Un Uroba Suelto de Nuevo en Eliria: (Axel, Subhi y Angeline)

De nuevo en Eiria y lo mejor de todo es que nadie podría culparme de destrozar una docena de tejados de la ciudad, una torre, parte del capitel de un templo, tres docena de victimas por desprendimientos de escombros y el pánico generalizado de gran parte de la población de la ciudad. Era la ventaja de poder adoptar forma draconiana, nadie te puede reconocer en forma humana. (Reí para mi)
Era otro atardecer como el de aquel día tan divertido y me encontraba de nuevo visitando los mercadillos nocturnos de la ciudad, aquellos que ofrecían géneros especiales de horario y para clientes nocturnos.

-Además creo que ofrecen espectáculos en la plaza del barrio norte.- Comenté en voz alta para mi mismo mientras caminaba tranquilamente observando los diferentes puestos y sus mercancías. Amuletos estrafalarios, pociones de dudosa eficacia, cachivaches irreconocibles.....

Podía percibir un creciente barullo unas cuantas manzanas mas allá, adelante de donde me encontraba y en la dirección a la que me dirigía. Aunque en realidad no tenía un rumbo establecido, simplemente me dejaba llevar entre la multitud de personas que caminaban por las calles.

aquella noche queria algo especial, estaba cansada de tanta carioca, empezaba a ser cansino y la ciudad tambien se estaba dando cuenta de que el espectaculo era el mismo pero con leves variaciones.
asique, aquella noche habia optado por algo que llevaba un tiempo pensado, espadas mojadas en aceite y prendidas fuego, eran mas peligrosas e inestables pero el resultado mil vecces mas impresionante.
asique despues de hacer correr la voz de la actuacion durante toda la tarde alli estaba yo, escondida entre las sombras para hacer una entrada triunfal. un par de bombas de humo mas tarde estaba en el centro de la plaza con mis espadas encendidas.
a veces el fuego pasaba demasiado cerca mio y trataba de calcinar mi ropa y lamer mi piel, pero pese a ello el resultado se notaba en el saco de monedas que habia a mis pies.
hacia tiempo que no disfrutaba asi con mis bailes, era una sensacion nueva y diferente, no la repeticion continua de las cariocas. era casi excitante sentir la peligrosidad a la que yo misma me exponia y los cientos de ojos clavados en mi, atentos a cada movimiento mio.

absorta en estos pensamientos empece a cantar para mi sola, el espectaculo habia cambiado, ahora solo estaba yo disfrutando y no el publico.

En la plaza allí donde varios focos de alboroto concentraban multitud de espectadores, era donde se mostraban los artistas al público. Malabaristas, magos, titiriteros, bailarines.... de todo y cualquier cosa para llamar la atención del público, entretenerlos durante unos instantes o buenos ratos y de paso ganarse unas monedas e incluso con mucha suerte, un lugar donde pasar la próxima noche y una comida caliente.

Mientras avanzaba despacio entre las multitudes observaba a varios de los artistas, aquellos que especialmente llamaron mi atención: uno era un tipo realmente estrafalario, vestido como un papagayo multicolor y con un elaborado turbante en la cabeza. Lograba hacer cambiar de color varios pañuelos que ocultaba un par de segundos en la palma de su mano, primero rojo, luego naranja, luego verde.... después comenzó a extraer un largo cordel de su nariz.

Allá a la derecha había un teatrillo de marionetas, una docena de niños observaban embelesados sentados en el suelo, mientras una marioneta con forma de demonio cornudo intentaba engatusar a una campesina.
Pero justo en el centro de la plaza varias aclamaciones de admiración atrajeron mi atención:

Una joven de aspecto exótico bailaba en medio de la multitud que la rodeaba, una danza exótica y quizás algo salvaje con dos espadas llameantes que oscilaban con habilidad alrededor suyo. Las llamas y los filos pasaban muy cerca de la piel de la joven. amenazando con quemarla o cortarla. Era muy atrevida, se veía claramente que disfrutaba con aquella danza y era muy guapa.

Me abrí paso entre la multitud para verla más de cerca y luego permanecí observándola hipnotizado como todo el mundo ante su danza, era algo fascinante.

el cansancio empezaba a hacer mella en mi, el peso extra de las espadas unido al calor sofocante que daban me estaba haciendo jadear, sonrei picaramente, me gustaba esa sensacion nueva de cansancio, pero si lo miraba desde el punto de vista economico la descordinacion que empezaba a tener no me beneficiaba mucho, asique simplemente decidi acabar el espectaculo.
un par de giros mas y un lanzamiento certezo hizo que las espadas se apagaran con un gracisos chisporrotear mientras se hundian en una fuerte cercana.

la multitud se disperso rapidamente, en busca del siguiente espectaculo que ver, y yo cansada me sente en un banco cercano, con las ganacias del dia a buen recaudo dentro de mi mochila y esta a mi lado empece a inspeccionar las heridas que acidentalmente me habia echo en las piernas y brazos.

auch....-me sobe un corte algo mas profundo que resto en la muslo, la sangre corria por mi gemelo asta el suelo, con cuidado empece a limpiarlo con agua y una gasa limpia, no queria que se infectara y dejara cicatriz.

El espectáculo por fin terminó, pues la joven parecía cansada y desde luego había hecho una gran actuación, la gente admiró su espectáculo y la despidió con una gran ovación antes de dispersarse en busca de nuevos entretenimientos. Muchos de los espectadores arrojaron monedas a la bolsa de la joven, que parecía haber logrado una buena recaudación.
La observé alejarse para sentarse en un banco cercano, cansada, sudorosa y con una herida en un muslo, herida que había pasado desapercibida durante el espectáculo, afortunadamente, pero que tendría que tratar o le dejaría una fea cicatriz en el muslo.

