a la luz de la luna

[vengo de aqui n.n https://creatureswars.forosactivos.net/castillo-vampirico-f13/habitacion-de-ana-t331.htm#7036 ]

Paré de volar en un lugar un poco profundo del bosque, pero no llegaba a estar tapado del todo, era una explanada con muchas arboles al rededor y una gran roca en medio donde me gustaba sentarme a mirar las estrellas, al lado de la roca, casi haciendola parecer una isla habia un gran rio. Al rededor de aquel rio en la explanada un gran rosal negro hacia presencia. Me aproxime a la rosa y la toque suavemente los petalos negros. -Que bonita que eres- dije suavemente.

Aterricé en silencio destrás de Ana, dos figuras aterrizaron justo detrás de mi con sus auras completamente reducidas. Estas dos figuras iban cubiertas por una larga túnica negra, las capuchas no dejaban ver su rostro, las largas mangas apenas dejaban ver sus manos, por la parte inferior las túnicas tenian varios cortes que permitian una mayor facilidad de movimientos. Debajo de estas túnicas podia adivinarse una armadura no demasiado gruesa pero resistente. Cada uno llevaba una guadaña al hombro con una hoja de color nego al igual que su túnica, los adornos de la hoja y del mango recordaban a los rosales que tenian delante. Una de las dos personas encapuchada tenia claramente una silueta femenina.
-Majestad, Ana. Me he tomado la libertad de invitar a alguien. Estos son Erondale y Slither, seran nuestra escolta durante el viaje, por supuesto solo si son de vuestro agrado. -Dije señalando a los dos guardias.

Cuando Walter aterrizo lo note al igual que sus dos acompañantes, me gire y les mire.- Walter te dije que no queria escolta.-dije sin mirarle directamente.-pero bueno da igual, solo son dos.-Me acerque a ellos, se notaba que escondian su aura y que no eran muy poderosos ya que estaban algo tensos *son vampirillos comunes*- o vamos quitaos las capuchas-dije con una leve entonacion de puchero, a lo que Erondale y Slither se quitaron las capuchas. Erondale era una chica de mediana estatura su pelo era rojo y sus ojos blancos, era bastante bonita y su blanquecina piel hacia contraste con el rojo intenso de su pelo, no parecia muy fuerte sin embargo parecia agil. Slither era alto pero tampoco robusto ni nada de eso, tenia facciones suaves como pare ser un chico y sus ojos eran negros, su pelo color azabache y su piel ni muy bloanca ni tampoco coloreada, los dos parecian agiles y habilidosos pero no muy fuertes.-Bien Walter si tu los as escojido no tengo nada que objetar, sin embargo sera mejor que vayais a entrenar antes de irnos en un par de noches- dije volviendome hacia mi preciosa rosa. Erondale y Slither no dijeron nada y se fueron a entrenar rapidamente.

Ambos se pusieron las capuchas y se fundieron con la noche dando unos poco pasos hacia atras desapareciendo completamente. No se les podria distinguir ni con la buena visión nocturna de un vampiro.
-Jajaja! Si los has notado tensos es normal, es la primera vez que estan tan cerca tuya. Son lo mejor de lo mejor, superaron a su maestro en unas pocas semanas y ahora mismo los estoy adiestrando yo mismo junto a otros cuantos, su aura por separado es casi la de un maestro, juntos no deberian tener problema alguno. No son muy fuertes pero como habeis comprobado son agiles, rapidos y bastante inteligentes. Sea lo que sea lo que nos encontramos en esa cueva os alegrará llevarlos con vosotros. -Dije esto acercandome a la roca.

Miré a Walter con una sonrisa- siempre se ponen tensos, incluso tú cuando nos conocimos ¿recuerdas?, de todas formas por muy fuertes que sean sera en la cueva esa donde veremos verdaderamente sus habilidades, y si van a estar tensos cada vez que esten cerca de mi... no podran estar en guardia.-suspire, vale que fuera reina pero, tampoco era como para ponerse asi. Segui acariciando la rosa suavemente para no destrozarla, la luz de la luna la daba directamente lo que la hacia brillar de una forma misteriosa como si fuera lo mas hermoso y fragil del mundo- Walter no te parecen preciosas estas rosas-susurre con un hilo de voz.

