El fin de la calma

Lo primero para poder ganarme la confianza de Aspicious, era recuperar el control sobre mi elemento y la destreza que en el pasado solía tener. No sería una tarea fácil, pues había perdido muchas facultades con mi muerte. Pero poco a poco, cual músculo, mi instinto iría despertando si lo estimulaba perseverantemente.

El paisaje infernal no había cambiado mucho desde la última vez que tuve la ocasión de observarlo. Un ambiente cenizo, vulcanizo y cálido, muy hostil y quizá bello para aquel que supiera apreciarlo.

Busqué una zona despejada en medio de los pequeños volcanes que exhalaban esporádicamente bocanadas de un humo cargado de chispas y algunas ascuas. La arena era oscura, mezclada con las cenizas volcánicas que al mismo tiempo la volvían más ligera si cabía.

El aire estaba en calma, al no haber árboles que generaran oxígeno y propiciaran los cambios meteorológicos, el calor de los volcanes volvía el aire mucho más ligero. Podía sentirlo a mi alrededor, pero necesitaba recuperar la confianza en mí misma para retomar el control.

Vestía aquel traje de cuero ligero con las botas altas y mi espada de oscuridad al cinto. Mi aura iba al nivel normal que le correspondía como común.

Me situé sobre la arena ceniza en un pequeño valle entre los volcanes y adopté una posición de meditación, de pie, con las piernas ligeramente separadas y los brazos relajados a mi espalda. Cerré los ojos y comencé a respirar de manera pausada y calma, centrándome primero en controlar la respiración y luego en escuchar los sonidos que hubiera a mi alrededor.

La brisa cálida era suave, y me acariciaba la piel de manera esporádica. Me dejé mecer y llevar por ella, por lo que no tardó en envolverme, revolver mis cabellos y dejarse acariciar por mis manos, que se separaron hacia los lados para dejarse suspender sobre ella y flotar suavemente.

Las corrientes de aire subían con el calor, resultaba agradable dejar que mis manos volaran apoyándose en ellas. Hice un primer intento de cambiarles el rumbo y que se deslizaran hacia el suelo con suavidad, para levantar pequeñas partículas de aquella arena ceniza formando un pequeño torbellino.

Parecía que surtía efecto, pero había sido algo muy suave. Como siguiendo su música, comencé a realizar una danza al son, haciendo que la brisa me siguiera y magnificara mis movimientos dibujando en el aire con la propia arena ceniza.

Era obvio que el aire no me había olvidado, ya que respondía a mis movimientos, a mis deseos tal cual enviaba las órdenes mentales. Pero debía hacer algo más grande, más rápido, más efectivo. Abrí entonces los ojos y vi como la pantalla de cenizas caía como una cortina de nuevo hacia el suelo ante mis ojos. Me esforcé en volver a levantarla, con o sin la ceniza, pero que se alzara como protección rápidamente.

Una y otra vez, realicé el mismo movimiento, combinándolo con pequeñas ráfagas de aire, que bien podrían servirme para empujar a mis adversarios. Hasta que finalmente me detuve y concentrándome hice que el aire se concentrara en el exterior de una pequeña burbuja, para que se generara el vacío en su interior. Quizá extraer el aire no me costara demasiado, pero el mantenerlo fuera y concentrarlo me hizo gastar mucha más energía.

No pude resistir demasiado y tuve que liberar el efecto, apoyándome sobre mis rodillas para recuperar el aliento. Antes crear el vacío no me costaba tanto, pero estaba claro que necesitaría mucho más poder para poder realizar este tipo de movimientos sin desfallecer. Aquí era donde realmente se notaba que había perdido facultades.

Pero no podía detenerme aun, pocos habían sido mis progresos aunque me tomaría un pequeño descanso volviendo a adoptar la postura de meditación, retomando el control de mi propia respiración con los ojos cerrados.

Había regresado al infierno pero nada mas era una parada para descansar un poco, había visto varias cosas , pero sentía que me faltaba todavía mucho por aprender para ser digno de volverme a presentar ante mi rey Aspicious,.

Así que decidí regresar al lugar de donde vienen todos los demonios, el infierno una parte mia todavía sentía mucho miedo de ese lugar pero otra parte sabía lo que era no tenía miedo de nada.

Quitándome esos pensamientos había llegado al infierno un lugar que para otros parecía desolador y oscuros, pero para mi este era mi hogar y por raro que pareciera este lugar me hacía sentir seguro ya que sabía que aquí nada malo me podría pasar.

Estaba en mi estado normal mientras caminaba hacia unos pequeños volcanes que veía a la lejanía mientras seguía mi camino en este lugar donde no tenía ningún amigo o una persona que me ayudara .

Tenía mi aura en sus niveles normales que un demonio de mi nivel podía tener , aquí no tenía miedo de que me descubrieran , seguía caminando en medio de todo el paisaje infernal hasta que llegue a los pequeños volcanes que había visto a lo lejos.