Me acerqué a ella y señalé el hilillo de sangre mientras le dije: -Un gran espectáculo, pero deberíais tratar eso.- Sonreí amablemente y luego guardé una pausa: -Soy Axel Foley y... si queréis os invito a cenar en alguna posada cercana, pero antes será mejor que atendáis eso.- Volví a señalar la herida de su pierna.

-Tengo curiosidad por saber donde os enseñaron ese baile.-

al oir una voz dirigirse a mi levante la cabeza y con cuidado escudriñe a su propietario, era un tipo raro, vestido de negro con aquella capa larga y negra. sin contar con el sombrero que me impedia ver su rostro.
alce una ceja algo exceptica por su amabilidad, podria ser uno de la inquision disfrazado para llevarme a comisaria, debia ganar algo de tiempo antes de nada, con la pierna y el cansancio ahora mismo no podria hacer gran cosa salvo humillarme a mi misma.

-encantada, yo soy subhi libni- le sonrei lo mas sinceramente que pude- sientate a mi lado mientras me curo esto y si quieres te cuento lo del baile- por muy respetuosa que tratara de ser con aquel hombre me era imposible, odiaba los formalismo. a mi modo de ver las cosas no debian adornarse con florituras- lo de la cena cuando pueda moverme se discutira- le puse mi sonrisa mas seductora. despues de todo, si algo habia aprendido a traves de los años era que mi cuerpo era mi mejor arma- ven anda sientate- le agarre de la mano y tire de el hacia el asiento. al hacer esto pude ver como algo brillaba debajo de su capa, quiza una espada o armadura.

sin prestar atencion a eso, alce la pierna poniéndola sobre sus rodillas de modo que tubiese unas buenas vistas y volvi a limpiar la herida con agua y jabon de mi mochila para desinfectarla

En cuestión de segundos estaba sentado junto a la bailarina exótica y tenía su pierna sobre sus rodillas, la rapidez de los acontecimientos me dieron tanto vértigo como el efecto que me producía tener tan cerca los encantos de la bailarina. Decía llamarse Subhi Libni, un nombre tan exótico como su cuerpo, quiero decir.... como ella. Ya empezaba a ponerme realmente nervioso aunque esperaba que no se me notase demasiado.
Ella mientras tanto seguía hablándome y al mismo tiempo atendiendo a su herida, esperé pacientemente a que terminara:

-Bueno, ¿que decís a mi oferta?.- Pregunté mientras recorría con la mirada su pierna y finalmente la dirigía a su rostro, buscando su mirada. -Pero quizás sea demasiado atrevido...., quizás sea mejor que regreséis a vuestra casa y descanséis.-

Tomé con cuidado su pierna por debajo de la pantorrilla y la deposité con delicadeza sobre el banco.

-Espero que no os quede cicatriz, sería una pena.-

aunque no le mirase a la cara estaba prestando antecion a sus movimientos mientras me terminaba de limpiar la herida, me aplique un poco de pomada casera, la receta era de mi madre y gracias a ella no conservaba mas cicatrices salvo la de la cadera, con todas las pequeñas hacia milagros. por ultimo me puse algunas vensas limpias y todo listo, en un par de dias mi piel estaria igual de perfecta que antes.

cuando deposito de nuevo mi pie en el suelo me levante de un pequeño salto probando asi otra vez la funcionalidad de mi pierna, me dolia levemente, pero era mas que aguantable- no me dan miedo los hombres atrevidos- me hacerque insinuantemente a el, pegando parte de mi torso a su pecho, esto tenia mas que una funcion, no solo queria seducirle, tambien descubrir que brillaba antes debajo de aquella capa- al contrario...me encantan..- bingo, aquel sonido era el propio de una armadura. sonrei seductoramente feliz por mi hallazgo.

con lentitud me aleje de el y tras recoger mis cosas del banco empredi el camino hacia un bonito restaurante sin mirar atras- si, seria una lastima que quedara cicatriz...- susure bajito mientras movia las caderas de manera sensual al andar

OFF La verdad es que me tuve que pensar mucho en si meterme o no, pero al final, al menos sé uqe permiso me dais. VOy a intentarlo, jejeje.

ON

Era de noche. La Luna había salido a ofrecer su más bella imagen al mundo nocturno al que yo pertenezco. Estos días andaba muy sola y muy aburrida en el castillo, por lo que quise darme un paseo hacia Eliria a ver qué veía por allí. Por supuesto, no olvidaba que traer ropa "corta" era importante. ¿Qué mejor para dejar de sentirte sola que tener a un hombre, o una mujer, a tu lado por una vez? Tenía un vestido azul oscuro, con escote en barca bastante pronunciado. La tela llegaba hasta los tobillos, pero se abría en una de las piernas por su lado, dejando que cada dos pasos, se viera casi totalmente esa pierna. Técnicas de seducción, había muchas. ¿Qué más podía usar para "provocar" a alguien?

Lo primero que me sorprendió fue que vi varias casas sin techo y un campanario destruido. ¿Cómo podía ser eso? No sonaba a algo humano. Y cualquiera que no fuera humano, y se notara que no lo fuera, bien podía ser cazado aquí... Ya me contaron horribles experiencias.

Mientras seguía pensando en todo esto, proseguí caminando hacia la plaza central de Eliria, donde se solía encontrar el mercado, no muy lejos estaba El Rincón de Eliria, y también algunos restaurantes, floristerías y cosas variadas.

Allí observé que había una chica de ropa también "insinuante" con algunas vendas en la pierna, que se movía de "cierta" forma delante de un hombre que parecía vestir elegantemente de capa oscura y sombrero, o al menos eso es todo lo que pude ver de su espalda. No podía permitir que otra me robara el protagonismo.

En ese momento, ralenticé mi paso, dejando que cada vez que mi pierna con el corte del vestido se viera, pudiera fijarse mejor aquel muchacho junto al que pasaba.
El muchacho tenía cabellos rizados, y parecía tener un rostro perfilado y recto. Aunque tenía los ojos algo pequeños para mi gusto. Eso sí, era bastante alto a decir verdad. Sonreí con picardía, escudriñándole con una mirada sensual.

