Buscando las Piedras en las Cuevas Infernales

*llegamos Angela y yo a la entrada de las cuevas infernales, cada una con una piedra en una mano. Sonreí en la entrada de las cuevas*

-Bien Angela... aquí empieza todo... mas nos vale andarnos con cuidado, cuándo he bajado aquí otras veces... las leyendas acerca de éstas cuevas y sus horrores son puramente ciertas.

*dije y entré en las cuevas. Al momento noté como de las piedra comenzaba a extraerse energía pero no de la mía, la conservaba sin problemas. Sonreí mientras veía como se iban apareciendo varias cuevas que nadie mas podía ver. Miré a mi alrededor y sonreí mientras esperaba a que llegase Angela*

Aferré la piedra con la mano izquierda y me llevé la derecha a la empuñadura de mi espada. Avancé con pasos cautelosos a la derecha de Arshei, suprimiendo mi aura totalmente y con todos mis sentidos alerta. Estaba atenta al más mínimo ruido que no fueran nuestros pasos, con las alas tensas y a medio desplegar.

*la miré y sonreí, mientras un montón de llamas salían de mi cuerpo y recorrían todos y cada uno de los túlenes laberínticos del lugar, aniquilando a cualquier diablo, vampiro, etc sin que estuviese allí que no fuésemos o Angela o yo, y dejando un rastro imborrable hasta que yo lo ordenase de aniquilar a los espías, el rastro se encontraba por todas partes.*

-no creo que haga falta tanto Angela... en fin, sigamos.

*dije mirando varias cuevas y añadí*

-¿Tu puedes ver esa cueva de la derecha de ahí arriba?

*comenté extendiendo las alas y dirigiéndome hacia lo que Angela vería una pared pero que yo veía una cueva para añadir*

-Por alguna razón, la otra vez también vi cuevas que Aspicious no podía ver pero no dije nada. Lo único malo es que me quitaban mas energía de lo normal, pero al menos ésta vez no lo hacen.

*comenté*

Pese a las palabras de Arshei, no bajé la guardia ni lo más mínimo. En terreno desconocido, toda precaución era poca.
-No veo ninguna cueva, Arshei-sama. Ni siquiera te veo a ti- le recordé, parecía haberse olvidado de mi ceguera-. Tal vez haya túneles protegidos por ilusiones que solo afecten a determinadas personas que no posean alguna característica especial. No obstante, si la ilusión es solo óptica y no se puede tocar, es posible que pueda localizar la cueva.
Ladeé la cabeza para escuchar mejor y utilicé la ecolocalización para reconocer la cueva entera. En algunos puntos el sonido no volvía, en otros sí pero tardaba mucho. "Túneles y callejones sin salida" pensé.

off: tu diras si la ilusion es solo optica o no, yo no tengo la sangre de Erzebeth xD

OFF: Se trata de una pared que protege la cueva a la que sólo se puede acceder o ver teniendo la sangre de Erzebeth, xd.

ON:

*la miré*

-Cierto es... de todas formas ven aquí Angela, y prueba a tocar dónde yo te diga... quiero saber si puedes entrar o no, porque quizás sólo pueda verlo yo por mi linaje... cosas mas raras que eso ya he visto.

*comenté y esperé*

off: es decir, que no es solo optica xD
on:

Mi ecolocalización no detectaba nada extraño, aunque algo de sospechoso si que tenía el hecho de que hubiera una pared tan relativamente lisa en medio de tanto agujero.
-Dime cuántos pasos doy y toco lo que quieras- le dije a Arshei-. Detecto muchos agujeros sin salida entre las cuevas, pero creo que delante no hay nada.

*Asentí con la cabeza*

-No hace falta, Angela... si no detectas nada a 2 pasos de la pared, no creo que puedas tocarla.

*Dije y rebusqué en mis ropas hasta sacar un pañuelo y una navajilla*

-Bien, Angela... no te preocupes por lo que haré ahora. He leído que éstas cuevas para los descendientes de Erzebeth posee cavidades especiales a las que sólo se peuden acceder mediante la sangre... siendo la última de su linaje, es de suponer que es por eos por lo que yo las veo y tu no... así que para entrar ambas, habrá que darla lo que hace falta para verlas: sangre.

