Rumores del valle [Misión-Geralt Wolf]

Atraído por unos suculentos rumores acerca de un tesoro de valor incalculable, te dirijes hacia los picos de las Cordilleras de la desesperación, en busca de nuevas aventuras.

Por lo que tienes entendido, un gran valle de absoluta belleza se oculta entre las montañas, y sólo a través de las cuevas es posible llegar a su seno, pues a la entrada, por algún motivo que escapa a tu conocimiento, no se puede acceder volando.

De este modo acabas de llegar a una de las cuevas heladas que se encuentran prácticamente ocultas por la eterna nieve. Una gran ventisca está comenzando a desatarse, por lo que lo más inteligente es entrar cuanto antes.

Geralt se encontraba en las Cordilleras de la desesperación y hacia frió, mucho frió. Nunca se le habría ocurrido ir tan al fondo en la cordillera, pero los rumores lo habían motivado con una mezcla de avaricia y curiosidad científica. Como podía haber un bonito valle allí, en medio de la nada y con ventiscas cada dos por tres sin ningún tipo de intervención mágica.

Al final, después de mucho frió y un par de osos parecía que Geralt había encontrado la cueva correcta, casi no se veía pero la ventisca arreciaba, por lo que Geralt se adentro un poco. Una vez dentro comprobó su equipo, su espada estaba en su sitio, lista para ser desenvainada en cuando pusiera una mano en su espalda.

Geralt repasa mentalmente un par de hechizos mientras observa la cueva. Parecía hacerse mas ancha un poco mas adelante y no era tan oscura como se esperaba. Finalmente decide avanzar un poco, vigilando los posibles enemigos y mirando el techo, con miedo a que le caiga una estalactita en la cabeza.

En el interior de la cueva la temperatura es mucho más agradable, y la oscuridad que en un primer momento parece gobernar no es tal, pues unas luces iluminan las estrechas paredes. Estas luces proceden de unos símbolos grabados en la roca. Se tratan de runas, aunque por lo que puedes observar, su poder es minúsculo. Solo sirven para alumbrar, y nada más.

Según avanzas por la gruta, más y más runas se ven dibujadas, aunque sus aparentes usos no varían con respecto a las anteriores. Al cabo de un rato, te encuentras con una primera bifurcación. Por el pasillo de la izquierda, puedes observar un camino descendente, inundado por el sonido del salpicar de las gotas de agua que caen del techo. Por la derecha, una cuesta ascendente, en la que parece que no se oye nada más. Ambos dos caminos son bastante estrechos, pero lo suficiente grandes como para que una persona camine sin problemas.

Ya no hacia tanto frió, por lo que Geralt había dejado de temblar, estuvo un rato observando las runas, hasta concluir que eran inocuas. Después de un rato andando que se le hizo eterno llego a la primera bifurcación. Eso planteaba un problema, ¿subir o bajar?

Un valle tendría seguramente plantas, que necesitaban agua, por lo que debería bajar, por otro lado, el agua provenía de encima del pasillo que bajaba, por lo que a lo mejor tenia que subir.

Al final se decidió por el pasillo que bajaba, era probable que estuviera inundado y no pudiera seguir, por lo que siempre podría retroceder y escoger el otro. Geralt saca la espada y hace una flecha en la roca, señalando el lugar a l que se dirige, lo haría a intervalos periódicos para evitar perderse.

Aun estaba mas atento que antes, las runas indicaban que el valle no tenia un origen natural, por lo que seguramente no tardaría en dejar de estar solo.

La pendiente del camino que has tomado se va acentuando a medida que avanzas. Sientes como algunas pequeñas gotas que te caen en la cabeza, y el suelo comienza a estar resbaladizo. Debes tener cuidado de no caerte, pues es fácil perder el equilibrio. De las estalactitas se sigue oyendo el repiqueteo del agua en el suelo.

Por el momento sigues sin encontrar nada digno de mención, solo más y más runas. Al cabo de un rato, la cuesta se suaviza y el pasillo se vuelve de nuevo plano. Sin embargo, en la lejanía se comienza a escuchar un traqueteo que parece metálico. Algún tipo de mecanismo, puedes intuir. También se puede apreciar como un sonido de pico minero al chocar contra la roca. Aún no se puede divisar el final del pasillo, pero la geometría de la cueva hace que el eco de estos ruidos se escuche bastante amplificado.