Con cada paso mis senos se balanceaban un poco, no demasiado, pues el vestido me quedaba algo ceñido, y proseguí caminando, un poco más deprisa, pasando junto a la muchacha. A decir verdad, no era sólo un movimiento sensual lo que tenía. Tenía un rostro de etnia romaní, un cabello rojizo rizado muy en su conjunto, y una piel algo tostada por el sol. Bonita piel por cierto, piel que yo jamáss podría soñar tener dadas las circunstancias.

Pasé delante de ella también, e hice el ademán de torcer por otra calle, pero lo hacía despacio, a ver qué clase de reacción obtenía en cada uno.

-Ya veo....- Respondí mientras observaba como se pegaba a mi de manera seductora, aunque sospechaba que estaba tanteando si estaba armado o quizás para robarme. -Ya veo....- Repetí mientras ella se separaba de mi, recogía sus cosas y se ponía en marcha en dirección a un restaurante moviendo las caderas, señal inequívoca para que la siguiera, y así hice.

No hablamos nada durante el camino, ella iba delante moviendo las caderas, empeñada en exhibir sus encantos ante mí, algo que probablemente hacía con todos los hombres con los que se topaba para engatusarlos, aunque dadas las circunstancias suponía que esa era su principal herramienta de supervivencia: Exhibirse su belleza y usarla para lograr sus fines. No era algo bueno ni malo, simplemente era un recurso, igual que otros utilizaban armas y mentiras. Tenía curiosidad por saber que pretendía de mi....

Mientras nos acercábamos a la taberna donde pensaba cenar con la bailarina y quizás pasar la noche con o sin su compañía, se nos cruzó otra mujer, una joven alta, llamativa, morena y voluptuosa. Con sus andares también daba la impresión de querer exhibirse, pues pasó justo al lado de la bailarina y luego giró hacia la otra calle, pero había ralentizado el paso o al menos parecía dudar.

-Bonita noche, señorita.- incliné levemente la cabeza y toqué el borde de mi sombrero en gesto de saludo a la joven morena voluptuosa mientras seguía caminando detrás de la bailarina.

La noche se estaba volviendo extraña.

una olor sumamente fetido y desagradable me llego a la nariz haciando que me ardieran las fosas nasales. olia a muerto y podrido, un olor que bien podria salir de una morgue o un cementerio muy poco cuidado.
me gire tratando de buscar el origen de aquella paste mientras me rascaba de forma compulsiva la nariz cuando vi a aquella mujer... levante una ceja incoscientemente y apoye el peso del cuerpo sobre una sola pierna alzando asi parte de la cadera. era un gesto de incredulidad que me salia desde que era pequeña. *sera guarra...*

una joven bastante bien dotada por dios para la seduccion estaba intento hacer lo mismo que yo con aquel hombre. no esque me importase que se lo llevase a la cama esta noche, mas bien me aria un favor al quitarmelo de encima, podria ser un guardia de la inquisicion que andubiese detras mio.
pero pese al miedo aun me quedaba una pizca de orgullo, y ninguna otra mujer, por muy hermosa que fuera iba ser mas que yo en aquellos menesteres.

con pasos decididos retrocedi un par de metros, dispuesta a saludar a mi competidora - buenas..- la sonrei calidamente mostrando mi dentadura perfecta mientras la escudriñaba de arriba a abajo.
vista de cerca no podia negar que era francamente hermosa, aquella piel aunque palida y algo insulsa reflejaba el brillo de la luna sobre ella haciandola parecer de nacar y plata, un tono muy diferente al mio, mas bien cafe tostado al sol.. me sacaba algunos centimetros de altura aunque en pecho íbamos compensadas.
aquella seria una lucha interensante, eramos bellezas absolutamente distintas..

Al ver acercarse al hombre y saludarme, me dirigí hacia él, dedicándole una sonrisa en la que mi mirada se clavó en su ojos.

Este es el primer paso, jajaja

Bonita noche, caballero. ¿Qué trae a un hombre tan apuesto a estos lugares?

Entonces proseguí caminando a su lado hacia la chica y vi cómo la muchacha se giraba hacia mí y pasaba por mi lado, dedicándome un saludo con una amplia sonrisa, mientras uqe el hombre se adelantó un poco. Ahora que la tenía de frente me fijé en que el tamaño de su pecho rivalizaba con el mío, así como las voluptuosas curvas de ésta. Además sabía usar bastante bien sus caderas para atraer miradas, así lo veía yo en alguna persona que pasaba cerca de nosotros.

Estaba claro, se había convertido en mi rival de esta noche para cazar a ese hombre.

Buenas noches...

Le repuse sonriendo con autosuficiencia. Ahora que la tenía cerca... Olía a algo.... Pero no conseguía bien identificar el qué.

Proseguí al lado de ella hacia el hombre, y le miré con complicidad, señalando con mi mirada al hombre que tenía delante. Con ello le quería preguntar si ella también iba tras él. Me pregunto qué entendería

Había empezado el día y luego la noche siendo uno solo y ahora eramos tres. Acaba de suceder algo curioso, lo que se había convertido en un simple pasatiempo había derivado en algo diferente. Había empezado uno de esos juegos femeninos en los que la habilidad, la astucia y la esencia de cada uno competían en un juego del ratón y el gato por ver quien se llevaba el premio, fuera cual fuera.
Aunque tenía experiencia con mujeres nunca me había sucedido nada como aquello y acepté participar en el juego con reservas:

-Buenas noches señorita, acompañaba a esta joven a aquella taberna para invitarla a cenar.- Respondí a la joven morena al mismo tiempo que señalaba a la taberna enfrente nuestra. -Un generoso premio a su espectacular actuación de esta tarde.- Observé como se acercaba a la bailarina y caminaba junto a ella.

