Los bosques fueron testigos:

Off: Procedente de la otra zona.

-Vaya... dais por sentado muchas cosas señorita.- Dije con cierta ironía y una sonrisa malévola en el rostro. -Arconte renegado Axel Foley, ya que parece que tenéis interés por los renegados.- Avancé unos pasos alrededor de ella observándola con prudencia.

-Esta devastación es obra nuestra, los servidores de la Emperatriz y sus consejeros, esos viejos achacosos y locos, solo piensan en tonterías.- Me quité el sombrero y acaricié mi melena en un gesto de incomodidad, no me gustaba pensar en la corte de la Emperatriz.

-Sois demasiado altiva señorita, ¿os gusta el poder, verdad?.-

-Oh un renegado-sonreí, -Me da la impresión de que tu y yo nos vamos a llevar bien, los Urobas somos almas de oscuridad, no tenemos tiempo para cuidar arbolitos, por ello estoy orgullosa de ser renegada, no soportaria estar al mando de una ''heroina'' de la luz dragona.-

Me puse en pié rapidamente
-Me encanta el poder, voy a ser el Uroba mas fuerte que pise estas tierras, me he estado entrenando con muchas razas distintas para cumplir mi ambición, y creo que tu podrias formar parte de ella-
le mire de arriba a abajo, tenia potencial...
-Asi que este es el Uroba que calcinó estos bosques, no está nada mal, me pregunto si podré confiar en el..-

No pude evitar reír ante su comentario de una "heroína" de la luz dragona. Sí, estaba seguro que esta ambiciosa uroba me iba a caer muy bien. Justamente era esta clase de urobas a quienes necesitábamos para destronar a la Falsa Emperatriz y restablecer un nuevo orden en el reino de nuestra especie.

-Se os ve decidida y convencida de cual es el verdadero camino para nuestra gente.- Respondí sonriendo con benevolencia. -Pocos somos los que opinamos como vos.-

Ella se puso en pie y me observó detenidamente, ¿que podría ser lo que estaba tramando?, creo que podría imaginármelo:

-Os vais a encontrar con mucha competencia, pero que yo recuerde si no me equivoco...- Entorné los ojos como tratando de recordar y luego volví a mirarla: -Ya existe una fuerza de liberación y tiene un líder.-

La señalé con la mano extendida, un gesto de educación para dirigirme a ella:

-No basta solo con fuerza bruta o poder, también son necesarias astucia e inteligencia. La ambición puede hacernos llegar lejos, pero también puede conducirnos a un final.-

La verdad es que Axel me caia bien, ahora lo recalcaba.
-Yo pienso lo que pienso, y no me gusta estar entre dos emperadores que parecen novios enfadados, uno con la bebida y el otro menospreciandonos y haciendo su propia religión, ya sea por cuestiones personales no pudeo dejar el reino asi, por algo necesito compañeros.-
El me tendió la mano como ofreciendome ser el lider... En ese momento sonreí y reí como nunca.
-Jajaja, aqui empieza nuestra guerra! Vamos a arrasar el reino Uroba para construir uno nuevo!...- No me lo podia creer por fin tendria un compañero en el que confiar, ahora solo seria necesario hacer un grupo sólido, destronar al emperador renegado y luego acabar con los oficiales!
-Me agrada haberme encontrado contigo, antes o después esto tenia que suceder, no voy a dejar que seamos el hazme-reir de los demas reinos...-

Le cedí la palabra para ver que pensaba en ese momento

Escuché atentamente todas sus palabras, estaba muy decidida en sus objetivos y puede que demasiado pasional o incluso loca. Desde luego el periodo de inactividad se iba a terminar y empezaría la acción, habría destrucción y masacres. Mi mente comenzaba a surcar a gran velocidad interminables mareas de pensamientos, el futuro se tornaba muy prometedor.

-Bien, pero como comprenderéis,. Guarde una pausa con expresión circunstancial en mi rostro, -espero que seáis generosa en la victoria y sepáis recompensar la lealtad de vuestros seguidores.- Desenfundé parcialmente mi espada y pasé la palma de la mano sobre el filo descubierto.

La sangre comenzó a brotar inmediatamente a través de la carne y enfundé de nuevo la espada, puse una rodilla en tierra y apreté el puño alzado ante ella, la sangre brotaba entre mis dedos:

-Yo Axel Foley, te juro lealtad, juro poner mis garras y mi aliento a tu servicio. Tus enemigos son mis enemigos.-

Esperé en silencio su respuesta, luego ya trataríamos otros asuntos....

Observé atentamente los actos de Axel, en verdad juraba lealtad y eso me gustaba, sabia que podia confiar en el.
-Naturalmente que mis seguidores no se quedaran sin una recompensa, en especial la tuya será bastante buena, pero eso es lo que menos te tiene que importar ahora, el simple hecho de derrocar a Herb es un hecho mas que reconfortable.-
Me acerqué a él y puse mi mano en el trayecto que la sangre llevaba hacia el suelo, la tomé entre mis dedos y la miré, sonreí malevolamente, este era el inicio de lo que habia soñado.
-Eres bienvenido Axel, espero que tu fuego esté al maximo a la hora de usarlo.- Solo con mirarle sabia que era fuerte, ese poder junto con el mio seguramente igualaria al de un rey.
Le invité a que se pusiera en pié.
-Bueno Axel tengo muchos planes en mente para que todo salga bien, pero ¿Tienes tu alguna idea que aportar? Cualquier planteamiento es bienvenido...-
Mi cara en ese momento no tenia precio, era la cara propia de una asesina los nervios me desbordaban pero como de costumbre mantuve la figura gracias a mi paciencia.

