xXcuestionXx Renegado Licántropo
Cantidad de envíos : 2523 Edad : 30 Localización : en los confines del mundo Fecha de inscripción : 21/03/2010 Reputación : 9 Monedas : 7961
Ficha de Personaje Breve descripción: Inventario:
| Tema: Perros lobo Lun Abr 05, 2010 12:24 am | |
| Seguí caminando por el bosque, quejandome de la malditas llamas de arshei que me habían chamuscado la parte trasera del pantalón, dejando al descubierto mi encantador trasero. Evidentemente ya me había parado con anterioridad para rasgar un poco mas de largo del pantalón, que no se notaria mucho, y cosermelo con lo que pude almenos provisionalmente.
Caminaba con tranquilidad, la suave brisa ondeaba mi media melena, cerré los ojos para disfrutarla. Inspiré pronfundo, notando como el aire puro recorría ahora mi cuerpo hasta mis pulmones y soltandolo lentamente con una sonrisa en los labios. Me tumbé en un claro, con las manos a la cabeza y contemplé las estrellas sin perder la sonrisa de la cara. La luna estaba llena, y bañaba mi cuerpo con sus tenues y azulados rayos, contorneando mi figura, destacando la relajación de los músculos. Realmente ese astro me fascinaba.
De pronto, sentí un agudo dolor en el pecho, como si el latir del corazón se expandiera por todo mi cuerpo como dagas afiladas arañando mis entrañas. Me incorporé pero cai al suelo de rodillas, sujetándome con una mano mientras que con la otra me apretaba fuerte en el pecho, conocía este dolor... Me maldije. *se supoía que ya lo había controlado* pensé con desesperación, cerrando fuertemente los ojos. Arqueé la espalda sacando pecho y echando los brazos hacia atras con un grito de dolor. volví a caer al suelo y lo golpeé con el puño varias veces. Volví a gritar, esta vez sonó más bien a un rugido. Arrancando la hierva, tierra incluida, traté de contenerme pero el dolor me superaba. El pelo comenzó a brotar, mis colmillos creceron y se afilaron, mi rostro se estiró combirtiendose en un hocico. Perdí el conocimiento y la consciencia por completo, todo se hizo negro...
*Tengo que luchar... ten...tengo que luchar con... contra... contra mi bestia...interna...... tengo....que lo grarlo...*
Poco a poco, con mucho esfuerzo comencé a retomar la consciencia. Cuando quise darme cuenta lo primero que ví fue una mata de pelos entre mis manos, estaba caliente y no tenía otro olor que el de sangre por todas partes. *No.. dios mio no... lo he vuelto a hacer...* Pude centrarme en la excena total. Había dos perros un poco más alante, tirdos en el suelo y con varias mordeduras. Miré mis manos y lo que estaba sujetando era a otro pobre perro, completamente ensangrentado, estaba perdiendo mucha sangre. Estaba horririzado, no sabía como reaccionar. Me miré y estaba completamente desnudo, pero me fije que lo que me quedaba de pantalón estara un poco más alla, a mi derecha, junto a mi espada enfundada. Corrí hacia ella. Cuando la cogí la desgarre en tiras y traté de parar la emorrágea de los animales como pude. Una vez echo esto fue dejando de sangrar, los otros dos parecian no estar tan mal, pero el que encontré en mis brazos había perdido bastante sangre y tardaría más tiempo en recuperarse. Les dejé un momento al lado de un arbol para que descansaran y fui a ver qué podía encontrar para ponerme, almenos en la parte de abajo y no ir completamente desnudo por ahí. Encontré casual y fortuitamente unos pantalones y una camiseta en un arbol al lado de un rio. Seguramente de alguna persona que se estaría bañando... Cuando volví pude observar que los perros seguían placidamente descansando a los pies del arbol. Me senté a observarles. Parecían hermanos, seguramente la madre hubiese muerto y estos permaneciesen juntos cazando lo que podían para sobrevivir. Me fijé que dos eran machos y el otro era una hembra, parecían un crucé, pero tenian bastantes rasgos de husky. De repente se empezaron a combulsionar de una forma impresionante. Me levanté de un salto, sin saber como reaccionar. Su tamaño comenzó a ser mayor por segundos, sus colmillos a crecer, su pelaje se hizo mas cuantioso y erizado, sus garras más grandes y afiladas. Todo se detubo unos segundos, entonces abrieron los ojos. Se levantaron costosamente, parecían desorientados. Me puse en guardia, solo por si acaso. Cuando se percataron de mi presencia me clabaron la vista. Los trés empezaron a correr en mi dirección, yo me puse aun más en guardia. Eran 3 bicharracos de metro 40 de altura aproximadamente que corrían ansiosos hacia mi. Se lanzaron y me tiraron al suelo. Comenzaron, para mi sorpresa, a lamerme efusiva y cariñosamente. Traté de incorporarme y vi como se sentaban a mi alrededor con la lengua afuera y de muy buena gana.
-¿Pero qué... demonios?-dije, perplejo. No entendía nada.
Les miré detenidamente y comencé a enlazar echos.
-Osea... que al morderles he debido de alterar su cuerpo haciendoles mutar hasta combertirse en una especie de perros con poderes de licántropos... Y al parecer son bastante fieles a mí... debe ser por que soy quien les mordió. Uhm... esto resulta, ciertamente, muuy intertesante
Sonreí.
Anduve con ellos largo rato, me seguían a todas partes sin alejarse de mí. En cuanto se dispersaban un poco y oían mi llamada acudían rapidamente a mi lado, mirandome moviendo el rabo. Les sonreí.
-A tí... te voy a llamar Q. A ti... Gofre, y a ti... mmm tu eres hembra... te llamaré Doris.-dije, escogiendo sus nombres.
Q era el más enérgico, no paraba quieto y se le daba bastante bien la caza. Gofre en su defecto, estaba siempre en babia, pero parecía que cuando tenía que pelear lo haría con ferocidad. Doris, la unica hembra, era el perro más listo que había visto en mi vida, cuanquier cosa la aprendía al instante, le gustaba ir mucho a su aire y trazaba bastantes buenas migas con Gofre, sin embargo miraba mal a Q cuando hacía estupideces o trataba de matar animalillos por placer, después de eso siempre solia mordisquearle cariñosamente las orejas. Los 3 eran muy fieles y me seguían a todos lados. Desde entonces, comencé a llevarles en mis viajes | |
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