Seguramente empezarían a marcar el territorio desde ya mismo, así que decidí mantenerme al margen por el momento. Me dí media vuelta y seguí caminando en dirección a la taberna seguido por ellas. Fingí ignorar su conversación pero en realidad mantenía los oídos a la escucha mientras intentaba establecer un plan para lo que pudiera acontecer aquella noche. ¿Pero que plan podría establecerse con semejante situación?.

Una vez alcanzada la Taberna, abrí la puerta y lancé un vistazo al interior: una taberna como cualquier otra de la ciudad de Eliria, al menos mas limpia de lo habitual y poco abarrotada de clientes. Me pareció perfecto y aguardé en la entrada cediendo el paso a ambas féminas:

-Señoritas, por favor....-

cuando axel se giro y se dirigio de nuevo a la taberna me gire de nuevo hacia angeline y me encogi de hombros a su muda pregunta. no iba detras de aquel hombre, no esque me resultase particularmente guapo con aquella piel tan palida, y la amenaza de la espada y la armadura aun me pesaban en la cabeza.
si a ella le interesaba mas seria toodo suyo, aun asi no iba a dejar que se lo llevara tan facilmente, tenia un orgullo, y no iba a permitir soltar el premio como si cualquier cosa.

empeze a seguir a axel por la calle observando de reojo como angeline movia las caderas de tal manera que la pierna que llevaba expuesta se viese todo lo posible. sonrei ante aquel gesto, en el fondo se parecia a mi en algunos aspectos.

entre por la puesta de lataberna mientras axel sujetaba la puerta- gracias- respondi simpatica mientras sonreia y miraba alrededor, solo habia gente normal, ningun guardia ni soltado. perfecto.
busque una mesa con la mirada cerca de la puerta y me acomode en ella, sentadome en una esquina algo oscura, la puerta estaba cerca y una ventana detras mia. en cualquier momento podria huir si era necesario.
deje el bô a mi espalda y la mochila a mis pies. me recoste suavemente sobre el respaldo del asiento y observe como aquellos dos se acercaban a la mesa.

Invitarla a cenar a esa muchacha... Eso es lo que iba a hacer ese caballero. Entonces avanzaba hacia la taberna junto a la muchacha, moviendo lo más posible mis caderas para que viera el caballero el escote de mi pierna. Ya que a los hombres, los escotes, ya sean de pecho, de espalda, de pierna o de brazo, les excitaba, y aprovecharía eso en mi favor.

A mi mirada, vi que la muchacha se encogió de hombros, como indicándome que no lo quería. Qué raro entonces que se moviera con tanta sensualidad. Si bien no manejaba bien su delantera como yo, sus movimientos y sus caderas eran su fuerte, donde desprendía sensualidad con fuerza.

Entró en la taberna y se sentó en una de tantas mesas limpias de aquella limpia y tranquila taberna, curiosamente, bajo las sombras. Yo entré tras ella, inclinando la cabeza al muchacho y dándole las gracias con una sonrisa, tras lo cual fui hacia ella, y me senté delante de ella, sonriéndole con algo de lascivia y relamiéndome los labios.

Conque quieres competir conmigo ¿eh? No te será fácil, soy la reina de la noche, y tengo mejoir uso de los senos que tú, de eso estoy casi completamente segura

Tras eso, me incliné haia la atractiva mujer, dejando que pudiera ver casi todo mi escote en primicia exclusiva, apoyándome sobre los codos, mientras le miraba con atención al rostro, paseando mi mirada por su cuello después, hasta su pecho, relamiéndome con lascivia. Esto prometía una batalla bastante interesante, tenía unos buenos y turgentes pechos.

Ambas féminas entraron en la taberna tras cederles el paso y avanzaron contoneando las caderas en dirección a una de las mesas del local, contoneando las caderas y en general esforzándose por exhibir sus explosivos atributos de la mejor manera posible ante todos los espectadores, que en este caso eran los embobados clientes y empleados de la taberna, quienes no apartaban los ojos de los dos pares de enormes tetas bamboleantes y el par de caderas que se contoneaban por el local.
Sonreí de forma estúpida ante la situación y agaché la cabeza negando durante unos instantes, luego seguí detrás de la joven morena en dirección a la mesa que habían elegido.
La danzarina exótica se acomodó rápidamente en el lugar dejando sus cosas muy cerca de ella y acomodándose de manera provocativa en su asiento.
La joven morena voluptuosa se acomodó frente a ella dando la impresión de querer abalanzarse sobre la danzarina en cualquier momento.
Mientras me acercaba a la mesa escuché algunas palabras que le dirigía a la danzarina, algo sobre una competición y sobre las mejores tetas.

-Bueno, bueno, bueno, señoritas...- Comenté divertido mientras me quitaba la capa y el sombrero y los colocaba sobre un pequeño espacio de la mesa, a continuación coloqué mi espada en su funda colgando de su correaje en el respaldo de la silla. -Preocupémonos ahora de las tetas, DIGO... cenas y ya tendrán tiempo de comparar lo que quieran comparar.- dije mientras me sentaba en la silla ligeramente ladeada y cruzaba las piernas.

-No contaba con usted señorita.- Me dirigí a la morena. -Pero ya dispuestos, donde comen dos comen tres, como suele decirse.- Apoye un brazo en la mesa y con el otro avisé al tabernero a mano alzada para que se acercara, no tuve que esforzarme mucho.