*dije y antes de que intentase frenarme me rajé la palma de la mano con la navajilla. Un poco de sangre comenzó a salir que recogí en el pañuelo blanco, tiñéndolo de rojo. Tras varios cortes, creí que ya sería suficiente, así que coloqué el pañuelo en uno de los bordes de la cueva. Al momento un espacio de 1 metro de ancho se abriría para Angela. La cueva era de 10 metros de ancho, pero con aquello sólo podía abrirla 1, epro tampoco hacía falta mas, seguramente habría notado como de repente tras el olor de mi sangre y de haber puesto el pañuelo ahí había aparecido delante suyo, a 2 pasos, una cueva. La miré y sonreí*

-Pasa Angela, ahora te sigo yo... en cuánto retire el pañuelo dejará de verse el acceso, asi que he de pasar después. Por lo que yo veo, la cueva tiene 10 metros de ancho.

off: emo xDDDDD
on:

Puse mala cara al oler la sangre pero cerré la boca y entré a regañadientes, utilizando la ecolocalización para no chocarme con nada. Casi no tuve que agacharme al pasar por el hueco.
Una vez al otro lado de la entrada secreta, palpé la piedra de una de las paredes. Fría y muy porosa en la mayoría de las zonas, excelente. No tendría problemas para usar mis poderes si la ocasión lo requería.

OFF: XDDDDD

ON:

*Vi como Angela ponía mala cara pero lo ignoré. Nada mas haber pasado ella, retiré el pañuelo dejando de ser perceptible para Angela la entrada pero ni una milésima de segundo mas tarde entré como si hubiera atravesado la pared. Nada mas hacerlo, las antorchas que había en las paredes se encendieron y las miré sorprendida*

-Al parecer los antiguos diablos del fuego conocían muchos secretos sobre el mismo... éste fuego lleva la marca de mi familia.

*dije observándolo y comencé a andar por la cueva, hasta encontrarnos una bifurcación, ambas con el mismo fuego morado eterno. Miré a Angela*

-¿por cuál de los 2 caminos vamos?

Me acerqué a la bifurcación y ladeé la cabeza de nuevo, usando la ecolocalización para trazarme un mapa mental de cada túnel. Fruncí el ceño al notar algo extraño y volví a emitir ultrasonidos.
-Qué raro- murmuré-. Los dos túneles parecen iguales, pero el de la derecha tiene algo extraño... Dame un minuto.
Volví a repetir el proceso y mi ceño fruncido se acentúo más aun. Había un punto de uno de los túneles que hacía unos momentos estaba a veinte metros y ahora estaba a quince. Al volver a hacerlo por cuarta vez tensé las alas y me llevé una mano a la espada.
-En el túnel de la derecha hay algo moviéndose hacia aquí, y avanza muy rápido. Se mueve en zigzag, pegándose a una pared distinta cada cinco metros- avisé-. Tal vez pueda camuflar su aura, por eso no lo hemos detectado antes.

*Suspiré*

-Oh, ya empezamos con los bichos y demás seres... a saber que escondieron aquí mis antepasados.

*dije en un suspiro desenfundando mi espada. Justo en esos momentos apareció una especie de ángel sin aura, que parecía tener una especie de serpiente metida dentro. Sonreí al verlo, pero enseguida borré la sonrisa al ver que se multiplicaba por 2, y éstos 2 por otros dos, de tal forma que sin apenas darnos cuenta ya teníamos 8 angeles sin aura con una espada en cada mano cada uno. Gruñí*

-¡Maldito seas Zerachiel!

*grité mencionando al arcángel que mi padre había matado y añadí*

-¡estabas muerto!

*Obviamente se habían dedicado a experimentar con él. Lancé varios espadazos a 3 Zerachiel, pero los otros se volvieron a multiplicar*

-¡Angela, creo que vamos a tener que luchar a lo bestia y rápido!

