Oda heráldica

Aral Letsop.

Ese nombre resonaba en el eco de las paredes de esa cueva cercana al lago. El laberinto era demasiado grande como para no pensar en que te habías perdido, pero la guía de todo hombre, el ovillo de lana dorado, era una forma fácil de encontrar la salida. Todo hombre se ve guiado por la línea de su destino, pero había suerte de que pudieras caminar el rastro de ese ovillo hacia atrás, porque no todos dirán lo mismo de su vida. El mapa no estaba terminado, pero colocó una runa donde el rastro del ovillo había terminado, y regresó sobre sus pasos.

Una vez fuera, tras admirar el hermoso lago, se desvaneció.

Tras irme de aquella isla, decidí volar lejos de allí. Volé hasta sobre volar unas especies de cuevas. Descendí y me metí dentro de una de ellas.
Al entrar, capté una sombra y un gran poder en aquella que me atraía. La sobra se desvaneció y, mientras desenvainaba mi espada poco a poco me acerque al lugar. Ilumine el sitio en si y no había nadie. Guarde mi espada, pero seguía preocupado: ¿quién o qué era aquella sombra?. Algo me decía que era una persona con gran sabiduría y con gran poder, de seguro.
Me paré a recapacitar lo que vi. ¿Podía ser un humano?. Lo dudaba, ya que los humanos no me harían corromper tanto mi curiosidad. Me quede observando aquel lago, en el cual se reflejaba la luna. Observe la luna con detenimiento. Algo se escondía allí, ¿pero el qué?.

HAbía notado una fuerte presencia ir de un lugar a otro estos días. Una presencia angelical. ¿Qué haría un ángel yendo de un lugar a otro? Así que decidí aparecer por uno de los portales del cielo. La presencia estaba cerca de una de las cuevas de Shvati. Descendí suavemente con mis alas emplumadas blancas del cielo. Llebaba un guante especial de cuero tratado con magia de un hechicero, que aislaba la oscuridad de la luz.Y llevaba la espada de oscuridad colgando del ceñido cinto que tenía a la altura de las caderas. Me había puesto uan fina chaqueta de seda, lo suficientemente larga para tapar el arma, y descendí con suavidad junto a la cueva y un lago que no estbaa muy lejos. La presencia se encontraba cerca, de eso estaba segura. Y vi a alguien con algo brillante en sus manos. Me fui acercando lenta y cautelosamente hacia allí, y le miré, sonriendo con ternura.

¡Hola!¿Qué tal?¿Qué haces aquí, tan solo? Pregunté de forma inocente. Querçia saber qué podría hacer aquí en un lugar tan solitario, un ángel.

Me sorprendió su reacción a mi visita. ¿Podría haberle sentado mal que tratara de conocerle?Bueno, ante todo estaba en calma. Me fui acercando hacia él con paso lento.

Me preocupas porque andas vagando por Yggdrassil sin rumbo fijo, y me gustaría poder ayudarte a encontrar lo que necesitas. Estoy segura de que algo buscas. Y...por mí encantada... Me llamo Amy Sunie, Reina de los Ángeles Renegados. ¿Y vos quién sois?

Se giró hacia mí un hombre de ropajes extraños y piel tostada a diferencia de la mía tan blanca y delicada. Parecía llamarse Helios... Hyperion... Extraño nombre para una persona, por muy ángel que fuera.

Al parecer me preguntó que por qué era renegada. A decir verdad, nadie me había preguntado nunca eso.

Avancé delante de él, y desvié mi vista hacia el lago, cerrando los ojos.

Pues....verás.... Yo iba a ser la Reina Oficial... Pero mi madre desapareció....Y con ello, su herencia al trono, que luego me cedería a mí, se perdió. Y se le pasó el testigo a la familia más próxima...Desconozco a quién se le pasó el testigo, pero sé que yo tuve que exiliarme por miedo a que intentaran eliminarme para asegurarse su puesto...Y por eso me hice renegada

Repuse mirando hacia Helios de nuevo, girando sólo la cabeza

Ahora ¿qué es lo que buscas?