-Bueno, estaría bien que todos conozcamos nuestros nombres, Axel, Axel Foley.... encantado.-

levante una ceja incrudula ante las palabras de aquella mujer *¿mejor que yo?*. aun manteniendo la compostura me incline hacia ella apoyando el peso en los codos y situando estos muy cerca entre ellos y de mi, de tal manera que al inclinarme mis pechos se estrujanron y eleveron gracias a ellos. fue un gesto casual aunque ni de lejos como el suyo, aun me doliese admitirlo se la daba mejor aquello- no hace falta ni maña ni destreza para mover los pechos mi palida amiga...¿quieres tu competir conmigo?- me incline aun mas hacia ella, despegando el trasero del asiento para hablar mas cerco de su oido y asi garantizar nuestra privacidad-yo soy la reina. el diamante exotico de ebano y fuego- volvi a mi posicion anterior antes de proseguir- no me interesa ese hombre pero.... si quieres competir, contigo podria hacer una excepcion- sonrei con cierta picardia cuando la observe mirar mis senos con lascivia y relamarse los labios varias veces.

en cuando senti que el ultimo integrante de nuestro extraño grupo se hacercaba a la mesa volvi a recostarme en la silla no sin antes echarle un ojo a los pechos que tan generosamente se esparcian por la mesa.
antes se sentarse se quito la capa y el sombrero, como antes bien habia adivinado debajo de estos llevaba una armadura que aunque lijera parecia muy resisitente y tremendamente elegante. aquello no me gustaba nada.
tenia la opcion de escapar ahora que la espada yacia a su esplada, la puerta estaba lo suficientemente cerca como para salir por ella antes de que alguno de los dos reaccionase.
tambien podia esperar a saber algo mas de sus intenciones, el vino soltaba a los hombres la lengua y eso seria bueno para mi.

-claro, cenemos..-sonrei ante su descuido y levante la mano para llamar al camarero- yo soy subhi libni, pero podeis llamarse subhi y sub, como prefirais- al llegar el camarero le sonrei con calidez y espere a que ellos pidieran antes que yo, para poder evaluar algo de sus conductas.

Me fijé en cómo aquella mujer, mientras la observaba, se inclinaba hacia mí, dejando que sus pechos se aplastaran levemente, y se elevaran por sus codos. Mi vista se regocijaba con lo que veía, dado que el que fuera de las dos bandas me hacía a veces perderme por las mujeres de grandes senos.

Se inclinó hacia mí, insuflándome su cálido aliento en mi oído, por lo que me estremecí levemente por unos segundos, mientras oía lo que me decía.

Pero antes de poder responderle nada, apareció el muchacho, reiterando su invitación para mi de quedarme en la mesa, tras ponerse cómod, y se presentó como Axel poco después.

Yo me recompuse, sentándome como una dama en la silla, con las manos sobre las piernas suavemente, aunque seguía con el escote algo abierto, que se viera bien.

Al oir también el nombre de la chica tras llamar el camarero, me incliné con un brazo bajo el pecho, y bajando la cabeza.

Encantada, Subhi, Axel. Me llamo Angeline Breedlove, por favor, llamadme Angeline o Angy si gustais

Tras eso, me giré al camarero, inclinándome hacia éste para que se deleitara con su vista, y le dediqué una sonrisa.

Por favor, tráigame una botella de un buen vino vuestro ¿y vosotros qué deseais?

Pregunté mirando a los otros dos sin dejar de presentar mi particular sonrisa

Escuché atentamente mientras ambas chicas me comunicaban sus nombres y se acomodaban en sus asientos mientras el camarero se acercaba, esté escuchó pacientemente mientras el grupo le hacía sus peticiones:

-Una jarra de cerveza negra de vuestro mejor barril.- le dije al camarero cuando Angeline hizo su petición. -Y.... alguna cosilla para picar, algo ligero;- añadí antes de volverme a las chicas, -esta noche hace demasiado calor, ¿no os parece?.-

Me concentré en mirar el generoso escote de la joven morena con sus voluminosos pechos, aunque había notado un cierto respeto en la otra joven, la danzarina, pues parecía que mostraba demasiada atención hacía mi espada a mi espalda y quizás ante la posibilidad de que pudiera esconder alguna otra arma escondida bajo mis prendas. ¿Acaso pensaba que podría ser un asesino?, ¿un agente enviado a eliminarla?, ¿quizás arrestarla?... ; No tenía ninguna de esas intenciones en mente, pero tampoco podía juzgarla o cuestionarla si ese era el caso.
¿Podría ser que quisiera robarme?, podrían ser una simple ratera que quisiera engatusarme para luego robarme, al amparo de una noche de placer que me pudiera costar muy cara.

-No debéis temer por vuestra seguridad.- Dije al volverme en dirección a la danzarina. -No os voy a arrestar ni mucho menos haceros daño alguno.-

-Pero si no os agrada mi compañía no tengo inconveniente en desaparecer, estoy seguro que encontraréis mayor agrado en vuestra mutua compañía.-

Respondí mientras hacía ademán de levantarme de la silla y recoger mis cosas de la mesa.

sonrei ante la reverencia de angeline, seguia sin entender ese protocolo que tenia la gente para saludarse pero aun asi, al hacerlo sus pechos habian vuelto a acabar bien visibles, algo bueno de toda esa formalidad.

ellos dos pidieron algo de beber ¿cerveza, vino? no deseaba perder la razon en una situacion como aquella y menos delante de aquel hombre. aunque me doliese reconocerlo me inspiraba cierto temor, con aquellos ojos frios e inexpresivos, sin contar con la armadura y la espada ¿quien salvo una amenaza hiria asi por las calles?- para mi solo agua gracias, aunque a algun aperetivo no le haria yo ascos- sonrei al camarero mientras veia como este se alajaba a por nuestros pedidos.

estaba distraida mirando al jovencillo marcharse y las palabras de axel me pillaron con la guardia baja, sin poder evitarlo un escalofrio me recorrio entera dejando una sensacion de frio por todo el cuerpo, una blanco mortecino se apodero de mi rostro mientras escuchaba sus ultimas palabras. ¿ como sabia el que temia porque me arestaran?