*grité mientras en mi mano se preparaba una bola del fuego del diablo*

Asentí y dejé de suprimir mi aura. Una densa niebla negra como el carbón rodeó mi cuerpo y el ruido del agua corriente se dejó oír procedente del suelo. Extendí las alas, desenvainé y alcé un puño. Un géiser reventó el suelo delante de nosotras, llevándose a dos ángeles por el camino y ensartándolos en sendas estalactitas del techo. El agua del géiser se transformó rápidamente en diez estacas de hielo que salieron disparadas hacia otros tres a los que persiguieron hasta clavarse en sus cuerpos. Una vez clavadas, se licuaron y penetraron en el sistema sanguíneo, donde se expandieron bruscamente haciendo que los ángeles explotaran desde dentro. Una sangre semicoagulada que supuse que sería de color negruzco salpicó por todos lados, pero lo ignoré y me dirigí a espadazos contra otro ángel.

*Me aparté de la trayectoria del agua para que no me diese y vi como morían aquellas copias del arcángel Zerachiel. Después, el hielo se clavó en mitad de una multiplicación en los 3 cuerpos, matándolos pero apareciendo la mitad de la transfromación. Ya eran 5 menos, y Angela se estaba encargando de un sexto. Fuí a la velocidad de la luz con la espada y extendí directamente el fuego del diablo, con toda la destrucción que había en el Infierno y en la pelea se extendió rápidamente, atrapando a los 4 angeles, incluído contra el que peleaba Angela. Los ángeles comenzaron a multiplicarse de nuevo hasta ser 8, pero no pudieron escapar de las lenguas de mi fuego. Observé como se multiplicaban de nuevo, pero mi fuego avanzaba mas rápido que ellos y sonreí*

-Bueno Angela... ahora sólo nos queda eliminarlos a todos, no nos pueden atacar... y el fuego no te hará daño.

*dije pues les veía retorcerse de dolor y les escuchaba gritar de dolor. Me acerqué volando y me puse a decapitar las cabezas de 10 de los angeles*

off: me he perdido, ¿cuantos quedan? @.@
on:

Me moví ágilmente entre los ángeles con mis garras y mi espada zumbando alrededor de mi cuerpo. Por todas partes empezaron a saltar yugulares, tráqueas y columnas vertebrales seccionadas. Algunos a los que pillaba más de cerca eran partidos en dos o tres trozos por mi espada, poniendo buen cuidado en que en ningún trozo estuvieran el corazón y el cerebro juntos, a ver si iban a regenerarse. Ahora que no se podían mover los localizaba sin problemas.
Al cabo de menos de tres minutos ya no quedaba ángel con cabeza. Guardé la espada, evaporé el agua para tenerla disponible de una forma más manejable y suprimí mi aura de nuevo.
-El túnel del que ha salido esa cosa parece largo, podemos intentarlo por ahí- sugerí.

OFF: Te quedaban a ti 6 arcángeles, xddd.
No me mates por el post taan laargooo!!!>.< Es para abreviar las cosas que se nos hecha el tiempo encimaaa!!!>.<

ON:

*Cuándo todos los arcángeles hubieron muerto, y bien muerto de forma que no pudieran revivir ni multiplicarse, sonreí a Angela mientras recogía mi fuego del diablo extremadamente concentrado en un lazo que me puse en el cuello y la sonreí*

-No creo que un corredor tenga tanta seguridad sólo para despistar... vamos.

*la dije y avanzamos hasta el final del túnel, dónde había una muy elegante puerta. La intenté abrir pero fue imposible. En la puerta, en los muchos detalles que había el color oro (pues era de plata con algunos rubíes, esmeraldas, zafiros y diamantes) estaba grabado el símbolo de mi familia. Lo miré sorprendida*

-Vaya, no sabía que en la familia tuviéramos una puerta tan lujosa...

*dije y saqué el pañuelo con el que habíamos entrado a aquella caverna, poniéndolo en la puerta y empujando. La puerta cedió un poco, pero no se pudo abrir. Suspiré y miré a Angela, al parecer necesitaba la sangre de la propia fuente*

-Creo que la puerta necesita la sangre... de la fuente.