En cualquier caso, no sientes ningún tipo de aura. Sea lo que sea lo que esté más adentro, no es un ente vivo.

La pendiente se estaba volviendo resbaladiza y Geralt tuvo que ayudarse de su espada para no caerse. Seguía oyéndose el sonido del agua, que estaba empezando a irritarlo. Pero también se oía algo mas, algo metálico.

A juzgar por la falta de aura, no esta vivo, pero que podía moverse solo, sin ayuda humana a tanta profundidad. Cada vez estaba mas movido por la curiosidad, pero no se olvidaba de donde estaba y estaba alerta, marcando su dirección de vez en cuando.

También se oía un pico, ¿sin un minero que lo picase?. Cada vez era mas raro, como se encontrara una legión de esqueletos minando mineral, les iba a echar la mina encima.

Armándose de valor y siempre alerta, Geralt se dirige hacia el final del pasillo, muy atento y preparado para rajar gargantas al mas mínimo signo de peligro.

Finalmente te aproximas lo suficiente como para descubrir cuál es la fuente de dichos sonidos. Te encuentras con unas pequeñas criaturas metálicas, de medio metro de altura y algo rechonchas, que poseen brazos alargados, cortas piernas y una gema mágica en su centro de la que parece que se alimentan. Son los que se encuentran picando las paredes, intentando obtener algún tipo de mineral.

Al percibir tu presencia, comienzan a exaltarse, y algunos de ellos salen corriendo en la dirección opuesta por la que has venido, huyendo de ti. Los que se quedan se encogen ocultando sus extremidades y se anclan al suelo. Puedes ver cómo los picos que estaban usando ahora están tirados en el suelo.

De un primer vistazo te das cuenta de que son máquinas animadas mediante magia, o lo que se suele conocer como gólem. Por el momento no parece que estos seres puedan suponer un peligro, pues más bien parece que sean recolectores.

---

OFF:

Imagen de uno de los gólems:

Golems, curioso aunque parecían muy útiles, a lo mejor si desmontaba uno el también podría fabricarlos, parecían inofensivos, seria tan fácil...

Pero algunos habían huido. Y si había golems especializados en la minería, también habría golems guardianes, unos mucho menos inofensivos. Eso pintaba mal, tenia que atraparlos, así que se lanzo a la carrera en busca de los golems fugitivos, tenia que capturarlos. No quería dañarlos mucho ya que su creador podía enfadarse.

Por suerte eran metálicos por lo que podía oír el repiqueteo de sus pasos perfectamente. Ya le quedaba poco para alcanzarlos, menos mal que se le daba bien eso de la velocidad punta.

No parece que los pequeños gólems corran muy rápido, por lo que no te supone un gran esfuerzo atrapar uno de ellos. Te das cuenta de que es bastante pesado, y no deja de zarandearse mientras lo tienes agarrado.

Ahora entiendes por qué son tan pequeños. El pasillo en el que te encuentras es sumamente estrecho. Como mucho podrían caber dos personas delgadas, y muy apretadas, pero los gólems no tienen problema alguno para desplazarse con facilidad. En este punto escuchas un repentino clic metálico y ves como un trozo de metal cilíndrico, de aproximadamente el grosor de un musculado brazo, se dirige volando rápidamente hacia ti.

Gracias a tus buenos reflejos consigues percatarte de este imprevisto, pero apenas tienes tiempo de esquivar el golpe, y menos aún con la pequeña máquina en tus manos.

Parecía que el pasadizo seguia un buen trecho, pero sin duda allí se dirigía el golem.


Ya te tengo pequeñajo dijo Geralt en cuando atrapo el golem, pesaba mucho y tubo que dejar la espada para levantarlo correctamente. Pero entonces oyó el click, el inconfundible click de una trampa al activarse. Presupone que ha activado la trampa a la altura del pecho (o los golems la activarían al pasar) por lo que se agacha, levantando el golem unos centímetros hacia donde se supone que tendría que estar su pecho, tenia la esperanza que metal con metal se bloquearan, pero para asegurarse, se desplazo a la izquierda, dejando el golem encima de su hombro derecho pero siempre en la trayectoria del proyectil, para evitar que esa estaca metálica le volara la cabeza.

Una vez hecho todo esto se dio cuenta de que el impacto probablemente lo derribaría, por lo que movió ligeramente los pies para oponerse a la fuerza que iba a impactarle.