por suerte estaba girada y no podia ver mi cara, para ganar tiempo tire acidentalmente un tenedor al suelo y me agache con la escusa de cojerlo. necesitaba un plan!
si le permitia marcharse podria alertar a la guardia y en menos de 20 minutos estaria en la carcel o peor aun...
en cambio si le mantenia en la mesa aunque mi seguridad inmediata peligrase mas alomejor podia ganar tiempo para pensar un plan, una manera de salir de aquella situacion airada.

suspire aun debajo de la mesa, una, dos, tres veces.... y entonces volvi a incorporarme con el tenedor en la mano y ya porfin la compostura recobrada, con suerte no habia visto mi reaccion anterior.- perdona si mi actitud te ha dado a entender que no gusto de tu compañia- sonrei de una manera muy natural. toda una actriz decia mi madre- de no ser asi no habria aceptado tu invitacion antes de ¿no crees? ademas....- me eche hacia atras en mi asiento mientras dejaba escapar una risita entre mis labios- que tonterias son esas de arestarme ¿acaso alguien podria tener interes en una bailarina ambulante?- volvi a sentarme bien en mi silla mientras dejaba el cubierto en la mesa y me me reia.

Me extrañó un poco que una mujerona como ella tan sólo pidiera agua. Aunque claro, una artista no podía permitirse consumir alcohol, dado que tenía que tener sus habilidades siempre en condiciones de exhibirlas. En parte la entendía. Yo consumía vino sólo porque sabía que no me afectaba apenas. Pero esa es la única razón, aparte del sabor claro está. De no ser por eso, probablemente tampoco lo bebería.

Axel pidió cerveza, cosa que no era de extrañar. A los hombres parecían gustarle mucho la cerveza, a pesar del amarguísimo sabor que tenía. A mi no me gustaba nada.

Un poquito de calor sí, tal vez, jejeje

Repuse sonriendo por un momento.

Vi que entonces después de la presentación de Axel, éste vió algo incómoda a Subhi y la invitó a dejarnos a solas a ambas dos, cosa que me sorprendió. Éramos sus invitadas... Aunque quedarme a solas con ella empezaba a sonarme bien. Y sin darme cuenta, a todo esto, se me andaba dibujando una sonrisa pícara en el rostro de sólo pensarlo. Pero me despertó de mi ensoñación un ruido metálico. Parecía que a Subhi se le cayó el tenedor, y se dispuso a recogerlo. PEro algo me daba que no se le había caído. Intuición femenina tal vez.

En el tema que andaban conversando no quise meterme mucho. ¿Arrestarla?¿Qué andarían pensando cada uno de estos dos? Yo desde luego andaba muy tranquila. Si Axel trataba de atentar contra mí, se las vería. De eso estaba segura.

Sin embargo, puse las manos sobres los hombros de los dos y los acaricié suavemente.

Bueno, yo creo que le habeis dado más importancia del a necesaria a un tema trivial. No creo que quiera arrestarte nadie, Subhi, al igual que tampoco creo que tú, Axel, desees irte realmente. ¿No hemos venido a tener una encantadora noche los tres juntos? Que así sea entonces ¿no?

Pregunté mirándoles a los dos, primero a Subhi, dedicándole una sonrisa algo pícara, y luego a Axel, sonriéndole de la misma forma. Tras eso separé mis manos de sus hombros y apoyé los codos en la mesa con los dedos de las manos entrelazados.

Ahora algo que sí que importa. Para máxima tranquilidad de todos, propongo que contemos nuestros trabajos y nuestras experiencias. Empezaré yo

Repuse sonriendo algo pícara. ¿Qué debería decirles?¿Asesina a sueldo, dama de compañía, "amiga de dinero"? Un sin fín de labores que hacía sin dedicarme a la profesión en cuestión.

PAra empezar, yo alguna vez he trabajado como dama de compañía, y aquí no me malinterpreteis, es lo que suena simplemente. Acompaño a mis clientes y les ofrezco el servicio que soliciten por una cantidad interesante de dinero. Esto no incluye servicios sexuales ¿Eh? Jejeje

Repuse riéndome de mi propio chiste

-Aquí nadie va a arrestar a nadie.- Comenté divertido mirando a ambas chicas sin levantar la voz, pero con un tono perfectamente audible por ellas. -Excepto claro está, que la guardia de la ciudad nos busque a alguno de nosotros...- Miré de lado a la bailarina exótica cuando pronuncié estas palabras, su extraño comportamiento hasta ese momento delataba que se encontraba inquieta, aunque desconocía el motivo.

El camarero apareció portando las peticiones en una enorme bandeja y las fue colocando en la mesa una por una, para mi la cerveza, agua para la bailarina y vino para la otra chica. Además nos dejó unas escudillas alargadas con aceitunas, frutos secos y una especie de aperitivo de queso en trocitos. Supuse que aquello era por la petición de la bailarina de un tentempié para abrir el apetito antes de la cena.
Tomé un sorbo de cerveza que se deslizó fría por el gaznate en una agradable sensación y me puse a picotear de las escudillas mientras escuchaba sus palabras:

-No me malinterpretéis, no pretendo arrestar a nadie ni tampoco busco los favores de ninguna damisela para pasar la noche.- Comenté despreocupado mirando esta vez a la joven morena que había comentado haber ejercido de acompañante.

La chica morena decía que no ofrecía servicios sexuales, pero el contoneo de sus caderas y sus movimientos cargados de sensualidad abrumadora la contradecían, mas bien la delataban. Quizás no cobrara por ello, pero desde luego estaba seguro de que en su trabajo había algo mas que paseos y conversaciones con sus clientes. Algo de experiencia tenía sobre las mujeres en general y en este caso concreto tenía la impresión que esta chica buscaba algo mas que compañía y tenía un algo que no lograba entender, un halo de depredador que no había visto en la mayoría de las mujeres con las que había estado.
La bailarina sin embargo se mostraba mas esquiva y menos dispuesta a llegar lejos, a parte de sus inquietudes y reservas, comprensible por otra parte, tenía la sensación de que solo estaría dispuesta a llegar a la alcoba a cambio de algún propósito o beneficio para ella, no necesariamente dinero. Desde luego no parecía interesada en buscar placer esta noche. ¿y porqué pienso estas cosas ahora? Pensé al volver a la realidad y darme cuenta que había permanecido unos instantes pensativos mirando a la chica morena.

