

-Bien, Dean. Tienes que estar muy atento. Todo esto parece una tontería en el fondo, pero no es así. Hasta las misiones más simples pueden convertirse en tu peor pesadilla.

Habíamos entrado ya en aquellas curiosas selvas. Nunca antes había viajado a ese continente y estaba aun más en guardia de lo normal. No conocía esos terrenos y ¿quien sabe qué podríamos encontrarnos? No me fiaba de mi entorno: las plantas, los animales... todo era diferente.

Llevábamos un rato caminando cuando escuché el río no muy lejos. Nos dirigimos hacia allí y pronto lo encontramos, comenzamos a descender, tal como nos habían indicado.

Una vez más allí estaba, en ese fascinante continente.
Mi padre me había comentado todo sobre el trabajo que teníamos que hacer, pero me intrigaba bastante qué era lo que quería exactamente investigar ese arqueólogo.

Caminábamos por las selvas después de un largo viaje hasta aquel continente. Iba con la espada prendida al cinto, solo por si acaso, bien sabía que esa misión podía ser peligrosa.
Miré a mi padre, aquello sobraba que lo dijera pero lo entendía.

-Si, padre. Estaré atento.

Seguimos caminando, llegó a mis oidos el chapoteo de los peces, el fluir del agua, el frescor que esta emanaba. Según las indicaciones estabamos llendo en buen rumbo.
Me hubiese gustado pararme a analizar algunas de las plantas de esa selva pero no era conveniente. De todas formas llevaba mis, ahora típicas, bolsitas de hiervas especiales con diferentes efectos curativos que había estado estudiando.

Seguimos bajando por el rio. Estábamos cerca, lo presentía. Estaba alerta ya que sabía que ninguno de los dos conocía este lugar, nunca se sabía lo que nos podríamos encontrar.

Siguiendo el río, finalmente veis cómo la arboleda de la selva empieza a abrirse en un grandísimo claro de la Selva, en una zona muy profunda. Se oían algunas aves autóctonas cantar, mientras aleteaban por encima de vuesstras cabezas, moviéndose por la sopresa de encontrar seres humanos. Delante de vosotros, a varios pasos, pasaba una serpiente, sin prestaros mucha atención. Y delante, en el gran claro, el río se internaba en una gran pirámide de estilo Maya, con unas altas escaleras para entrar al templo. Era una exploración en vertical: Se empieza por arriba, y se va descendiendo, algunas veces incluso al subsuelo.

Siguiendo el río comencé a mirar a mi alrededor. El cantar de los pajaros era uno que nunca antes había escuchado, pero sonaba bien. Otros animales pasaban q nuestro alrededor, como serpientes, algún que otro lagarto, pero nada importante.
Seguimos andando hasta que pude divisar una estructura arquitectónica a lo lejos, entre la maleza.

-Tiene que ser allí.-comenté. Caminamos hasta encontrarnos frente a aquella curiosa estructura. Nunca antes había visto algo así, la verdad es que me sorprendió comprobar que alguien pudiera llegar a construir algo así.

Supuse que tendríamos que subir las escaleras, esas aparentemente interminables escaleras. Antes, busqué con la mirada buscando dónde se encontraba el arqueólogo. No lo localicé, ni con la mirada ni con el olfato.

-Creo que tendremos que subir arriba del todo y buscar una entrada.-dije, esperando un momento, examinando el templo, antes de ponerme en marcha a subir.

Mi espada prendía en la espalda, pero de todas formas no la solía necesitar. Por si acaso, la había traído, nunca se sabía lo que podrías encontrarte en cualquier lugar.
Comenzamos a subir aquellas escaleras. Teníamos que tener cuidado por que el edificio estaba algo deteriorado y las piedras estaban algo desgastadas.

Observaba maravillado a los seres que habitaban aquella selva. Eran coloridos, de formas parecidas a nuestros pero aquí parecían más grandes, además de que al no estar acostumbrados a ellos los veíamos con distintos ojos.

Seguimos caminando hasta que se podía ver entre la vegetación un montículo de piedras. Seguimos caminando y nos encontramos con una maravilla de la arquitectura antígua, o al menos por el deterioro parecía antígua.

Mi sorpresa solo se compensaba con mi emoción. Aquellos sillares eran enormes... tuvieron que utilizar muchísimos hombres para levantarlas... no, ni eso podría... ¿Quizás un sistema de poleas muy avanzado? Era la única explicación pero no sabía con certeza si la polea ya la conocían en esos tiempos, parecía ser un edificio muy antiguo.
Me hubiera gustado examinarlo pero mi padre habló. Tendríamos que subir hasta arriba del todo. Me gustó aquella idea ya que sería como mirar como los antepasados miraban estas tierras. Debía tener una altura de al menos 20 metros o más, era colosal.
Comenzamos a subir, yo también me di cuenta de que las escaleras estaban muy deterioradas y había que tener cuidado. No obstante, dudaba bastante que aquellas piedras tan grandes se fueran a romper si pisabas en el centro.

