Llevaba un vestido veraniego bastante sencillo,pero bonito,de tirantes que me llegaba poco mas bajo de los muslos.Aquella noche una suave y agradable brisa mecía su vuelo y mi largo pelo de ébano.
Salí de una de las tabernas de Eliria con una botella grande en la mano,y subí sin que nadie me viera hasta el tejado más alto que encontré,y me senté apoyando mi espalda sobre algunas baldosas de la chimenea apagada.Normalmente nunca bebía,pero aquella noche había decidido cambiar y probar,al fin y al cabo,solo era una noche.Tomé un par de tragos,y dejé la botella sobre el suelo,abrazando mis piernas y escondiendo mi cabeza entre ellas.Suprimí del todo mi aura,lo que menos quería era llamar la atención. La luna teñía mi piel y cabello de un tono más pálido todavía.