*mientras le decía aquello a Angela saqué la navajilla y me hice 6 cortes en la mano, poniendola rápido en la puerta. Noté como la puerta me cogía durante 3 segundos un poco de sangre y depsués paró. Retiré la mano mientras las heridas se me cerraban dejandola de nuevo ilesa. De repente, en un dialecto antiguo de los diablos resonó una voz femenina*

-Identifícate diabla de la realeza.

*Aquello me sorprendió muchísimo, obviamente no me lo esperaba. Volví a colocar la mano en la puerta por si acaso era algo táctil, pero noté para mi disgusto como me analizaba el aura. Varios escalofríos me recorrieron el cuerpo, no era una sensación nada agradable.*

-Identifícate diabla de la realeza.

*pidió de nuevo la voz femenina en le mismo dialecto. De repente se me ocurrió presentarme, no sabía si funcionaría, pero tenía que intentarlo*

-Mi nombre es Arêsha aunque soy conocida como Arshei, reina de los Diablos, Líder del clan los Diablos de Oro, Emperadora de la Aldea de los Cazadores del Mal y la última descendiente de Erzebeth.

*mientras lo decía en el mismo dialecto (me alegraba de haber hecho lo del juramento, no era un dialecto muy antiguo y suponía que Angela lo conocía, pero no estaba segura) la puerta siguió examinándome el aura. de repente dejó de examinármela y se abrió*

-Pasad reina Arêsha y su acompañante.

*Solté un suspiro de alivio, había estado tensa mientras me examinaba el aura, era extremadamente incómodo y molesto. Ambas pasamos. Nada mas pasar la puerta se cerró sola. había tanta oscuridad que en un principio pensé haberme quedado ciega*

-¡Vaya...! Ahora entiendo cómo te sientes Angela: No veo nada.

*Dije mientras trataba de encontrar una forma de ver algo. De repente se me ocurrió identificarme de nuevo, esta vez en un dialecto de los diablos normal*

-Soy Arêsha, hija de Samael y Aloqua, última descendiente de Erzebeth. Soy la Reina de los Diablos, la Líder del clan los Diablos de Oro y la emperadora de la Aldea de los cazadores del Mal. También maté al antiguo rey de los diablos, Satán, y al anteúltimo líder de los Cazadores del Mal, Ulrik Francis.

*De repente se encendió una especie de luz y miré todo maravillada: estábamos en una sala extremadamente lujosa, muy antigua y en perfecta condiciones de conservación. tenía varias pinturas y un mausoleo aún mas elegante que el resto de la sala en el medio. Lo miré maravillada*

-No sabía que tuviésemos un tesoro así en el Infierno... Me pregunto que será para que mis antepasados lo protegieran de tal forma...

*comenté acercándome a unas pinturas. Nada mas verlo mi expresión y mi aura fueron cambiando de sorpresa a incredulidad a admiración y respeto, todas muy profundas. Miré cada pintura de aquella pared rapidísimamente y me giré hacia Angela*

-Estamos... estamos... en el lugar... dónde... se conservan... los restos... ¡De Erzabeth!

*la informé con la voz entrecortada, obviamente aquello ni me lo había esperado ni esperaba encontrármelo. Miré el mausoleo con muchísimo respeto, estaba repleto de todo tipo de objetos, desde joyas, hasta libros y objetos de tortura que en su día debieron de ser magníficas. Había todo tipo de objetos dentro del mausoleo, se notaba por la gran cnatidad de ellos y la gran oscuridad y destrucción que manaba de ellos de dentro del mausoleo. Miré a Angela*

-Es posible que encontremos aquí lo que buscábamos... al fin y al cabo... parece haber todo tipo de objetos dentro... tendremos que mirar...