Ella aceptó con regocijo mi juramento de sangre y asé me lo expresó con sus palabras. Tenía la sensación de que sus deseos comenzaban a tomar forma, pero ahora había que comenzar a planificar las futuras estrategias. Había mucho por hacer y partíamos prácticamente desde cero.

-Mi aliento siempre estará listo para consumir al enemigo, mi señora.- Respondí al ponerme de nuevo en pie ante ella.

Envolví mi mano en un pañuelo sacado de uno de mis bolsillos, recordé el presente que aún portaba atado en mi muñeca, el presente de Neliel, ese era intocable, pensé mientras anudada el otro en mi mano apretado con fuerza contra la palma que me había cortado intencionadamente.
Mi señora me miró con expresión de satisfacción asesina, estaba realmente excitada ante la perspectiva de lograr sus objetivos, que en cierto modo eran los mismos que los míos:

-Por supuesto nuestras primera acción debe ser el liderato de las fuerzas renegadas, después incrementar nuestras fuerzas.- O de lo contrario no llegaremos muy lejos, pensé. -Tendremos que infiltrarnos en la corte de la Emperatriz y conocer cuales son sus fuerzas, sus planes, todo...- Iba a ser complicado encontrar a alguien lo suficientemente hábil para lograrlo.

-Cuando llegue el momento ya veremos como destronar a la Emperatriz, vayamos paso por paso.-

Axel estaba totalmente entregado, parecia que como yo también habia estado esperando este momento durante mucho tiempo.
-Tus propuestas son muy buenas, primero tendremos que organizarnos con los renegados, dentro de poco haremos una reunion en el palacio, asegurate de reunirlos a todos, después de esto debemos llegar al mando de los renegados y asi unirnos como nunca y buscar apoyo en otras naciones, por ejemplo no estaria mal que ayudaran algunos demonios ¿no te parece?-
Me detuve un rato pensativa.
-Querido Axel seguro que conoces un buen dicho que dice ''la unión hace la fuerza''... Bueno pues cuantos mas fieles tengamos tras nuestra causa mejor resultado obtendremos. Pensandolo bien conozco algun que otro Uroba oficial de buen corazón...-
Le sonreí malevolamente para ver si el pensaba lo mismo que yo, al fin y al cabo no eramos tan distintos.
-Podriamos utilizarle, al fin y al cabo la emperatriz es demasiado bondadosa con su propio pueblo oficial y no creo que se espere algo asi, ¡agará por todos estos años de sufrimiento y evitaremos los que nos quedan!-

La situación era propicia y los acontecimientos se precipitaban para los renegados, sabía perfectamente que en estos temas solo había dos opciones: o se vence, o se pierde.

-¿Demonios?, es arriesgado, si sale mal tendremos que pagar igualmente a los demonios por su ayuda.- Guardé una pausa pensativo. -Y ya tendremos bastantes problemas de fracasar.-

Me detuve y la miré con firmeza:

-Herby es poderoso y valiente, lo ideal sería que se uniera a nosotros una vez se haya establecido el nuevo liderato renegado.- Era algo evidente y había que planificarlo todo cuidadosamente. -Derrocar a Herby es un reto. Derrotar a los leales otro. Incluso necesitaremos a Herby y sus fuerzas para lograr el objetivo final.-

Todo este asunto iba a ser un gran reto personal y global, pero ya estaba harto de viajar por el mundo para conocer sus secretos. Era necesario pasar a la acción de una vez por todas o sentía como si me volviera viejo y achacoso a cada instante.

Creo que deberiamos empezar por Herb, el es un lider que no nos lleva a ninguna parte, además le dan igual sus seguidores, si hay alguien en su reino que no aprueba absolutamente todo lo que el haga supongo que ordenará matarlo, un lider sanguinario, que mata a sus propios hermanos seguidores, ese tipo de lider no nos conviene en absoluto.-
Me quedé pensativa, eramos dos arcontes por el momento y nuestro poder equivaldria al de un rey.
-Las tropas que tengo a mi mando están a mi favor, supongo que las tuyas también lo están-

Seguramente cuando se enterara Herb se cabrearia y nos trataria como insectos, típico de un rey debil, un tirano, al menos parte de sus tropas estaban contra el y con eso no podia hacer nada.

Escuché atentamente sus últimas palabras al respecto, su ambición iba a la par que su ansia de matar, podría ser incluso posible que la violencia la excitara, algo poco común en las hembras urobas, pero no infrecuente. Intentaba averiguar mentalmente de donde, o mejor dicho, de que familia podría proceder Roze, nunca antes había visto nada semejante:

-Os aseguro que la incertidumbre y la falta de acción me exasperan igual que a vos;- Eso si no contamos a los humanos achicharrados en los últimos tiempos por mi, pensé. -Pero es mucho mejor tener un mal plan, que no tener ninguno. No podemos simplemente presentarnos ante Herby y decirle: "Ya no sois nuestro líder renegado".- Me situé exactamente frente a ella y señalé su pecho con mi dedo índice mientras la miraba fijamente. -Herby podrá ser un borracho, pero es un borracho peligroso y con un pequeño ejército a su lado.-

-Sí, mis tropas me son leales, igual que las vuestras, espero...-

Mi ambición tenia un limite, y ese limite es el que tenia que lograr.

-Perfecto, tenemos un batallón bastante grande a nuestro mando, pero Herb tiene el suyo, lo mejor seria acorralarlo y luchar contra el nosotros dos, sin nadie que intervenga, y para ello necesitamos que nuestras tropas actuen a la par.-

Se me ocurrieron en ese momento un montón de ideas, pero si lo que decian era cierto dos mentes piensan mejor que una asi que le cedí la palabra a Axel.

-Que propones, mi querido amigo?-