-Bien, supongo que es el momento de explicar el porqué estamos aquí, ¿quien quiere empezar?.-

trage saliva y trate de sonreir con amabilidad y algo de sorna.¿ a que se referia con que no pretendia apresar a nadie? antes de nada ¿ quien era el para poder apresar? era un guardia seguro, quiza uno fuera de servicio o de otra ciudad. pero aquel tono de autoridad que rezumaba por su voz no era de un ciudadano normal.
la idea de huir o pegarle cada vez tenia mas sentido en mi cabeza.sus palabras eran sumamente sospechosas, su aspecto y su tono de voz completamente avasalladores.

debia huir de alli, problamente de ciudad o teñirme el pelo. pero lo primero era salir de la taberna y de la ciudad en el menos tiempo posible, mas exactamente antes que me echaran una red por encima y me exhibieran antes de colgarme. durante todo este dilema mental sonrei como si nada, sin exteriorizar ni un apice de mis sentimientos. mi vida podia depender de mi actuacion hoy.

el camarero llego cargando con nuestra comanda y un pequeño plato con algunos entremeses. agarre una porcion de queso y me la comi despacio, aun pensado en mi plan de huida. y axel me acababa de dar a la perfeccion el metodo de huir de alli. chico listo..

- si quereis empizo yo a contar en que manera vine a parar aqui- sonrei y le di un pequeño sorbo a mi copa de agua. no solo sabia cantar y bailar, tambien sabia mentir, muy pero que muy bien. herencia gitana decian, yo lo llamaba don-antes de nada dire que yo no soy de aqui, soy de linneris, nose si lo conoceis pero es un continente al otro lado del oceano, seis dias en un navio son necesarios para llegar alli. y no es una tarea facil, hay cientos de mounstros marinos en aquellas aguas- modulaba la voz de manera correcta para mantener la atencion del espectardor, tambien gesticulaba lo justo para darle mas veracidad a mi historia- bueno, nose desde donde deseais oir mi historia pero os resumire lo primero: naci en los desiertos del sur, unos paramos esteriles donde poco crecia y menos aun sobrevivia. cuando fue mi quinto dia del nombre aparecieron unos piratas y arasaron nuestro pequeño pueblo, casas quemadas, familias destruidas y todo el horror que aquello trae.
por suerte a mi familia y a mi nos tomaron como esclavos, quiza el color de piel o el pelo, no lose pero algo de nosotros nos libro de una muerte segura- lentamente con el pie que estaba por debajo de la mesa atrai hacia mi la mochila y despacio abri la solapa de arriba- nos vendieron como esclavos a un adinerado con latifundios. no teniamos ni para comer asique empece a bailar y cantar para ganar algo de dinero, con el tiempo para comer, despues para comprar la libertad de mis padres y mia- deslice el pie de su sandalia y despacio lo meti en la mochila, urgando dentro y buscando una botella precisa, mientras para distraerles segia contando mi historia, hasta ahora habia sido verdad, ahora tocaba mentir- con el tiempo logre ganar el dinero deseado y mis padres y yo salimos de aquel infierno- hice una pequeña pausa para beber mientras mi pie izquierdo que porfin habia encontrado lo que buscaba- nos mudamos a una pequeña parcela y empezamos nuestra vida pero a las pocas noches el dueño de los latifundios volvio, pensaba que le habia engañado, que nuestras vidas valian mas que lo que habia pagado. llego por la noche con antorchas dispuesto a quemar nuestro hogar y por desgracia lo logro- volvi a beber de la copa hasta dejarla seca y la deje en la mesa, con cuidado subi la pierna de la mochila a mi regazo, arastrando consigo una botella de cristal que contenia alcohol puro para mis actuaciones- asique huimos a este continente para empezar de nuevo nuestra vida.

porfin habia acabado mi gran historia y mi gran plan- lo siento muchachos pero esta noche no me arestara nadie...- murmure bajito antes de estampar la botella de alcohol contra la mesa y cojer al mismo tiempo con la otra mano una de las lamparas de la mesa de al lado que tambien tire contra la mesa.
las llamas prendieron al instante, creando una pantalla de humo entre yo y ellos. me agache recogiendo mis cosas mientras que alzaba la pierna y golpeaba la mesa, lanzandola directamente.
al segundo siguente aun con las cosas en la mano salte por la ventana que estaba a mi derecha, atravesando los cristales y cayendo de culo en el suelo. no espere ni un instante antes de empezar a correr como alma que llevaba el diablo en direccion a las puertas de la cuidad, para huir de alli.

off: porque siempre me haceis huir? TT

OFF Desconozco quién ha sido el malo hoy aquí, si Subhi huyendo o Axel intimidando, jejeje. PEro mi decisión está tomada, jejejeje *guiño guiño*

ON

Tenía Subhi una sonrisa extraña mientras Axel decía que nadie iba a apresar a nadie. Ella simplemente sonreía sin sentimiento alguno y asentía.

El camarero llegó con la comida y la bebida y la dispuso en la mesa, con lo que simplemente tomé mi copa de vino y le di un sorbito tranquilamente, apacible y mansa como un gatito.

Sin embargo, el comentario de este hombre... Parecía un tanto sospechoso reiterando una y otra vez en lo mismo. ALcé una ceja mientras dejaba la copa en la mesa, extrañada, y entonces noté una especie de punzada en la cabeza. Pocas veces me ocurría, así que claramente sabía que algo iba a pasar.