*comenté aún con la voz entrecortada por haberme encontrado con aquello de golpe.*

off: Garbi, ultimamente tus posts tienen cierta tendencia a... ¿como lo digo? ah, si... SER QUIJOTESCOS!!!!!!!!!!! estas tentando a la suerte con tus probabilidades de supervivencia, en serio ¬¬ xD
on:

Seguí a Arshei y me quedé paralizada al oírla presentarse. ¿Arêsha? ¿Pero cómo era posible? La impresión me dejó el cerebro congelado durante un buen rato hasta que lo conseguí digerir del todo. Ahora comprendía por qué me había hecho jurar que no le diría nada de su pasado a nadie que no lo conociera. Aquel era un secreto de los grandes. No obstante, me esforcé por actuar normalmente y no dije nada. "Al fin y al cabo, no es más que otro nombre. La diablesa que tengo delante ahora mismo es la líder de mi raza, mi líder. El nombre que use no va a cambiar eso" pensé.
El tamaño de la cámara del tesoro y lo que había dentro ya no me sorprendió tanto. Teniendo en cuenta quién era, tampoco era tan extraño. No había ningún sistema de seguridad que impidiese tocar los objetos, así que reconocí algunos al azar por el tacto. La ecolocalización me indicaba dónde estaba cada cosa, pero no me daba detalles de su textura.
-Impresionante- murmuré para mí misma. Después de admirar unos momentos el hallazgo, me puse a trabajar. Me coloqué más o menos en el centro de la habitación y me concentré en busca de auras oscuras. Estaba la de Arshei, por supuesto, pero había algo más, un aura muy dispersa que parecía tener tres focos. Avancé hacia allí y extendí la mano, topándome con... la pared del mausoleo.
-Aquí hay algo. No sé si es lo que andamos buscando, pero algo hay, seguro. Siento un aura oscura muy dispersa, parece tener tres focos. Los tres están aquí dentro, pero no parece nada vivo- avisé.

OFF:
Entonces me alegro muchísimo de vivir en Bilbao ^^

ON:

*Noté la sorpresa de Angela en mi identificación pero no quise decirla nada, al fin y al cabo, era comprensible descubrir de repente que tu reina no era quien creías que era desde hacía 1500 años, si no que había fingido su propia muerte y siempre elogiaba y alababa a su antiguo nombre. No la dije nada porque no pensaba que fuese apropiado, cuándo ella quisiera hablar del asunto, si es que quería hacerlo alguna vez, lo hablaríamos. escuché todo lo que me dijo y sonreí*

-Sólo noto una gran oscuridad... no me hace mucha gracia entrar en el mausoleo, pero debemos de hacerlo...

*dije entrando en el mismo. Nada mas entrar, pude observar que todo el lujo hasta entonces reinante no era nada a comparación del que reinaba dentro del mausoleo, todo decorado con oro, platino, plata, esmeraldas, rubies, zafiros, diamantes y demás materiales de lujo. A los lados había unas magníficas pinturas narrando toda la historia de Erzebeth y de la construcción del mausoleo. Los objetos se amontonaban por todos lados en un extraño orden. Miré a Angela*

-Quizás... aquí se encuentre la espada de Erzebeth... mi padre me contó de pequeña que era la espada mas poderosa de los Diablos, pura oscuridad con toda la fuerza de la raza en una única arma... me dijo que se encontraba en el lugar dónde descansaban sus restos que nuestros antepasados hicieron olvidar para que no cayese un lugar tan sagrado e importante en manos indebidas...

*la susurré expectante mientras avanzábamos por el mismo*

off: Bilbao no esta tan lejos asi que no te confies, que este verano vamos a ir al norte xDDDDDD
on:

Entré tras Arshei, siempre alerta por si acaso. Mis dedos seguían palpando todo objeto que encontrasen y que no emanase nada hostil.
-La espada de Erzebeth... No lo sé. Si está aquí, está bien protegida, no noto nada lo suficientemente fuerte para que se trate de... ¿A qué huele aquí?- me interrumpí de repente y arrugué la nariz. Notaba un leve olor a huevos podridos, o más bien a azufre. Lo seguí hasta llegar a una pared. Tanteé con cuidado y reconocí la forma del relieve de un sepulcro. Sin embargo... No, aquello no era un relieve, era una caja de verdad: tenía una hendidura diminuta, seguramente invisible a simple vista. Me elevé en el aire con mis alas y tanteé por detrás, encontrando dos bisagras de media clavija semiescondidas junto a la pared. Dentro sentía uno de los focos del aura oscura-. A-Arshei-sama, esto... esto no es un relieve decorativo, es un sepulcro de verdad, huele a ácido sulfhídrico que tira para atrás y tiene dentro uno de esos focos oscuros- dije, posándome en el suelo y retrocediendo dos pasos.