Cuando llegamos arriba del todo miré a mi alrededor, podía verse todo... absolutamente todo... Toda aquella inmensa selva y me satisfago ver lo que los antiguos observaban, seguramente creyéndose reyes o incluso dioses allí arriba.

-Es increíble...-comenté

OFF El arqueólogo no va a veros. De hecho, pedía que hicierais el, digamos, "trabajo sucio" por él, jejeje.

ON

Delante de vosotros había una entrada hecha con un marco gigantesco de piedra. Dentro había escaleras en caracol, y parecían rodear algo que había en el centro.

Sin embargo, antes de que pudierais entrar, oísteis un rugido a vuestra espalda. Un tigre de bengala, bastante grande, había rugido al veros por ahí, probablemente en su territorio de caza. Y sin más, empezó a subir las escaleras con velocidad directo hacia vosotros. Teníais uqe decidir rápido entre huir y adentraros directamente en la pirámide maya o enfrentaros al tigre primero.

off: ups, bueno hagamos como que de eso no dije nada xDD :on

Al llegar a la cima miré a mi alrededor, tenía que admitir que era bello, pero no estabamos ahí de visita, sino para cumplir una misión. Se abría un hueco por donde podíamos bajar, unas escaleras nos facilitarían ese trabajo. Entonces sentí movimientos abajo y escuché el inconfundible sonido de un tigre. Me giré rapidamente, frunciendo el ceño. Me puse delante de mi hijo casi sin darme cuenta, a modo protector.

Desenfundé la espada, esto acabaría rapido, no era la primera vez que me enfrentaba a animales feroces. Lo que más solía hacer en mis ratos libres era eso mismo, caza osos, leones, crakens...
Aun así no dejaba de tener en cuenta que era un animal peligroso. Vi entonces una piedra más suelta de lo habitual en aquellas escaleras. Dí un golpe fuerte con el pie, terminando de soltarla, pues ya estaba apunto de caerse. Esta tenía un tamaño considerable, aun que tampoco era muy grande. Comenzó a caer pesadamente por las escaleras en dirección hacia el tigre. Todo esto lo hice justo antes de que llegara a nosotros. Estaba preparado para, si la esquivaba, incarle la espada en el cuello al hacerlo.

Al llegar a la cima nos encontramos con una entrada. Esta estaba seguida por unas escaleras de caracol, parecía verse algo al fondo, en medio de ellas. Un rugido me sacó de mis pensamientos sobre aquella escalera y me giré con rapidez.

Un tigre nos había localizado y ahora venía ferozmente hacia nosotros. Mi idea inicial fue meternos rapidamente en las escaleras y cerrar la puerta. Era una lucha innecesaria además de que no quería matar a un animal tan bonito, aun que fuera letal.
Sin embargo... ¿como no? mi padre se interpuso entre nosotros, aun que no sabía si lo había hecho conscientemente. Soltó con el pié un pedrusco suelto de las escaleras ya cuando el tigre casi nos había alcanzado. Se movía rapido. Yo suspiré, desembainé la espada, por si los pelos, atento de los movimientos del león.

OFF No pasa nada, jejeje.


ON


El tigre subía muy deprisa, y era bastante ágil, así que en cuanto vió la roca empezar a caerse por las escaleras, hizo una finta, haciéndose a un lado, y continuó corriento hasta tirarse en plancha hacia Andrew, con las patas delanteras queriendo apoyárlas en su pecho, para tirarle al suelo.

Parece ser que por accidente, Dean apretó un boton en el suelo, y resonó algo en la pirámide. Poco después, la puerta que bloqueaba la entrada a la misma, se iba cerrando muy muy lentamente.

Noté un sonido, era parecdio al accionamiento de una palanca. Cuando miré al suelo me maldecí, no había estado suficientemente atento y la puerta comenzaba a cerrarse.
En seguida corrí y entré dentro, la puerta aun no se había cerrado del todo cuando vi a mi padre aun luchando con aquel animal.

Tiré de él rapidamente, logrando (en gran parte gracias a que se dejó) moverle y que entrara justo a tiempo de cerrarse la puerta.

Suspiré, pero ahora estaba todo oscuro. me quedé un momento pensativo. En el templo, debido a el largo periodo que tuvo que estar abandonado habiamos visto fuera que estaba en gran parte abarcado por la vejetación, pero en esta vejetación, al no influir la luz apenas en esta zona, tenía que haber tallos secos. Palpé las paredes y enefecto, pude distinguir claramente el sonido y tacto de la vegetación, que a medida que se alejaba de la puerta, era cada vez más seca.

