Llegada al castillo

Puse cara de fastidio al rastrear otro vampiro nuevo. Parecia que no paraban de llegar aunque bueno, eso no era malo...¿o si? No perdí el tiempo, me desvanecí en mis aposentos y aparecí justo delante de lo que s epodria considerar una intrusa. La examiné con interes, mis ojos carmesí la recorrieron de arriba abajo. A todas luces era una maestra.
-Buenas noches querida. -Dije inclinando levemente mi cabeza a modo de saludo, como era costumbre en mi. LLevaba unos pantalones negros y una camisa del mismo color, no iba tan elegante como era costumbre en mi, es más, iba descalzo y los bajos del pantalon tocaban el suelo. La camisa solo estaba abrochada a medias. Evidentemente estaba disfrutando de una relajante velada en mis aposentos cuando la habia rastreado.

-El aspecto no es lo único que habla de las personas, se que eres una maestra. -Dije sin dejar de mirarla.
-Puedes quedarte aqui si es lo que deseas, ahora mismo la dueña del castillo esta fuera, pero pasará a saludarte en cuanto vuelva. Tienes a tu disposición la habitación que elijas del castillo. Pero antes deberás contarme tu historia y prometerme que no me arrepentiré de dejarte pasar.

-Muy bien, detras de ti. -Dije señalando con la mano abierta el pasillo detrás de mi para que abriese el paso.

La acompañé a una de las habitaciones libres situadas en la parte sur del castillo. Cuando llegamos abrí la puerta y la invité a pasar. La habitación era todo lo lujossa que podria ser. Una enorme cama de matrimonio con sabanas neras y moradas muy suntuosas, estanterias vacias y un escritorio de madera de aspecto bastante elegante, además de la puerta que daba al baño y un ventanal desde el que se veia el mar y el acantilado.
-Puedes remodelarla como gustes. -Dije desde el marco de la puerta.
-Bueno, supongo que estaras cansada. Puedes disponer de todo lo que quieras dentro de este castillo. -Dije dandome la vuelta para marcharme.
-Por cierto, mi nombre el Walter, Walter Wingates. Principe de los vampiros.

-Buenas noches Melifaith. Supongo que nos veremos bastante a menudo. -Dije con una sonrisa. Me incliné levemente a modo de despedida y desaparecí del lugar.

Cuando volví al castillo note una nueva presencia, quizas otra vampira mas, me sentí feliz por este echo y fui hacia donde se encontraba, vi que ya habia tomado una de las habitaciones asi que me limite a llamar a la puerta-Buenas noches, ¿puedo entrar?-dije con una voz amable, esperando que me diera permiso para pasar.

Entre y sonrei, hacia mucho que no entraba nadie nuevo.-Espero que no estubieras haciendo nada importante, no quiero molestar, pero como entraste en la familia, crei necesario presentarme.-Dije amablemente miranola-Yo soy Ana Hyuga ¿tu eres?-

Sonrei-Encantada y no tienes porque agradecerlo cualquier vampiro es bienvenido aqui, bueno te dejo, querras descansar y me encantaria quitarme esto.-dije refiriendome a la ropa llena de tierra y sangre, me fui hacia la puerta y salí de ahi.