OFF:
que os vayáis al norte no quiere decir que tenga que ser justamente Euskadi y Bilbao...
ON:

*la seguí y escuché lo que me dijo y me acerqué "al relieve". tanteé la cajita mientras arrugaba la nariz, notaba perfectamente el olor*

-Si, yo también lo noto... sin embargo, ha de poder salir de ahí de alguna forma...

*Comenté mientras usando toda mi fuerza tiraba, pero fue inútil. Miré todo con mala cara*

-¡Oh, vamos familia! ¿aquí también hace falta la sangre?

*dije medio fastidiada volviendo a cortarme la palma de la mano y poniéndola, pero no sucedió nada. gruñí*

-Nada, ésta vez mi sangre no sirve...

*dije en un suspiro y me paré a pensar*

-Hagamos memoria... mi padre llevó las piedras cuándo se crearon a los humanos, y dijo algo de un objeto puntiagudo para sacarlas... pero aquí hay demasiados objetos, y muchos son puntiagudos.

*dije hechando un vistazo a mi alrededor suspirando seguí intentando hacer memoria*

-Un objeto puntiagudo... escondido en lo mas recóndito del lugar... dónde las 3 energías se juntan... de oro y diamantes... y una bestia. No recuerdo que me dijera mas.

*dije suspirando, durante todo el proceso en el que había estado haciendo memoria, se habían podido entrever bien a las claras mis 3200 años en mi aura. suspiré y me puse a mirar a mi alrededor*

-tenemos que buscar ese objeto puntiagudo... me supongo que no será simplemente cogerlo y ya está.

*comenté caminando hacia la otra punta pero me quedé en le medio como desorientada y me asusté. De repente miré hacia arriba, una enorme sombra se cernía sobre mí, una sombra tan poderosa que ni mi mayor oscuridad era un rival para ella. Desenfundé mi espada que llameó y miré hacia el techo, alejándome del punto dónde se juntaban las 3 energías, pero la sombra no desapareció. Maldije para mis adentros*

-Angela, por primera vez en mi vida no sé cómo vamos a salir de ésta.

*la dije con algo de preocupación desplegando las alas dispuesta a luchar si hacía falta*

off: mier*da, me has pillado, vamos a Galicia xD
on:

Las palabras de Arshei no me tranquilizaron en absoluto, y mucho menos lo de la bestia. No pude evitarlo y en un gesto instintivo saqué la espada, que de inmediato se rodeó de llamas rojas como la sangre. Mis alas estaban tensas y mis rodillas medio flexionadas. De repente lo noté. Sí, aquel era el motivo por el que percibía dispersa la energía oscura en el exterior: aquella cosa del techo estaba protegiendo los focos oscuros, haciendo parecer que el aura estaba en todas partes y en ninguna. Aquello no me gustaba nada.
Apreté los dientes y me acerqué a Arshei manteniendo la guardia alta.
-Esto no me gusta. No sé qué hay en el techo, pero es lo que dispersa y protege el aura de las gemas. Si no acabamos con él nos costará el doble encontrarlas, y de todos modos no creo que vaya a quedarse parado mientras nos las llevamos- murmuré entre dientes. De repente se me ocurrió una idea aun peor-. Arshei-sama, y si... ¿y si el objeto que buscamos lo tiene esa cosa? Está justo donde has dicho- dije. Tenía una leve nota de miedo en la voz.

OFF:
xDDD, sólo con el norte no me engañas, xDDD

ON:

*Miré a Angela preocupada*

-Esa cosa... es una sombra gigantesca... mucho mas poderosa que mi oscuridad.