Había ramas gruesas, otras finas. Corté una gruesa de un tamaño adecuado. Al final de esta empezaban a crecer difurcaciones de las raices por lo que ya por esa zona no estaba tan compacto. Con esto, como pude cogí resina, que en ese sitio no me fue muy dificil de encontrar y la puse en el extremo, huntandola en la raiz. Con la espada, raspé rapidamente la piedra provocando una pequeña chispa que comenzó a prender la resina. En dos minutos había creado una antorcha, aun que no aguantaría mucho más de 15 min. al no haber abundancia de resina.

Me levanté y enfoqué las escaleras.

Como me imaginaba, la esquivaría, pero ya estaba yo dispuesto a clavar mi espada en su cuello. Esta se hundió en su garganta, causandole una muerte casi instantánea. "ahora ya no te moverás más"

El tigre calló sobre mí, y lo aparté lo más rapido que pude. Miré hacia atras, no sabía que había hecho Dean pero la puerta se estaba cerrando.

Noté como él tiró de mi, haciendome entrar por los pelos dentro del templo. Logré traspasar la puerta pero esta se cerró de tal manera que casi me pilla la mano y tuve que perder la espada.

-Mierda!-bramé. la espada en realidad no me suponía mucho, pues me solía valer por mi fuerza corporal, pero era util en ocasiones. Estaba en el suelo, el habitáculo se había quedado completamente a oscuras. Me levanté, buscando alguna fuente de luz.-Vale, tenemos que buscar alguna antorcha.

Entonces escuché a mi hijo moverse.

-¿Qué haces?

No obtuve respuesta pero enseguida me percaté de lo que estaba haciendo. Atendí a mi oido para seguir sus movimientos en silencio y en cosa de 2 min. o así vi prenderse una llama. Ahora nos veíamos. Me le quedé mirando largamente. "...increible" realmente, Dean me había impresionado con aquello. ¿Cómo lo había sabido? Yo me habría guiado del resto de mis sentidos para poder bajar, ya encontraría luz, pero el... me había dejado partidifuso.

-Impresionante...-hice una pausa y le hice enfocar las escaleras. Suspiré-Vamos, no te separes de mí-le cogí la antorcha, prefería ir yo delante, al fin y al cabo, no quería que él sufriera daños.

Iba muy muy alerta de todo, prestando atención a cada detalle. Aquella palanca me había dado la señal de que no sería la única... y no queríamos apretar más

El tigre efectivamente sufrió tu ataque en su yugular, y cayó fulminado al suelo, sin vida, dejando caer un reguero de sangre por el suelo.

Parece que poco después conseguisteis entrar en la pirámide. Y con la luz de la fabricada antorcha, podíais ver las escaleras, y en cuyo hueco, se podíoa ver un obelisco gigante con inscripciones en un alfabeto extraño que no podíais discernir su significado. Jeroglíficos, eso es lo que eran. Descendisteis sin problemas hasta el piso inferior, que ya estaría debajo de la tierra y visteis un pasillo delante de vosotros. Y justo cuando pisasteis el último escalón, visteis que las escaleras empezaron a esconderse en la pared, y bajo vuestros pies se abría un agujero, que lo cubría todo menos el pasillo. El agujero se abría como si fuera una tapa que se abría hacia abajo, así que notabais el suelo cada vez más inclinado. Una roca cayó por el agujero formado y oísteis un golpe metálico.

Bajamos las escaleras y aparentemente no pasaba nada. En medio de las escaleras se encontraba una gran piedra de forma cuadrada. Nunca antes la había visto, pero tenía montones de dibujos grabados en ella. Me dio la sensación de que eran importantes. Podía tratarse de un idioma diferente, si que sabía que otras civilizaciones no escribian con letras normales, sino que se comunicaban con símbolos que unidos de una forma u otra formaban unos significados u otros.

-¿Qué pondrá en estos símbolos?-realmente me lo preguntaba, de haber sabido leerlos seguramente podría adelantarnos mucho en ese recorrido. Quizás era como un mapa, o un aviso para no pulsar activadores como arriba del templo hizo Dean sin querer.
Seguimos bajando. Todo estaba tranquilo, muy tranquilo... demasiado tranquilo. Estos eran los momentos en los que más mantenía la guardia.

Llegamos hasta el final. Vimos un pasillo oscuro frente nosotros, no había más escaleras.
Bajé al último escalón y entonces noté un pequeño temblor. La tierra parecía moverse, pero cuando miré a mis pies, realmente se estaba moviendo. Los muros se empezaron a ocultar rapidamente. No había tiempo de pensar demasiado. Una de las piedras de las escaleras calló, había una larga caida y algo metálico al fondo.

