[Misión (en proceso)] Evolucionando a Evee

A lo lejos de Eliria, se encuentra una ciudad bastante alejada. Era un poblado pequeño y del que casi nadie ya se acordaba. Hace poco un extraño fenómeno paranormal ocurrió en dicha ciudad. Un terrible monstruo apareció llevándose consigo las vidas de muchas personas que vivían allí.

La seguridad del pueblo se reforzó y se pidió tanto a las ciudades cercanas como a la ciudad capital que se les ayudase para acabar con dicho monstruo.

En el tablón de tu ciudad observas esta petición y decides ir en busca de aquel monstruo.

La gente del poblado estaba con sus quehaceres, unos estaban en la panadería horneando el pan, otros estaban en la herrería forjando armas y otros cuantos hacían otras muchas cosas.
De pronto notaron como las puertas de la ciudad se abrían y un intruso entraba. Te miran con desconfianza y mas todavía cuando ven que ibas por aquel lugar como si fuese tu casa.
De pronto el herrero te bloquea el camino. Era un hombre alto y muy musculoso, sus brazos estaban llenos de venas y sus manos estaban surcadas en ampollas. Te mira de arriba abajo como si fueses un insecto. No le gustó tu actitud.

-¿A donde te crees que vas?- te dice desafiante- ¿quien demonios eres tú?

El herrero te miraba aún con desconfianza, tu entrada no ha causado buena impresión pero aún así estaba pensando si darte el beneficio de la duda. El resto de aldeanos dejaron sus tareas y se acercaron lentamente hasta donde estabais vosotros.

-Asi que has oído lo que ocurrió, que trae a alguien como tú aquí- te miro de arriba a abajo, estaba evaluando tus posibles habilidades- además, no crees que es adecuado empzando por dar a conocer tu nombre.

Ahora parecía que el herrero te tenía un poco mas de confianza. Se cruzo de brazos y escucho atentamente todo lo que tenías que decirle. Cuando terminaste, se aclaró la garganta.

-Entiendo con que te llamas Ratsu, en ese caso me presentaré yo. Mi nombre es Albert Williams. Soy el herrero y el jefe de este poblado. Dime ¿como te has enterado de nuestra situación actual?

Un rayo de esperanza se situó en los ojos de Albert.

Albert se rascó el menton, estaba intentando acordarse de tu rostro pero definitivamente no le sonabas de nada.
La expresión y músculos del herrero se relajaron un poco. Poco a poco parecían tenerte un poco mas de confianza.

-Entiendo- dijo simplemente- y una última pregunta, ¿quien te envía?

-Eso cambia mucho las cosas, así que eres un mercenario. De acuerdo aceptaremos tu ayuda. Como bien has podido oír el hace unas semanas ocurrió un fenómeno bastante curioso- comenzó a explicar Albert- una lluvia de piedras ardiendo ataco los alrededores de nuestra aldea, causando grandes destrozos. Por suerte nos pudimos recuperar pronto pero lo que vino después fue terrible.

Te miro seriamente, quería captar toda tu atención.

-Un poderoso monstruo tuvo que surgir de aquel suceso. Es una criatura muy poderosa, grande...muy grande y con un poder descomunal. Ha matado a muchos de los nuestros y debemos acabar con su vida antes de que liquide a todo el pueblo.

Albert no parecia muy contento con tu respuesta. Miro al resto de aldeanos y luego a ti de nuevo.

-entiendo que te preocupe la seguridad de los aldeanos, pero esta empresa es demasiado compleja, ademas, no sabes ir solo hasta el lugar en cuestion aunque te digamos donde se ubica el sitio. Lo mejor es que uno de los nuestros te acompañe hasta el lugar.

Albert miro a sus aldeanos hasta que encontro el que podia ayudarle.

-Ryo, acompaña a nuestro invitado hasta las ruinas del antiguo castillo. Cuando estes seguro de que ha llegado, vuelve al poblado.

Ryo asintio e hizo una leve inclinacion de cabeza.

-si, me asegurare de que llega sano y salvo. No os preocupeis

-Bien pues partamos pues, no hay tiempo que perder, con suerte podrás eliminar al monstruo y podremos vivir empaz.

Empezaís a caminar por un denso bosque, el clima empieza a caldearse poco a poco. Hacía cada vez mas y mas calor.

Llegaís hasta una explanada bastante grande, allí había unas ruinas de lo que parecia que fue hace tiempo un castillo.
No había nada a la vista, al menos por el momento.

Ryo, empieza a tener mucho calor, su camisa empieza a empaparse por el sudor. El color de su piel empieza a ponerse roja.

-En...efecto este es ...el lugar donde...habita el monstruo.

Notas una presencia alla en el fondo de la explanada, comienzas a caminar lentamente. De repente de la nada salen disparadas varias bolas de fuego de un tamaño considerablemente grande. Van en vuestra direccion. Una de esas bolas impacta contra Ryo, quitandole la vida al instante.

Echas el vuelo y tienes una perfecta vision de toda la explanada. Ves ruinas y piedras por todos lados. No hay rastro de ninguna criatura.
Desciendes al suelo poco a poco. Cuando pones tus pies en el suelo notas como un gran temblor anida en el suelo y frente a ti aparece el esperado monstruo.
Un gigantesco zorro de 9 colas, era blanco y muy grande.

Spoiler:

En una de sus 9 colas estaba incrustrada una preciosa piedra roja, bastante brillante, tenia los ojos rojos.
De sus fauces salio una gran llamarada que fue en tu direccion.

La ráfaga de luz casi da lleno a zorro, pero este era muy ágil y consiguió esquivarlo de una voltereta hacia atrás.
El monstruo ahora estaba enfurecido. Coge una gran bocanada de aire y te lanza la bola de fuego mas grande que hayas visto en tu vida hasta ahora. Intentas esquivarlo, tu agilidad te ayuda bastante pero aún así aquella bola de fuego consigue hacerte una quemadura en tu pierna derecha.
Desciendes poco a poco al suelo.

El Kyubi se ha percatado de la bola de luz y juntando sus 9 colas formo una bola de fuego del mismo tamaño que la bola de luz que le has lanzado.
Sonriendote con malicia lanzo la bola en tu dirección, ambas bolas chocaron a la vez y ambas luchaban la una con la otra para ver quien ganaba de las dos.


El choque de fuerzas provocó una explosión y tanto tú como el kyubi salisteis disparados.

El Kyubi al ver desevainada tu espada retrocede un poco, vas a lanzarte hacia él en un ataque directo. El animal se siente al principio un poco acorralado y de sus 9 colas salen nueve bolas y todas ellas se juntan en una solo creando de esta manera una rueda de fueggo. La lanza sin piedad hacia tí.