*comenté con preocupación, obviamente el asunto estaba muy peliagudo y la dije*

-Supongo que es el guardián del que me habló mi padre... una bestia, por no decir una sombra...

*murmuré mientras observaba como se iba haciendo mas corpórea, al parecer era la única forma de podernos atacar*

-Se va haciendo mas corpórea... creo que tiene la capacidad de ser una sombra para proteger... y tener un cuerpo para luchar.

*comenté desenfundando mi espada. A mis pies, un remolino de fuego y lava se iba creando e iba ascendiendo por mi cuerpo hasta envolverme por completo. Miré a la sombra, que se había transformado en un bicho de 3 cabezas con alas de insecto, patas de caballo y ojos muy rojos de color negro, que me doblaba de altura.*

-Al parecer es bastante... grande.

*comente a Angela, que seguro que son su ecolocalización ya sabía el cuerpo de la bestia y arremetí contra las patas del bicho intentando dejarle cojo. No lo logré, pero estando debajo le clavé la espada en la tripa, aunque me aparté a toda velocidad, un rayo de oscuridad le había salido por abajo. De repente vi que algo brillaba dentro de la bestia, lo que casi me supuso una herida, por fortuna no fue así y maldije mi distracción por haber visto lo que necesitábamos. Le grité a Angela*

-Hay que debilitarlo o matarlo todo lo que podamos, tiene una lanza idéntica a la que mi padre describió dentro de su tripa.

*la informé mientras hacía ascender mi fuego por mi mano y se lo ponía en una pata, haciéndole gritar brevemente de dolor. El fuego desapareció y lo miré sorprendida, aquello no me gustaba. Recordé que tenía en el cuello mi fuego del diablo, asi que lo solté tocando una de las patas. El fuego se extendió rapidísimo como nunca antes lo había hecho, aquel bicho era pura destrucción. Nada mas tocar mi fuego al bicho, éste se fortalecía, pues el fuego del diablo se hacía cada vez mas fuerte con la destrucción, y al intentar destruírlo el bicho lo fortalecía. En no mucho tiempo, el bicho estaba rodeado por mi fuego, limitándole los movimientos a la bestia. Arremetí de nuevo contra la tripa del mismo, con la clara intención de dañársela todo lo posible para sacar la lanza que nos permitiría sacar las piedras*

Apreté los dientes aun más para sobreponerme al miedo que me producía aquella cosa. La ecolocalización y su propia aura me contaban dónde estaba en cada momento. Mis alas se desplegaron completamente y mi larga cola roja salió de debajo de mi falda, con la cuchilla que la remataba rascando el suelo y arrancando chispas. Me lancé hacia él a toda velocidad con todo lo que tenía: las garras, la espada, la cola... pero no conseguí más que destrozarle una pata, que acabó casi pulverizada, y salir disparada hasta estrellarme contra el suelo al recibir una patada suya. Me levanté, notaba el sabor de mi sangre en la boca, y eso me dio una idea. Concentré en la sangre de mi boca parte de mi poder sobre el agua y volví a acercarme al bicho. Salté sobre él y le abrí un profundo corte en la espalda con la cuchilla de mi cola. Una vez con la herida abierta, dejé caer mi sangre sobre ella y me concentré en disolverla en su torrente sanguíneo. Por desgracia, el bicho no era imb*écil y se dio cuenta de que tenía algo encima, así de otro empujón suyo volví a dar con mis huesos en el suelo. Escupí sangre y me llevé una mano a las costillas, pero me levanté con una malévola sonrisa. Notaba mi sangre en su cuerpo, y con ella, mi poder. Extendí la mano izquierda hacia él y mis dedos se crisparon.
Dentro de su cuerpo, mi poder empezó a multiplicarse a través de su plasma sanguíneo. Durante los primeros momentos el bicho no supo qué pasaba y por eso no se defendió, pero después empecé a notar una pequeña resistencia que fue creciendo. Una perla de sudor resbaló por mi frente, intentando apoderarme de más agua de su sangre. Me esforcé aun más y una niebla negra rodeó mi cuerpo otra vez. El brazo empezaba a temblarme y notaba las venas marcándose sobre mi piel. Cuando no pude más, tiré violentamente del agua que había conseguido, haciendo que una espiral de sangre saliera por la herida que le había hecho en la espalda hacia el techo. Respiré, aliviada, y convertí la sangre en gruesas agujas de hielo rojizo que lancé contra él. Esperaba debilitarle bastante así, por lo menos le habría sacado unos siete u ocho litros.

