Asamblea angelical [Ángeles oficiales y Amy Sunie]

FDI: Este tema es posterior al del Templo de Samasha.
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Hacía tiempo que no tenía una reunión con todos mis ángeles, y sinceramente, ya iba siendo hora. Era necesario que todos se conocieran y asignarles a cada uno un cometido para con el Cielo. Además, había sentido recientemente la llegada de nuevos ángeles a los que todavía no tenía el gusto de conocer y no podía demorar más.

No podía ignorar los acontecimientos recientes y debía informar a toda mi corte de ello, hasta incluso, a ser posible reasignar posiciones en el Consejo Angelical para que pudieran desempeñar tareas mucho más importantes.

Por otro lado, el entrenamiento de el ejército angelical tampoco debía descuidarse, por lo que debía poner a todos a trabajar, según las cualidades que presentara cada uno.

Me encontraba en la Sala del Trono, sin embargo no estaba sentado en él, sino que me encontraba a su izquierda, junto a la ventana, contemplando a través de los altos ventanales las maravillas que nuestra embajadora dríade había hecho con nuestros jardines.

La sala estaba decorada con una larga alfombra que recorría desde la entrada hasta el trono, en un aterciopelado lapislázuli, con los remaches bordados en dorado, y las paredes con parejas de espadas de luz cruzadas, además de algún otro motivo de ángeles tallados en el propio mármol de la pared. Se trataba una sala ovalada, amplia, espaciosa, con techos altos y luminosos, en los que las gruesas columnas de mármol blanco repartidas de tres en tres a cada lado de la sala, presentando una notable separación entre cada una que permitía pasar la luz natural por los grandes ventanales.

Había guardias angelicales custodiando las puertas y repartidos por la sala estratégicamente. Mis tres ángeles de confianza permanecían junto al trono, justo detrás de las sillas de los príncipes.

Junto a la pequeña elevación donde se situaba el trono del rey y los de los príncipes a ambos lados, había dispuestas varias sillas a cada lado de la alfombra, de manera que entre ellas parecían trazar una media luna, esperando a los invitados.