El trozo de metal choca violentamente contra el pequeño gólem, que sale despedido de tus manos. Después de eso, ves como dicho proyectil regresa por donde ha venido. El gólem menor ha quedado bastante malherido por el golpe, y se encuentra inmóvil, realizando extraños ruidos lastimosos.

Cuando te quieres dar cuenta, un grupo de cuatro de estos gólems rodea al que ha recibido el golpe. Al parecer están comenzando a repararlo a una velocidad vertiginosa. Todo transcurre muy rápido. De pronto aparece por el pasillo un gólem bastante más grande que los que has visto hasta ahora. Su altura es de aproximadamente un metro y medio, y su constitución es mucho más férrea.

Sin ningún aviso previo, el brazo derecho de la criatura mecánica sale despedido hacia ti. Al parecer había sido él quien había lanzado el proyectil. Ahora te percatas de que un golpe de ese brazo puede causar serios daños, pues su contundencia es letal.

---

OFF:

Imagen del nuevo gólem:

El impacto fue brutal, el pequeño golem salio de los brazos de Geralt y se estrello contra el suelo, aunque enseguida otros golems se pusieron a repararlo. Geralt tomo buena nota de eso, reparaban el metal, ya que era maleable, pero si rompía el cristal mágico no podrían repararlo, al menos no sin sacrificar su propia energía mágica. Cada vez tenia mas ganas de estudiar esas cosas, parecían ser soldados ideales para magos poderosos.

Geralt identifica rápidamente el origen del proyectil, un golem mas alto y robusto que el resto, un golem guardián, sin duda. Levaba el cristal mejor protegido, rodeado de metal, y, aunque no lo veía por la mala luz, debía tener runas repartidas por el cuerpo, de protección, control, transmisión de energía, la inutilizacion de esas runas ralentizaría el golem, pero también tendría en la espalda, y el pasadizo era muy estrecho para rodearlo y atacarlo por detrás, era un proceso largo y tedioso, solo lo usara si no podía romper el cristal directamente.

Geralt recogió la espada del suelo al mismo tiempo que el golem empezaba su ataque y se desplazo a la derecha (casi contra la pared), mientras concentraba su magia en la espada, olas de oscuridad empezaron a recorrer la hoja, moviéndose cada vez mas rápido, como si de una sierra eléctrica se tratara, no estaba seguro de si ese golem tendría protecciones físicas o mágicas, por lo que atacaría con una mezcla de ambas.

El plan era simple, esquivar el brazo desplazándose a la izquierda, lo que provocaría que, cuando atacase con un tajo vertical al cristal que estaba donde correspondía a la cabeza del golem, este no pudiera responder con su otro brazo, ya que el derecho estaría en diagonal y bloquearía al otro. El golem siempre podía mover el brazo derecho y aplastarlo contra la pared, pero confiaba en que el seria mas rápido que ese golem con pinta de tonto y torpe.

OFF: Geralt, el brazo disparado no está atado de ninguna manera al gólem, se ha desprendido de su cuerpo. Ten en cuenta eso para la próxima, pues en ningún caso esta habilidad entorpece el uso del otro brazo.

---

El gólem percibe que va a recibir un duro golpe, pero no parece inmutarse ante ello. Como si de un mecanismo se tratara, ancla sus extremidades inferiores al suelo, bajándo ligeramente su parte superior. Después levanta su brazo izquierdo para defenderse y recibe con dureza el filo de tu espada.

El metal es resistente, y no parece que la oscuridad cause ningún efecto, pero sí que es evidente que has logrado causar ciertos daños en la estructura. Es apreciable que se ha creado una hendidura en la extremidad, pero no parece que eso sea suficiente para acabar con la criatura.

El brazo que había disparado regresa, trazando la misma trayectoría que había descrito, a su posición inicial y la gema de la criatura de pronto se torna roja. El cilindro metálico vuela rápidamente y te golpea violentamente en el costado derecho por la espalda. Al parecer te has introducido en el camino de vuelta del proyectil.

El ataque no había funcionado, el golem había bloqueado el espadazo con el brazo izquierdo, y no había sido un impacto lo suficientemente fuerte como para rebanarle el brazo.

Para rematarlo el golpe le dolía horrores, sabia poco de medicina, pero teniendo en cuenta que no sangraba y que aun podía moverse seria capaz de aguantar aun un poco mas.

