El tratado.

OFF:Venimos de Aquí

ON:
No tardamos mucho en llegar a la capital, habíamos volado desde el Bosque de Espinas hasta aquí ,pero no habíamos tardado demasiado.

Volamos sobre la capital , era una gran ciudad construida en uno de los lagos más grandes del Valle de la Niebla.
Me dirigí hacia el palacio y comencé a descender aterrizando finalmente en el patio.
Espere a que Yuliya bajara de mi lomo.

-Hemos llegado , Yuliya, bienvenida.-mientras decía esto algunos sirvientes y soldados se presentaron en el patio , algo sorprendidos por la dríade.

Gracias, Horo. Eres muy amable conmigo

Repuse bajando de su lomo con una sonrisa. ME fijé en que las personas que nos recibían parecían muy normales, en apariencia al menos. Y parecían sorprendidos por mi presencia. Aunque algo me decía que les sorprendía más que viniera a lomos de Horo Horo.

Miré a mi alrededor. Estábamos en un saliente de roca algo alto por lo que podía intuir. ME parecía un sitio maravilloso y precioso, bastante diferente de como me lo imaginé en un principio.

Dejé la bolsa al lado de la cabeza de Horo Horo, y me di la vuelta como imaginaba que él me pediría.

Que no se me olvide darte la bolsa con tus cosas, jeje..Y para que veas que soy leal, no voy a mirar

Vi como dejaba mi bolsa junto a mi y decia que no miraria, era un buen gesto , sonrei para mis adentros.
Mi cuerpo comenzó a disminuir en tamaño, mi hocico empezó a desaparecer y mi piel escamada fue cogiendo su tono natural.
Cuando estuve transformado de nuevo en humano , saque rápidamente de mi bolsa mis pantalones cortos y mi kimono, me puse los pantalones y me anude el cinturón, comencé a caminar hacia la entrada del palacio con el kimono en la mano.

-Acompáñame.-dije cuando pase junto a Yuliya, cuando estuve a unos metros mas adelante de ella me puse el kimono.

OFF: Horo tiene la espalda llena de cicatrices que en su momento fueron muy grabes xD

Oí como algo estaba estrechándose, y poco después, pude ver a Horo Horo pasar por delante de mí, con la espalda al descubierto. Pude ver muchas cicatrices a lo largo de su espalda, algunas de ellas largas y pareciendo que hubieran sido bastante profundas en su momento. Asentí a su invitación, y me acerqué a él deprisa, yendo a su lado hacia donde él quería que fuéramos a conversar y tratar el asunto.

Cuando hubimos pasado ya hacia el palacio, le miré a los ojos.

Horo... HE podido ver que tienes algunas viejas heridas de guerra.. ¿Qué te ha pasado, si puedo saber? Pregunté algo curiosa. Algunas no tenían aspecto de haber sido muy agradables precisamente.

Guie a Yuliya por los distintos pasillos y salas del palacio, hasta que llegamos a un un pasillo, en ese momento me pregunto el origen de mis heridas.
No la conteste en ese momento, me gire hacia la izquierda y abri la segunda puerta de ese pasillo , entramos en su interior.
Era una habitacion amplia , llena de librerias repleta de libros que iban de temas como la historia Uroba hasta la medicina natural (cuyo numero de libros habia crecido enormemente desde mi llegada), en el centro de la sala habia una mesa circular llena de libros y con dos sillas , invite a Yuliya a que sentara y tome asiento.

-Es un recordatorio...-hice una pausa refiriendome a mis cicatrices-es mi castigo por no haber podido defender a quien amaba...-mis palabras iban cargadas con un tono de tristeza.

Le seguí allá a donde iba, a través de unos largos y majestuosos pasillos de piedra blanca y clara. Llegamos a una biblioteca, llena de un montón de libros que me quedé mirando mientras avanzaba despacio a la mesa, a la que me dirigí más deprisa en cuanto bajé la mirada. Me acerqué a la mesa y me senté en el asiento que me ofrecía, esperando a que él se sentara, pero antes de hacerlo... Su voz se entristeció.

Le tomé la mano y bajé la mirada.

Vaya... Lo siento...

No supe qué decir. No creo que fuera bueno contarle mi parte, no sea que le sentara peor.

¿Prefieres hablar de otra cosa, Horo? Le pregunté alzándole la mirada, dudosa. No esperaba que le gustara hablar de ello, y tal vez era mejor cambiar de tema. Aunque por otro lado... Quería contarle a alguien lo ocurrido en mi vida sentimental pasada. Llevaba con ello callado mucho tiempo

Su reacción fue la de tomar mi mano , gesto que agradeci.

-No es algo que lo mantenga en secreto, si lo deseas te lo contare.-no pude evitar llevar mi otra mano a mi colgante.

La recordaba a la perfeccion , sus ojos, su cabello,su voz, su tacto...
A pesar de los años no la olvidaba, ni lo llegaría a hacer jamas.
No podia permitir que su recuerdo muriese tambien.

