Un descanso en el corazón de las Llanuras [Night y Lucius]

Hacía un día espléndido, la bella Acrisea sonreía dichosa y transmitía su felicidad a las Llanuras celestes colmando a la Naturaleza de alegría y paz. Era como si fuese primavera, los pájaros cantaban, las flores danzaban mostrando sus bellos colores, la brisa armonizaba todo el conjunto.

Me encontraba tumbado cual emperador romano de lado dibujando con el dedo índice de mi mano izquierda formas diversas en la superficie de agua del inmenso lago que se extendía ante mí. Era un lugar lleno de paz y la temperatura era muy agradable.

Mi aura estaba completamente suprimida, ya que por estos lares podrían circular humanos debido a la cercanía con Eliria y era conveniente ser prudente. Vestía ropa cómoda aunque informal pero elegante, compuesta por una camisa de lino del color de la arena del desierto, remangada hasta la altura de los codos y los primeros botones desabrochados, con unos pantalones de lino del mismo estilo que la camisa, pero más claros y parecidos al color del marfil. Mi largo cabello dorado caía con sus pequeñas ondulaciones sobre mis hombros, siendo ligeramente agitado por la suave brisa que corría. De mi cuello pendía un pequeño colgante con la forma de una hoja de arce tallada en madera.

Llevaba varios días andando hasta llegar aqui, a las llanuras celestes, hacia ya algun tiempo de mi ultima visita, la cual había sido poco antes de la muerte de padre. Hoy no usaba mi ropa habitual, hoy era especial, hoy era el aniversario de mi consagracion al dios Zélat, hoy llevaba ropa muy simple, una camisa negra ceñida y unos pantalones negros holgados, suspiré y dejé que la suave brisa meciera mi rebelde cabellera, habia suprimido mi aura al completo, no era necesario tenerla en su summun, puesto que podría llamar la tension, a paso lento, me acerque al lago que allí se encontraba, senti curiosidad al ver a un hombre vestido de lino color arena desertica, cabellera rubia y piel morena.

-¿Quien será? Noto algo inusual en el, aunque no se el que...-pense mientras le observaba fijamente suponiendo que ignoraba mi presencia.

Continuaba ensimismado en mi tranquilidad particular, dibujando formas en el agua. La brisa me soplaba de lado, por lo que trajo con sigo el sonido de unos pasos. Me giré instintivamente hacia aquella dirección para descubrir a un joven de cabellera negra y piel tostada, que se encontraba a unos metros de distancia, también junto a la orilla, al parecer observando la inmensidad del lago.

Me incorporé rápidamente y sacudí la posible tierra que pudiera haberse adherido a mi ropa. Después me acerqué con decisión hacia él.

- Buenos días, joven -Le saludé con unos finos modales-. Discúlpame, pero no me había percatado de la presencia de nadie más por aquí. ¿Te gusta el agua o la fauna marina?

Pregunté aquello con cierta curiosidad, aunque también para romper el hielo.

Escuche la pregunta del joven rubio con cierta tranquilidad y respondí con cierta diversión.

-Me gusta más la fauna- dije mientras una sonrisa se formaba en mi rostro- Esto... soy Night Storm, un hec..., un viajero errante- rectifique en el ultimo momento, aquel joven podría ser un brujo o un ser de la oscuridad, observe con detenimiento al ojiazul, extendí mi mano en señal de amistad y luego le observe- ¿No seras un brujo? ¿No?- le pregunte aun ofreciéndole mi mano

Sonreí ante su jovialidad y no pude evitar echarme a reír a carcajadas ante su última pregunta.

- No, no, qué va... Mi nombre es Lucius Júpiter y... -Me incliné hacia él para poder comentarle por lo bajo-. Soy un ángel... -Dije volviendo a alejarme, al tiempo que estrechaba cordialmente su mano.

No tenía nada que ocultar. Si el joven sabía de la existencia de los brujos sólo podría ser porque se tratara de alguna clase de criatura.

- Y la verdad es que a mí me atrae todo lo que tenga que ver con el agua, incluida su flora y su fauna... -Dije con entusiasmo.

Le miré con cierta sorpresa, no me imaginaba que fuera un ángel, pero si el me lo había rebelado, ¿Por qué no decirle la verdad?

-Has sido sincero, así que te diré que yo soy un hechicero- le rebelé a Lucius

No pude evitar sentirme bien al rebelarme mi secreto, sentía que podía confiar en el.

-Eres buena persona, al menos eso me parece, confiaré en ti- le dije mientras le sonreía amablemente