Al parecer lo que necesitaba era un guía... bien espiritual o bien alguien que le resuelva sus dudas. Y la verdad es que la oscuridad la noté, pero no puedo saber de quién se trataba. Y me hizo algo de mella que me preguntara si le ayudaba por ayudar o por otra cosa. ¿Qué se podría pensar sino que quiero ayudar sin más?¿Por qué iba a querer algo de alguien que desconocía?

Me crucé de brazos un poco molesta por ello.

¡Oye! Yo no quiero nada de ti. Sólo te ayudaba, sin más, por el hecho de ayudar.... Y mis objetivos son muchos....tengo muchas cosas que hacer en esta vida

Repuse con el ceño un poco fruncido. Me había molestado que me dijera que pareciera que qusiera algo de él.

Desfruncí el ceño, pero seguía con los brazos cruzados y le miré a los ojos.

Pues claro que me ha molestado. ¿Crees que todo el mundo necesita de una razón para ser bueno con los demás? Ese no es, o no debería ser, el mensaje que predique un ángel. Ni en sueños. Y por mucho que no te conozca, estás necesitado de ayuda ¿por qué no iba a ofrecértela?

Pero luego me relajé y dejé caer los brazos, sin poder reprimir una sonrisa tierna que me solía caracterizar.

Pero bueno... No te preocupes, no pasa nada, jeje. Y verás... Las guerras empezaron mayormente, en sus comienzos, entre los ángeles y los demonios. Cada uno trata de conseguir más territorios y de derrocar al otro por la supremacía total. Eso es lo que pasa... Pero yo no quiero eso... Yo quiero unir a todos los pueblos... Quiero que haya paz.... y armonía... ¿Tan difícil es conseguir eso? Nunca encontraré la respuesta... Eso me temo...

-Tu respuesta es simple. La bondad no existe, cualquier acción consciente es llevada acabo con el fin en mente de obtener una satisfacción a la hora de realizarla. Ayudar a alguien no es diferente. ¿No te sentirás bien ayudando a alguien? Esa acción no es menos egoísta que la de no ayudar a nadie más que a si mismo.

La voz se escuchó desde la entrada de la cueva. La runa que había en su interior empezó a brillar con fuerza.

Orbe de Cnossos - Lineal A

De repente, un gran cúpula de oscuridad con símbolos indescifrables rodeó la laguna entera, dejando como única salida la caverna. Estaba apoyado en la pared junto a la entrada, me acababa de transportar segundos antes de mis palabras y de que hubiera activado el hechizo de la runa que se encontraba en el interior del laberinto de cuevas con un chasquido de dedos.

-Buenas noches.

OFF: Aral posee el aura de un superior hechicero, no la de un rey yasgeniod debido al desarrollo de la historia de mi personaje.

Al ver que miraba al cielo, me senté de rodillas al suelo, invitándole a una conversación más relajada, con la piernas a un lado.

Yo no es que quiera "unirlas" bajo un solo mando. Quiero que estén en armonía. Quiero que todas se lleven bien...Y quitarse a los humanos...Es deplorable. Todos los ángeles, demonios y ángeles caídos fueron humanos antes... Me parecería muy impropio viniendo de un ángel.... No sé si me entiendes, Helios... Y te aseguraré algo... El diálogo todo lo arregla, y todo se puede conseguir con ello. Así que no lo dudes en que todo lo haré con métodos pacíficos. ¿O es que acaso crees que se debe conseguir por la fuerza?

Pero poco después de decir eso... oí la voz de la cueva. Eso me enfureció. ¿Qué se había pensado quein lo hubiera dicho?¿Y cómo lo había oído?

Poco después apareció el dueño de la voz allí, frente a nosotros, junto a la pared. Me levanté de un salto del suelo, y de ahí, di una gran zancada hacia él, pero manteniendo la distancia. Le miré a los ojos, insegura. ¿Qué quería él?

¿A qué viene eso?¿Eres otro de los que crees que no puedo ser altruista?

-Simplemente digo que no puedes realizar ninguna acción en la que no obtengas ningún beneficio personal. La simple satisfacción que te da regalar tus riquezas te hace parecer egoísta. No hallarás nunca algo parecido al altruismo. Y si no...

Alcé la mano y la señalé.

-...demuéstramelo.

Miré de reojo y escuché al otro ángel.

-Sí. Pero no soy un invitado o un anfitrión. Soy otra cosa. Soy un buscador.