La devolvi la sonrisa.
-Como olvidarlo, pero no te preocupes por ellos, estaran a la altura.
Miré la rosa que estaba acariciando Ana, la mortecina luz de la luna le daba unos reflejos azulados muy claros haciendolas aun mas bellas.
-Solo hay una cosa mas preciosa. -Respondí clvando mis ojos ne los suyos. Seguidamente me tumbé en la roca mirando la luna y las estrellas, miles de estrellas cubrian el manto negro de la noche.

*iba volando cuándo noté a varios vampiros, entre ellos la de Walter y su Reina Ana. Con curiosidad descendí de los cielos*

-Hola Ana, Walter.

*les saludé haciendo una señal de respeto hacia Ana y observé a los dos vampiros*

-Que raro que vayáis con escolta... justamente me aburría en el Infierno y había decidido salir en busca de aventuras, compañia, algún angelito... espero que no os importe que os haga compañia.

Ante el comentario de Walter me sonroje un poco y me sente a su lado en la roca, de repente aparecio Arshei- Hola Arshei,-sonrei y le devolvi la señal de respeto- si bueno ya se iban, es Walter que les a llamado porque cree que necesito proteccion .-dije mirandole un poco mal- Claro que no nos molesta quedate por aqui, estabamos hablando de las rosas negras-dije señalando la flor, con la cual me volvi a quedar embobada.

-Arshei, buenas noches. Nunca viene de más una escolta. Pero ahora no la necesitamos. Desapareced. -Dije esto último dirigiendome a las dos figuras encapuchadas que obedecieron rapidamente, con las capuchas de nuevo enbozadas se dieron la vuelta y avanzaron. Debido a sus túnicas parecio que habian desaparecido nada más darse la vuelta. En ningún momento desprendí la vista del cielo estrellado.

*Observé como se iban los vampiros*

-La escolta es una molestia... en mis inicios la llevaba, pero al final estorba y la acabas por quitar, aunque por si acaso inventé un sistema personal para llamar a los diablos que quiera.

*comenté observando la rosa y sonreí*

-Sí, realmente es muy bonita... me gusta mucho el color negro.

*comenté haciendo referencia a que solía vestis siempre de negro y rojo*

-Ese sistema tuyo esta bien, pero los demonios pueden entrar y salir del infierno a su antojo. Si hacemos eso tendriamos que esperar un tiempo precioso hasta que los vampiros llegasen. Por eso me gusta tener a algunos cerca. -Dije sin dejar de mirar las estrellas

Miré a Walter atentamente-aun asi tienes que reconocer que llegan a ser un estorbo pasado un tiempo, ademas recuerda que es tuya no mia, en el momento que interfieran ya sabes..-deje la frase colgando pero el sabia a lo que me referia, no me gustaba que se metieran e mis asuntos, volvi a mirar a Arshei con una sonrisa- La verdad es que tu ropa siempre tiene algo de elegancia combinando el rojo y el negro, la mia es siempre tan.. desordenada por asi decirlo jaja-dije sonriendo y estirando un poco mi camiseta negra llena de cadenas y rajas por todas partes y mi faldita a cuardros tambien llena de cadenas.

*me reí aunque aquello me intrigó, pero no lo dejé entrever, ya investigaría*

-Cuestion de estilos... ¿cuántos años tienes, Ana? Yo tengo un poco mas de milenio y medio.

*dije con una sonrisa: era cierto, como Arshei sólo llevaba algo mas de milenio y medio, y sólo Odin sabía que en realidad tenía 3 milenios porque era la "difunta" princesa Arêsha..., recordaba haber tenido que cambiar hasta la letra y un poco la forma de expresión para no ser descubierta, me había llevado bastante trabajo esa forma de encubrirme... pero él también tenía que callar su secreto, aquél secreto suyo que yo también descubri*

*miré sorprendida a Ana*

-¿no sabíais? Existe una forma, distinta de cada raza, para ir a su reino directamente... algunos de los vampiros del antiguo rey Itachi lo hacían... aunque mi sistema no sé si lo podríais hacer, al fin y al cabo se basa en mis características como diabla.

*dije soltando una suave risa*

-Desvanecerse en las sombras para volver al castillo es relativamente facil e incluso aparecer en otros sitios; la escolta acaba de hacerlo, como habeis podido comprobar, pero me temo que aparecer en otros reinos no es tan facil majestad. Por lo menos no si no queremos que haya algún malentendido que acabe en una guerra. -"Es cierto, ella no sabe lo que estamos tramando" Me encogí de hombros, ya lo averiguaria a su debido tiempo.