*Sonrei al ver el chorro de sangre y al bicho concentrado en su pérdida, por lo que le rasgué todo el vientre a lo bestia una y otra vez, atacándole con fuego que evaporaba su sangre. en una de las acometidas, tuve al alcance de mi mano la lanza y no dudé: la agarré y tiré de ella con todas mis fuerzas. La saqué pringándome de sangre y carne del bicho, que nada mas sacarla se deshizo encima mio y se convirtió de nuevo en neblina y sombra, que esta vez no impedían ver nada. Miré sorprendida: ¿aquello era todo? habia resultado difícil, pero me esperaba mas complicación. Suspiré y fui a la primera pared, a modo de palanca saqué una caijta de oro. La abrí con la lanza y ví 3 piedras de oscuridad guardadas dentro como als que recordaba. Las cogí y sonreí*

-¿Y ésto ha sido todo? me esperaba algo mas complicado...

*de repente el mausoleo tembló y una figura femenina salió del sepulcro, era la figura de Erzebeth. La miré admirada sin saber cómo reaccionar: aquello era algo muy raro. Se acercó y nos preguntó (era la misma voz femenina que me había obligado a identificarme)*

-¿Para que queréis las piedras de la oscuridad?

-Las quiero para poder defender las cuevas infernales y la biblioteca universal y todos sus secretos de manos indebidas mediante un ritual con los seres neutros y de luz.

*Respondí con sinceridad mirándola con admiración. Erzebeth me miró con profundidad y sentí que atravesaba mi alma, que sabía todos y cada uno de mis secretos e intenciones. Sonrió*

-Las piedras reales se encuentran aquí, pero no son ésas. Están junto con mi espada, que se encuentra en mi sepulcro. Si no me habéis mentido, las veréis.

*dijo y el espectro, fantasma o lo que fuese desapareció. Miré a Angela*

-Nos toca ir al sepulcro...

Me quedé paralizada al oír la voz de Erzebeth. "Maldita sea, hoy estoy teniendo demasiadas sorpresas" me lamenté interiormente. Aquel día no ganaba para sustos. Me limpié la sangre que resbalaba de mi boca mientras una de mis costillas volvía a su sitio y la hemorragia paraba.
-Arshei-sama, yo... No es que me queje, pero creo que hoy me estoy llevando muchas impresiones juntas, así que perdona si estoy un poco... eh... nerviosa- me disculpé, guardando la espada y rascándome la nuca. Las venas que se me habían marcado volvieron a la normalidad y suprimí mi aura otra vez. Mi cola se movía nerviosamente detrás de mí y de vez en cuando mis alas, de nuevo plegadas, sufrían un pequeño espasmo. Traté de sobreponerme y concentrarme otra vez en mi misión y me puse a dar vueltas por la sala a pasos lentos, tratando de sentir cualquier cosa que pudiera indicar dónde estaban la espada y las piedras.

*La miré con comprensión*

-Si, me puedo hacer una idea Angela... hay cosas que me están resultando a mi misma impactantes, y añadido uno de mis mas grandes secretos supongo que es tentar a la resistencia.

*comenté mientras dejaba las piedras en la caja y me ponía a rebuscar por el sepulcro. Me acerqué a la tumba y estuve mirándola largo rato hasta que me fijé que de un borde salía un montón de oscuridad. Me asusté*

-Angela... dime.... dime que por favor... no tenemos... que abrir la tumba... mira porfavor con la... ecolocalización esa... que sueles emplear...

*le pedí conmovida y algo asustada de tener que abrir la tumba de la primera diabla y de mi antepasada*