Caminé hacia ellos. Pasé de largo junto al ángel femenino y me situé entre los dos.

-Ahí dentro hay algo que busco. Y vosotros seréis tan amables de encontrarlo. No tenéis otra alternativa. Esa esfera os impide escapar. Sólo podréis huir de aquí por la cueva, o con mi ayuda.

Extraje de mi zurrón dos runas azules. Las dejé caer en el suelo.

-Quizás deberíais llevar esto.

Me transporté de nuevo hasta la entrada.

-¿Qué haréis?¿ Encontraréis vuestras respuestas o os convertiréis en marionetas del destino y la labia?

Al parecer Hyperion me estaba restregando lo que dijo aquel hombrecillo. Y no dije que él lo fuera en realidad, pero lo deducía por su luz y su aura. Digo yo que ser ángel ayudaba a reconocer a tus congéneres. Aun así, en realidad sí elegimos qué ser según la vida qwue llevemos. Eso es lo que determina en qué nos convertimos luego.

Aun así, no le quise responder a eso. Me tenía muy entretenida el hombrecillo, que, valiente de él, se acercó a nosotros a hablarnos de la cueva y algo que él quería, cuando un escudo nos cubrió y nos impedía salir.

Entonces se acercó a nosotros y dejó caer al suelo dos runas, que miré desconfiada. ¿quién te da algo después de encerrarte así como así?

Me había enfadado ese hombre. ¿Qué se pensaba?¿Que me podía encerrar y obligar a que hiciera el trabajo sucio por él?¿Cree que yo soy manipulable así? Mi mano, que tocaba el guante que tenía guardado, un guante mágico, temblaba. Me estaba enfadando. Fue entonces cuando me dirigí al hombrecillo mientars me ponía el guante.

¿Es que no sabes pedir las cosas para que te las hagan?¿Tienen que ser...

Me puse el guante en ese momento ¿por la ...tomé la espada oscura por su empuñadura, protegida de la misma con el guante FUERZA? Grité finalmente.

Desenfundé la espada, una espada que despedía un aura oscura, y apunté con ella hacia el hombrecillo. Las aguas del lago empezaron a moverse, a vibrar, a burbujear, y empezar a formarse olas, hasta que una gigante salió del mismo. De la ola, salió un chorro gigante hacia el hombrecillo, que iba como un torpedo, y mientras tanto, me había lanzado a vuelo raso, desplegando mis alas, y, como un ave rapaz, me dirigí hacia él con la espada preparada para asestar un golpe en cuanto viera si el agua impactaba o no en él

Sonreí mientras veía impasible como se lanzaba hacia mi. Justo antes de que el impacto acuático me alcanzara, me transporté junto a Hyperion y me senté con las piernas cruzadas.

-Mírala que mona ella. Me recuerda a alguien.

Me llevé las manos a la cabeza y me levanté.

-Bueno, mi labor aquí ha terminado. Espero que actuéis adecuadamente.

Comencé a andar mientras me iluminaba. Miré a la mujer con una sonrisa complaciente mientras avanzaba.

-Demuéstrame que me equivoco.

Desaparecí.

OFF: el interior de las cuevas es este tema: https://creatureswars.forosactivos.net/t2538-el-laberinto-de-aureos-filamentos#43250

Al ver que fallé, me giré con los ojos abiertos completamente, el ceño fruncido, mostrando los dientes. Me había enfurecido este hombrecillo sin nombre.

Le quise lanzar otro torrente de agua, pero cuando fue a darle, desapareció.

En ese momento me agarré la cabeza, y grité al aire, de rabia e impotencia. Mientras, el torrente que iba hacia él y el agua que ántes impactó contra la pared rocosa, formaron un remolino y crecieron hasta el techo de nuestro encierro, volviendo a caer al suelo, y regresando a su lago después del impacto.

¡Arg!¡Me saca de quicio!¡Qué rabia!¡Bah!¡Terminemos esto cuanto antes!

Con ayuda del agua que aún regresba a su lugar, hice una pequeña mano que me trajo la runa, y la sostuve con recelo en la mano libre, y me fui hacia la cueva, sin reparar en que Hyperion también vendria. ME daba igual, estaba enfurecida con ese hombrecillo.