Andaba alerta, porque cuando me daban esas punzadas, ocurría algo siempre.

Subhi se dispuso a contar su historia, una, cabe destacar, penosa historia, triste.

Curioso era que el viaje durase 6 días, y con monstruos peligrosos. Me preguntaba qué clase de monstruos habría por el mar que fueran peligrosos para la navegación. ¿Sirenas?¿Krakens? ¿Calamares gigantes? En fin, no lo sabría si no preguntaba alguna vez. PEro su historia avanzó y avanzó, hasta un punto en el que sacó una botellita. Y vi cómo la tomó, y retrocedí de un salto tras ver que la lanzaba a la mesa, y que poco después lanzaba una lámpara de aceite. En ese momento, llegué hasta la pared, y me apoyé en la pared, sin tocar el suelo, con manos y pies, y de ahí salté con fuerza para pasar por encima de la mesa ardiente, y me lancé a la carrera por la ventana que ella salió. POr supuesto tenía que alcanzarla, ya que era humana, o eso parecía, y yo no lo era, al menos totalmente. Sin darme cuenta, mientras salía por la ventana, me habían crecido los colmillos, y se me rajó el vestido por delante un poco de correr, lo que me permitió correr más.

Traté de alcanzarla finalmente tomándola por los hombros, y si lo conseguía, me tiraría con ella rodando por el suelo, sin dejar que su cabeza se golpeara, por supuesto.

¿Por qué corres, Subhi? Repuse un tanto frenética por la carrera. Sentía que algo se me hinchaba y desinchaba más deprisa en mi pecho. Mis pulmones, por supuesto.

Si la había cogido, en el suelo me abrazaría a ella, apegándome a ella y jadeante a pesar de que no necesitara el oxígeno.

No debes asustarte... Eso que has hecho parecía típido de una criminal... Aunque tú no lo eres... Llámalo intuición femenina si quieres... PEro sé que no has hecho nada...

Repuse mientras le murmuraba al oído desde su espalda, si es que a todo esto, la había cogido y había rodado por el suelo con ella.

Suspiraría en su oído y una de mis manos ascendió sin llegar a su pecho.

Además...hmm... No debes huir y dejar a tu "rival" así...

Repuse en un tono bajo y suave, mientras sonreía algo pícara. Pero claro, suponía que no me podía ver el rostro, ya que la tenía sujeta por la espalda. Lo cual era mejor para mí, dado que sería mejor que no viera mis colmillos alargados por la excitación de haberla perseguido.

Parecía que mis deducciones eran acertadas, la bailarina ocultaba algo. Probablemente algo relacionado con algún delito o quizás fuera una fugitiva de la justicia. Se delataba demasiado mirando la empuñadura de mi espada y recorriendo mis formas en busca de armas o algún otro rastro que confirmara sus sospechas, los intentos por parecer calmada tampoco surtían efecto.
Cuando el camarero se alejó tras habernos atendido y todos nos hubiésemos servido nuestras consumiciones, la bailarina tomó la palabra y comenzó a relatarnos su historia:

Poco a poco nos fue narrando la historia de su vida, de donde procedía, su origen, su destino de esclavitud, su libertad, como el destino parecía haberle vuelto la espalda de nuevo a ella y sus seres queridos y finalmente como había llegado a Eliria. Cierta o no su historia, aunque no tenía motivos para dudar de ella, era una historia de constantes huidas y persecuciones, lo que explicaría su comportamiento en este momento.
Posiblemente debía de creer que era un esclavista dispuesto a apresarla para devolverla a sus antiguos propietarios, o quizás para venderla en algún mercado de esclavos como concubina, previamente de haber gozado de ella por la fuerza.

-Vaya... perdonad mis pala..- Me dispuse a disculparme por mi actitud anterior a su relato pero no pude terminar. La mesa fue repentinamente volteada y los objetos que en ella se encontraban salieron despedidos contra el suelo en medio de un estruendo.

La chica con una sorprendente agilidad salió despedida a la carrera en dirección a una de las ventanas de la taberna, lugar por donde escapó atravesando los cristales de la misma. La joven morena voluptuosa salió en su persecución casi instantáneamente, dejándome solo en medio de aquel percal:

-¡¡¡ Malditas Rameras !!!, ¿quien va a pagar ahora todo esto?.- Rugió el dueño de la taberna con cara de pocos amigos y un machete de carnicero que había aparecido por arte de magia en su mano.

Decidí apresurarme en desaparecer lo antes posible, pues los criados y algunos clientes parecían dispuestos a unirse a un futuro linchamiento en busca de mi dinero:

-¿Y quien se puede fiar de esta clase de mujeres?, tan pronto te desabrochan la bragueta como te roban la bolsa del oro...... No os preocupéis, os las traeré de regreso y podréis obligarlas a que os paguen los daños.- Repliqué rápidamente poniéndome en pie y llevando la mano a la empuñadura de mi espada. Con la otra mano arrojé una bolsa con un puñado de monedas de bronce: -Esto por las bebidas y las viandas.- Y antes de que nadie pudiera reaccionar ante mi gesto, desaparecí por la puerta de la taberna a toda velocidad, antes de que se les pasara el efecto de mi treta. No pensaba quedarme a discutir nada con el tabernero.

-¡ Maldita chica, nada de esto era necesario !.- Grité para mi mismo corriendo por las calles, persiguiendo la figura lejana de la joven voluptuosa, que mas que correr parecía volar.

Tras varios giros por diversas callejuelas y perderla varias veces de vista ya casi estaba a punto de transformarme en dragón para acabar de una vez por todas con la maldita carrera y de repente vi un bulto en el suelo de la calle. Cuando me acerqué a él vi a ambas chicas tiradas en el suelo: la bailarina contra el barro y la joven voluptuosa encima de ella, ¿le estaba tocando los pechos?.

-Pero que demonios........-