Le alcé la mirada transmitiéndole mi calor y mi apoyo al tocarle la mano. Le invité a sentarse con el gesto de otra mano frente a mí. Quería poder mirarle los ojos en todo momento, porque parecía dolido por el hecho, y no quería dejarle que sufriera mientras me lo contaba.

Por favor, me encantaría saberlo, siempre que no te importe, Horo Horo

Tome asiento junto a ella y la mire a los ojos antes de comenzar la historia.

-Veras... Sucedió hace ya años, me crié en mi tribu, mi padre era el líder de aquella tribu de Urobas renegados al imperio, mi educación fue para ser un líder aterrador y tiránico, el mejor guerrero de la tribu, como lo era mi padre.Pero yo no era asi , intentaba agradar a mi padre , pero me era difícil por mi carácter.-Hice una breve pausa.-Me pasaba los ratos libres en los bosques cercanos, solo , con los animales, pero una tarde una niña de mi misma edad me vio y ,creo, le llame la atención, estuvimos hablando toda esa tarde, y todas las siguientes, nos hicimos grandes amigos...Pero unos años mas tarde mi padre se entero.... Era un Uroba cruel, no le gustaba que jugaran con lo que era suyo, y nos lo demostró... destruyo la aldea de la joven y la torturo y asesino.... y mis cicatrices fueron a causa de mi ira , luche contra él, fue una batalla entre Urobas, es decir, a muerte.... y supongo que te puedes imaginar el resto....Los restos de mi amiga los enterré en el bosque donde nos conocimos y donde pasábamos los días.

Durante mi relato me había llevado mi mano al colgante que llevaba al cuello, era un cordón de cuero negro y en el cuatro dientes de lobo huargo y en medio un pequeño cristal azulado.

-Después de eso renegué de mi nombre y de mi vida allí volviéndome un vagabundo.

Antes de hablar, me lanzó una profunda mirada con sus ojos azules, y se tomó el colgante que llevaba colgando al cuello con la mano, un precioso colgante con cuatro dientes y un cristalito azul, como si eso fuera un recuerdo de toda su historia. Me parecía... Horrible lo que me contaba.Un padre complicado, una niña de su edad asesinada por su padre...Era horrible.

Vaya...Eso es horrible... Dije llevándome la mano al pecho.

Lo siento mucho...No sabía que tuvieras un pasado tan difícil...Repuse mirándole intensamente, tratando de transmitirle confianza con ello. Llevé mi mano hasta la otra mano suya, que reposaba sobre la mesa, y la deposité encima suavemente.

Aunque me indujo una duda de repente.

Y... ¿Cómo llegaste a ser Emperador, Horo?

Me sentí un tanto aliviado al contarla mi historia.
Me pregunto como llegue a ser Emperador, era normal que se lo preguntara dado que mi pasado pertenecía a los renegados.

-Veras, cuando me marche de mi tribu, entre al servicio de Yukiko como Instructor Uroba, conocí a distintos hermanos y hermanas Urobas e hice una fuerte amistad con uno de ellos, Ein...pero hace ya casi seis meses me informaron de su asesinato... y marche a buscar su tumba y si había sido enterrado en un buen lugar... cuando regrese no había nadie del Imperio de Yukiko, solo su consejero, tenia esclavizado al imperio, así que me tuve que encargar de él, no podía permitir que mis hermanos sufrieran así.

Espere a ver su respuesta.

-Bueno , deberíamos ir redactando la alianza ¿no crees?, mi querida Yuliya.-dije sonriendo.

Me consternó el estado del Imperio Uroba cuando Horo quiso regresar. No me esperaba que pudiera haber un tirano con sus súbditos así. Estuve un rato callada, mirando al vacío, hasta que caí en la cuenta de que Horo había propuesto la redacción del tratado, a lo que asentí.

Sí, me parece bien. Si me lo permites, empezaré yo

Empecé a escribir en un pergamino con una pluma de ave con una bolsa de tinta en su interior el manuscrito del tratado.

Decía lo siguiente

• Libertad de viaje entre ambos reinos por sus ciudadanos.
  
• Apoyo al reino aliado en diplomacia, reformas y construcciones
  
• Ayuda humanitaria o militar en caso necesario.
  
• Las agresiones entre criaturas de ambos reinos están prohibidas
  
• Apoyo en conflictos militares, a no ser que esto intervenga en alguna otra alianza ya creada.
  

Luego le entregué el pergamino a Horo Horo para que lo pudiera revisar y añadir si ,le parecía necesario, alguna cláusula más.

¿Te parece bien así?

Tome el pergamino y comencé a leerlo.
Eran unas clausulas que nos beneficiarían a ambos.

-Me parece bien-dije mientras ponía el pergamino en la mesa entre medias de ambos.-Pero me gustaría que un embajador de ambos imperios residiera en el opuesto, para así poder tener un representante ante nosotros y ante la gente.¿Qué te parece?Mi querida Yuliya

Mi intención era tener un trato más cercano con las Dríades, de ahí mi propuesta.