*Sonreí*

-Es cierto, aparecerse en otros reinos no es tan fácil a no ser que se tenga una alianza o un tratado que lo permita.

*comenté y como supuse que sabiéndose que mi red de espías era la mejor del Infierno y que yo misma había sido una conspiradora como todo rey o reina del infierno a excepción de unos pocos, seguir fingiendo que no me enteraba levantaría sospechas pregunté con voz extrañada*

-¿y para qué querríais entrar en un Reino no aliado o con un tratado? Se que el otro día visitásteis mi biblioteca y os llevásteis algunos libros acerca de gemas, de magos, brujos, protecciones etc que espero que sean devueltos aunque no hay prisa, pero no lo entiendo.

*Obviamente, mi red de espías en el Infierno funcionaba a las mil maravillas, era obvio que conocía todos los títulos extraídos, pero él interés manifestado no indicaba nada de que penase que fuese algo importante y secreto... a pesar de que sabía por los mismos espías y mi cierto control sobre el Reino de los Brujos que la Reina había recibido una carta de Walter que no había podido leer.*

-No te preocupes Arshei, los libros volverán en perfecto estado. Se los daré a Asp la proxima vez que le vea. -Respondí ante su comentario de los libros.
-Nadie ha dicho que vayamos a ir a otros reinos, yo solo he comentado la utilidad de llevar una escolta en esos casos. -Una sonrisa socarrona cruzó mi rostro.
-¿Que ocurre, vuestra red de espias no llega tan lejos como deberia?

*Sonreí con malicia*

-¡oh! Mi red está perfectamente organizada en lo que al control del Infierno se refiere; primero asegura tu cabeza y luego... encárgate del resto.

*Comenté, no pensaba revelar en ningún getso ni postura ni palabras que ya sabía de la reunión en la taberna... y que me había enterado de todo lo hablado, sin contar con la conversación del Infierno entre Aspicious y él y volví a añadir dándo por cerrado el tema anterior*

-No hace falta que me los devuelvas con prisa, no son urgentes aunque no me gusta que salgan de mi Reino...

*me giré esperando la respuesta de Ana*

Sonrei poniendo toda mi atencion en la voz y gestos de Arshei, estaba claro que no queria dejar a mostrar que sabia una gran mayoria de planes nuestros.-Tiene un poco de razon Walter, no deverias sacar los libros sin permiso. De todas formas Arshei yo me encargare de que vuelvan a tu reino lo antes posible.-Me levante de la roca y mira un poco mas alla del rio- y ahora si me disculpais, tengo hambre -dije mientras mis colmillos se afilaban y mis ojos se teñian de color rojo.

*Sonreí*

-mientras no os equivoquéis de presa...

*Dije con una sonrisa mientras me sentaba a un par de metros de distancia de Ana en la hierba para observar una cacería de la reina de los vampiros*

Desperté de un placido sueño, mis fuerzas estabn al máximo. No sabía cuando habia dormido, tampoco me importaba. Miré la luna llena con melancolía largamente, cerré los ojos para disfrutar de una leve brisa que corria agitando mi alborotada melana.
De pronto mi olfato notó un despreciable olor que, sin que pudiera percatarme, me obligó a mostrar los colmillos. Abrí los ojos.

-Agg... vampiros...-pronuncie entre dientes, con tono de desagrado total.

Me levanté y agilmente me di la vuelta y, sujetandome con una mano en el arbol, quedé medio colgando mirando al horizonte. Cerré los ojos y alcé la cabeza olfateando.
Una media sonrisa se mostró en mis labios mostrando un poco mi colmillo derecho.
Bajé del arbol velozy eché a correr con ganas hacia mis posbles nuevas presas.
Según corría me percaté de la presencia de un diablo que parecía acompañar a los chupasangre. Me daba igual, no tenía nada encontra de los diablos, la verdad es que me traian sin cuidado, mi objetivo eran ellos...

Comencé a ver a lo lejos la silueta de una vampiresa, poco más tarde 2 sombras más. *perfecto*, pensé, *más diversión*.
Ya faltaban apenas unos metros para alcanzarles. Pegé un salto y con un gruñido me transformé en el aire desgarrando nuevamente toda mi ropa. Justo antes de caer encima de la vampiresa, me vino un olor sumamente familiar, clabandose en mi pecho como una estaca, cosa realmente curiosa, pero la ignoré.