El plan no había funcionado, tendría que buscar algo mas ingenioso. El golem parecía usar su brazo derecho para atacar a distancia, el izquierdo para el cuerpo a cuerpo y las piernas para afianzar su posición y mejorar los bloqueos, podía hacer algo con eso.

Geralt se separa un par de metros del golem de un salto y conjura dos bolas de oscuridad, una en su mano izquierda y otra en la punta de la espadas. Ambas estaban diseñadas para causar una pequeña pero fuerte explosión, de allí lo de apartarse. La idea era simple, una apuntaba al suelo donde estaba la pierna derecha del golem, lo que causaría un desequilibrio al ceder el suelo, la otra iba dirigida al hombro derecho, lo que lo derribaría hacia atrás, o al menos eso esperaba. Una vez estuviera tumbado, le seria mucho mas fácil acabar con el. Por no hablar de los daños que causara el conjuro en si.

Mientras te apartas y preparas tu hechizo, el gólem alarga sus dos brazos más allá de lo imaginable y comienza a girarlos con rapidez alrededor de su torso, formando así un campo circular de unos dos metros de radio en sentido horizontal. Por suerte para ti, este ataque no te alcanza por los pelos. Por otro lado, el brazo izquierdo, el dañado, no parece que funcione al cien por cien, por lo que su alcance es algo menor.

Sin embargo, toda esperanza de pasar a través del gólem se ha desvanecido. De hecho, la roca de las paredes empieza a sufrir el impacto de la criatura, y comienzan a desprenderse fragmentos y a levantarse polvo y tierra por el lugar.

De las dos esferas que invocas, la dirigida al hombro se desvanece automáticamente, como si se hubiera disipado místicamente, sin causar ningún tipo de daño al autómata. La dirigida a su pierna consigue resquebrajar la roca bajo los pies del gólem, de modo que pierde una cierta estabilidad, y el ataque giratorio adopta un cierto ángulo con respecto al suelo.

No parece que sea suficiente para tumbarlo, pues el efecto giroscópico de sus brazos giratorios le ayuda a mantener el equilibrio, pero parece que de este modo tiene que gastar más energía de lo normal.

Pese al tremendo ruido que está produciendo el gólem, escuchas unos pasos metálicos pesados en la lejanía que se aproximan hacia a ti desde tu espalda.

Había fallado otra vez, y la verdad es que se estaba quedando sin ideas, ese golem era mas duro de roer de lo que pensaba. Ya no tenia ganas de examinarlo y estudiarlo, como buen científico, ahora solo quería arrancarle los brazos y hacerlo añicos hasta que no fuera mas que un montón de chatarra irreconocible.


Ademas estaba ese ataque tan curioso, esa especie de molinillo triturador que hacia con los brazos, aunque el ligero angulo curvado, que provocaba que los brazos (aunque el que le interesaba era el brazo izquierdo, mas débil) estuviesen orientados hacia arriba y abajo según giraban, aprovecharía eso, aunque aun no sabia como.

Y al parecer se acercaba otro de esos golems guardianes, por lo que el hecho de dejarlo sin energía dejaba de ser una opción valida. Entonces fue cuando se fijo en como el golem resquebrajaba la roca. A lo mejor funcionaria...

Con un vistazo rápido Geralt localiza un golem minero, que parecía intacto y en postura defensiva. A continuación, traza su plan, que espera que sea de los últimos. Una vez llegara al golem minero, tenia pensado lanzar una bola de oscuridad a la parte superior derecha del túnel, que dejaba un angulo cerrado entre el techo y los brazos del golem. Empezarían a caer piedras, que obligarían a los brazos a hacer un sobreesfuerzo y curvarse aun mas hacia abajo, y cuando le arrojara el golem minero, mucho mas duro y pesado dañaría aun mas el brazo, puede que incluso lo arrancara y consiguiera derribarlo. Con un poco de suerte puede que alguna piedra le cayera en la cabeza y le ahorrara problemas.

Geralt ya se encontraba al lado de uno de los golems mineros, y empieza a lanzar la bola.

La esfera de magia negra alcanza el techo justo encima del gólem que estaba realizando el ataque. Dicha criatura sabe entonces que no tiene mucho más sentido continuar con su rotación, pero para entonces ya es demasiado tarde.

Varias rocas se desprenden, terminando de destrozar el brazo dañado y causando serias averías en el resto de su cuerpo. De este modo queda tumbado en el suelo, dejando un pequeño hueco en el pasillo por el que se podría pasar con la suficiente destreza. La gema de su torso se apaga, parece que se ha quedado ya sin energía.