Sonreí ante su propuesta como respuesta. El tener un embajador significaría que nuestros lazos se irían estrechando poco a poco, por la comunicación. Las dríades somos una raza que tratamos de socializar con nuestro entorno a poder ser. Aunque si envío a una embajadora, me gustaría que estuviera acompañada, para que no se sintiera sola.

Me levanté de la silla, y di una vuelta alrededor de un punto imaginario frente a la mesa, sonriendo para mí misma, y me apoyé en la mesa de forma lateral con una mano, mirándole a su rostro.

Me parece una idea genial, Horo Horo. Lo que sí es que la embajadora que venga aquí me gustaría que tuviera al menos una compañera dríade, puesto que no me gustaría que se sintiera "sola", vos me entendeis

Escuche la petición de la Emperatriz.
Puse mi mano sobre la suya y la dedique una cálida sonrisa mientras cerraba levemente los ojos.

-Claro, mi querida Yuliya, no es bueno sentirse solo, tu embajadora podrá traer las compañeras que desee.Por mi parte enviare a algún discípulo mio, sera un chaman.

Cogí la pluma que había sobre la mesa y firme el documento, después de eso le entregue la pluma a Yuliya.

Tomé la pluma después de que me la cediera, y le dediqué una amplia sonrisa a él también. La verdad es que para ser un Uroba, estaba siendo un chico muy simpático y agradable.

Asentí con energía, y puse mi firma en el documento, con letra bastante cursiva, y se lo devolví.

La verdad, debería darte las gracias por venir a verme. Tú me has quitado todos los prejuicios que tenía sobre los Urobas Repuse ladeando la cabeza con los ojos cerrados, y aún sonriendo.

Me alegro mucho que firmara el documento, y sus palabras también.
Me levante y me acerque a ella , dándola un fuerte abrazo.

-Mi querida Yuliya, gracias a ti, por fin he encontrado a alguien que ama la naturaleza tanto como yo , como nosotros los chamanes.- dije con una amplia sonrisa.Estaba bastante feliz.

Me separe de ella aun sonriendo , con los ojos cerrados levemente.

Me sorprendió bastante ver que se levantaba y me propinaba un fuerte abrazo. Al principio no me lo esperaba, y me cogió de improviso, pero acepté de buen grado ese bonito gesto, y le abracé también, mientras oía lo que me decía. La verdad es que me había sentido muy bien con él, unas reacciones muy positivas eran las que sentía en mi.

Bueno.. no será para tanto, digo yo, jejeje. Pero me alegra también encontrar a una persona como tú, con tan noble propósito como el tuyo.

Nuestrso brazos se seperaron de nuestros cuerpos despacio, y me quedé frente a él, también con una sonrisa.

Siento ser tan sequita, pero tengo que volver al Bosque de Espinas. El deber me llama Repuse haciendo un gesto de desgana, refiriéndome a lo del "deber"

Ante sus palabras asentí y me levante.

-Acompáñame-dije animado.

Salí por la puerta y espere a que me siguiera.
Tras esto nos dirigimos hacia el patio donde habíamos llegado.

-Te llevara de vuelta la embajadora para así poder empezar con sus funciones.

Cuando llegamos al patio una chica estaba de pie esperándonos.
Era de pelo azul y ojos azules, pelo liso. Mas bajita que el rey , llevaba un kimono similar al mio pero más ajustado y bien colocado.

-Esta es Pilika, mi hermana pequeña.-dije mientras esta hacia una reverencia.

-Encantada Emperatriz Yuliya.

Sonreí con calma mientras veía que Horo Horo se dirigía a la gran puerta de madera que separaba la sala del patio. LE acompañé tal y como él me sugirió, a su lado, con los dedos de la mano entrelazados. Fuera en el patio, pude ver a una chica de pelo azul liso, y ojos también azules. Era algo bajita, pero parecía muy pizpireta con la ropa tan bonita que llevaba.

Asentí con la cabeza e hice una reverencia a la muchacha también, irguiéndome con lentitud, y mirándole con una leve sonrisa, aunque trataba de mantener seriedad en el saludo.

Encantada de conocerte Pilika. Espero que nos llevemos bien

Tras eso me volví hacia Horo Horo y le abracé suavemente, sin resultar empalagoso.

Muchas gracias Horo Horo. Ha sido un placer venir hasta aquí Repuse retrocediendo un par de pasos mientras le miraba con jovialidad. En cuanto regrese al Árbol Corazón, enviaré a una persona de confianza como embajadora

Entonces me volví hacia Pilika y le miré a los ojos.

Nosotros nos vamos hacia el Bosque de las Espinas. Espero que te guste

Desvié la mirada hacia Horo y me despedí con la mano, mientras me alejaba con Pilika caminando hacia la niebla que cubría el Valle de la Niebla.

OFF

Quería hablar contigo el desenlace de este tema, pero si prefieres otra forma de terminarlo, dímelo por MP y lo edito.