Sonreí *perfecto asi no tengo que ir yo* le vi trasformasrse saltando encima de mi y me mimetice y saltando hacia uno de sus lados le propine una patada en el costado tirandolo a la derecha aunque su buena estabilidad hizo que cayera de pie, mas tarde reducí mi aura a la de un vampirillo normal, normalmente los licantropos actuan antes de pensar, yo sabia que era de menor rango asi que no queria que se diera cuenta de mi posicion.- vamos pequeño, ven con mama-sonrei.

No me costó mantener la estabilidad y cai de pie.
Sonreí.

-Je, ¿quieres marcha, nena?

Me puse en posición de ataque. Como siempre solo me centre en mi oponente y me desentení de todo el resto. Corrí en su diección; al impulsar, mis zancadas provocaban que la tierra se hundiera un poco. Salté hacia ella calculando las distancias, cai en frente suya y rapidamente me agaché dando una vuelta por si pretendía asestarme un golpe. Me apollé con la espalda en el suelo justo delante suya y con las piernas flexionadas.
La empujé con mis patas traseras en el estómago, aplicando fuerza al golpe, lanzandola varios metros por el aire.

Al ver lo que planeaba Andrew salté y extendí mis alas para coger a Ana en el aire. Con Ana sugeta de la cintura descendí hasta el suelo clavando mis ojos carmesí en Andrew.
-Vaya, vaya, mal perrito Andrew. -Dije en tono de reproche.
-Parece que no puedes vivir sin mi.

*Observé todo con curiosidad y sin intervenir, deberían de poder enfrentarse con todas las garantías a un simple maestro. Me llamó la atención el movimiento protector de Walter, obviamente Ana podría sola contra el licántropo, ¿porqué entonces la había atrapado? Una respuesta vino a mi mente que no tenía nada de disparatada: quizás estuviesen juntos, había escuchado algunos rumores de mis espías pero ninguno podía asegurarlo... además de que a esos detalles no les daba demasiada importancia entre mis aliados... bueno, ahí tenía mi respuesta a los rumores, si no estaban juntos, desde luego que entendía el porqué de los rumores. Enseguida me dejé de mis cotilleos amorosos al escuchar las palabras de Walter al licántropo y me fijé en ellos mas detenidamente: había llegado a verle con la buenísima visión que tenía el rostro, y ahora que miraba a Walter les veía cierto parecido. ¿podría ser que fuesen hermanos cuándo eran humanos pero que el destino les hubiera llevado a tener que odiarse? Era posible... al fin y al cabo, la Reina de las Brujas y una princesa desviada habían resultado ser hermanas... Miré todo con curiosidad y decidí intervenir. Me levanté suprimiendo mi aura hasta el nivel de una maestra y miré con asco al licántropo*

-No eres tan bueno como para vencernos.

*dije con el asco y la maldad que profesaba hacia cualquier ser que fuese de luz*

Me incorporé lentamente, mirando a Walter. *ya decía que reconicía un olor familiar... * pensé, con amarga tristeza y el corazón dolorido, aun que evite que se notara en mi rostro.
Me fijé en con que delicadeza tomaba a la vampiresa, como sus manos la cogían cariñosamente desendiendola al suelo. Incliné ligeramente la cabeza hacia un lado, mientras que volvía a transformarme en humano. La transformación dejó mis pantalones completamente rotos, pero almenos no se veian partes importantes, sin embargo, tanto mi formado torso como de rodillas para abajo estaba al descubierto.
Mis pensamientos volvieron a centrarse en como tocaba Walter a esa mujer, y recordé como cuando yo acariciaba de igual manera a mi antigua esposa...

-Valla... que bonito. Esto no me lo habías contado, Walter-Dige con una media sonrisa sarcástica.

Con el rabillo del ojo vi acercarse a la diablesa, notando como su aura había reducido.

-Soy lo suficiente bueno como para saber que acabas de reducir tu aura, tambíen como para llegar a intuir que la vampiresa no tiene pinta de una simple maestra, sus movimientos la delatan-hice una pausa y giré con tranquilidad la cabeza hacia ella-Vivo para luchar contra los vampiros, esto no es asunto tuyo, mujer. Ahora apartaté, no me fio demasiado de los diablos y tampoco creo que debas hacerlo tu de tus "compañeros"-finalicé, refiriendome a el resto de diablos en recuerdo del que me encontré.