Los pequeños gólems acaban de terminar con su compañero y corretean hacia su superior para comenzar a repararlo. A todo esto, el otro gólem de combate ya se ha posicionado a unos pocos metros de ti y se dispone a disparar, solo que en esta ocasión es como si estuviera cargando el proyectil.

El plan había funcionado y el golem yacía en el suelo, destrozado, pero no había tiempo para celebraciones ya que se acercaba otro golem guardián y el pequeño escuadrón de reparadores quería resucitar al otro. Lo primero que hace Geralt, en cuando las rocas dejan de caer es colocarse de manera que los pequeños golems estuvieran en una perfecta linea recta con el nuevo enemigo, y ya que había derrotado al primero arrojandole rocas y golems, era de suponer que el plan volvería a funcionar.

Pero el golem pretendía atacarlo, esta vez mucho mas peligrosamente que las anteriores, ya que parecía estar cargando su brazo con su energía mágica. ¿Acaso habían aprendido de su ataque? ¿O habían estado luchando de forma automática y ahora alguien los controlaba manualmente?

Tenia que improvisar algo, se quedaría quieto a la izquierda del túnel y esperaría el brazo, el cual esquivaría moviéndose rápidamente a la derecha y con un ligero golpe de espada si hacia falta, esperando que se quedara trabado en la pared sin tirarle el techo encima. Luego concentraría todo el poder mágico que le quedaba, que era muy superior a hechizo estándar y lo lanzaría contra los golems pequeños, se aseguraría que la explosión fuera solo hacia delante, para dirigir toda la fuerza, rocas y golems pequeños hacia el nuevo guardián, ademas de despejar el camino. Si no funcionaba tendría que abrirse paso a espadazos, pero al menos esta vez no habría golems reparadores.

OFF: Dado que aún te queda más misión por delante, por esta vez te voy a proporcionar una pequeña ayuda, y será la última que recibirás hasta que termine. Voy a considerar que realizas solo un gasto moderado de energía, y que tu ataque no es tan poderoso, pues tienes que reservar fuerzas para lo que falta por venir. De este modo aún conservaras energía suficiente para seguir con la misión.

---

El gólem de combate dispara su brazo justo en el momento en el que la bola de oscuridad sale de tus manos. Al chocar el hechizo con uno de los pequeños gólems, éste sale despedido, interceptando el proyectil.

De pronto sucede algo inesperado, el brazo estalla en mil pedazos, causando una explosión de considerable potencia. Sientes como la onda expansiva te empuja hacia atrás, pero por suerte te encuentras lo suficientemente lejos como para no sufrir serios daños. Puedes observar que dicha explosión ha acabado de un plumazo con los gólems pequeños, y ahora el grande se encuentra tan malherido que no se puede mover. Al parecer el gólem de combate no ha previsto bien este inconveniente, y la explosión ha sucedido demasiado cerca de él.

Sin embargo, también percibes que del techo las rocas comienzan a caer debido a este ataque. Debes correr antes de que una de ellas te aplaste. El único camino posible es el hueco que se formó con la caída del primer gólem.

Aunque el hechizo no funciona como se espera, cumple perfectamente y derriba a los golems, aunque provocando que Geralt sea derribado. A los pocos segundos se da cuenta que el temblor que nota no es su cabeza dando vueltas sino que es el techo derrumbándose. Rapidamente busca con la mirada el agujero por el que tenia que continuar el pasadizo y se abalanza hacia el, tan rápido como puede y esquivando rocas aquí y allá.

Había consumido mucha energía, pero aun le quedaba. Por si acaso, en cuando dejaran de caer piedras avanzaría despacio y con cuidado, evitando as posibles trampas y golems homicidas y recuperando un poco de energía. No es que pudiese recupera mucho en pocos minutos, pero la mas mínima brizna de poder mágico era bienvenida. Se le había ocurrido la idea de absorber la magia de los golems, pero no estaba seguro de que tipo de magia era y no quería arriesgarse a morir por esa tontería, por no hablar de que se estaba desprendiendo el techo.

Continúas avanzando por el pasadizo, que parece que se ensancha algo más a medida que te alejas de la zona de la batalla. Los gólems que has dejado atrás no parecen seguirte, pues deben estar reparándose los unos a los otros.