Di un gran salto hasta el pasillo, me giré con rapidez mirando a Dean

-Vamos, ¡salta!-dije, haciendole hueco y preparado para ayudarle cuando saltara

Comenzamos a bajar, yo iba tras mi padre pero teniendo mucho cuidado de donde ponía los pies, no volvería a descuidarme como la última vez.
A modo de pilar central en las escaleras se encontraba lo que parecía ser un obelisco. Pasé la mano con suavidad por sus grabados. Mi padre también se había interesado en ellos pero por desgracia, aquel idioma me era completamente desconocido.
Solo sabía, por libros de arte que había leído, que los escarabajos representaban la vida terrenal, y que el ahnk representaba la vida del más allá, de los muertos.
Muy a mi pesar, vi varios ahnk en aquel jeroglífico... y eso no me gustaba demasiado.

-No tengo ni idea-en gran medida no mentía, pero por otra parte no quería decir a mi padre lo que sabía, por que igual yo estaba equivocado.

Seguimos bajando, parecía haber ido todo bien hasta que, de pronto, al pisar mi padre el último escalón, todo comenzó a moverse. Las escaleras se estaban perdiendo en un huevo de la pared, y un abismo se abría entre nosotros.

Tenía que mantener la calma, pero no por ello tenía que actuar lento, sino todo lo contrario.
Mi padre saltó al pasillo que teníamos delante. Tras él, le seguí yo. No saltaba tanto como él, por eso estuve a punto de caerme pues perdí un poco el equilibrio, pero mi padre me agarró y tiró de mi, salvandome.
Suspiré, aliviado, pero no podíamos quedarnos así. Teníamos que seguir, y el pasillo era muy estrecho. No me gustaba todo aquello, teníamos que tener ahora más cuidado que nunca. Tenía entendido que los antiguos ponían muchas trampas en sus templos para que nadie robase los tesoros que supuestamente se llevarían a la vida eterna.

OFF Disculpad la tardanza. Espero no haberos hecho esperar demasiado.

ON

Conseguisteis atravesar el agujero, cayendo rodando por el estrecho pasillo. Estuvo bastante cerca de caeros a la lava. Estaba claro que aquí había muchas trampas. No había vuelta atrás, así que avanzasteis a lo largo del pasillo que iba descendiendo por el subsuelo, un poco inclinado hacia abajo. AL final se veía una sala grande iluminada por algo rojo, probablemente la lava. Cuando llegasteis observasteis que se trataba de una sala con unos pozos de lava en el fondo. Había unos puentes de piedra, bastante finos, 3 de ellos. Había una inscripción de la uqe no entendíais nada. Los tres parecían igual de seguros, y los tres estaban sobre un pozo alargado de lava. Difícil decisión. Sin barandillas, sin apoyabrazos, sin nada. ¿Qué haríais?

Llegamos a lo que parecía una dificil decisión. Tres puentes y bajo cada uno de ellos pozos de lava. Estaba claro que solo uno, 2 a lo sumo no se caerían. Aun que parecían estables.
Me acerqué a las inscripciones del muro, pero no entendía el idioma. Estábamos en una encrucijada y comencé, entonces, a utilizar mi capacidad de observación para ver si encontraba algo que me diese pistas sobre cual era la dirección correcta. O quizás un túnel alternativa, una liana para no tener que atravesar los puentes. Buscaba lo que fuese.

-Cuidado, padre. Esto parece una trampa.

Miré los tres puentes, no parecían ir mal pero algo me decía que había gato encerrado.
Vi como Dean comenzaba a observarlo todo. Miré a mi alrededor pero yo no encontré nada util, quizás no me fijara tan bien como él en las cosas.
Como aquel lugar era algo ruinoso encontré un par de rocas pesadas en el suelo.

-Tengo una idea

Cogí tres rocas y fui lanzandolas haciendolas rodar por los punetes hasta que llegaran al otro extremo. Así podríamos comprobar si se alteraban con el peso o el movimiento ya que las rocas pesaban lo suyo. Apostaba con que Dean no podría moverlas con facilidad asique lo hice yo.

No había nada más que esos tres puentes para atravesar el mar de lava. Y las rocas lanzadas rodaron hasta el final sin ningñún problema. Pero a los pocos segundos el derecho se empezó a hundir, hasta que las rocas empezaron a caer a la lava, y se deshicieron en el proceso, brillando ésta y salpicando a las paredes de roca. El izquierdo, e´xplotó en mil pedazos, saliendo cascotes volando de un lugar a otro, amenazando con chocar con vuestras tiernas cabezas. El tercero sin embargo no sufrió ningún daño.


OFF DIsculpad la tardanza, la verdad es que no pensé que habían respondido aquí. Lo siento, de verdad