Pero algo me sorprendió sentía otra aura a lo lejos, por lo que podía sentir era otro demonio hacia que comencé a acercarme hacia donde sentía esa aura de repente vi a una demonio, parecía que estaba meditando tranquilamente .

En ese momento me senté todavía un poco lejos de donde estaba ella y cruce mis piernas , mientras comenzaba a rascarme la cabeza para ver si me acercaba a ella , no la podía ver muy bien desde donde yo estaba, quizás era un demonio mucho más fuerte que yo y quizás la iba a molestar y me haría daño.

En ese momento muchos pensamientos comenzaron a rodear mi cabeza acercarme o irme sin más de ese lugar, pero también pensé que no podría pasar nada malo y me podría perder de una gran experiencia así que decidí acercarme a ella lentamente.

Comencé a caminar con una gran precaución mientras sentía todo este ambiente de calor pero por raro que pareciera era algo que yo ya estaba acostumbrado al sentir el calor, seguí caminando hacia esa demonio que había llamado mi atención.

Cuando estaba a pocos centímetros de ella le toque con mi dedo meñique su espalda para llamar su atención y esperar su reacción.

Parecía que la calma regresaba a mí y de nuevo tomaba el control, volviendo a sentir el aire que fluía a mi alrededor. La hacía fluir en pequeñas ráfagas a mi alrededor, haciendo que tanto mis cabellos dorados como el sol como la falda de mi vestido, fueran mecidos por éstos de manera sobrenatural.

Eché ligeramente la cabeza hacia atrás, apretando los puños por delante de mi con los brazos rectos y en tensión para concentrar el aire y guardar el equilibrio, dejando que por un instante, mi cabeza se apoyara en una pequeña columna de aire. La sensación de libertad era indescriptible.

Por un momento, había logrado que el aire me rodeara y ascendiera de forma violenta, pareciendo que estaba usando un poder descomunal, pero en realidad, solo estaba probando mis propias reacciones, canalizándolas a través del aire al hacer aquella fuerza que me ayudaba a concentrarme.

Pero fue solo unos segundos, aunque intensos y de nuevo relajé mis músculos, regresando a la calma. Fue en ese instante que sentí que algo me tocaba la espalda, e instintivamente me volví proyectando una ráfaga de aire en aquella dirección, como si fuera un contraataque.

El sonido de la caída me hizo abrir los ojos y vi que allí había otro demonio, que al parecer acababa de enviar unos metros más hacia atrás.

- ¡Oh, lo siento! -Exclamé llevándome la mano a la boca alarmada, y rápidamente me acerqué al chico tendiéndole una mano para ayudarle a levantarse-. No te había sentido, pensaba que estaba sola. ¿Estás bien?

De repente una gran ráfaga de aire salió de la demonio y salí volando unos metros de donde yo estaba cayendo al suelo y quedando algo aturdido, me había quedado sorprendido en ese momento oí su voz y tome su mano para levantarme , mientras seguía algo aturdido y agitaba mi cabeza.

-Eh si, si , si estoy bien –decía viéndola mientras me frotaba la cabeza con mi mano izquierda riendo un poco me pareció chistoso como había pasado las cosas –creo que la próxima vez no te tocare la espalda-decía riendo mientras la veía en ese momento le di mi mano para saludarla no conocía a muchos demonios y no iba a perder el gusto de conocer a una más.

-Un gusto me llamo Auron- decía sonriéndole levemente pero en ese momento sentí algo raro de ella , sentía que su aura no es lo que tendría que ser, sentía que su poder era mas grande como el de un rey pero ahora su poder era como el mío .

Era algo raro en ese momento comencé a examinarla con la mirada –¿Llevas mucho tiempo aquí?, tu aura me resulta extraña parece ser que le falta algo-decía algo intrigado sobre lo que había descubierto de verdad me parecía muy extraño en ese momento .

Tiré de él con fuerza para ayudarle a que se levantara. Sonreí con un ligero rubor en mis mejillas, no pudiendo evitar que se me escapara una ligera risita debido a su comentario. Vestía todo de negro, pero al penetrar su mirada grisácea -algo más oscura que la mía- pude notar que no se tratara de una persona demasiado oscura para tratarse de un demonio. Dicen que la mirada es el espejo del alma y yo tenía por costumbre nunca ignorarla, y cuando miraba a alguien a los ojos parecía como si pudiera atravesarle y ver más allá.

Mantuve por un instante la mirada en sus ojos ligeramente desconcertada ante su último comentario. Después la aparté ligeramente y volví a sonreír.

- Yo soy Caeli, es un placer, Auron -Le saludé con una sonrisa cálida, ya recuperando el tono de mis mejillas-. Has de disculparme, estaba entrenando y no te sentí llegar, se me fue un poco la mano. Creo que es mucho mejor que no te acerques a alguien mientras está entrenando -Dije respondiendo a lo primero con un cierto grado de calidez. Pero en seguida mi mirada se tornó seria aunque calma-. Es cierto, no hace mucho tiempo que llegué. Pero, ¿qué te hace pensar que le falte algo a mi aura?