Al cabo de un rato, encuentras de nuevo una bifurcación. A la derecha, el pasillo se vuelve mucho más oscuro, al parecer las runas que iluminan la cueva no funcionan correctamente. Sin embargo, puedes percibir una tenue luz azulada en la lejanía, como si de una fuente mágica se tratara.

Por la izquierda, sientes que la luz del sol se abre camino entre las rocas, pudiendo vislumbrar al final quizá la salida de la cueva. Desde luego no puede tratarse de otra cosa que el camino al valle.

Geralt consiguió disfrutar de algo de tranquilidad después de la intensa pelea, su ritmo cardíaco se había normalizado, su golpe en la espalda le dolía menos y estaba recuperando magia a un ritmo irritantemente lento, casi inútil. Fue mientras pensaba en los mecanismos de los golems y las runas de luz que se topo con otra bifurcaccion. A la izquierda, el valle de los rumores, a la derecha, bajo una sospechosa falta de luz, una lucecita de origen mágico, seguramente algún objeto que valía la pena investigar.


La falta de luz a la derecha parecía indicar que la sala no tenia continuación, por lo que era factible echar un vistazo e ir al valle, pero esa luz tenia un toque sospechoso, que le recordaba a Geralt esos peces que usan luces para atrapar peces mas pequeños...


Finalmente, y moviéndose muy lentamente para evitar las trampas y observar mejor a su alrededor, Geralt se interna en la oscuridad del pasillo de la derecha

Tras caminar brevemente, alcanzas a ver el foco de la luz mágica. Se trata de una abertura en la roca al final el pasillo, como si de una grieta fuera. La luz mana de esta brecha, inundando con un tono místico azulado el lugar. No hay ningún otro camino más, solo se puede dar media vuelta.

No parece que la fuente esté ahí por casualidad. Quizá sea el lugar en el que los gólems recuperan su fuerza, pues un gran poder mágico surge de allí. Por el momento eso es lo único que eres capaz de ver, ya que ningún gólem se encuentra cerca, aunque es muy probable que se acerque en algún momento uno de ellos para recargarse.

Esa energía era curiosa, mística, posiblemente natural, Geralt nunca había visto nada así. Eso implicaba la posibilidad de que no hubiera nadie controlando los golems, podían ser muy antiguos y ser recargados naturalmente, convirtiéndolos en defensores eternos del valle.

Después de quedarse un rato examinando la luz, valorando si merecía la pena el riesgo de ser desintegrado por tal de recargar el también su energía mágica, decide retroceder y escoger el otro camino, el que lleva al valle, sin hacerle nada a la grieta.

A la vuelta examinaría el lugar, podía ser una importante fuente de energiza mágica para todo aquel que supiera usarla. Estaría atento a los libros de hechicería que encontrara, si encontraba.

De regreso a la bifurcación no parece que nada haya cambiado. Continúas por el otro camino y finalmente apareces en el mencionado valle. Sin duda alguna no es un valle convencional, puesto que no hay nieve. Debe tratarse de algún tipo de hechizo antiguo el que mantiene una temperatura agradable.

La hierba y las flores nacen de entre las montañas, y un colorido paisaje te rodea. Al mirar arriba descubres el motivo por el que no se puede entrar volando. En realidad no es un valle, sino una cueva, pues existe un techo de roca. Al parecer el hechizo ha transformado el interior de la montaña en un valle soleado.

Tras recorrer el valle un cierto tiempo, te encuentras con una cúpula de metal, de aproximadamente unos diez metros de diámetro, que oculta algún tipo de secreto en su interior. No puedes ver nada a través de ella.

De pronto, una voz gutural, metálica y sobrenatural suena tras de ti.

- ¿Cómo has llegado hasta aquí? - dice en un tono sorprendido y amenazante - Todos los intrusos deben morir. ¡Inmediatamente! ¡Yo, llamado el proto-mago, me encargaré de tu destrucción! - concluye alzando la voz.

Al darte la vuelta descubres un nuevo gólem. Esta vez no se trata de un gólem cualquiera, es mucho más alto y estilizado. Está cubierto de runas rojas y en su pecho posee un núcleo de energía concentrada. Su altura es de algo más de dos metros y se encuentra rodeado de dos de los gólems de combate y de media docena de gólems menores.

Éste debe ser el guardián del tan preciado tesoro que se oculta en las cordilleras.

---

Imagen del gólem proto-mago: